sábado, 11 de mayo de 2019

Entrañables.

Dramaturgia y Dirección de Gabriel Devoto.









Sábados 21 hs en La Tertulia ( Gallo 826 )

Stanley Oliver y Laurel Hardy, más conocidos como El Gordo y El Flaco, conformaron un famoso dúo cómico, que quedó grabado en la historia del cine primero y la televisión después , haciendo reír a chicos y grandes de distintas generaciones, que disfrutaron de sus torpezas y su payasesco humor.









Rodaron juntos entre 1921 y 1951, más de un centenar de filmes cómicos, entre cortos mudos, sonoros y largometrajes. Eran amigos en la ficción y también en la vida real, conformando una fuerza creativa, que vivían para hacer reír a los demás.
Stan y Olie, trascendieron su época, formando una pareja que cuenta con millones de admiradores en todo el planeta y ya forman parte de la historia del cine.

Celebramos entonces, la decisión de Gabriel Devoto, en traer a esta célebre dupla a nuestro querido teatro independiente. Este no es casualidad, ya que el año pasado, gentileza del mismo disfrutamos de Quimera de un Artista, que retrataba la vida de Charles Chaplin, un trabajo que recomendamos sobradamente.

Y el nuevo proyecto, le resultó muy bien, ya que creó un espectáculo para toda la familia, donde los adultos recordarán las andanzas de esta inefable pareja y los niños los descubrirán y se reirán de las torpezas de estos personajes, que divirtieron a sus padres.









La composición de personajes que hacen tanto Daniel Di Rubba como Oli y el mismo Gabriel Devoto como Stan, es fantástica. Sus gestos, los movimientos, sus voces y el magnífico vestuario, nos transportan con la imaginación a las épocas del blanco y negro, para que no tengamos dudas que esos que vemos en el escenario, son nada menos que El Gordo y El Flaco.

Debemos destacar la presencia escénica de ambos protagonistas, compenetrados en sus personajes y dando a los mismos, una gracia y una ternura, que además de recordarnos al famoso dúo cómico, reconfortan, ya que saben como llegar al corazón de los espectadores. Estupenda interpretación de ambos.

Sus actuaciones son muy bien apoyadas, por Leila Forte y Basia Fiedorowicz, que aportan elegancia y frescura en sus diferentes apariciones, al igual que Oscar Trussi, que pone su experiencia al servicio de la obra. Los tres son generosos, para contribuir al lucimiento de los grandes protagonistas de la noche y hacen un aporte importante, para enriquecer la puesta.










Hablando de la puesta, realmente es muy ingeniosa, ya que el director juega con la proyección de imágenes de viejas películas de los cómicos, en una pantalla gigante en el fondo, creando diferentes ambientes  y sirviendo de introducción a escenas, que luego los protagonistas jugarán en el escenario, destacando un par de actos, como uno en que andan en auto y otro en que aparece una criatura que no vamos a relevar.

Es para resaltar, como con ingenio, se optimizan los limitados recursos con lo que cuenta el teatro independiente y se puede lograr una puesta tan atractiva como esta. Destacamos el sobresaliente vestuario de Nélida Bellomo, la buena iluminación Florencia Carbone y el destacado diseño multimedia de María Eugenia González Choque, con mucha importancia en esta obra.










Disfrutamos mucho de Entrañables, en un refugio como La Tertulia, que acostumbra siempre a ofrecer espectáculos de mucha calidad. Viajamos en el tiempo hacia nuestra infancia y nos reímos mucho, con el humor sano e ingenuo de esta célebre pareja cómica. El combo incluye, magníficas actuaciones y emociones al por mayor, en una noche entrañable de teatro, en sintonia con el título de la obra.

El aplauso emocionado y la alegría con la que los espectadores despiden a los protagonistas al término de la función, premian la magia del teatro, mediante, que nos permite darnos el gran lujo de disfrutar nada menos que de El Gordo y el Flaco, en pleno corazón del Abasto.




Pensador Teatral.

viernes, 10 de mayo de 2019

Maldita Nada de Nada

Dramaturgia y Dirección de Claudio Gotbeter.








Viernes 20 30 hs en Teatro Payro ( San Martín 766 )

Teníamos muchas expectativas, por ver la nueva obra de la Compañia Teatral Comedias Negras, cuyo director es el reconocido dramaturgo Claudio Gotbeter, cuyas obras fueron representadas en más de veinte países, de distintos continentes,algo que muy pocos autores consiguen.

Sus textos fueron traducidos al inglés, francés, portugués, italiano, alemán y hasta el árabe, siendo su material, objeto de estudios, en universidades y escuelas de artes dramáticos de todo el mundo, ya que sus obras, tienen una estética extremadamente  cuidada y un sello que las distingue.








Por lo general, Gotbeter no acostumbra a estrenar sus piezas, antes de cumplir dos años de ensayo, algo que queda demostrado en la calidad y precisión de sus espectáculos, que por lo general recurren al humor, para abordar temas complejos, como la conciencia humana, los miedos y las dudas existenciales, que todos tenemos.

