Dramaturgia y Dirección de Leandro Airaldo.
Nos llegamos hasta el Nun, para ver esta obra que nos habían recomendado mucho y que llegaba con el buen antecedente de ser la pieza ganadora del Torneo de Dramaturgia Transatlántico Argentina Cataluña 2016.
Y ya adelantamos que nos gustó mucho, siendo este un muy buen ejemplo, que una historia sencilla y cotidiana, sin grandilocuencias, puede convertirse en una excelente propuesta teatral.
Indudablemente para que esto ocurra, deben confluir un texto inteligente y muy buenos intérpretes, algo que aquí sucede.
Enamorarse es hablar corto y enredado, nos cuenta la historia, de Ana ( Soledad Piacenza ) y Pedro ( Emiliano Diaz ) que sin conocerse, fortuitamente comparten un banco de plaza y ese será el disparador del relato que vendrá.
Son dos desconocidos y parecen pertenecer a mundos diferentes, Ana es una chica de ciudad y Pedro es un hombre de campo. A simple vista, solo apreciando como visten ambos, nos damos cuenta que perteneces a ámbitos diferentes.
El espectador se enternece de arranque viendo a los dos personajes, allí sentados, por algún motivo los imagina como seres frágiles y solos. Y seguramente piensa cuantas veces se sentó en un banco de plaza, que también compartía con un desconocido y aunque tuviera ganas, no se animó a entablar un diálogo, por esos mecanismos de timidez y barreras que generalmente nos autoimponemos.
Pero en este encuentro de almas solitarias, como tantos otros, el diálogo arrancó, La excusa fue una bella mariposa que andaba revoloteando en esa plaza. Pedro resultó un experto en mariposas y dio muestras de ello, ante una compañera de banco que lo escuchaba con mucha atención.
El primer paso fue dado, el hielo se rompió entre estos dos desconocidos. Pedro estaba equipado con su termo y su mate, dando un segundo y decisivo paso para que el incipiende diálogo iniciado no muriera, invitando un mate a Ana, que primero dudó, aduciendo que no tenía mucho tiempo, pero enseguida aceptó ese mate y elogió al cebador, por lo rico que estaba
No vamos a contar mucho más, solo decir que a partir de ese momento, mate va, mate viene, esas personas desconocidas tímidamente se empezaban a conocer, con mucho cuidado, tratando de no decir nada indebido, tratando de conocer al otro, con mucho juego de palabras y algunas preguntas indirectas, con cautela, pero siempre tratando de parecer interesante y agradar al otro.
La charla es deliciosa, como dijimos es un texto muy cuidado, pleno de poesía y de sensibilidad, donde aquellas personas que en el comienzo parecían pertenecer a universos distintos, van notando que tienen algunos puntos en común, como la soledad y las ganas de conocer a otra persona, osea, darle una chance al amor, para que pueda aparecer y cuando esto ocurre, las resistencias caen y Cupido puede hacer de las suyas.
Este guión de buena factura, divierte y entretiene gracias a las excelentes actuaciones que presenta la pieza. El autor nos presenta dos personajes muy queribles, que causan inmediata empatía con el público, apenas escucha sus primeras palabras.
Emiliano Diaz, es Pedro, un hombre de campo de aspecto bonachón, con su boina y una tonada campestre muy lograda. Tiene una atractiva mezcla de virilidad, caracteristica del hombre de campo y de sensibilidad, ya que es viudo y no está solo en esa plaza, sino viendo como sus dos hijitos juegan.
Un personaje muy tierno y divertido, que con su estilo irá seduciendo no solo a Ana, sino también a todos los espectadores. Una magnífica interpretación y el gran logro de componer un personaje delicioso, que se mete al espectador en el bolsillo.
Soledad Piacenza, es Ana, una chica de ciudad, de apariencia solitaria, con sus anteojos gruesos y un aspecto anticuado, que hacen que ella, se vea fea a si misma. Casi sin experiencia con los hombres, vislumbra en Pedro, ese hombre seductor, que le permitiría vivir nuevas experiencias. Nos encantó la actuación de Soledad, su tono de voz, sus gestos, su postura tímida, todo excelentemente logrado. Otra gran composición de personaje.
