lunes, 19 de febrero de 2018

A la Deriva

Jueves 21 hs en El Camarín de las Musas ( Mario Bravo 960 )






Dramaturgia de Amanda Peet y Dirección de Jorge Arzumendi,

En esta oportunidad nuestro prolífico teatro independiente, nos acerca una obra made in USA, escrita por la bella actriz estadounidense Amanda Peet, esposa de David Benioff, el guionista de The Game of Thrones, serie que transita por su séptima temporada de éxito y sigue batiendo records de audiencia en todo el mundo.

Esta es la primera obra escrita por Peet y se estrenó en el off de Broadway en el 2013, nada menos que con Sarah Jessica Parker, como una de sus protagonistas. La pieza llega este año a la Argentina, bajo la dirección de Jorge Azurmendi, en una puesta muy atractiva.






La autora se inspiró en una historia real, la del inversor Bernard Madoff, quien luego de trabajar por muchos años en Wall Street, culminó su carrera, estafando a miles de inversores estadounidenses, siendo arrestado por el FBI en el 2008, siendo su caso considerado, como uno de los mayores fraudes, en la historia de las finanzas.

En la obra, no se hace referencia alguna a Madoff y el argumento central tiene algunas variantes, arrancando en el instante posterior, a que el jefe de una tradicional familia judía residente en New York, es encarcelado acusado de estafar y traicionar, nada menos que a sobrevivientes del Holocausto. El arrestado no aparece en escena, quien protagoniza la pieza, es su esposa Judith ( Cristina Dramisino ) que perseguida por la justicia, debió abandonar su lujoso apartamento en el Central Park, para exiliarse en la costera Pensacola.

Con sus bienes embargados y debiendo soportar el acoso de los medios, que cubrieron el escandaloso caso, Judith debe refugiarse en esa casa de la playa, con el dolor por la debacle económica y soportando la mirada severa de una sociedad, que no perdona el aberrante accionar de su esposo y la mira con desconfianza a ella, no creyendo, que pudiera desconocer totalmente las actividad ilícitas de su esposo.







El escarnio, llega a toda la familia, todos son manchados por el escándalo.Sus hijas y su nieta, preocupadas por su débil estado de salud de Judith, la irán a visitar, pero las relaciones en ese grupo familiar, atraviesan su peor momento, hay pases de facturas permanentes, reina la desconfianza y aparecen los problemas económicos, las añoranzas por un nivel de vida, que hoy suena lejano y hasta obsceno por su origen, surgiendo una necesidad irrefrenable, por despegarse del aberrante delito que marcó al patriarca familia.

El objetivo de las mujeres de esa familia, es demostrar que nada tuvieron que ver con aquella estafa, tratando de quedar a salvo del huracán desatado y queriendo dejar en el olvido, aquellos tiempos, en el que disfrutaron del bienestar económico, sin cuestionarse nada.

La historia central, presenta a su vez, historias secundarias, que en nuestra opinión, no pueden desarrollarse con el tiempo y volumen requerido, generando alguna desvío innecesario, sin embargo la tensión y el suspenso, no cede en ningún momento y en esto es fundamental, las actuaciones que tiene la obra.






Y si hablamos de las interpretaciones, nos tenemos que referir de inmediato a a Cristina Dramisino, que literalmente se come la cobra, con una composición fantástica. Sus tonos de voz, su gestualidad, sus miradas, sus desplazamientos, todo resulta perfecto, dando vida a una mujer de dos caras, sufriente y víctima por un lado y por el otro siendo una mujer ambiciosa y manipuladora. Cristina es una actriz que nos encanta y en esta ocasión, aprovecha todas las posibilidades que le brinda este protagónico de mostrar sus condiciones, para deleitar al espectador, con una interpretación exquisita.

Si bien Dramasino es el centro de atracción de la pieza, para nada está sola en escena, hay otras mujeres que la acompañan y en gran forma. Cecilia Chiarandini es Becca, una de sus hijas, actriz frustrada, con problemas económicos y una vida errante, tanto en lo laboral, como en lo sentimental. Cecilia muestra mucha química y entendimiento con Cristina, se conocen de Independencia, una muy buena obra del off, cuyo director era el mismo Jorge Arzumendi, trío que se vuelve a encontrar aquí. Nos gustó mucho el trabajo de Cecilia, una actriz muy versátil.







La revelación de la obra, para nosotros es la joven Mora Monteleone, como Lissy, la nieta de Judith, compone una adolescente sexy y liberal, que se mueve con mucha madurez, en el río tumultuoso que es la familia en estos momentos. Una muy buena labor la de Mora, aportando mucha frescura a la pieza.

Completan el cuadro de mujeres, Agustina Saenz, como Alicia, la hija menor, madre de Lissy, que trata de imponer una cuota de moral, una rareza en esta familia y Cristina Fernández, como la temperamental enfermera, que acompaña la vida en soledad, de la dueña de casa. Ambas cumpliendo sus papeles con solvencia.