Hecha ya la introducción respecto del autor, que entendemos puede ser útil, para lo que contaremos a continuación, digamos ya de entrada y sin prolongar el suspenso, que con Maldita Nada de Nada, nuestras expectativas previas, fueron ampliamente superadas, al término de la obra, ya que disfrutamos de una hermosa noche de teatro, de la mano de un texto disparatado y actuaciones superlativas, del numero elenco reunido. Y nos quedamos con ganas que la obra siguiera, siendo este un claro indicador, de lo bien que lo pasamos.

Es bueno mencionar para el espectador desprevenido, que Maldita ... es una pieza absolutamente original, diferente a las obras que acostumbran a verse en la cartelera porteña, con una personalidad y una estética propia, que debemos valorar, notando el trabajo previo que hay atrás.








Solo comentaremos el comienzo de la obra, para que vean que no exageramos, cuando decimos que veremos algo distinto. En ese inicio, tendremos frente a nosotros, a mujeres vestidas integrantes de negro, que nos observarán fijamente, sin decir palabra y sosteniendo un silencio que se prolongará por algunos largos segundos, inquietando a un espectador, que tratará de descubrir que sucederá a partir de allí.

Ese será solo el inicio, a partir de ahí la trama arrancar'a y ya no se detendrá, creciendo de manera rítmica, sincronizada y con coreografías que se ejecutarán,  con una precisión y una coordinación que asombra. No vamos a contar mucho del argumento, para que lo descubran cuando vean la obra, solo diremos que esta particular orquesta, que se dedica a tocar en funerales, recibirá de parte de su directora, una noticia tan sorprendente, como demoledora, ya que les comunica que sus instrumentos olvidados en el cementerio, fueron robados algunos de ellos y destruidos otros.

La novedad causa un efecto devastador sobre el grupo, que de a poco y en forma catártica comenzarán a relatar sus penas, miedos, dudas y desgracias, ante la atención del resto, generándose infinidad de escenas disparatadas y absurdas,  provocando muchas risas en la platea y hasta allí contaremos. Cuando vean la obra, verán que acciones toman los integrantes del coro y si finalmente pueden recuperar sus instrumentos.









Este texto tan loco y disparatado, tiene muy buena repercusión, debido a la gran respuesta del elenco reunido para la ocasión, que se muestra absolutamente comprometido con la estética y la filosofía que caracteriza al autor. El desafío no es sencillo, la exigencia es grande, pero el elenco demuestra estar a la altura del reto.

El despliegue escénico es muy importante, ya que hay trece actores en escena, en realidad son doce actrices y un actor los que estarán en el escenario, interactuando la mayoría del tiempo de manera simultánea, algo que requiere mucha coordinación y una perfecta sincronización de las acciones, dos cuestiones que se cumplen a la perfección.

Lo que destaca aquí es el conjunto el bloque de actores, pero el director tiene la habilidad, de dejar espacio además para el lucimiento individual, de la mayoría de las protagonistas, que aprovechan muy bien la oportunidad, para dejar su impronta.

Corriendo el riesgo de ser injustos, vamos a mencionar a algunas de las protagonistas, ya que la buena factura de sus interpretaciones, merecen el destaque. Arranquemos por Haydee Arevalo, como Agripa, la directora del coro, que deberán luchar contra viento y marea, parta tratar de ordenar a un grupo, bastante disperso. En un elenco muy joven, Haydee es la excepción y queremos destacar especialmente su labor.











Yendo ya al coro, nos encantaron las composiciones de Anamar Wright, como Paloma y sus dudas existenciales que la acompañan desde siempre, las preguntas.. El histriónismo de María Otilia Plastine como Arsenia, la ternura y el sentimentalismo de Lourdes Isola ( Olimpia ), a la que conociamos ya de trabajos anteriores y aquí volvemos a verla en una gran nivel, el vozarrón y la personalidad de Erica Spósito ( Orlanda ), las preguntas y esos pelos al viento de Patricia Vasile ( Odina ), las interrupciones y opiniones no aceptadas de Julia Fiks ( Ailuj ).

Mencionemos en párrafo aparte, al único hombre del elenco, Ariel Osiris, un actor de mucha experiencia, otro viejo conocido nuestro, por haber visto trabajos anteriores, que se destaca mucho componiendo a un Petronino, quejoso, con voz chillona y con gran presencia escénica, que tiene muchos pasajes de lucimiento.

Mencionemos también a Ivanna Centanni ( Arcilla ), Ana Belén Capistrano (  Praga ),  Micaela Veltani ( Praga ), Esmeralda Lerena ( Omega )  y Anabel Vartanian ( Atila ), todas ellas hacen un aporte fundamental, para el conjunto, que es el que resalta en la obra.










Este elenco comprometido, es el corazón de la obra, sus gestos, sus miradas, la expresividad a flor de piel y un compromiso constante, para mantener bien alto la dinámica de una obra que no decae en ningún momento y siempre está bien arriba, algo que más allá del texto, es mérito del elenco, que le pone mucha pasión y alegría a sus trabajos.

