Dramaturgia y Dirección de Alejandro Acuña Moreno.
Domingos 19 hs en El Excéntrico de la 18 ( Lerma 420 )
Una propuesta fuerte y perturbadora llega de la mano de Hasta que el Silencio Calle ( Mitología Hospitalaria ), texto escrito por Alejandro Acuña Moreno que pone al descubierto las falencias que tiene la salud pública en nuestro país, que se manifiesta en la falta de insumos, los problemas edilicios y la precarización laboral, factores que unidos atentan contra el servicio que se ofrece a los pacientes que llegan urgidos por curarse y se encuentran con una realidad muy triste, pero eso no es todo.
Cuando decimos que la obra es perturbadora, lo hacemos por dos motivos, el primero porque expone una situación que todos conocemos, pero que poco hacemos para modificar y cuando lo hacemos es porque tenemos que concurrir a una institución de salud, ya es demasiado tarde para modificar algo y debemos aceptar esa realidad. Y por otro lado, la pieza perturba porque nos habla de la muerte, con todos sus rituales, que habita en estos sitios y que los actores del sistema de salud, por lo general aceptan con una naturalidad.
La dramaturgia es salvaje y por momentos caótica, ya que mostrará las dos caras de una misma moneda, por un lado trabajadores de salud insatisfechos que trabajan por sueldos miserables o deben tener más de un trabajo para sobrevivir, sin los insumos necesarios y atando todo con alambres, perdiendo de vista por momentos lo humano de su función. Y por otro lado, tenemos a las personas con menos recursos que llegan a los hospitales públicos y se encuentran con médicos insensibles, que envueltos en sus problemas y disconformidades contra el sistema, no reparan en los pacientes y los destratan, por no decir los abandonan a su suerte.
El relato por momentos es brutal y juega adrede con las exageraciones, resaltando los conflictos. Por momentos el caos domina la escena y la dramaturgia se vuelve algo ambiciosa, al mezclarse la realidad con la tragedia griega, trayendo párrafos de la mismísima Odisea a la trama. El conflicto escala, las acciones se desbordan y el ruido en el ambiente se vuelve ensordecedor, contradiciendo la necesidad del silencio en los hospitales , con la muerte siempre rondando y al acecho. Y hasta allí vamos a contar, porque la obra tiene muchas sorpresas dando vueltas, que es mejor que los descubran cuando vean la obra, sin que adelantemos más.
Las actuaciones son muy importantes en el relato, siendo todos personajes femeninos los de la historia, con cinco actrices y un actor.. Em actuaciones bien parejas, la interpretación que más nos gustó es la de Cecilia De Paoli, como una enérgica enfermera, que disfruta con su poder en el hospital, mayor al formal y será quien cante a viva voz los reclamos de las trabajadoras. Para destacar la presencia escénica de Cecilia y su hermosa voz, para componer un personaje muy logrado.
Otro trabajo muy bueno es el de María Fernanda Garibi, como una doctora agotada y algo insensible, que llega tarde por buscar a su hija al jardín. A María Fernanda, la vimos hace pocas semanas en Puerta Cancel, en un papel muy divertido y aquí muestra su versatilidad en un rol bien opuesto. Párrafo especial para María Pia Baschong, como uno de las lloronas, en un personaje multifacético que pasará de llorar de manera desconsolada a bailarse un flamenco en los pasillos del hospital y a recitar textos de la Odisea. Destacar la energía y la descomunal entrega de María Pía.
Pero bueno no seamos injustos con Lucía Brunner, otra de las lloronas y Jorge García, la que limpia, que en guiño del director, ´porque lo representa un hombre de ideas troskistas y de armas tomar. Completando el elenco Sofhi Garcia, el familiar del paciente, que debe soportar todos los desastres que ocurren el hospital, siendo el personaje que causa más empatía con el público. Se hizo algo larga la descripción, pero creemos que las actuaciones lo merecían.
La trama como mencionamos anteriormente, por momentos se convierte en caótica y por momentos puede resultar algo confusa, pero siempre logra salir a flote por la pericia del elenco y por la fuerza de denuncia que tiene el texto, que con ironía y momentos tragicómicos, expone con crudeza la realidad de la mayoría de las instituciones publicas de salud y también algunas del ámbito privado, ya que la crisis de salud es sistémica y cada día que pasa las prestaciones se deterioran, con la muerte siempre como marco.
Una propuesta valiente la de Hasta que el Silencio Calle, que elige que tal vez resulte incómodo, pero que se encuadra en un teatro de denuncia y de concientización, ya que como dijimos la realidad que se expone en la obra, no es algo que resulte desconocido para el público, pero si es una temática que muchas veces nos resulta indiferente, prueba de ello es que en momentos de campaña política, se habla poco y nada del tema de salud, es por eso que celebramos este tipo de piezas, que movilizan y nos interpelan, para que dejemos de ser indiferentes, con una problemática que a la larga o a la corta nos involucrará.
Pensador Teatral.