Realmente magnìficas las actuaciones de la dupla protagónica, llevando muy bien el ritmo del diàlogo, que va ganando en confianza, a medida que los minutos pasan y se van conociendo.
La escenografia es sencilla, pero bella, hay un árbol dominando la escena y ese banco de plaza, donde los protagonistas estarán sentados durante toda la obra, con la interesante variante, que mediante un dispositivo creado, ese banco girara en algunos momentos, lo que nos dará diferentes ángulos de visión de los protagonistas, siendo este el único desplazamiento que tendrán los actores.
Nos gustó el vestuario elegido para los actores, que marca las diferencias mencionadas antes, un diseño lumínico de Luciana Giacobbe, que aporta calidez, al igual que esa ambientación con sonidos típicos de las plazas, como fondo, incluidos el canto de un pájaro particular, que dejaremos que el espectador descubra cual es cuando vea la obra.
En definitiva, estamos en presencia de una historia simple, pero muy atractiva, el encuentro de dos desconocidos en una plaza, que están dispuestos a conocer al otro y porque no, soñar con un romance.
Leandro Airaldo, nos presenta este bello guión, que además de entretener y hacer reir con ganas al público con un humor sano y sin doble sentido, ni golpes bajos ( algo que valoramos mucho ), llegando al corazón del espectador, que siente mucha identificación y cercanía, con los personajes creados y donde sin dudas las excelentes actuaciones de Soledad Piacenza y Emiliano Diaz, se disfrutan muchísimo.
Presenciamos Enamorarse es hablar corto y enredado , un Jueves lluvioso, sin embargo el Nun estaba repleto, siendo esto una muestra que el boca a boca funciona y que la historia gusta mucho.
El cálido aplauso que recibieron los protagonistas al final de la función, es un justo premio a su gran labor y un merecido reconocimiento por la entrañable noche de teatro que nos regalaron.
Pensador Teatral.
Y ya adelantamos que nos gustó mucho, siendo este un muy buen ejemplo, que una historia sencilla y cotidiana, sin grandilocuencias, puede convertirse en una excelente propuesta teatral.
Indudablemente para que esto ocurra, deben confluir un texto inteligente y muy buenos intérpretes, algo que aquí sucede.
Enamorarse es hablar corto y enredado, nos cuenta la historia, de Ana ( Soledad Piacenza ) y Pedro ( Emiliano Diaz ) que sin conocerse, fortuitamente comparten un banco de plaza y ese será el disparador del relato que vendrá.
Son dos desconocidos y parecen pertenecer a mundos diferentes, Ana es una chica de ciudad y Pedro es un hombre de campo. A simple vista, solo apreciando como visten ambos, nos damos cuenta que perteneces a ámbitos diferentes.
El espectador se enternece de arranque viendo a los dos personajes, allí sentados, por algún motivo los imagina como seres frágiles y solos. Y seguramente piensa cuantas veces se sentó en un banco de plaza, que también compartía con un desconocido y aunque tuviera ganas, no se animó a entablar un diálogo, por esos mecanismos de timidez y barreras que generalmente nos autoimponemos.
Pero en este encuentro de almas solitarias, como tantos otros, el diálogo arrancó, La excusa fue una bella mariposa que andaba revoloteando en esa plaza. Pedro resultó un experto en mariposas y dio muestras de ello, ante una compañera de banco que lo escuchaba con mucha atención.
