Dramaturgia de Augusto Patané. Dirección de María Colloca.
Domingos 17 30 hs en Teatro El Extranjero ( Valentín Gómez 3378 )
La historia argentina está llena de ricas historias que merecen ser contadas y precisamente con una de ellas, Augusto Patané construye una ficción que nos invita a viajar hacía Argentina de mediados del Siglo XIX , época donde los conflictos políticos y militares entre unitarios y federales estaban en su apogeo, ya que ambas facciones tenían visiones opuestas sobre como debía organizarse el gobierno del país recientemente independizado y en este contexto elegirá la figura de Juan Galo Lavalle como eje central del relato.
Lavalle, que era reconocido por sus dotes de estratega y la audacia en los campos de batalla, formó parte del Ejército de los Andes y se destacó por su dirección en las batallas de Chacabuco y Maipú, que condujeron a la liberación de Chile. Luego de la independencia argentina, Lavalle tendría una notable actuación en la batalla de Ituzaingó. fundamental en la guerra contra Brasil. Ya en tiempos de peleas entre unitarios y federales, tomó partido por el bando unitario y fue quien ordenó el fusilamiento del federal Manuel Dorrego, hecho muy recordado de nuestra historia.
En lo personal nos gusta mucho la historia argentina, por eso pensamos que puede resultar valioso, el breve resumen sobre la figura de Lavalle realizado, para que tengamos dimensión del personaje al que nos estamos refiriendo. En la obra que nos convoca, El General estaba atravesando un mal momento, perseguido por las derrotas y abandonado por las propias fuerzas, solo le quedaba huir hacia el Norte, con unos pocos solados fieles, que lo acompañaron en su huida.
Lavalle estaba irascible y cansado, por las noches le costaba conciliar el sueño porque se le aparecía el fantasma de Dorrego. En esas circunstancias captura a Mariano Boedo y a su hermano José Francisco Boedo, ambos federales y los acusa de espías. Y allí aparecerá, la otra gran protagonista de esta historia, de guerra, traición y amores prohibidos, nos referimos a Damasia Boedo, bella y valerosa mujer de la alta sociedad salteña, tempranamente huérfana y federal de cuna, que le suplicó a Lavalle, que dejara libres a sus tíos, estando dispuesta a cederle sus tierras o lo que le pidiera, con tal que no los mate.
Pero Lavalle, no mostró piedad alguna y haciendo caso omiso a las suplicas, fusiló a los Boedo. Damasia apenada y furiosa por la pérdida, urde un plan para vengar las muertes de su tío y hermano. El plan es realmente es tan audaz, como peligroso, ya que su idea es alistarse en el bando unitario, para seducir a Lavalle y una vez ganada su confianza, asesinarlo. Para llevar adelante su idea, contará con la ayuda del Coronel Pontevedra, mano pendiente del General, con el que tenía cuentas pendientes.
Pero el acercamiento de Damasia a Lavalle, resultará más estrecho de lo que se pensaba y la venganza, parece peligrar por un amor prohibido e impropio que surge entre ellos. Pero ese no será el único amor imposible de la obra, ya que el Coronel Pontevedra vive un romance secreto con un soldado raso llamado Faustino Cabrera, algo inaceptable, para una institución tan viril como el ejército. Y el triángulo amoroso se completa con Juan Bracho el criado que acompaña hace años a Damasia, estando perdidamente enamorado de ella, pero sin el coraje para decirlo.
La historia que nos propone el autor es realmente atractiva, ya que juega con los contrastes del amor y la guerra, con traiciones y venganzas que se harán presentes, dejando al descubierto como muchas veces el amor llega como un torbellino y no entiende razones. Para saber si finalmente Damasia, puede cumplir su venganza y como terminan las otras historias, deberán ver la obra, nosotros no vamos a contar más.
Momento de hablar de las actuaciones que presenta la obra, siendo este un punto muy destacado, ya que como muchas veces decimos se puede tener un buen texto, una historia que atrapa, pero si luego no se encuentran los intérpretes adecuados, todo puede quedar en el intento. Bueno en este caso, ocurre lo contrario, ya que se reunió un elenco joven y muy talentoso, que se muestra muy comprometido con la propuesta y potencia el texto.
Arranquemos por Carlos Ledrag, como un Lavalle bastante salvaje y mujeriego, al que se le hará imposible, no caer en las redes de la bella Damasia. En una obra que aún no lo dijimos, pero tiene un importante componente musical, el aporte de Carlos es fundamental, luciéndose en gran forma en las partes cantadas, ya que tiene muy buena voz y además tocando la guitarra en varios pasajes. A Carlos, lo vimos este año en un par de obras ya, entre ellas en Del Barrio La Mondiola, donde era cantor de tangos y en todas lo destacamos por su trabajo, acá vuelve a mostrar sus condiciones y se luce en gran forma en este desafiante protagónico.
Y en actuaciones parejas por lo bueno, en nuestra opinión los mayores elogios de la tarde, se los lleva Julieta Correa Saffi, que logra dar vida a una Damasia, sanguínea y sensible. La que se prometió a si misma tomar venganza por la muerte de sus familiares y deberá atravesar la encrucijada que el amor le planteó. Julieta es la única mujer de la historia y se luce mucho, con gran entrega física y sorprendiendo gratamente en las partes cantadas, por su hermosa voz. Nos encantó el trabajo de Julieta, lleno de matices.
Muy buenas las composiciones de Nicolás Depettre como el Coronel Pontevedra y Juan Ignacio Dericia como el soldado Faustino Cabrera, ellos son los protagonistas de un amor que no puede salir a la luz, con momentos muy divertidos y otros de tensión. No queremos contar demasiado, solo felicitar a Nicolás y Juan Ignacio, ya que resuelven muy bien personajes que no eran sencillos. Completa el elenco Marito Falcón, como Juan Bracho, el fiel escudero de Damasia, que lleva como una cruz, su amor secreto. Un personaje muy querible el que logra Juan.
Se hizo algo larga la descripción, pero entendemos que la buena factura de los trabajos así lo ameritaba. Llega el turno de elogiar la puesta de María Colloca, que logra darle sensibilidad y poesía a una historia, que tiene momentos musicales realmente bellos y que el espectador disfruta, por ser originales y muy bien ejecutados. Hay buenas coreografías y buen uso de instrumentos, como la guitarra y el bombo. Otros ítem a destacar son el vestuario de Paula Molina, con el azul y rojo de los uniformes resaltando y el diseño lumínico de Diego Becker.
Ya no queda mucho más para contar, en lo personal nos gustan especialmente las obras que eligen como temática hechos de nuestra historia, ya que aprendemos mucho con ellas, por eso celebramos la aparición de propuestas como la de Damasia y Lavalle, que a los hechos históricos, le agregan una ficción que tiene ingredientes como la pasión, la locura y la venganza, que hacen que la historia sea muy atractiva y pese al peso dramático de la historia, también se reserva momentos de humor que descomprimen.
Nos gustó mucho la obra y por ello la recomendamos, amores prohibidos, pasiones arrebatadas y la muerte siempre como corolario del horror de la guerra. Una puesta original, valiente y con la música muy presente, que llega al corazón de los espectadores, gracias al compromiso del joven y talentoso elenco reunido. Sumando todos los elementos mencionados, se logra una bella propuesta que el teatro independiente nos ofrece y sugerimos no dejen pasar.
Pensador Teatral.