El elenco se completa, con un hombre, que aporta la cuota de masculinidad, en muy buena forma, nos referimos a Lionel Arostegui, el periodista y ambicioso novio de Becca, que mira con recelo a una familia que está en el ojo de la tormenta, buscando cualquier oportunidad para sacar tajada. A su muy buena actuación, le agrega las canciones que interpreta en inglés, acompañado se su guitarra.






La puesta de Arzumendi, resulta atractiva y original, con ese doble plano que aprovecha el amplio escenario del Camarín de las Musas, donde en el primer plano se representan las acciones y en el segundo, de fondo, vemos a los los actores que permanecen inmóviles, mientras no participan, como en trance, esperando su turno, para volver a escena.

 Una interesante propuesta la de A la Deriva, un profundo drama familiar, que inspirándose, en un caso real, pone sobre el tapete la fundamental influencia que tiene el dinero en los vínculos humanos y como en épocas de abundancia, poco importan los temas morales, pero cuando la plata se acaba y llegan los problemas, aparecen los conflictos y las culpas, que en los momentos favorables se ignoraban, quedando al desnudo las miserias humanas, en toda su expresión.

Un texto que llega del off americano, a nuestro teatro independiente, con una precisa dirección de Jorge Arzumendi y actuaciones muy lucidas, con el destaque mencionado de una actriz de excelencia como Cristina Dramisino, que junto al elenco que la acompaña, nos ofrecerán una vertiginosa noche de buen teatro.



Pensador Teatral.




lunes, 12 de febrero de 2018

Rapiña

Viernes 21 hs en Belisario Club Cultural ( Av.Corrientes 1624 )






Dramaturgia de Leandro Airaldo y Mariana Topel. Dirección de Mariana Topel.

Una propuesta original y perturbadora, la de Rapiña, que transita su segunda temporada en cartel, luego de la muy buena repercusión que tuvo en su primer año, llegando este año a la calle Corrientes, más precisamente al Belisario, un teatro con mucha tradición en el off.

Rapiña, nos habla de las relaciones humanas, de los vínculos que se establecen entre las personas, entre integrantes de la familia, pero lejos de ofrecer un relato color de rosa, nos ofrece una versión cruda y descarnada, de algunos vínculos humanos, en los que la moneda corriente es la violencia, la sumisión y la negación de la realidad a cualquier costo, sin importar cuanto lastimamos por ello, al ser que supuestamente amamos.






La pieza, tiene un formato atractivo, presentado cuatro mini obras, que funcionan como relatos independientes, en los que, la característica común que muestran, es la violencia, física o psicológica, el egoísmo y las miserias humanas en su máximo expresión, aunque se quiere aparentar en todos los casos, una falsa normalidad.

Los cuatro relatos, presentan una dramaturgia muy bien elaborada y un halo de misterio que envuelve la escena y al espectador, que se engancha con cada una de las historias, que arrancan como situaciones normales, pero a medida que van avanzando, el velo se irá corriendo, quedando a la vista situaciones perversas, que lejos parecen estar de ser normales.

La pieza se recrea en un ambiente de sordidez y de misterio, muy logrado. Para mantener el suspenso, no vamos a revelar demasiado el contenido de las cuatro historias que componen el universo de Rapiña, dejaremos que el espectador lo descubra, cuando vea la obra, solo decir que en todas hay actuaciones excelentes y cada una nos impactará por alguna razón.





Cada cuadro, tiene protagonistas diferentes, mencionaremos a Sandra Franzen, fantástica composición, junto a Graciela Neugovsen, que arrancan en escena, en un relato cargado de violencia, misterio y un dejo de erotismo.

Monica Kerner es una madre sobreprotectora, que no quiere tomar conciencia, que su hijo Santiago Luna, ya ha dejado ser un niño.

Silvana de Sanzo, con muchas ternura, se desvive por una sonrisa de su querida hija Irene Bazzano, aunque a veces los deseos que parecen más simples, son los más complicados de lograr.






Victoria Bilbao, otra composición que se destaca mucho, en cambio es una hija que quiere complacer a su madre Doris Resen, aunque no parece saber bien como hacerlo.

En las cuatro historias, amparado con la oscuridad del escenario, veremos agazapado al rapiñero Marcelo Zegalo, que observa atento todo lo que sucede y parece disfrutarlo.

Mencionamos a todos los protagonistas, como una forma de hacer justicia, ya que realmente la pieza tiene interpretaciones muy destacadas y se nota que el elenco, que combina juventud con experiencia, está muy compenetrado con el proyecto.
En este punto tiene mucho mérito la directora Mariana Topet, que logra darle homogeneidad a las diferentes historias, logrando que las interpretaciones mantengan una línea coincidente.

