miércoles, 6 de junio de 2018

Misterio del Ramo de Rosas

Domingos 18 hs en Teatro Payró ( San Martín 766 )







Libro de Manuel Puig y Dirección de Alejandro Vizzotti

Llega a la cartelera porteña, esta obra de Manuel Puig, reconocido escritor y dramaturgo argentino, autor de Boquitas Pintadas, El Beso de la Mujer Araña y Pubis Angelical, por mencionar solo las más conocidas. Su prolífica obra, se caracterizó por los simbolismos y la ambiguedad.
Fue censurado y perseguido por la Triple A, debiendo abandonar el país en 1973.

Durante su exilio, vivió en Estados Unidos, Brasil y México, sufriendo numerosas amenazas y decidiendo no volver a Argentina, aún cuando retornó la democracia en 1983. Tal vez por ello, su obra fue muy representada en escenarios extranjeros, pero no tanto en su país, pese a ser un autor brillante, como dice el dicho, nadie es profeta en su tierra.







Yendo a Misterio del Ramo de Rosas, la obra que nos convoca, fue estrenada en 1987 en Londres y luego se presentó en Los Angeles, New York, Italia, Alemania y México entre otros países, llegando a la Argentina, recién en el Año 2000.

Es Alejandro Vizzotti, quien decide en esta ocasión traer a Puig a escena, con una pieza compleja, desde el texto, por lo que resultaba un desafío de envergadura, encontrar las actrices adecuadas para representarla y Alejandro confió el proyecto a Sonia Novello y y Claudia Mac Auiliffe, dos actices con las formó equipo, en Casi un Feliz Encuentro, una obra de Griselda Gambaro, que tuvimos la suerte de ver en El Kafka.

La exigencia para las actrices es enorme ya que a lo largo de la trama, el texto es extenso y además deben desdoblar varios personajes, sin que haya cambios de vestuario, por lo que deben estar siempre muy concentradas, para acertar los tiempos que requiere la pieza.






Contemos que la obra, es un drama que se desarrolla en la habitación de una clínica privada, en la que se encuentra internada una señora de muy buena posición económica ( interpretada por Claudia Mac Auliffe ). Se internó por decisión propia, debido a un fuerte estado depresivo y su salud está empeorando, ya que ha perdido las ganas de seguir viviendo al extremo que ya ni siquiera quiere comer.

De carácter fuerte, caprichosa e irascible, no quiere que la atiendan las enfermeras de la clínica, es por eso que contrata enfermeras privadas. Pero ninguna le dura más de un par de días. Es poco tolerante y siempre les encuentra alguna falla. Luego de despedir a varias, llega una nueva enfermera, interpretada por Sonia Novello, que parece tener una paciencia infinita al mal trato y a los desplantes de la señora, explicada en parte, por su necesidad imperiosa de tener un trabajo.

Se vá desarrollando un intercambio muy rico entre paciente y enfermera, a medida que el diálogo avanza, aparecerán algunos puntos de coincidencia entre esas mujeres. Ambas están solas en la vida, sufrieron desengaños amorosos y vienen de sufrir una pérdida muy importante.







Los recuerdos de ambas irán apareciendo en escena, unos detrás del otro. Los fantasmas del pasado, harán de las suyas en la mente de ambas mujeres, que no han tenido muchos momentos de felicidad en sus vidas o si los tuvieron no los valoraron lo suficiente. El mundo de lo real y lo onírico, se confundirán a lo largo de la trama y las excelentes interpretaciones de Sonia y Claudia, permiten transitar esos momentos, de muy buena forma.

Hay que resaltar el trabajo de ambas actrices, sin dudas se conocen mucho y se entienden a la perfección, han protagonizado ya otras piezas juntas y eso es un valor agregado, que contribuyen a que salgan airosas de este desafío.

Con personalidades bien diferenciadas, componen de manera magistral sus personajes, porque como dijimos, además de sus roles principales, de paciente y enfermera, van a desdoblar numerosos personajes, a lo largo de la obra.






La puesta de Vizzotti, tiene varios puntos para destacar, arrancando por el diseño escenográfico de Ariel Vaccaro, en el que predomina el blanco de esa habitación de clínica privada. Muy buen diseño de luces de Mariano Dobrysz y el diseño de vestuario de Merlina Molina Castaño, completan un puesta sobria, que es lo busca el director.

En definitiva, celebramos la idea de traer a escena, a un autor e prestigio y algo olvidado en nuestros escenarios, como Manuel Puig, con una obra que pone la lupa sobre el rol de las mujeres en la sociedad, por lo general subordinadas al hombre, de manera casi incondicional. También, se hace referencia a la manipulación y la dominación de clase, en este caso con una paciente, de buena condición económica que ejerce su poder, sobre esa enfermera, que representa a una clase media que quiere ascender. Y otro concepto que aparece es el de la muerte, como amenaza latente y la importancia, que tiene la elección de con quien elegimos pasar nuestros últimos instantes.

Como dijimos un texto complejo y profundo, que requiere un espectador atento a los vaivenes de la historia. Sin dudas, disfrutarán de las actuaciones de las dos protagonistas, que con talento y mucha pasión, demuestran estar a la altura del desafío y ser las intérpretes justas, para la obra escrita por este prestigioso autor, llamado Manuel Puig.



Pensador Teatral.


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