miércoles, 14 de noviembre de 2018

Los Nadadores

Dramaturgia y Dirección de Laura Santos.






Miércoles 21 hs en Zelaya Teatro ( Zelaya 3134 )

Una interesante propuesta nos acerca Laura Santos, con Los Nadadores, una obra que tiene mucho de experimental y que combina de manera muy original el lenguaje teatral y audiovisual, donde el espectador por momentos, parece estar en el cine, ya que hay momentos, donde los actores salen de escena y se siguen con atención las imágenes que se proyectan.

Laura es originaria de Bolivar y sin dudas vivir en una ciudad pequeña, rodeada de muchos pueblos casi fantasmas en la zona, algunos con menos de cincuenta habitantes, la inspiraron a escribir este texto, que pone la lupa en esos pueblos casi abandonados, que cada vez tienen menos habitantes. Se van por falta de trabajo, de oportunidades y seducidos por el imán que tienen las grandes ciudades.






Paradojicamente ese éxodo, en la mayoría de los casos, hace que abandonen pueblos tranquilos, donde se respira aire puro y se disfruta el contacto con la naturaleza, en contraposición con la vida apurada y caótica de las grandes ciudades, donde el cemento parece dominar todo y la buena calidad de vida, no es moneda corriente.

Yendo a la obra, contamos que las acciones se desarrollan en Ester, un pueblito olvidado de la provincia de Buenos Aires, que perdió a casi todos sus habitantes y para colmo debe luchar con el estigma, que tienen sobre sus espaldas, ya que hace unos años, unos nadadores que habían ido de visita al pueblo, para disfrutar de las aguas del arroyo local, murieron en forma trágica, debido a una corriente misteriosa, que pareció tragarlos.

Los pocos habitantes que quedan, por un lado deberán luchar para superar esa mancha que el pueblo tiene y estar preparados para actuar en caso que el arroyo vuelva a atacar como aquella vez. Por otro lado deberán buscar la manera, de que el pueblo sea a atractivo, para recibir visitantes y tratar de que Ester recupere población.







Hay mucho tiempo para pensar, las horas parecen no pasar en aquel pueblo, en el que, hay poco para hacer y el aburrimiento siempre parece estar agazapado para atacar. Piensan que organizar alguna fiesta popular, pero están casi todas inventadas ya. Mandan cartas a gente de otras ciudades, que se puedan interesar en la historia y los misterios que habitan en Ester, porque convengamos que la mayoría de estos pueblos abandonados, tienen leyendas y fantasmas que los habitan. Tienen que pensar en estrategias que hagan que la gente vaya a su pueblo.

La puesta como dijimos es muy original, juega con lo audiovisual, con lo sonoro y se apoya en las buenas actuaciones que presenta la historia. Son todos integrantes de la Compañia Cabeza del Buey, grupo formado en 2013 y dirigido por Laura Santos, autora y directora de Los Nadadores.









Vamos a nombrarlos a todos los integrantes de elenco, ya que hacen al conjunto de la historia y cada uno de ellos tiene reservado un monólogo donde pueden lucirse.  Nos referimos a Julieta Caputo ( Laura ), Juan Castiglione ( Bertó ), María Villar ( Cira ), Paula Staffaloni ( Vilma ), Antonella Saldico ( Sara ), Gianluca Zonzoni ( Cecé ) y Eduardo Ferrer ( Paraná ).

Como pueden ver, un elenco numeroso, jóvenes todos ellos, que se notan comprometidos, con el mensaje que la obra quiere transmitir y están en la sintonia low que pide la trama, con ese ritmo pausado, que se vive en las pequeñas localidades.









La puesta es atractiva, por su originalidad y por ese toque cinematográfico que se mezcla con lo teatral, con una estética muy cuidada.  Debemos destacar la música original de Eduardo Ferrer que tiene mucho protagonismo, al igual que el diseño visual y de fotografía de Iam Kornfeid. Un párrafo especial para Jesús Villegas, locutor español, cuya voz, aparece en unas grabaciones que los protagonistas reproducen, aportando una nota de color..

La obra además aprovecha muy bien las posibilidades que brinda espacio diferente como es Zelaya, una casona en pleno Abasto, con un jardín hermoso con muchos árboles, una pileta, como preámbulo de la sala teatral que se encuentra al final del camino. Un espacio único el de esta sala, que en primavera, tiene un encanto especial. Para quienes aún no lo conocen, llegarse hasta Zelaya en primavera, ya es una experiencia en si misma. Bien la directora aquí, aprovechando ello para que los utilicen el espacio, para entrar y salir del jardín y la cocina, ampliando los límites del escenario.








Bueno no queremos contar más, la propuesta sin dudas es arriesgada y se atreve a explorar otras disciplinas.  Nosotros desde este espacio, siempre celebramos la aparición de obras que se animen a experimentar, a jugar con las nuevas tecnologías, saliendo de los formatos tradicionales, asumiendo los riesgos que esto conlleva

En este caso, lo hace, con una temática interesante y con una pieza que tiene mucho de documental, testimoniando la realidad de tantos pueblos perdidos en nuestro país, con tanto espacio para ofrecer, con casas y escuelas vacías y con habitantes que no se resignan a que sus pueblos desaparezcan y harán lo posible para resistir, soñando con el resurgimiento de esas localidades a donde el tren hace mucho no llega y ya casi ni aparecen en los mapas.

Ver Los Nadadores, es un buen ejercicio, para recordar la existencia de esos pueblos casi abandonados que existen Argentina. Además de la bella historia, disfrutarán de entrañables actuaciones y de este espacio tan especial que es Zelaya, un oasis verde en pleno Abasto.



Pensador Teatral.

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