La puesta es uno de los puntos fuerte de Rapiña, ya que se logra mantener una atmósfera plena de tensión y de suspenso, que hace que no vuele una mosca en todo el desarrollo de la pieza, ya que el espectador siempre está atento a lo que sucede. Es muy destacado el diseño de luces de Alejandro Vázquez, dando un gran protagonismo a la oscuridad, que es la que predomina en la puesta, muy buen recurso el de la locución de Natalia Sosa al inicio de cada historia y la musicalización de Alejandro Marani, con ese inquietante sonido de fondo que acompaña en forma constante.






En conclusión, estamos en presencia de una pieza muy interesante, que se anima a tomar riesgos, ya que sale de la zona de confort y se atreve a mostrar la cara menos agradable de los vínculos humanos, haciendo mucho foco en la relación madre / hijo, donde muchas veces no existe un amor verdadero, sino una relación perversa y de manipulación, que está muy lejos de ser un amor sano.

La sala colmada del Belisario, es un indicador que el boca a boca, funciona a pleno y el prolongado aplauso del público, al final de la función, es un justo reconocimiento,para los protagonistas, por la  gran velada de teatro, que nos brindaron

No queda más que recomendar esta muy buena propuesta del off e invitar al espectador a ser parte de este viaje perturbador, que nos propone Rapiña.



Pensador Teatral.

domingo, 11 de febrero de 2018

Nadie es tan Rubia

Jueves 21 hs en Teatro El Método Kairos ( El Salvador 4530 )







Dramaturgia de Guillermo Difilippo y Dirección de Zaida Mazzitelli

Nuestro teatro off, se caracteriza por su inagotable oferta y en esta oportunidad, nos presenta Nadie es tan Rubia, unipersonal protagonizada por Carolina Fassa, que se basa en la vida de Marilyn Monroe, una de las actrices estadounidenses, más famosas que dió ese país y verdadero ícono sexual de los años cincuenta. Su nombre trascendió su época y aún hoy, su mito, sigue vigente en todo el mundo.

La obra arranca en los últimos minutos de vida de Marilyn y es el momento en que repasará los instantes más relevantes de su existencia, haciendo un pasaje por cada una de las personas que fueron importantes en su vida, entablando diálogos imaginarios y muy ricos con todos ellos.







Un gran mérito de la obra, es encararar a Marilyn, despojándola de su traje de estrella, presentándola al público, como mujer, como persona que fue, contando su dura infancia, donde desfiló por distintas casas de familiares y orfanatos, sus matrimonios fallidos y cargados de violencia, sus conflictos con el psicoanálisis y su permanente lucha por superar el prejuicio, de los que solo veían en ella, un simbolo sexual, sin reparar, que era una mujer sensible e inteligente.

Teniendo en cuenta, que Norma Jeane Baker, conocida por todos, como Marilyn Monroe falleció en 1962, es decir hace más de 50 años, son muchos, los que en la actualidad, poco conocen acerca de la vida real de esta diva de Hollywood y por eso es muy bienvenida este semblanza en primera persona, que tanto nos cuenta, de su vida, haciendo foco, en aspectos íntimos y humanos, no tan conocidos.

La obra nos gustó mucho y esto sucede en gran parte, por la fantástica actuación de Carolina Fassa, que nos regala una interpretación exquisita, luciéndose mucho en los parlamentos y más aún en las partes cantadas. Una grata sorpresa, la hermosa voz de Carolina y lo bien que canta en inglés, algo nada sencillo, dándose el lujo, hasta de cantar, estando acostada, en un momento de la trama.







Fassa siempre admiró a Marilyn y cuando conoció su historia, que comprende una infancia muy sufrida y una vida con muchos momentos tristes, se maravilló con la misma y no tuvo dudas que sería un gran proyecto protagonizar una obra que logre transmitir los fragmentos más relevantes de su existencia y aquellas facetas escondidas, que toda gran estrella tiene. Es justo reconocer a esta altura, al autor de la pieza, Gullermo Difilippo, quien luego de un arduo trabajo de investigación, logra escribir un guión atractivo, que seduce al espectador, trayendo detalles poco revelados de la vida de Marilyn.

Gracias a su talento y sus condiciones, supera el reto complejo, de retratar a aquella gran mujer que fue Marilyn, sin buscar imitarla, el objetivo era transmitir sus emociones y es algo que consigue con creces, con una excelente performance.
Fantástica labor la de Carolina, con una pasión y una entrega total, que los que estamos acostumbrados a ver teatro independiente, recocemos, pero no por ello, hay que dejar de destacar.

Para que el proyecto llegue a buen puerto, es tanbita fundamental el aporte de Zaida Mazzitelli,  la directora, que en línea con lo que dijimos párrafos antes, buscó que la protagonista lejos de imitar a la diva, traiga a escena a la gran mujer que hay en ella.








La escenografia es minimalista, con una sabana blanca, en la que protagonista aparece acostada al inicio de la obra y que funciona como su redil, sólo algunos elementos desparramados en esa sábana y un diseño lumínico que se destaca mucho y colabora en crear esa atmósfera íntima que pide la obra.

