Dramaturgia de Ronald Harwood y Dirección de Corina Fiorillo.
Obra escrita por el dramaturgo y guionista sudafricano Ronald Harwood, que siendo muy joven, viajó a Londres, para estudiar en la Real Academia de Arte Dramático. Estando allí, fue vestidor personal de Sir Donald Wolfit, uno de los grandes directores actorales británicos.
Sin dudas, esta experiencia de vida, lo inspiró para escribir The Dresser ( El Vestidor ), una de sus obras más reconocidas, que llega a Buenos Aires, con la adaptación de Fernando Masllorens y Federico González del Pino.
Harwood mostró siempre mucho interés por dos temas, que fueron recurrentes en muchas de sus obras, la fascinación por el mundo del teatro y sus artistas, es uno de esos tópicos y el otro, la Segunda Guerra Mundial.
Precisamente en El Vestidor, se cruzarán estas dos cuestiones, que tanto lo obsesionaban y que sin dudas lo marcaron.
En esta comedia dramática, el autor pone la lupa en un elenco teatral que representa obras de Shakespeare, que está de gira por diferentes ciudades de Inglaterra, que justo en esos momentos, está siendo bombardeada por los nazis.
Veremos como la compañía, sigue con su trabajo, pese a la guerra, cumpliendo al pie de la letra, el slogan, del show siempre debe continuar siendo además esto, una forma de resistencia. El guión además, pondrá especial énfasis, en la relación estrecha, existente entre un consagrado actor inglés ( Jorge Marrale ) jefe de aquella compañía y su fiel vestidor Norman ( Arturo Puig )
En esa particular relación, aparecerán luchas de egos, celos y miedos, que pueden ser característicos en el mundo actoral, pero que en verdad, podemos reconocer en cualquier trabajo y siendo más amplios, en las relaciones humanas en general, donde muchas veces, se generan relaciones tóxicas, que solos por acostumbramiento o por que nadie se atreve a cortarlas, se extienden en el tiempo.
La pieza tiene momentos muy graciosos, donde la ironía se hace presente en diálogos muy ricos y tiene otros momentos de hondo dramatismo, donde quedan al desnudo, los seres humanos al natural, con sus virtudes y sus miserias.
Esta adaptación, presenta dos intérpretes de lujo, como Arturo Puig y Jorge Marrale, dos actores de enormes, que se encuentran aquí, en El Vestidor, con personajes con características, muy diferenciadas.
Por un lado tenemos a un Jorge Marrale, al que llaman Su Excelencia, egocéntrico, caprichoso y con una fuerte personalidad, que justo esa día de función, sufre una crisis existencial, donde no sabe bien que hacer con su carrera y su vida, dudando hasta de si podrá actuar en la obra de teatro, que tantas veces representó.
Y por otro lado, Arturo Puig, como Norman, su fiel vestidor, sumiso y servicial hasta límites impensados. Puig realiza una brillante composición, siendo un personaje meticuloso, obsesivo, que tiene su vida consagrada a cumplir el trabajo encomendado y busca agradar siempre. Su forma de hablar, de caminar, su gestualidad, todo es en perfecta consonancia con el personaje complejo, que debe representar. Un actuación fantástica de Arturo.
Una gran dupla protagónica la formada, que se disfruta mucho en lo individual y muestran mucha química juntos.-
En papeles secundarios, pero importantes para la trama y acompañando muy bien, aparecen tres mujeres, arranquemos por Gaby Ferrero, Su Señoría, compañera de vida de su Excelencia y también cansada de llevar tantos años de gira con la compañía teatral .Ana Padilla, una actriz que nos gusta mucha, es Margarita, la fiel asistente de dirección, eficiente y es quien hace más tiempo está con su excelencia, por el que tiene un especial afecto. Por último, Belén Brito, como Irene, una joven actriz, que aporta juventud y belleza a la puesta, tratando de seducir al actor principal, que parece sucumbir a sus encantos, pese a la marca férrea, que le impone Norman y el entorno.
La multipremiada y talentosa Corina Fiorillo, una de las directoras del momento, que siempre se especializa por abordar el tema de los vínculos personales, encuentra en esta obra, mucho espacio para ello y Corina, contando con estos actores de fuste, los aprovecha muy bien, para explotar este vínculo, que resulta la columna central de la historia.
En la puesta, debemos destacar la música original de Angel Mahler, que siempre crea buenos climas, un diseño de vestuario de Silvina Falcón que aporta distinción y un magnífico diseño escenográfico de Gonzalo Córdoba Estévez, de muy buen gusto y con muchos detalles, acorde a la importancia de la producción.
En definitiva, una muy buena propuesta llega con El Vestidor, historia ambientada en la Segunda Guerra Mundial, que centrándose en la interna de esta compañía teatral shakesperiana, analiza los vínculos humanos que allí conviven y las relaciones que se establecen a lo largo de los años.
Poco para agregar, El Vestidor, escrita por Ronald Harwood, tiene humor, emociones, una estupenda dirección y dos actores de excelencia, que se unen, para regalarnos una noche de muy buen teatro, en uno de los estrenos más esperados del año.
Pensador Teatral.
"El Vestidor", la magistral obra de Ronald Harwood, indaga de un modo profundamente humano en el pequeño universo de un elenco teatral que está en gira en la Inglaterra en medio de la segunda guerra mundial. Y como toda gran obra de arte, se convierte en una lúcida indagación sobre todos nosotros.
La historia sucede en medio de un bombardeo, en la Inglaterra de la Segunda Guerra, y retrata las relaciones entre los miembros de un compañía shakespeariana, y en particular, la que mantienen el protagonista, un consagrado actor inglés con su fiel vestidor, Norman. En medio de bombardeos, de crisis de salud, de decisiones de continuar o no continuar con las funciones nos habla sobre los distintos tipos de amor y de miedos que tenemos todos
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