Dramaturgia de Patricia Suárez y Dirección de Ulises Puiggrós.
Medea la tragedia griega escrita por Eurípides, regresa al teatro independiente, en esta renovada versión de Patricia Suarez, que pone la lupa sobre la mirada de tres mujeres, que darán cuenta de su relación con el poder, el amor y acerca de lo implacable y devastador, que puede resultar el simple paso del tiempo.
La obra se estructura en los monólogos de tres mujeres, Medea, la esposa degradada de Jasón, la joven y bella princesa Creuza, hija del Rey Creón y la nodriza de Medea. Tres mujeres, de distintas generaciones, que si bien no interactúan en forma directa en la trama, en verdad, si lo hacen con sus textos, ya que sus monólogos, que inteligentemente se irán intercalando, se relacionan y siguiendo el hilo de los mismos, se irá configurando esta historia dramática y desgarradora.
No vamos a contar demasiado, solo diremos que Medea, la vieja hechicera, no soportará perder a su esposo en manos de esa joven insulsa e ingenua, que desde su punta de vista tan poca cosa resulta comparada con ella. Ciega de odio y con una inmensa sed de venganza, tendrá serias dificultades para controlar sus impulsos. Quien recuerda la tragedia griega de Eurípides, sabe que no exageramos cuando decimos que Medea, está enferma de saña y quien no lo recuerda, al ver la obra, entenderá cabalmente, porque la llaman la Alimaña,
El texto de Patricia, si bien toma como base los lineamientos de la leyenda griega, le imprime una impronta propia y femenina, que realza la historia, permitiendo hasta algún momento de humor, lo que la hace sumamente atractiva, creciendo mucho además, debido a las estupendasactuaciones que presenta la pieza, por parte de las tres mujeres que la protagonizan.
Eliana Migliarini, como Medea, es la protagonista central de la historia y nos regala una actuacíón soberbia, con una entrega física y actoral, que supera lo habitual. Logra transmitir en gran forma, el dolor y el odio que su personaje, lleva en las entrañas. La atormentan, los recuerdos de esa mujer irresistible que fue, sin aceptar el paso de del tiempo y mucho menos conformarse, con un presente gris, que la muestra postergada y olvidada, lejos de sus años de esplendor.. Excelente labor la de Eliana, con una presencia escénica imponente, que abruma por su realismo.
Silvia Petri, es la nodriza, también añora mejores momentos, aquellos en los que vivía su ama original, esa que le regalaba tantos pares de zapatos, que le quedaban tan bien. Con la señora actual, las cosas no son como eran entonces, en la casa no se respira un aire pacífico, por el contrario son tempestades las que recorren esos pasillos y ella con su valija repleta de zapatos a cuestas, tratará de aliviar el sufrimiento que se vive. Entrañable interpretación de Silvia.
Para el final, dejamos a Débora Longobardi, que encarna la joven y bella Creuza. No es sencilla su tarea, ya que debe actuar como contrapeso, de una Medea arrolladora, que se lleva todo por delante. Y realmente supera el desafío, siendo una princesa dulce y tierna, que pese a saber que fue llevada con Jason, para contraer un matrimonio por conveniencia, se permite ilusionarse, con la posibilidad de encontrar el amor verdadero y derrotar la envidia que genera. Nos encantó la composición de Débora, una de nuestras actrices preferidas del off, por su frescura, gestualidad y ese tono de voz particular, que la distingue. Nos alegra comprobar una vez más, su superación y ese crecimiento continuo, que la proyecta como una actriz, con un enorme futuro.
Sin dudas se reunió un trío de actrices muy talentosas y comprometidas con la historia, que gracias al respaldo de un director joven y sensible como Ulises Puiggrós, encuentran espacio fértil para el lucimiento individual, en monólogos muy bien estructurados y acertadamente intercalados.
La puesta que se propone es íntima y minimalista, con una escenografía despojada, siendo las mujeres y sus palabras, las que ocuparán el centro de las escena. Destacamos el diseño lumínico de Gonzalo Calcagno, colaborando a crear el clima intimista que pide el texto.
La Alimaña, se encuentra transitando su segunda temporada, algo muy meritorio y que debemos resaltar, ya que luego de una primera temporada de suceso en La Comedia, llega ahora a la Calle Corrientes, al renovado Multiescena, algo que demuestra, el crecimiento y recorrido de la obra, en gran medida, gracias al boca a boca, .
No hay mucho más para agregar, solo nos queda recomendar La Alimaña, una versión potente y rejuvenecida de Medea, donde la tragedia, se recrea desde los ojos y el sentir femenino. Confluyendo un texto intenso, una dirección sensible y en especial tres actuaciones magníficas, para redondear, esta notable y movilizadora propuesta, que el teatro independiente, tiene para ofrecernos.
Pensador Teatral.