En conclusión, quedamos más que contentos, con Nadie es tan Rubia, una muy buena manera de homenajear a una diva de Hollywood, como fue Marilyn. y traerlas a estos tiempos, gracias a la gran interpretación de Carolina Fassa.

El aplauso con que el público despide a la protagonista, al término de la función, es fiel termómetro, que la obra se disfrutó mucho y que el teatro independiente, siempre tiene sorpresas agradables para regalarnos.



Pensador Teatral.

sábado, 10 de febrero de 2018

Entonces la Noche

Miércoles a Domingos en Paseo La Plaza ( Av. Corrientes 1660 )





Dramaturgia y Dirección de Martín Flores Cárdenas.

Es la primera incursión de Martín Flores Cárdenas en el circuito comercial, destacado autor y director con dilatada trayectoria en el teatro alternativo, llega a la Calle Corrientes, para confirmar una vez más, que el teatro es uno solo y que cualquier buen autor o director del off, puede desembarcar en el teatro comercial.

Entonces la Noche, es una obra original, anclada en la noche, con personajes que se sienten cómodos en la nocturnidad y en la oscuridad, con un halo de misterio y con historias de vida sufridas, con muchas cicatrices en el cuerpo y en mente, que las sombras de la noche quieren ocultar.






Podemos afirmar, que esta pieza tiene muchos puntos en común, con Entonces Bailemos, obra estrenada en 2013 en el Abasto, que recibió numerosos reconocimientos. Lo que sabemos, de boca , de los propios protagonistas, es que al término de una de las funciones de Entonces Bailemos, a la que habían concurrido Cecilia Roth y Dolores Fonzi, fueron a cenar con Martín y con Ezequiel Díaz, uno de los actores y en esa cena con la euforia post teatral,  alguno de los comensales tiró la frase que siempre aparece, promediando la velada: Deberíamos juntarnos para hacer algo juntos.

La mayoría de las veces, esas frases quedan en el aire y no se concretan, pero hay contadas ocasiones, donde los planetas se alinean y los proyectos se llevan a cabo.

El deseo de hacer algo juntos, fue el motor de este barco, que con el entusiasmo y la constancia de todos, pudo llegar a buen puerto, siendo la obra un estupendo mix, de artistas provenientes del off, con actrices consagradas como el caso de Dolores y Cecilia, mostrando como dijimos al comienzo, que el teatro es siempre el mismo y que las divisiones entre comercial e independiente, lo marca más el contexto y los encasillamientos, pero en ambos casos hay un escenario en la que los artistas exponen su arte y espectadores que desde sus butacas, quieren nutrirse de sus historias.






Luego de esta larga, pero esperamos, colorida introducción, contemos que Entonces la Noche, es una pieza original, que se desarrolla en una ciudad no definida, que podemos intuir por los vestuarios y el contexto, podríamos situar en el Lejano Oeste de los Estados Unidos, con personajes que no tienen nombre, que puede ser cualquier de nosotros, seres anónimos que eligen la noche, como momento del día, en la que tendrán mayor actividad y se sentirán más aliviados, lejos de las miradas de una sociedad que día, tal vez tenga una mirada demasiado penetrante y estricta, para ser soportada.

En la obra, cada uno de los personajes tiene una historia para contar, ninguna de ellas es color de rosas, en todas el denominador común en la violencia y la crueldad, que es la moneda corriente en nuestra sociedad actual. El espectador busca descubrir si esas historias son individuales o tienen algún punto en común entre ellas, además de ese marco de violencia y de nocturnidad que las envuelve a todas-.

Es muy original, la estructura que presenta la pieza, hay un piano, dos músicos y mientras cada uno de los protagonistas se enfrenta a la platea, en una especie de monólogo, el resto escucha en un sillón, cuchicheando entre ellos, tomando agua, con sonrisas cómplices, como si fueran un grupo de actores, esperando su momento, en un set de filmación. Realmente una estética muy particular y lograda, tiene la puesta que plantea el autor.






No vamos a descubrir nada diciendo que el punto fuerte de Entonces la Noche, son las interpretaciones que presenta, de un elenco muy talentoso, que se nota compenetrado y unido en el proyecto, siendo esto, algo que el espectador percibe en todo momento.

Vayamos por orden de aparición y arranquemos por Ezequiel Diaz, un muchacho ahora, que cuando tenía cinco años, recuerda como su padre huyó del hogar, dejando sola una huella de zapato en el cemento, que será su única pista para una búsqueda desenfrenada, que emprenderá ya mayor, en busca de su identidad. Nos gustó mucho lo de Ezequiel, un actor de raza del off, que se lo notó muy a  gusto en el amplio escenario de la sala Pablo Picasso del Complejo La Plaza.

