miércoles, 21 de noviembre de 2018

Chajá

Dramaturgia y Dirección de Luis Cano.









Miércoles 21 30 hs de El Portón de Sánchez ( Sanchez de Bustamante 1034 )

Chajá es una bella historia de amor, que llega a la cartelera porteña de la mano de Luis Cano, un autor que gusta de la poesía y sabe como incorporar de manera efectiva la misma a sus textos, algo que el espectador siempre agradece.

En esta oportunidad, ofrece un relato que arrancará en el presente, narrando historias de un pasado que pudo ser feliz y que pese a no serlo, dejó une huella tan grande, que será necesario volver allí para revivir lo sucedido e intentar cerrar algo inconcluso.







En un ámbito campestre, se encuentran Claudia ( Laura López Moyano ) y Alejandro ( Marcelo Mininno ) son adolescentes y disfrutan del verano, con la inocencia que tienen los jóvenes de su edad, jugando y pasando las tardes en contacto con la naturaleza, disfrutando de tener tiempo libre y dejar que el mismo corra sin preocupaciones, aún no tiene edad para las grandes responsabilidades de la vida.

Claudia, se ríe de si misma, dice que es la cieguita del pueblo, porque debido a una infección en los ojos, debe usar una vendas que no ls permiten ver. A pesar de este hecho, traumático para cualquier niño, se divierte, juega y es feliz de compartir los momentos con Alejandro, un apuesto chico del pueblo, que sueña con vender kerosene cuando sea grande.








Ella está enamorada de aquel chico, pese a que no puede verlo, la enamora su voz, su olor y su compañia, Le pide ir juntos al cine para que le cuente la película,  ya que recordemos que por sus vendas no puede ver. Se respira un aire de enamoramiento en el ambiente, pero la timidez y la inocencia de esos chicos puede más y el amor no se concreta.

Claudia luego de ese verano dejará aquel pueblo y se irá a la ciudad con sus padres. Sabe que allí, quedará su entrañable amigo. Y aquí es donde el autor, introduce aparece la historia del chajá, un pájaro que debe vivir en pareja, no puede vivir solo, porque muere de amor y de dolor, si su compañero ya no está.

El texto de Cano, fue escrito a medida de los protagonistas ( al contrario de lo que ocurre en la mayoría de los casos, escribió el guión, una vez que sabía quienes serían los intérpretes ) y eso se nota de manera muy favorable para la obra, ya que la dupla protagónica se mueve con comodidad y frescura, por los recovecos del relato. Laura López Moyano, impresiona por la ternura con que compone su personaje, con una sensibilidad a flor de piel y una candidez muy lograda. Destacamos la gestualidad de Laura, sus caras, sus movimientos, en total sintonia con su personaje. Es la primera vez que vemos a Moyano en escena y realmente nos encantó su trabajo.








Lo de Marcelo Mininno, también es muy destacable, más huraño que Claudia, parece no entregarse por completo al juego de seducción que le proponen, la figura de su padre parece siempre llegar en los momentos más inoportunos, para cortar el idilio y fastidiar a su amiga. Forma una muy buena dupla con Laura, se entienden muy bien y  juntos saben darle al texto la impronta que pide el desarrollo.

La puesta que nos propone el director es íntima y cálida, con un diseño escenográfico austero, ambientado con paja y una atmósfera campestre, que se potencia con esos sonidos propios de la naturaleza, que nos hacen volar con la imaginación, a las orillas de algún arroyo, en el pasto y con los pájaros cantando de fondo.








Como dijimos antes, estamos en presencia de una historia sencilla y sensible, potenciándose precisamente en esa simpleza, sabiendo llegar al espectador, que siente cercano y real lo que se presenta. Reflexionando sobre un amor de verano, que tuvo una influencia distinta en ambos integrantes de la relación, debido a esto y pese a los años pasados, faltaba dar algún paso para cerrar una historia inconclusa.

Chajá, fue seleccionada por la Fundación Sagai, en la convocatoria de acompañamiento económico para proyectos teatrales " Más Teatro " en 2018 y gracias a ese aporte podemos verla en escena, en un teatro tan cálido como El Portón de Sánchez, siendo esto algo a destacar.

La obra viene agotando localidades desde su estreno y como son pocas funciones programadas, esperemos verla el año próximo en una segunda temporada. La poesía que irradia el texto y la calidad de las actuaciones, así lo auguran, por eso no sorprenden, los sostenidos aplausos, con que los espectadores, al final de la función, despiden a esta parejita, que como los chajás, no pueden vivir sin la compañía de su media naranja.



Pensador Teatral.

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