Jueves 20 30 hs en Teatro El Extranjero ( Valentín Gómez 3378 )
Dramaturgia de Juan Ignacio Fernández y Dirección de Tatiana Santana.
Una propuesta muy interesante, llega con A la Buena de Dios. Ambientada en La Quebrada de Belén en los años setenta, con una dramaturgia muy bien elaborada y una estructura que atrapa al espectador, ya que arranca siendo una tierna comedia y de manera vertigionsa casi sin dar tiempo para imaginarlo, virará hacía un final impactante.
La historia arranca con tres hermanas varadas en una ruta desértica de Catamarca, porque el auto se les quedó sin nafta. Vienen de Mendoza, con donaciones para repartir en la Iglesia de un sacerdote cercano, con el que colaboraban en su provincia, hasta que se vino para estos pagos. La falta de experiencia en este tipo de travesías, hizo que se perdieran y quedarán a la buena de Dios, en una ruta catamarqueña, que resulta bastante inhóspita.
Se echan culpas entra ellas, pensando en que deberán pasar la noche en el auto, para tratar de buscar ayuda en la mañana, ya con la luz de día, cuando la menor de las hermanas, que había ido a caminar a ver si encontraba a algún lugareño que las ayude, vuelve con una compañía por demás inquietante, un hombre herido de bala, que dice ser periodista.
Esta llegada revoluciona a las tres mujeres solas, que desconfían de este hombre solo y herido que se nota está huyendo de la policía. Lo más aconsejable sería no involucrase, pero son muy creyentes y están acostumbrados a ayudar al prójimo, por ello, aunque tienen temores, asisten al hombre y le curarán la herida.
La situación, se complicará y mucha, cuando dos policías locales, que eran los que estaban detrás del periodista, encuentran a las mujeres en la ruta y las indagan sobre el hombre a quien protegieron.
La atmósfera descontracturada del comienzo, cambiará radicalmente y la tensión se irá adueñando del ambiente, ya que las fuerzas de seguridad y especialmente el sargento, no están nada contentos, con que hayan ayudado, a quien ellos consideran, es un peligroso delincuente.
No contaremos más, la obra está muy bien escalonada y tiene una muy buena cuota de suspenso y no seremos nosotros quienes vamos a develar que sucederá, solo indicaremos que el espectador deberá estar muy atento, al rumbo que irá tomando la trama, siendo muy interesante, el choque que se dará, entre dos universos muy diferentes, por un lado esas hermanas religiosas, con alma de samaritanas y por el otro, una fuerza de seguridad, autoritaria, que tiene valores e intereses, totalmente contrapuestos al de esas mujeres.
La pieza, ofrece actuaciones para destacar, pero antes de entrar en ellas, debemos resaltar la arriesgada decisión de Tatiana Santana, la directora, de intercambiar los géneros entre actores y personajes, para ser claros, los papeles de mujeres, los hacen actores y los de varones, los interpretan tres actrices.
La decisión permite que las situaciones dramáticas, pueden verse con mayor amplitud y además nos libera de prejuicios. Una apuesta osada, que a nuestro entender sale bien, por las condiciones y el compromiso, del muy buen elenco reunido. Nos queda la duda, de como hubiera sido la pieza, sin este intercambio de géneros, ya que sin dudas sería distinta.
Las actuaciones de las tres hermanas nos encantaron y son a nuestro entender, el pilar de la historia, arrancamos por Estela. la menor de las hermanas, la más rebelde y osada de las tres, interpretada por Guido Botto Fiora, un joven y talentoso actor, que brilla actualmente en Como si Pasara el Tren, una gran obra del off. Aquí con un rol absolutamente diferente, muestra su versatilidad y sus condiciones..
La hermana del medio, Sofia, la lleva adelante, Andrés Granier, nos gustó mucho su composición de personaje, de una mujer culposa y muy insegura. Encantador su papel, muy gracioso y generando muchas sonrisas en el público. Muy bueno lo de Andrés.
Completa el triángulo virtuoso, José Escobar, como Amalia, la hermana mayor, la líder del grupo, la más creyente, fanática de La Biblia, que lee siempre que tiene un rato libre. Es quien toma las decisiones del grupo y la protectora familiar.. Magnífica la actuación de José, a quien vimos en muchas piezas del off, entre ellas El Amor es un Bien, es un artista multifacético, ya que también es escenógrafo y aquí sorprende como mujer, en una actuación, en la que se luce mucho.
Como dijimos antes, las tres hermanas, son las que más se destacan en la pieza y las que generan los momentos más ricos y divertidos de la obra.
Pero no están solas o solos en escena ( elija el lector el artículo ) , ya que es importante y no debemos ser injustos con las tres actrices, que cumplen los papeles masculinos de la historia. Nos referimos a Ana Scannapieco, como Juan Ismael, un periodista misterioso y con aire seductor, que será pieza clave de la trama y el nexo entre las hermanas y los policías locales, interpretados por Maite Velo, como Manuel y Verónica López Olivera como Jaime. Tienen roles muy distintos, Manuel es autoritario y luce implacable, contrastando con su subordinado, que luce más humano y muy temeroso.
Las tres, cumplen muy bien sus papeles y completan un elenco joven, que se muestra muy sólido en el conjunto, resolviendo el reto que les propone la directora, al intercambiar de género.
La puesta es minimalista, con una escenografía despojada, en consonancia con esa ruta desértica donde se desarrollan las acciones. Hay un muy buen vestuario de Ana Nieves Ventura y hay que mencionar algunos momentos desopilantes, donde aparece la música, como cuando suena Trigal y quienes están en escena, nos regalan una muy graciosa escenografía.
En conclusión, una muy interesante propuesta, la que nos ofrece A La Buena de Dios, un guión interesante y comprometido socialmente, que tiene humor, intriga y drama. Una dirección audaz y arriesgada, que llega a buen puerto, por el muy buen elenco reunido. Actuaciones muy lucidas, para redondear una muy buena noche de teatro, que tendrá como broche, un final impactante, que nos dejará reflexionando, sobre el rol de las fuerzas de seguridad, que está integrada por personas, que muchas veces, no son las más idóneas y como es su interacción con la sociedad.
El aplauso final y prolongado con que los espectadores, despiden a los protagonistas, son una clara muestra, que quedaron muy satisfechos con una obra, que arranca siendo una comedia y nos deja en el final, reflexionando con el fuerte mensaje que nos deja.
Pensador Teatral.
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