La puesta tiene una musicalidad y un ritmo que distinguen la trama. La escenografía es despojada y casi sin artilugios escénicos, serán las protagonistas con sus voces y su corporalidad la que llevarán adelante la historia. Un ítem a destacar es el diseño lumínico de Julio Clara Rodríguez, jugando mucho con la oscuridad y un color negro que marca tendencia aquí,

Bien, no queda mucho más para agregar, nos sorprendimos muy gratamente con Maldita Nada de Nata, una comedia negra, que mediante el absurdo y el humor, se anima a explorar en temas existenciales, como los miedos, la fragilidad, las dudas y principalmente de como nos sentimos antes los hechos que nos suceden y muchos veces nos desbordan.












Recomendamos especialmente la obra, se encontrarán con un texto muy rico de Claudio Gotbeter, con una puesta muy musical, rítimica y bellisima desde lo estético, disfrutando además de actuaciones muy destacadas y excelentes composiciones de los distintos personajes.

Como frutilla del postres, hacía mucho tiempo, que no veiamos al Payró repleto, con un público entusiasta, que se enganchó desde el arranque con la historia y que al final de la función despidió con una hermosa ovación a las protagonistas. Desde nuestro humilde sitio, siempre celebramos las propuestas originales, que arriesgan con algo diferente. Maldita Nada de Nada, además de ser original, es un espectáculo que merece verse, teatro independiente de calidad que recomendamos.




Pensador Teatral.



martes, 7 de mayo de 2019

Cuando Llueve

Martes 20 30 hs en Multiescena Teatro ( Av.Corrientes 1764 )









Dramaturgia y Dirección de Anthony Black. Traducción de Rafael Spregelburd.

Segunda temporada de Cuando Llueve, en nuestro país.Versión adaptada de " When It Rains ", éxito de la compañia teatral canadiense 2b Theatre, muy reconocida en su país, que presentó esta obra en New York, Edimburgo y hasta en la India. Llega a Buenos Aires, de la mano de su autor y director Anthony Black, que se instaló en Argentina, para montarla por primera vez en español, con un elenco argentino.








El responsable de que esta obra llegue a Argentina, es Rafael Spregleburd, que además de ser un excelente dramaturgo, director y actor, es traductor. Precisamente cuando le ofrecieron traducir esta obra escrita en francés ( como dato de color, señalamos que Rafael es un verdadero políglota, que habla más de ocho idiomas ), intuyó que la obra podía interesar en Buenos Aires, pese a que nuestro público preferentemente prefiera autores locales, pero había un componente innovador en la pieza, que la tornaba irresistible.

Y así fue como nació este proyecto teatral, coproducción entre Canadá y Argentina, con su autor viajando a nuestro país, para conocer como trabaja aquí el teatro independiente, siempre guiado por Spregelburd, que a pedido de Anthony, sería uno de los integrantes del elenco, algo inusual para Rafael, que poca veces actuó, en obras que no fueron escritas por él.









Luego de esta extensa, pero entendemos colorida presentación, digamos que argumentalmente Cuando Llueve, nos acercará la historia de dos parejas vinculadas entre sí, que atraviesan presentes opuestos. Una de ellas, pasa un momento delicado y por iniciativa de la mujer, decidirán cortar la relación, la otra en cambio vive un presente feliz, con buen presente laboral y esperando con muchas ansias, el nacimiento del primer hijo luego de cuatro años de buscarlo.

No vamos a contar más, pero el azar que tuvo mucho que ver, para que los integrantes de esta pareja se conocieron, parece que empezará a jugarles en contra y las desgracias comenzarán a cruzarse en el camino. Hasta allí contaremos, dejaremos que el espectador cuando vea la obra descubra el resto y reflexione acerca de cuestiones siempre trascendentes, como la existencia del destino, tratar de explicar porque nos suceden las cosas e intentar comprender si es posible que el universo en algunas ocasiones, se ensaña con algunas personas en particular. Hay un Dios Todopoderoso que decidió un camino para cada persona o la fortuna es la que manda ??








El texto es profundo y muy interesante, pero lo que distingue claramente  a esta obra es su puesta, absolutamente innovadora, donde la tecnología tiene fundamental participación. Ya que la obra surge de una software y una aplicación de video, que proyecta sobre los actores imágenes planas en 2D. La pieza no utiliza luces, la única fuente de luz es un proyector, que hace aparecer en el escenario, de manera ficticia claro, muebles, objetos y fenómenos meteorológicos, con una precisión y un realismo que nos impresionó, ya que es algo muy novedoso, por eso hay que verlo.

Además, la puesta se plantea en forma de historieta, con escenas contadas como viñetas, apareciendo por momentos textos en la pared, que nos señalarán algunos hechos fundamentales de la historia que estamos viendo y en otros una voz en off que nos acercará datos relevantes.