Luego llega Cecilia Roth, dando vida a una mujer solitaria, algo desencajada y afecta a la bebida y a frecuentar bares. Un personaje complejo y oscuro,  el que tiene que componer Cecilia y lo hace en gran forma, mostrando su enorme versatilidad y talento, en este caso para monologar. Un privilegio ver en escena a una actriz de sus pergaminos, siendo un disfrute extra para el espectador.






Guillermo Arengo, también proveniente del off, dá vida a un policía muy humano, que parece ajeno a ese mundo de violencia y crímenes que debe transitar. Un personaje muy gracioso el que compone Guillermo y muy festejado por el público. Nos encantó su actuación.

Para el final, queda Dolores Fonzi, para nosotros la actuación más destacada de la noche, excelente su composición de prostituta, que con un acento indescifrable y una crudeza absoluta, relatará sus duras vivencias, en las noches de ruta en la que busca clientes. Siempre sensual y con una presencia escénica que nos sorprendió, en un elenco muy parejo, como dijimos, regala la mejor composición de personaje, con una interpretación excelente.

Pero estos cuatro protagonistas, no están solos en escena, los acompañan en todo momentos, los talentosos músicos, Fernando Tur y Julían Rodríguez Rona, que con piano, guitarra y armónica, otorgarán distinguidos momentos musicales, fundamentales para recrear el clima que el director y la obra piden. Destacadísima la labor de ambos.





Nos gustó mucho el diseño escenográfico de Alicia Leloutre, poco cargado, donde resalta un panel de reflectores en el fondo del escenario con doble función y un sillón de cuatro cuerpos,  el estupendo vestuario de Ana Markarian y Alicia Macchi, con reminiscencias de western y una moderna iluminación de Matías Sendon, complementan una puesta muy original en la que se cuidan todos los detalles y que por momentos parecen remitirnos a Kill Bill, con esos personajes particulares y una estética muy Quentin Tarantino.

En conclusión, una apuesta arriesgada y original, la que propone Entonces la Noche, fusión de teatro off y comercial, en la que predomina la palabra y de la mano de las superlativas interpretaciones que presenta, ilustrará al espectador y le hará vivir imágenes de esas noches de profunda oscuridad, de la que emergen personajes sufrientes, que solo buscan sobrevivir, en un mundo hostil, que siempre les fue adverso.

Celebramos la llegada de Martín Flores Cárdenas a la calle Corrientes, con una historia oscura y actuaciones exquisitas, que los espectadores reconocerán con un prolongado aplauso con el que despiden a los protagonistas.


Pensador Teatral.

lunes, 5 de febrero de 2018

Después te Cuento

Viernes 21 hs en El Camarín de las Musas ( Mario Bravo 960 )






Dramaturgia de Adriana Gómez Piperno y Dirección de Juan Arena.

Estuvimos presente en el reestreno de Después te Cuento, que arranca su segunda temporada, con elenco renovado.

Digamos de entrada, que la obra presenta una puesta distinguida, con una estética muy bien cuidada, explorando el universo femenino, con foco en el vínculo madre e hija, desde un punto de vista particular, ya que se establece entre la hija que está en un momento de su vida donde abundan las dudas existenciales y una madre, que ya no está en el mundo de los vivos, pero que aparece en escena, literalmente dentro de un cuadro, desde donde la escuchará, mirará y se horrorizará con algunas cosas que cuenta su querida hija.






Si bien por momentos Ana, siente una presencia en el ambiente, no logra ver, ni escuchar a su madre.
Es una noche especial, ya que la hija preparará una cena en su honor, cocinando una tortilla, el plato favorito de su madre, abriendo un buen vino y preparando una mesa para ambas, aún sabiendo que su deseo de compartir esa comida es imposible. O la magia del teatro lo posibilitará ??

Ana, es una madre joven y moderna, que anda a los tumbos por la vida, con algo de angustia, ya que se dá cuenta, que no encaja, le cuesta adaptarse a lo políticamente correcto, no está conforme con lo que le propone este mundo y ensaya un monólogo, donde hablará de su hija, de su pareja, de la libreta donde anotan las veces que hacen el amor y muchas cosas más. Será una suerte de confesión y de pedido de ayuda, con la madre testigo desde el cuadro, que seguirá con atención el parlamento de Ana, asintiendo lo que dice en algunos casos, en otros espantándose y en la mayoría de los casos, tratando de darle consejos, que infelizmente su hija no puede escuchar.

La obra tiene muy buena dinámica y el relato es muy entretenido, en esto tienen mucho que ver las protagonistas, que debutaban en esta función y esto no se notó en ningún momento, ya que se manejaron con un entendimiento y una química, que por lo general  se logra recién luego de varias funciones.






Arranquemos por Ximena Seijas, que encarna a una Ana extremadamente sensible, que expone con mucha profundidad, su distancia con los demás, le cuesta comunicarse hasta con su propia hija, siente que le falta una brújula en la vida y añora muchísimo a su madre, que ya no está para aconsejarla.
Par destacar la expresividad de Ximena, su mirada vivaz, una voz potente y una entrega total en el escenario, que el espectador recibe agradecido. En esto contribuye mucho, la cercanía, de la protagonista con el público, que permite seguir cada uno de sus movimientos, sin perder detalle.
Una actuación magnífica la de Ximena.