El primer paso fue dado, el hielo se rompió entre estos dos desconocidos. Pedro estaba equipado con su termo y su mate, dando un segundo y decisivo paso para que el incipiende diálogo iniciado no muriera, invitando un mate a Ana, que primero dudó, aduciendo que no tenía mucho tiempo, pero enseguida aceptó ese mate y elogió al cebador, por lo rico que estaba
No vamos a contar mucho más, solo decir que a partir de ese momento, mate va, mate viene, esas personas desconocidas tímidamente se empezaban a conocer, con mucho cuidado, tratando de no decir nada indebido, tratando de conocer al otro, con mucho juego de palabras y algunas preguntas indirectas, con cautela, pero siempre tratando de parecer interesante y agradar al otro.
La charla es deliciosa, como dijimos es un texto muy cuidado, pleno de poesía y de sensibilidad, donde aquellas personas que en el comienzo parecían pertenecer a universos distintos, van notando que tienen algunos puntos en común, como la soledad y las ganas de conocer a otra persona, osea, darle una chance al amor, para que pueda aparecer y cuando esto ocurre, las resistencias caen y Cupido puede hacer de las suyas.
Este guión de buena factura, divierte y entretiene gracias a las excelentes actuaciones que presenta la pieza. El autor nos presenta dos personajes muy queribles, que causan inmediata empatía con el público, apenas escucha sus primeras palabras.
Emiliano Diaz, es Pedro, un hombre de campo de aspecto bonachón, con su boina y una tonada campestre muy lograda. Tiene una atractiva mezcla de virilidad, caracteristica del hombre de campo y de sensibilidad, ya que es viudo y no está solo en esa plaza, sino viendo como sus dos hijitos juegan.
Un personaje muy tierno y divertido, que con su estilo irá seduciendo no solo a Ana, sino también a todos los espectadores. Una magnífica interpretación y el gran logro de componer un personaje delicioso, que se mete al espectador en el bolsillo.
Soledad Piacenza, es Ana, una chica de ciudad, de apariencia solitaria, con sus anteojos gruesos y un aspecto anticuado, que hacen que ella, se vea fea a si misma. Casi sin experiencia con los hombres, vislumbra en Pedro, ese hombre seductor, que le permitiría vivir nuevas experiencias. Nos encantó la actuación de Soledad, su tono de voz, sus gestos, su postura tímida, todo excelentemente logrado. Otra gran composición de personaje.
Realmente magnìficas las actuaciones de la dupla protagónica, llevando muy bien el ritmo del diàlogo, que va ganando en confianza, a medida que los minutos pasan y se van conociendo.
La escenografia es sencilla, pero bella, hay un árbol dominando la escena y ese banco de plaza, donde los protagonistas estarán sentados durante toda la obra, con la interesante variante, que mediante un dispositivo creado, ese banco girara en algunos momentos, lo que nos dará diferentes ángulos de visión de los protagonistas, siendo este el único desplazamiento que tendrán los actores.
Nos gustó el vestuario elegido para los actores, que marca las diferencias mencionadas antes, un diseño lumínico de Luciana Giacobbe, que aporta calidez, al igual que esa ambientación con sonidos típicos de las plazas, como fondo, incluidos el canto de un pájaro particular, que dejaremos que el espectador descubra cual es cuando vea la obra.
En definitiva, estamos en presencia de una historia simple, pero muy atractiva, el encuentro de dos desconocidos en una plaza, que están dispuestos a conocer al otro y porque no, soñar con un romance.
Leandro Airaldo, nos presenta este bello guión, que además de entretener y hacer reir con ganas al público con un humor sano y sin doble sentido, ni golpes bajos ( algo que valoramos mucho ), llegando al corazón del espectador, que siente mucha identificación y cercanía, con los personajes creados y donde sin dudas las excelentes actuaciones de Soledad Piacenza y Emiliano Diaz, se disfrutan muchísimo.
Presenciamos Enamorarse es hablar corto y enredado , un Jueves lluvioso, sin embargo el Nun estaba repleto, siendo esto una muestra que el boca a boca funciona y que la historia gusta mucho.
El cálido aplauso que recibieron los protagonistas al final de la función, es un justo premio a su gran labor y un merecido reconocimiento por la entrañable noche de teatro que nos regalaron.
Pensador Teatral.
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