El diseño sonoro, es otro aspecto fundamental en esta puesta, ya que además la voz del relator, oíremos el cantar de los pájaros, el ruido de la calle y por supuesto el sonido de la lluvia, con el estruendo de los truenos, cuando la tormenta arrecia.








La riqueza visual y sonora que tiene la obra impacta a un espectador que se vé sorprendido, por semejante despliegue original e irreal, que cerrará por completo con la incorporación del muy buen elenco reunido, que tiene un desafío muy grande, para representar esta obra y lo supera con creces.

Las actuaciones son muy destacadas, algo que no sorprende, por la calidad de los nombres sumados al proyecto. La actuación más destacada de la noche, para nosotros fue precisamente la de Rafael Spregelburd, interpretando a un Alan racional, que intenta aplicar todo lo que sucede, apoyándose en la lógica de las estadísticas y las probabilidades, con un histrionismo y una destreza actoral, que se disfruta a lo largo de toda la trama.








Su esposa en la obra es Moro Anghilieri, como Ines, una actriz que siempre aporta frescura y glamour en sus presentaciones, logrando empatía con el público. Lucido trabajo el de Moro, que tiene a su cargo un personaje que atraviesa diferentes estados de ánimo y los recorre con solvencia . Gloria Carrá, otra actriz de gran recorrido en televisión y teatro, resuelve como solvencia el papel de una Ana, medio perdida en la vida, que intentará recomponerla, yendo por el lado espiritual.

Para el final dejamos a Matthieu Perpoint, que es el actor indicado para representar a Loius un profesor que llego de Francia por amor.  Deliciosa su interpretación, con el plus de que el francés es su lengua nativa y con algunos momentos para el recuerdo, como cuando canta bajo la lluvia, en un fragmento muy bello y emotivo.

Sin dudas, esta no es una obra sencilla para los actores, ya que al desafío habitual que requiere el texto, agrega la dificultad, de insertarse de manera muy precisa una pieza, donde las proyecciones y la tecnología, tienen gran relevancia.









En definitiva, una propuesta original e innovadora, que llega desde Canadá, en esta atractiva adaptación con algunos guiños locales, para dar forma a una historia profunda que nos hará reflexionar, acerca del azar y como su incidencia, puede ser decisiva, para nuestras vidas y para un destino, que muchas veces, parece estar escrito de antemano, sin que sepamos, si fue benevolente con nosotros.

Recomendamos sin dudar, Cuando Llueve, una obra que seduce por su temática trascendental, con actuaciones muy destacadas y nos permitirá disfrutar su tecnológica puesta, que nos sorprenderá, por su increíble riqueza audiovisual, siendo una propuesta que llegando desde el Canadá, que sin dudas, le aporta un toque de distinción a nuestra prolífica cartelera porteña.




Pensador Teatral.


domingo, 5 de mayo de 2019

De Ilusiones se Vive.

Domingos 20 hs en El Camarín de las Musas ( Mario Bravo 960 )








Dramaturgia y Dirección de Paula Marrón.

Es una satisfacción personal, confirmar que aunque veamos mucho teatro cada semana, cuando encontramos una pieza dotada de la sensibilidad, con la que cuenta, De Ilusiones se Vive, nos vamos a emocionar y lagrimear largo rato con una obra tan bella, que sin dudas sabe como llegar al corazón del espectador.








La historia que nos acerca Paula Marrón, es simple, cercana y profundamente emotiva, ya que nos hablará de la vida, de como percibimos al mundo, cuando la salud ya no nos responde como antes y pensar en el futuro resulta quimérico. Además nos hablará de vínculos, de la soledad y de como muchas veces, nos cuesta exponer nuestros pensamientos más profundos. Una coraza nos envuelve y parece que los sentimientos, solo pueden salir a la luz, cuando notamos que el tiempo nos juega en contra.

Al entrar a la sala, no tenemos dudas que estamos en un cuarto de hospital, vemos que en una cama hay una señora mayor en camisón, se la nota inquieta, escuchando la radio y tratando de que el tiempo transcurra lo más rápido posible, en esa fría e impersonal habitación. En breve se incorporará a la escena, un hombre joven, que la visitará asiduamente, aprovechando para traerles algunos objetos,  que pueden hacer más llevadera la estadía de la mujer allí, suponiendo que esto fuera posible.








De entrada no tenemos pistas, de la enfermedad que aqueja a aquella mujer, ni tampoco el vínculo que lo une con aquel joven. Queda claro que la mujer no está a gusto allí, se la nota fastidiosa e irritable, quiere irse cuanto antes a su casa, pero sabe que de momento no podrá hacerlo. El joven es tierno y muy comprensivo, le trae libros, bizcochos de grasa y es extremadamente amable. Pese a todos estos estos, la señora no logra salir de ese grado de crispación que la invade y por momentos parece tratarlo con desdén.