Y que decir de Lucianna Ligorio en el papel de madre, un papel complejo, ya que ella está en un cuadro como fuera de escena y desde esa distancia, debe transmitir sus sentimientos y sus pareceres, en una lucha permanente, para que el milagro se produzca y su hija pueda verla. No vamos a contar si eso sucede o no, solo decir que muchas veces, hay que confiar en la magia del teatro.
Una gran interpretación la de Lucianna, con mucha ternura y con un amor de madre que se siente en el ambiente.






Muy buenas actuaciones individuales y más que nada en el conjunto, ya que es una obra, que por el texto, requiere una conexión especial entre las protagonistas y en este caso, esto se logra en todo momento.

Pero las protagonistas no están solas en escena, las acompaña, Sonia Kovalivker, que con su órgano aporta una muy bella música en vivo y con su voz, unas muy logradas partes cantadas.
Siendo su aporte muy bueno, ya que propicia las pausas que la trama requiere y una calidez que contribuye al clima que el guión busca.

La puesta en escena de Juan Arena, es para resaltar por su originalidad y efectividad, aprovechando las posibilidades que le brinda esta nueva y adaptable sala de El Camarín de las Musas, que permite que Ana cocine, de cara a un ventanal que dá a la calle, logrando una complicidad, entre los actores y los espectadores, con el afuera, ya que los peatones que a esas horas caminan por Mario Bravo, se sorprenden con esa chica rubia, que está cocinando una tortilla y con ese público que está presenciando aquello.






Un guiño muy original propone la puesta, como ese olorcito a cebolla que llena la sala y el ruido del fuego cocinando la tortilla en plena función. Si a esto le sumamos la música original de Sonia, un vestuario alegre de Nury Bertone que nos gustó mucho y un diseño escenográfico y lumínico de Eduardo Pérez Winter, que le aportan mucha bonhomia a la obra, redondeamos una puesta excelente y muy original, que agrega mucho valor al atractivo guión.

En definitiva, una propuesta muy interesante, la que nos ofrece Después te Cuento, cálida e intima, donde el espectador se vá a reir, vá a reflexionar y también viajará con su mente ( caminaremos por calles y los mercados de Marruecos ), disfrutando mucho las interpretaciones de las actrices,

El aplauso sostenido que las protagonistas reciben al final de la función, confirman que han quedado muy satisfechos con lo que vieron y que Después te Cuento, es otra de las muy buenas propuestas que el teatro independiente tiene para ofrecer.



Pensador Teatral.

domingo, 4 de febrero de 2018

Mamífera

Dramaturgia de Sol Bonelli y Alejandra D´Agostino, Dirección de Sol Bonelli.






Jueves 21 hs en El Camarín de las Musas ( Mario Bravo 960 )

Segunda temporada de esta interesante propuesta que nos habla de la maternidad, con una mirada moderna y en sintonía con lo tiempos actuales, en los cuales las mujeres además de cumplir con su rol de madre, debe preocuparse por ser competitiva dentro del mercado laboral y también por cuidar su imágen y lucir esplendida, pese a estar agotada por haber dormido solo tres horas.

La obra está escrita en tono de comedia, pero no por eso deja de exponer problemas muy presentes en las madres jóvenes de hoy, que deben hacerse cargo de la crianza del recién nacido, sin demasiada ayuda del entorno familiar y con una mirada indiferente y por momentos hostil, de la sociedad.

El guión como mencionamos es moderno y aggiornado a estos tiempos actuales, en los que la mujer tiene múltiples obligaciones, como madre, esposa, amante y eficiente en el trabajo, una combinación nada sencilla, que muchas veces amenaza doblegar su espíritu, siendo casi obligada a ponerse el traje de mujer maravilla para cumplir con todo y que la culpa, no la mate en el intento.






Quien lleva adelante este unipersonal, cumpliendo una gran interpretación, es Alejandra D´Agostino, una jóven actriz, a la que vimos por primera vez en un escenario y nos dejó una inmejorable impresión. Con una gestualidad y una expresividad a flor de piel, sabe transitar los diferentes caminos que le pide la trama, siendo por momentos una madre super tierna y enamorada de su bebé, por otros una mujer que busca volver a ocupar su espacio en el mercado laboral y en otros, una mujer agobiada y agotada, por la exigencia y la responsabilidad, que tiene como joven madre.


Estupenda actuación de Alejandra, resolviendo en gran forma su protagónico en unipersonal, logrando cautivar al público, con su histrionismo y apoyándose en un guión atractivo.

Nos gustó mucho la puesta minimalista, que presenta la pieza, una escenografía despojada, dominada por un baúl multiuso, que sirve para guardar algunos objetos que irán apareciendo en el transcurso de la obra y también como base, en la que la protagonista se sentara, se parará y hasta le servirá de trampolín, para arrojarse literalmente al vacío.







