Obra escrita y dirigida por Rubén Sabadini, que se estrenó en Buenos Aires en el 2013 y desde esa fecha, viene cosechando elogios de la crítica y del público , ganando premios y participando en diversos festivales teatrales internacionales y ahora se reestrena en su 4ta temporada en el cálido Espacio Callejón.
La pieza arranca, con Aimé ( Laura Nevole ) parada sobre una tarima de madera, como única escenografía , contando su historia, que es una historia de amor que tiene con el misterioso Guzmán. Ella vive por Guzman, un hombre culto y disfruta escuchando las palabras refinadas con las que le habla aquel hombre. Siempre esta alerta y espera escuchar sus pisadas en el techo de chapa, porque cuando viene solo, él no entra por la puerta, él entra por el techo, anuncia a los espectadores.
Aimé está perdidamente enamorada de Guzmán, usa la ropa que le gusta a él, la peluca que él le pide, se pinta los labios con el color preferido de él, ella es feliz complaciendo a su amado, ese es su propósito en la vida, pasarla bien y hacer feliz a su Guzman y es por eso que se preocupa por satisfacer todos sus pedidos.
Aimé está perdidamente enamorada de Guzmán, usa la ropa que le gusta a él, la peluca que él le pide, se pinta los labios con el color preferido de él, ella es feliz complaciendo a su amado, ese es su propósito en la vida, pasarla bien y hacer feliz a su Guzman y es por eso que se preocupa por satisfacer todos sus pedidos.
El relato es gracioso y grotesco en ese comienzo y el espectador sonríe con lo que relata esa chica bruta, que se reconoce asimismo con una negrita, demostrando una autoestima muy baja.
Pero a medida que el relato de Aimé vá avanzando, la sonrisa vá desapareciendo y vá dejando lugar al drama, el inocente baile de los enmascarados y los enigmáticos amigos de Guzmán que participan de las fiestas que él organiza, ya no san tan simpáticos e inocentes y en forma desgarradora, van a ir revelando, su verdadera cara.
El texto de este unipersonal es ágil y la atención de la platea no decae nunca, por el contrario, va in crescendo, indudablemente la responsable de que esto suceda esLaura Nevole, que tiene una actuación fabulosa , su interpretación es brillante y nos hace creer, que no estamos en un unipersonal, ya que hace también de Guzman recreando los diálogos que tienen, pasando de la mujer simple que es Aimé, al refinado Guzmán en un click, con una facilidad y ductilidad que asombran.
El relato de Aimé es atrapante, con un manejo de los tiempos insuperable, arrancando con un estilo aniñado y sensual, pero que en el transcurso de la puesta, vá incorporando al personaje un dramatismo y un sufrimiento, que llega al corazón del espectador.
Recordemos que por esta actuación, Laura recibió varios premios, que al ver la obra, uno entiende son totalmente justificados, ya que estamos ante una actuación magnífica, la gestualidad, los tonos, la entrega física , todo es perfecto y no exageramos, diciendo que aquellas personas que estudian teatro, tienen la oportunidad de participar en una verdadera clase magistral de teatro, que dicta la protagonista.
En definitiva, viendo Trópico del Plata nos vamos a encontrar con una obra fuerte, que tiene poesía y pasajes de humor, pero que en realidad enmascara un profundo drama y una trampa en la cual Aimé se encuentra inmersa y de la que no puede escapar.
Recomendamos muchísimo esta obra, por la historia y por la conmovedora actuación de Laura Nevole.
La prolongada ovación del público al finalizar la puesta, no deja lugar a la duda, estamos en presencia de una verdadera joyita del teatro independiente, que no debemos perdernos.
Pensador Teatral.
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