La rutina de visitas, parece no tener  grandes cambios, hasta que un día el joven la traerá una carta, que cambiará por completo el ánimo de ambos y el horizonte de aquellos encuentros. Un viaje a la ciudad de 9 de Julio, asoma para las próximas semanas y entonces todo parece cambiar en ese frío cuarto, de pronto hay mucho para hacer, la ilusión se renueva y ambos planificarán acerca de ese futuro cercano, que les permite soñar.

Y hasta allí contaremos, es importante mantener la intriga, por ello vamos a dejar que cuando vean la obra descubran, que sucederá en los días venideros y si finalmente ese planeado viaje a 9 de Julio, será tan feliz, como imaginan.








La trama fluye de manera cálida y amena, esto se explica por la fina dramaturgia y también por las fantásticas  actuaciones que ofrece la obra, de la mano de la dupla protagónica formada por María de Cousandier y Fausto Guerra.

Las virtudes de María ya las habíamos elogiado, el año pasado en Un Puma todo Dorado, una entrañable obra del off . Aquí nos vuelve a mostrar todo su oficio y versatilidad, en una actuación deliciosa. Una actriz de gran experiencia y muy talentosa, que aquí se adueña del papel, con una sensibilidad y una presencia escénica que se disfruta enormemente. Extraordinaria la labor de María de Cousandier, cuando vean la obra, les aseguramos, que van a coincidir con nosotros en los elogios.








A Fausto Guerra, es la primera vez que lo vemos y resultó una gran revelación. Histriónico,  melancólico y con una gestualidad muy lograda, compone un personaje que emana ternura y bondad a cada paso, generando mucha empatía con el público.

Dos estupendas actuaciones, que gracias a la generosidad de la autora,  tienen  reservados momentos para el lucimiento individual y se potencian en el conjunto, mostrando una química y una conexión, entre ellos que agrega mucho valor a la trama.

La puesta que ofrece la directora es íntima, la cercanía de los espectadores con los actores, es algo que se disfruta enormemente, ya que no se pierde detalle de cada mirada y cada gesto de los protagonistas, algo que cuando las interpretaciones son tan destacadas, como en este caso, se valora muchísimo.








Es la primera vez que estamos en la sala del segundo piso de El Camarín de las Musas y aquí debemos señalar, algo positivo y algo negativo,  por su tamaño y el ventanal de fondo, contribuye, mucho a la atmósfera de intimidad que la trama pide, lo negativo, es ruido de las conversaciones que provienen del bar del teatro, y que en algunos momentos se torna molesto. En este caso la enorme solvencia de los actores y lo atrapante del texto, hacen que este detalle se deje en un segundo plano, pero queremos mencionarlo, ya que es un tema que la sala debería corregir, por respeto al público y a la actores.

La puesta tiene algunos ítems a destacar, como por ejemplo el siempre acertado diseño escenográfico de José Escobar, recreando esa fría habitación de hospital, con algunos detalles personalizados ( como la biblioteca ) y hay un destacado diseño lumínico de Ricardo Sica, jugando con la luz tenue y la oscuridad, para separar las distintas escenas.










En definitiva, nos llevamos una gratísima sorpresa con De Ilusiones de Vive, una obra sensible, que nos hablará de la vida y también de la muerte, explorando la delgada la línea que muchas veces separa ambos estadíos.. Además la pieza, tiene una profundidad, que nos invita a reflexionar, acerca de los vínculos, de la soledad y de como muchas veces nos quedamos sin decir lo que pensamos  y postergamos sueños, hasta que llegamos a situaciones límite, donde ya puede ser tarde, para modificar la realidad.

En nuestra opinión, De Ilusiones se Vive, es una de esas joyitas escondidas que el teatro independiente siempre tiene reservadas, esto se debe a una dramaturgia delicada, que sin recurrir a golpes bajos, llega al corazón del espectador, de la mano de dos actuaciones magníficas. Los aplausos prolongados y cargados de emoción, que el público les regala a los protagonistas al final de la función, resultan un merecido corolario, a la hermosa noche teatral vivida.



Pensador Teatral.


sábado, 27 de abril de 2019

Un Ojo en la Cara

Dramaturgia de Laura Mosquera y Dirección de Sandro Mlynkiewicz.









Sábados 20 hs en Paraje Artesón ( Palestina 919 )

Emotivo y sensible texto escrito por Laura Mosquera, que nos acerca una historia de amor y de militancia, de una joven pareja, que en plena dictadura a fines de los setenta, planifican una vida juntos, proyección que se verá interrumpida brutalmente por el horror de un régimen, que los separará y abrirá heridas, que pasados muchos años, aún no cicatrizan.










"El problema que tuvimos las parejas de los 70, fue que necesitábamos tanto cuidarnos las espaldas, que nos olvidamos de mirarnos a los ojos " . Esta elocuente frase escuchada por Laura, fue la que sirvió de disparador, para escribir esta fuerte historia de amor, de compromiso, de dolor, pero también de búsqueda sanación en el presente.