Destacamos el vestuario de Lucía Castellani que le aporte mucho colorido a la protagonista, los momentos musicales que tiene la pieza ( canta muy lindo Alejandra ) y también el diseño lumínico de Paula Fraga, que destacamos y le agrega valor a una puesta, que cuida todos los detalles.

En definitiva, una mirada muy interesante, la que nos propone Mamífera, hablando sobre el mundo femenino y graficando lo complicado que es ser madre hoy, logrando que el espectador se sienta muy identificado, con lo que cuenta la protagonista, siendo mayoría de mujeres en la sala, que repasan entre otras cosas, sus vivencias en el parto y en los primeros años de vida de sus hijos. En el caso de los hombres, se sienten atraídos por la historia, ya que logran mucha empatia con la protagonista, haciendo un puente con las madres de su círculo familiar.

Mamífera, es otra buena oportunidad, de ver en escena a nuevos autores, que le aportan una mirada moderna a una temática siempre vigente, como la maternidad, con una puesta cuidada, en donde resalta la excelente labor de Alejandra D´Agostino, que apoyándose en un guión atractivo y una cálida puesta, pone los ingredientes necesarios, para que tengamos una muy linda velada de teatro
.


Pensador Teatral.

martes, 30 de enero de 2018

Desde la Lona

Sábados 19 30 hs en Centro Cultural El Deseo ( Saavedra 569 )







Dramturgia de Mauricio Kartun y Dirección de Mariano Terré.

La música de Titanes en el Ring y esas copitas de moscato con las que se recibe al espectador en el looby de El Deseo, presagiaban que Desde la Lona, no sería una obra más, se notaba en la atmósfera, que sería una noche especial.

Y los presagios se cumplieron, ya que vivimos una velada mágica de teatro, los duendes se hicieron presentes, sumándose a la exquisita dramaturgia de Kartun y principalmente a este talentoso grupo de actores, que compusieron sus personajes con una pasión y un talento que enorgullecen a los que amamos el teatro independiente.





Contemos que Desde la Lona, es una de las tantas obras, escritas por un maestro de la dramaturgia criolla, como Marcelo Kartun, el autor de Terrenal, Sacco y Vanzetti, por nombrar solo dos, escribió esta pieza, que fue estrenada en 1997, con un elenco magistral conformado entre otros por Ulises Dumont, Alicia Zanca, Juan Carlos Gené y Fabian Vena, vaya nombres por cierto.

Esa puesta fue vista por Mariano Terré, un joven desconocido en ese entonces, para el mundo del teatro, tiempo después, se encontró con el texto en una librería de la Calle Corrientes y desde ese momentos tuvo la certeza, que quería montar esa obra. Le envió un mail a Kartun, interesado en los derechos de la obra. El maestro gentilmente le dijo, que por ahora no tenía pensado cederlos y la ilusión de Mariano quedó en suspenso.

Pero el tiempo fue transcurriendo, Terré comenzó a ganar experiencia en el circuito del teatro alternativo y trece años después de aquel fallido intento, le volvió a escribir a Kartun, la respuesta esta vez fue esperanzadora y finalmente en 2016, luego de otro contacto, el autor le dió el consentimiento para que inicie el trámite en Argentores y allí el sueño de aquel joven que vió la obra hace veinte años, se hizo realidad,  Desde la Lona, volvería a escena, bajo su dirección y con un elenco,  que venía diagramando hace años en su mente.





Fue algo larga, la introducción, pero creo que la historia valía la pena, uno muchas veces, llega al teatro, se sienta en su butaca, vé la obra y se vuelve rápidamente a su casa y no conoce todo el trasfondo, que hubo para que el hecho teatral se produzca.

Yendo a la obra en sí, les contamos que Desde la Lona, se desarrolla en un pueblito perdido llamado Maquinista Pi, que intuimos está situada en la Provincia de Buenos Aires. Hasta allí llegó Bautista o mejor dicho Mister Argentina, un veterano ex campeón de catch, con son tu troupe de luchadores, para presentarse en el club local.

Lo que vemos en escena,  es el día después, de aquella presentación fallida, en la que se vendieron menos de veinte entradas y Bautista tuvo que poner sus últimos ahorros, para honrar los compromisos con sus luchadores y salvaguardar su nombre y honor.





Bautista ( Fabián Caero ) aparece solo en escena, hablando con su colectivo Bedford 60, al que llama Marciano, es su compañero de travesías, el que lo acompañó por tantos años, transitando las diferentes rutas argentinas, llevando a sus gladiadores del catch, en épocas de esplendor, muy distintas a las que se viven en el presente.

