jueves, 7 de junio de 2018

El Ocaso de un Estafador

Martes y Miércoles 20 30 hs en El Cultural San Martín ( Sarmiento 1551 )








Versión libre de Juan Gabriel Borkman de Hanrik Ibsen.

Adaptación de Marcelo Velázquez y Edgardo Moreira.

Dirección de Marcelo Velázquez.

Llega una excelente adaptación de este clásico de Ibsen, genial dramaturgo noruego, el más importante en la historia del país nórdico y uno de lo autores más influyentes en la dramaturgia moderna, considerado por muchos, como el padre del drama realista moderno.






Borkman fue escrita en 1896 y esta versión la traslada al año 1940 transportándonos a una Noruega, en épocas de la Segunda Guerra Mundial, cuando las tropas nazis la invaden, en búsqueda del hierro noruego y rompiendo la neutralidad del país escandinavo.

Elogiamos la adaptación, por varios motivos, en primer lugar por traer na versión aggiornada de este clásico escrito hace más de 100 años, logrando una puesta con muy buena dinámica, que corre con fluidez, siendo siempre atractiva para el espectador, logrando además conservar el espíritu de Ibsen, que siempre tuvo una mirada crítica de la sociedad, poniendo énfasis en las relaciones familiares y en especial en el rol de la mujer, como marco para una historia muy interesante.

La obra nos hablará de Gabriel Borkman, un banquero que debió soportar siete años de cárcel, luego de ser condenado por múltiples estafas y de dejar un tendal de damnificados, toda gente que le confió su dinero, tentado por las exageradas ganancias prometidas por el financista.






Los delitos de Borkman ( Edgardo Moreira ), le valieron la prisión y  provocaron un terremoto en su propia familia, que debió soportar el escarnio de la sociedad y de los que alguna vez  fueron amigos y se convirtieron en enemigos, además de sumir a su círculo familiar en una total bancarrota.

Bajo esas circunstancias, Brunilda ( Mónica Salvador ) la esposa de Gabriel, no tuvo otra alternativa, que confiar a su hija Ana ( Denise Gómez Rivero ) al cuidado de la tía Ema ( Silvia Pérez ) que de manera sospechosa, fue la única que conservó sus ahorros y no fue víctima de las estafas banquero. Esta circunstancia le valió poder pagar la educación de Ana y ayudar a escondidas al matrimonio Borkman, dejándolos vivir en una casa, que legalmente, ahora era suya.

La obra se inicia, con Gabriel ya en casa, luego de purgar su condena, libre de las rejas, pero encerrado en su habitación y muy solo, como una fiera enjaulada en su habitación, con sus penas a cuestas, solo le quedó un amigo fiel, Guillermo ( Alejo de Santis ) que lo visita regularmente.







La tranquilidad y rutina de la casa, se interrumpe con la llegada de Ema, a la que hacía muchos años no veían. Su visita causa estupor en Brunilda que no la esperaba. Vamos a mantener el suspenso y no contaremos más, solo anticipar que esa visita, removerá los fantasmas del pasado, quedando al descubierto, viejas heridas amorosas y familiares, que evidentemente y aunque pasaron muchos años,  no cicatrizaron para nada,

Como mencionamos, la trama envuelve al espectador, que se engancha con la historia y en esto además de la buena adaptación, influye mucho la potencia y calidad de las actuaciones que presenta la pieza.

Digamos ya que Marcelo Velázquez, reunió un elenco de primer nivel, muy parejo y con una entrega absoluta, se nota a todo el elenco muy comprometido con la historia que se cuenta.







Edgardo Moreira, es el gran protagonista de la historia, dando vida a un Borkman, vigoroso y ambicioso, que lejos de estar arrepentido de sus delitos, responsabiliza a la gente que le confío el dinero, sin preguntar. Un actorazo Edgardo, su tono de voz, su energía y su fuerte presencia escénica, aparecen en toda su dimensión en la obra, para redondear una actuación fantástica, en el rol protagónico.

Nos sorprendió gratamente Mónica Salvador, como Brunilda, la sufrida mujer de Brokman, la que soportó las humillaciones y ahora quiere a toda costa, recuperar el honor del apellido familiar. Muy buena su composición de personaje, con mucho sentimiento y interpretación cargada de sentimiento. Gran labor de Mónica.

Silvia Pérez, encarnando a la Tía Ema, es un personaje clave en la historia, por su relación con Gabriel por un lado y con Ana por el otro. El año pasado disfrutamos de la actuación de Silvia en La Restauración, una entrañable obra del off y aquí la volvemos a ver, en un personaje afligido, que soporta mucho dolor. Un papel complejo, que Silvia, resuelve con enorme solvencia, mostrando su  versatilidad y talento..







Alejo de Santis, es Guillermo, compañero de andanzas de Borkman, cuando tenía poder y el único amigo que le queda. En una obra dura, es quien logra las sonrisas de la noche, componiendo un personaje entrañable y muy divertido. Se luce mucho Guillermo.

Dejamos para el final a Denise Gómez Rivero, intepretando a Ana. La más joven del elenco, es para nosotros la gran revelación de la obra, aportando vitalidad, frescura y una seguridad que hay que destacar, ya que tiene un personaje clave y pese a su juventud, se mueve con toda soltura en este elenco con tantos actores de trayectoria. No es la primera vez, que vemos a Denise destacarse, es una joven con mucho talento, que la vemos crecer en cada nuevo trabajo que emprende y le auguramos un futuro muy promisorio.






La puesta además de las magníficas actuaciones, tiene muchos elementos para destacar, en primer lugar el ingenioso dispositivo escenográfico, creado por Ariel Vaccaro, con una casa de dos plantas, que sirve para dividir los ambientes de ese hogar, marcando la distancia entre Borkman y su esposa. Además el director establece muy bien la diferencia entre la casa y ese exterior hostil para Gabriel, que en algún momento se atreverá a romper esa barrera, para interpelar a una platea, a la que considera cómplice de sus delitos, en una escena que quedará en el recuerdo.

Hay un vestuario de época de Paula Molina que luce mucho, el diseño lumínico de Alejandro Le Roux que acompaña los diferentes momentos de la trama y por último mencionar los importantes aportes sonoros y audiovisuales de esa guerra que asolaba Noruega, en manos de Sebastián Pascual y Alejandra Dagostino.

Realmente la puesta de Marcelo Velázquez es impecable, cuidando todos los detalles e incorporando muchos elementos que colaboran a enriquecer el espectáculo.








En definitiva, una estupenda idea traer este clásico de Ibsen, en una libre adaptación, ejecutada en gran forma, ya que resalta la historia y la presenta aggiornada a estos tiempos, trayendo temas, como la guerra, la codicia de los hombres y las relaciones familiares, como eje de conflicto, todos tópicos que se apoyan en las excelentes actuaciones que tiene la obra.

Se hizo larga la reseña, pero la pieza transmite mucho y son muchas las sensaciones que deja, por todo lo expuesto, no es de extrañar que la obra desde su estreno, agota localidades y que al final de la función, los actores reciben un cálido y prolongado aplauso, como premio a la gran velada teatral vivida.

Recomendamos fervorosamente, El Ocaso de un Estafador, un clásico más que vigente y la posibilidad de disfrutar de la historia de Juan Gabriel Borkman y de exquisitas interpretaciones.



Pensador Teatral.


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