La obra, que transita su segunda temporada, con muy buen suceso, se inicia con una escena fuerte y perturbadora. Una pareja mayor, sentada espalda contra espalda, llevando cada uno un espejo, con el que se observan a través del reflejo del mismo. No logran mirarse a los ojos, hay algo que los distancia, el ambiente es tenso, el pasado no fue fácil y dejó sus secuelas. La mujer se nota enojada y marca la distancia, tanto es el rencor, que no puede soportar mirar a los ojos, a su compañero. El espectador desconoce los motivos, aunque algo intuye,







Para salir de esta frío presente, deberán evocar el pasado, recordar aquellos años, cuando eran jóvenes luchadores, militantes e idealistas, compartían ideas y los unía el amor. El destino prometía mucho, hasta que llegó el horror y las ilusiones de felicidad eterna, se derrumbaron como un castillo de naipes.

El texto juega de manera  inteligente y atractiva, con la pareja mayor del presente y ellos mismos de jóvenes, pero muchos años antes. Dialogarán entre ellos, se darán consejos y tratarán de reflexionar sobre ese pasado amargo, para reescribir un mejor presente. Podrán lograrlo ?? Es posible entender la situación del otro, ponerse en su lugar y poder perdonar de corazón ?? O el rencor será tan fuerte, que el amor pudo quebrarse para siempre ??  No vamos a responder esas preguntas, dejaremos que cuando vean la obra, descubran que sucedió finalmente con esta pareja.







Debemos destacar especialmente,las actuaciones que tiene la obra, todas ellas muy comprometidas con la historia. La pareja del presente, la conforman Laura Mosquera, la propia autora y Rubén Cohen, ambos aportan su experiencia al servicio de la obra, componiendo personajes sensibles, que reflejan dolor y a la vez un amor profundo, que perdura a través de los años. Nos gustaron muchos sus actuaciones.

Mariano Madrazo es el muchacho del pasado, el que tuvo miedo, hizo lo que pudo, aunque sabe que debió hacer más. Muy bueno lo de Mariano.
Para el final dejamos a Natalia Pascale, la chica del pasado, la militante que sufrió en carne propia la violencia de la dictadura y que ahora debe convivir con el dolor. Natalia es una joven y talentosa, actriz, a quien ya elogiamos por trabajos anteriores. Comprometida y habituada a papeles que requieren mucha entrega física y emocional, siempre disfrutamos mucho viéndola en escena y aquí,  nos vuelve a regalar una magnífica interpretación,

La dirección de Sandro Mlynkiewicz, colabora al lucimiento del elenco, con una puesta despojada desde lo escenográfíco y muy rica desde lo visual, bella desde lo estético, con un destacado diseño lumínico de Víctor Olivera, que es importante para generar los diferentes climas y el original recurso de esa pantalla como fondo, donde se proyectan imágenes, que no son testimoniales, sino que incorporan a los actores, a las mismas.








La obra es fuerte y emotiva, movilizando al espectador sin recurrir nunca al golpe bajo, con un enfoque original, ya que si bien existieron, varias obras que nos hablan de los horrores de la dictadura, en Un Ojo de la Cara, la autora pone la lupa en lo humano, en el amor en esos tiempos difíciles, resultando muy valioso, el mensaje que transmite la autora, eligiendo no quedarse solo en el dolor y recuerdo de los protagonistas, por un pasado ingrato, sino plantear una mirada esperanzadora, de cara a lo que viene, logrando tomar fuerzas de los lánguidos momentos vividos, para reinventarse, en un presente y un futuro, que debe encontrar a estos seres, juntos y unidos, ganando la batalla, contra esos victimarios, que desearían verlos abatidos.

El emocionado aplauso, con que los espectadores, despiden a los actores al término de la función, es una clara demostración, que la obra llegó al corazón de los presentes, colaborando a no perder la  memoria, acerca de un pasado, que no debe volver, pero sin dejar de pensar, en un futuro esperanzador.



Pensador Teatral.


viernes, 26 de abril de 2019

El Trinche

Dramaturgia de Jorge Eines y José Ramón Fernández. Dirección de Jorge Eines.









Viernes 20 hs en Centro Cultural de la Cooperación ( Av.Corrientes 1543 )

Nuestro teatro independiente, nunca deja de sorprendernos, por el amplio espectro de temas que abarca y en este caso, le hace un lugar en la Avenida Corrientes, a Tomás Carlovich, más conocido, como El Trinche, exquisito futbolista rosarino, que pese a desarrollar casi todo su carrera, en el fútbol del ascenso, más precisamente en Central Córdoba, según la opinión de figuras como Pekerman, Menotti o el mismo Maradona, pudo haber sido uno de los mejores jugadores del mundo, si hubiera querido, ya que sus condiciones técnicas, eran las de un crack.










El Trinche, se convirtió en una leyenda, en un mito viviente, con pocas testigos presenciales, , ya que no hay registros fílmicos, ni fotográficos de sus jugadas, solo existen testimonios de quienes lo vieron desplegar su magia en un campo de juego y alimentan la leyenda. Creador del doble caño ( de ida y vuelta  , dicen que una vez lo expulsaron y como las parcialidades de ambos equipos lo vitoreaban, el árbitro lo perdonó y lo dejó seguir en el campo, que los defensores muchos veces, evitaban salirle al cruce, porque no querían pasar papelones, hay una historia de un no gol y muchas más.