El Bedford luce agotado y pese a los esfuerzos y a las palabras de aliento de su dueño, parece encaprichado en no arrancar más y quedarse varado para siempre en ese pueblo ignoto. Dijimos palabras, porque Bautista, le habla a su colectivo, es su mejor amigo, aquel que conoce todas sus desventuras y secretos. Su compinche de mil anécdotas y por eso confía en que no le vá a fallar y con un poco de mano, en su vieja carrocería, finalmente arrancará.

Pero el veterano luchador no está solo en ese pueblo, que nació al calor del ferrocarril y fue quedando cada vez con menos habitantes, cuando la estación, quedó como pieza de museo, ya que el tren, nunca más pasó por allí. Una historia tan común a tantos pueblos de nuestro interior, que fueron languideciendo al compás de la desaparición del ferrocarril y con cada vez menos pobladores.






Mientras Mr.Argentina dialoga con su colectivo, desfilarán entrañables personajes, habitantes de esas latitudes y nacidos de la virtuosa pluma de Kartun, que irán cobrando vida y protagonismo, a lo largo de la obra. Personajes cercanos y reconocibles, en aquellos pueblos, donde todos se conocen y parece que nunca nada puede hacerse, sin que todos se enteren.

La historia que resuelta cercana y sencilla, atrapa al espectador desde su inicio, se disfruta cada uno de los relatos y anécdotas, que tienen para contar los personajes y en esto, además de la lucidez del director, en la exposición, tiene gran responsabilidad las entrañables interpretaciones que tiene la obra.

Arranquemos por Fabián Caero,  Bautista o Mr.Argentina, como prefieran llamarlo, un ex campeón de catch, personaje querible y bonachón, que recorre el país en su Bedford con la bandera argentina flameando en su ventana. Bautista es un luchador en el sentido amplio de la  palabra, tanto en el ring, como en la vida, donde pese a sus limitaciones y sus frustraciones, seguirá dando batalla, sin bajar los brazos nunca. Una composición brillante la de Fabián. Sus gestos, sus movimientos, la ternura que le imprime al personaje, sus desopilantes diálogos con Marciano, su compañero rodante y sobre todo su dignidad,  encandilan a la platea. Es en una composición brillante por donde se la mire, la que nos regala el protagonista.






Alejandra Martínez es Pitusa, la severa administradora del club, señora anticuada y conservadora, que parece conocer todos los secetos del pueblo y las historias de cada uno de sus habitantes. Conocedora además de los vientos que asolan a Maquinista Pi, es quien debe cobrarle la cuenta a Bernardo. Muy bueno su trabajo.

Nestor Pedace, es Don Justo, un anciano, ex bibliotecario del pueblo y testimonio de una época pasada, añorando su antiguo trabajo y a compañeros que ya no están. Un personaje muy querible, dueño de mil anécdotas, que ya nadie quiere escuchar, como muchas veces ocurre hoy con nuestros viejos, se gana al publico con su bonhomia.

Por último resta mencionar a Luciano Rojas, en el papel de Lauciano, un joven que camina en cuatro patas, parece mudo y que pese a sus limitaciones,  quiere aprender las tomas que realiza el eximio luchador. Un personaje muy complejo el que debe desempeñar Luciano y lo saca adelante en gran forma-  No vamos a contar más de él, pero su andar irá mutando, conforme avanza la trama y será quien genere las mayores sonrisas de la noche.





Son cuatro los personajes que tiene la obra y los cuatro realizan una admirable composición de sus personajes, todos ellos con muchas frustraciones sobre sus hombres, siendo personas comunes, que el espectador reconoce y adopta, ya que representan personajes entrañables y plenos de sensibilidad.

La puesta tiene una calidez que hay que destacar, con esa escenografía pueblerina dominada por el frente de ese antiguo colectivo, un vestuario acorde, una armónica musicalización y un diseño lumínico que genera muy buenos climas Todos los detalles están perfectamente cuidados, en esta confortable sala de El Deseo, que visitamos por primera vez y que nos impresionó muy gratamente.

Como mencionamos al principio, Desde la Lona, no es una obra más, es una verdadera joyita de nuestro teatro independiente, una semblanza de nuestro querido interior, con muchos guiños a los recordados Titanes en el Ring, que marcaron toda una época en la infancia de tantos niños.





Con todo lo que narramos, no hay dudas, que estamos en presencia de esas contadas ocasiones, en las que confluyen una exquisita dramaturgia, un director apasionado que corrió detrás de un sueño y un elenco talentoso e identificado con la historia, que se entrega por completo.

El aplauso emocionado y largo, muy largo de los espectadores, confirmaron nuestros presagios y tenemos la certeza, que Desde la Lona, tiene cuerda para rato y veremos muchas más funciones, en las que Bautista, su Bedford y los habitantes de Maquinista Pi, seguirán deleitando a los espectadores.

Recomendamos fervorosamente la obra y celebramos que nuestro rico teatro independiente nos siga ofreciendo bellos espectáculos como Desde la Lona, donde los duendes del teatro, lucen su mejor sonrisa.



Pensador Teatral.