Dramaturgia de Jean Cocteau. Apadtación y Dirección de Daniel Veronese.
Viernes a Domingos 20 hs en Caras y Caretas 2037 ( Sarmiento 2037 )
Potente adaptación de Los Padres Terribles, obra escrita en 1938 por el dramaturgo francés Jean Cocteau, presenta Daniel Veronese, que aggiorna el texto original a estos tiempos, para ofrecer una tragicomedia negra, fuerte e impredecible, donde las acciones a medida que la historia avanza, irá tomando un impulso casi salvaje, manteniendo al espectador en vilo, por todo lo que se vendrá.
La obra escrita por Cocteau fue vanguardista para su época y fue recibida de manera controversial, ya que en aquellos años representar la relaciones familiares, con la audacia y la provocación que tenia aquel texto, no era algo habitual. Pasados ochenta años de aquel estreno, Daniel Veronese, sintió que aquella obra provocadora en sus tiempos, no tendría ese efecto en la actualidad y por lo tanto decidió realizar algunos cambios en los géneros y los roles de los personajes.
No queremos adelantar mucho de los cambios para mantener la sorpresa, solo diremos que los roles de los padres están invertidos, en la historia original hay una madre sobreprotectora de su hijo y acá en la obra de Veronese le dá esa función al padre. Y con ese cambio también se verá modificada la relación amorosa paralela que tiene la trama, pero no vamos a contar más, porque mucha gente no recuerda o no vió la obra original y entonces no queremos adelantar más, si decir que en nuestra opinión los cambios son positivos y logran que la obra entre en sintonía con los paradigmas actuales.
Y que podemos decir de la obra sin contar demasiado ?? Los Padres Terribles es una pieza que nos hablará del amor egoísta, como anunciar a los cuatros vientos que queremos a alguien, pero en realidad hay un acto posesivo y no amoroso en aquello. Yo quiero a la persona, pero en verdad no la respeto, no quiero sabes sus verdaderos sentimientos. Entonces en verdad la quiero ??? En la obra este sentimiento aparece en la relación padre - hijo, pero se aplica tranquilamente a otros vínculos, que tienen como regla un supuesto amor, que en verdad esconde egoísmo e hipocresía.
En la historia que veremos en el escenario del Caras y Caretas, hay mucha adrenalina, situaciones divertidas y tragicómicas, risas nerviosas en el público pensando como saldrán los personajes de los atolladeros en que encuentran, allí donde el drama y el humor se darán de mano, para una trama que no dá respiros y mantiene el suspenso hasta el final. Pero cumplimos con nuestra palabra y hasta allí vamos a contar.
Las actuaciones son un punto alto de la obra y en interpretaciones muy parejas, a nuestro entender son dos las más destacadas. En primer lugar, resaltar el trabajo de Luis Ziembrowski, como Ivo, un padre desbordado, que no tolera que su hijo adolescente se enamore y haga su camino, algo lógico en cualquier familia, pero no en esta. Enorme la composición de Luis, con un histrionismo a flor de piel, siendo el personaje más festejado por el público y el que más risas regala a la platea.
Otra composición que nos gustó mucho fue la de Ana Garibaldi, como la tía Leo, hermana del padre, siendo el cerebro de aquel hogar, llevando los hilos de la casa y manipulando a Ivo con inteligencia, ya que le hace creer que es él, quien decide. Con un rol fundamental en la historia y mucho carisma, nos pareció excelente la composición de Ana.
La talentosa Ana Katz, resuelve de muy buena forma, su papel de Andrea, la madre de Michel, que con el cambio de roles que propone el director, tiene que resolver un personaje ultra complejo que quedará en medio de fuego cruzado. Max Suen, el más joven de la historia, sabe transmitir las emociones de un adolescente que dá sus primeros pasos en el amor y debe pon0erse una armadura para enfrentar a la familia. Para el final queda Sofia Gala Castiglione, en el papel de Madelaine, la única ajena al bloque familiar y a la locura que la envuelve. Sofía a quien elogiamos en varias oportunidades en este sitio, resuelve con solvencia su papel, mostrando su versatilidad y oficio.
En definitiva, entendemos que estamos en presencia de una lograda adaptación del clásico escrito por Cocteau, censurado en su época, pero que no tendría el mismo efecto en estos tiempo, por ello Veronese metió mano, haciendo buenos cambios de personajes y también en el final. Aclaramos por las dudas, que no hace falta conocer la obra original, para disfrutar de esta, porque esta funciona por si misma, siendo divertida y potente a la vez.
Los Padres Terribles es una obra que deja al descubierto lo egoísta que puede llegar a ser el amor y como muchas veces, esconde el miedo de los adultos a quedarse solos. La pieza además habla de la infidelidad y de la toxicidad que pueden llegar a ser algunos vínculos familiares. Por todo lo mencionado, los invitamos a que conozcan a esta familia disfuncional, en una historia que de tan delirante que parece, suena muy real.
Pensador Teatral.