Hay mucho de fábula, pero también algunas certezas, como aquella noche de 1974, en la que la Selección Argentina, jugó contra un combinado rosarino, en el que estaba el Trinche. Al término del primer tiempo, la Selección perdía 3 a 0, con una actuación descomunal de Carlovich. Y el mito dice, que el DT de Argentina, pidió que lo sacaran a ese medio habilidoso, para evitar la humillación.








Otra verdad, es que Menotti lo convocó para la selección y el Trinche dijo no. No le interesaba la fama, ni le gustaba entrenar. Era feliz jugando y yendo a pescar. No le interesaba el éxito, ni el dinero, prefería el barrio, sus amigos y jugar a la pelota, sin responder a las obligaciones que le querían imponer, los otros.

Un personaje diferente el de Carlovich, fiel a su pensamiento, teniendo todo para ser un jugador de elite, dijo que no. Haber rescatado su historia y traerla al teatro, es algo que debe valorarse. El guión,  cuenta con aportes futboleros de Jorge Valdano y Angel Cappa, que sin dudas, alimentan de muy buena manera a la dramaturgia..

Yendo a la obra en sí, un joven periodista, va la casa del Trinche, con la idea de organizarle un homenaje, pero a Carlovich no le seduce la idea.  El prefiere hablar de filosofía, de sus libros, no cree ser un personaje interesante, el del futbolista. A medida que entran en confianza, irán surgiendo anécdotas, recuerdos y algunas explicaciones del camino que eligió recorrer.








La historia, si bien tiene especial interés para los amantes del fútbol, por el personaje y por los momentos futboleros que se recordarán, no se agota en ello, ya que tiene momentos para reflexionar, música y mucha poesía, en un texto muy entrañable.

Nos gustaron mucho las actuaciones, hay una gran composición de Claudio Garofalo, interpretando a ese Trinche humilde y querible, que siempre busca ser fiel a si mismo y a sus convicciones. Lo acompaña en gran forma Lucas Ranzani, que desdobla varios personajes, es el joven que quiere organizarle el homenaje, el periodista que le pregunta, el niño que lo admira por herencia de su padre, entre otras papeles.

Hay muy buena química entre Claudio y Lucas, que juntos logran una atmósfera profundamente poética y emotiva, para ambientar la historia del Trinche.








La puesta es bella desde lo estético, además de las anécdotas futboleras, hay lugar para la filosfía, para la reflexión, con muchos momentos musicales, que en algunos momentos pueden parecer ajenos al texto, pero que sin dudas enriquecen la puesta.

Quien escribe estas líneas gusta del fútbol y por un tema funcional no conocía la historia de Carlovich ,por eso disfruté doblemente la obra y  la bella historia, de este loco lindo que fue El Trinche, un diferente, una leyenda, un mito viviente, que a sus 72 años sigue caminando por las calles de su amada Rosario, tirando caños y gambeteando a esa fama, que aunque lo intentó muchas veces, nunca pudo atraparlo en sus redes.




Pensador Teatral.


miércoles, 24 de abril de 2019

Ocaso

Dramaturgia de Juan Ignacio González e Ignacio Torres. Dirección de Juan Ignacio González.








En el marco de la Fiesta de Teatro Ciudad de Buenos Aires 2019, organizada por el Instituto Nacional del Teatro, estuvimos en el Método Kairos, asistiendo a la función especial de Ocaso, una de las doce obras seleccionadas para la edición de este año.

Con mucha expectativa entonces, nos preparamos para ver Ocaso, de la que teníamos muy buenos comentarios, tanto por su interesante temática, como por el muy buen elenco reunido. Y luego de haber visto la obra, podemos decir que las buenas referencias que teníamos, eran absolutamente justificadas, ya que disfrutamos mucho viendo la pieza.










La historia nos atrajo especialmente, ya que los autores centran las acciones en General Rivas, un pequeño pueblito de la Provincia de Buenos Aires, a unos pocos kilómetros de Suipacha, una localidad algo mayor, que los habitantes de Rivas, acostumbran visitar para hacer compras, por esparcimiento o para alguna escapada non santa.

La semblanza que se hace de este pueblito, que es Rivas, pero podría ser cualquier otro de la Provincia de Buenos Aires, nos resulta encantadora, con solo cuatrocientos habitantes que entrarían todos en la iglesia del pueblo, Siendo tan pocos, imaginamos que pocas cosas pueden suceder, pero esta, es una construcción equivocada que se tiene. Detrás de cada uno de los cuatrocientos pobladores, hay una historia de vida y los autores ponen la lupa en seis de ellos, para confirmar ese dicho, que nos habla de pueblo chico, infierno grande.










