sábado, 23 de junio de 2018

Ocho cartas para Julio

Dramaturgia de Gabriel Lerman y Dirección de Daniel Berbedés.







Miércoles 21 hs en Hasta Trilce ( Maza 177 )

Una magnífica idea de Gabriel Lerman, de traer a escena, a Julio Cortázar, notable escritor argentino que fue uno de los más innovadores en su tiempo. Vivió su infancia y su adolescencia en Argentina y en la década del 1950, viajó hacía Europa, donde se radicó, optando por la nacionalidad francesa en 1981, en protesta contra el régimen militar que gobernaba en Argentina.

Entre sus principales obras, podemos mencionar Rayuela, Casa Tomada y Bestiario, por mencionar solo los títulos más relevantes. Cortázar fue un intelectual, que marcó tendencias, con su pensamiento y su obra. En 2014, surge este proyecto, en ocasión de cumplirse el centenario del nacimiento del escritor.







Lerman, crea un personaje imaginario, Nito Basavilbazo, nombre tomado de unos de los cuentos de Cortázar y lo convierte en una especie de antagonista, maestro en una escuela de Mataderos, amigo de la infancia, servirá como conductor, para trazar un perfil del escritor, a partir del viaje de Julio a París, ciudad que eligió para afincarse.

Nito en Argentina, escribirá cartas a Cortázar, en la que hablarán de literatura, música, política y de la vida en general, apareciendo en este intercambio epistolar, menciones de Gardel, de Perón y del Che Guevara, por mencionar sólo alguno interesantes tópicos que tratan sus cartas.






Quien tomará el papel del amigo de Cortázar, es Juan Palomino, que nos entrega una fantástica interpretación, dominando la escena con maestría  y enorme oficio. Se lo nota muy cómodo y disfrutando del protagónico, leyendo las cartas con pasión y poniendo el alma a su actuación.

La forma en que Palomino camina el escenario, sus pausas, sus silencios y su comunión, con esa máquina de escribir que parece tener vida propia, creando una atmósfera íntima, que el espectador disfruta muchísimo.






La puesta de Daneil Berdebés, nos gustó mucho, con una escenografía, despojada, solo una mesita y una silla, en la que Basavilbazo, escribe las cartas. Las palabras son las que mandan en esta historia y por eso se les brinda el protagonismo.

Pero Ocho Cartas para Julio, no es solo palabras, la música juega un rol fundamental en la obra y enriquece enormemente la puesta. Música original de Fernando Lerman, el hermano del autor,que además tiene a su cargo los instrumentos de viento ( hermosas sonidos provienen del saxo ) y Leandro Kalén en piano, nos ofrecen bellas melodías, que serán el acompañamiento ideal, para las locuciones de Palomino. Excelente el aporte de ambos.

En conclusión, una propuesta muy original, que los espectadores disfrutan de punta a punta, conmueve el silencio que reina en la bella sala del Hasta Trilce y la concentración con la que el público escucha los textos del protagonista.






La pieza consigue una muy buena semblanza de Cortázar. El autor hizo un muy buen trabajo de investigación, leyendo la correspondencia del escritor y a partir de allí, configuró su perfil, poniendo el foco en las cartas, que eran el medio de comunicarse en aquellos años, donde el correo jugaba un rol fundamental y pensar en la comunicación por wasap, chat o Skype, era pura ciencia ficción.

Quedamos muy satisfechos, al vivir una entrañable velada teatral, en la que se revelaron aspectos desconocidos de la vida de Cortázar y pudimos disfrutar de un Juan Palomino superlativo, que brilla dentro de una puesta estupenda.

Recomendamos mucho la obra, que transita su tercera temporada de suceso y celebramos la la respuesta del público, que colmó la sala y despidió a los protagonistas, con un prolongado y emocionante aplauso.



Pensador Teatral.




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