No queremos contar demasiado de la trama, que tiene varias historias paralelas y entrelazadas, para mantener la sorpresa, solo contaremos que en un relato no lineal, nos encontraremos con Alberto, un casero que vino de Entre Ríos hace muchos años atrás, con su hijo Julito, para trabajar en los campos de Luis Altamore, una de las personas más poderosas del pueblo, que gracias a la soja, mejoró mucho su status de vida en los últimos años. Vive con Diana, su joven y atractiva esposa, algo aburrida de la vida que lleva, al cobijo de su esposo y sin ninguna tarea, que ocupe mucho su tiempo, salvo salir de compras..

Además de ellos, estará Javier, amigo de Alberto, que siempre soñó con ser pescador y se conforma con ser uno de los dueños de una casa de pesca en Suipacha y Rodolfo, el aviador, que de chico se entretenía mirando los pájaros volar y pudo usar los ahorros familiares , para pagarse las horas necesarias, para conseguir la matrícula, que lo habilita a volar.









El aviador será contratado por el dueño de los campos, para fumigar sus cultivos de soja, ya que no tolera, que las plagas, perjudiquen los rendimientos de su cosecha. Lo preocupante es que tomó la decisión, a sabiendas que el uso de agrotóxicos, es sumamente riesgoso, ya que pueden causar graves daños a la salud.

Bueno, hasta allí contaremos, cuando vean la obra, serán testigos de las consecuencias que trajo la decisión de Altamore. Pero la obra no se agota allí, como dijimos hay otras historias entrelazadas y los autores, nos ofrecerán una muestra de diferentes micromundos existentes en Rivas,

La trama es muy dinámica y resulta siempre entretenida para los espectadores, que se sienten atraídos por los relatos, que resultan cercanos. Esto ocurre, en gran medida, por la pericia del muy buen elenco reunido, que se traduce en actuaciones muy destacadas.










Juan Tupac Soler, como Julito, hará las veces de presentador de la historia, siendo el nexo del relato con el público, además de ser una pieza clave en la trama. Juan es un joven actor muy talentoso, a quien vimos lucirse en Mi hijo solo camina un poco más lento y De los Heróes que no aterrizan ..., por mencionar solo, dos entrañables obras del off, en las que participó. Es poseedor de una carisma especial que le permite generar mucha empatía con el espectador. Juan, es un actor que nos encanta y siempre nos toca elogiar sus trabajos.

Nacho Bozzolo, será su padre aquí y a nuestro entender, nos regala  la mejor interpretación de la noche. En actuaciones muy parejas por lo buenas, logra lucirse con una composición magnífica, dando a su personaje una fuerza y un vuelo emocional que debemos resaltar. Nacho es otro viejo conocido, recordamos haberlo elogiado mucho en Cactus Orquidea, otra gran obra del off y aquí vuelve a mostrar sus credenciales, con una entrega que debemos resaltar.

Destacamos también, la presencia escénica de Mario Bodega, como Altamore, con un tono de voz potente y un buen porte, que encaja justo, con el poder que detenta el personaje, al que representa. Pablo Ragoni, es el pescador frustrado y Sergio Calvo  el aviador. Ambos cumplen muy bien sus papeles y aportan lo suyo al conjunto de la trama.









Para el final, dejamos a Cecilia Ursi, la única mujer del elenco, que aporta frescura y sensibilidad a la obra. Es la primera vez que la vemos en escena y realmente nos impresionó muy gratamente. No vamos a revelar mucho de su personaje para mantener el suspenso, pero eso es una de las habitantes de Riva, que escapa a Suipacha, para escapar del radar. .Nos gustó mucho el trabajo de Cecilia.

Las actuaciones destacadas que mencionamos, encuentran espacio para el lucimiento, aprovechando una puesta muy atractiva de Juan Ignacio González, con muchos elementos para mencionar. Arrancando por el original dispositivo escénico montado, con esos tablones de madera, que se cruzan y que son recorridos, por momentos, de manera frenética, por los actores, que nunca salen de la vista del público y que permanecen sentados, cuando no les toca estar en el centro de la escena.

La música está muy presente en Ocaso y embellece el relato, la responsable es Clara Maydana, con su guitarra y esas melodías litoraleñas y folklóricas, que acompañan en gran forma, los diferentes momentos de la trama. Gran aporte de Clara.










En definitiva, nos encontramos con una dramaturgia muy bien elaborada, absolutamente humana y con mucho vuelo poético, que nos ayudará a reflexionar, sobre como la armonía del hombre con la naturaleza, es puesta en peligro, por la ambición sin límites, por aumentar los beneficios económicos, sin reparar en las consecuencias.

Celebramos la iniciativa del Instituto Nacional del Teatro, fomentando este Festival, que crece año a año, presentando propuestas distinguidas, como lo es Ocaso, que ofrece una mirada sensible sobre la vida normal  en muchas localidades de nuestro Interior y cuando el teatro consigue, retratar estas situaciones cotidianas con tanta fidelidad, debemos celebrarlo.




Pensador Teatral.