Jueves 20 30 hs en Espacio Callejón ( Humahuaca 3759 )
Una noche de pesca y reflexiones, nos propone Cazón, unipersonal escrito y protagonizado por Rodrigo Paredes, que nos presenta un relato donde ir a pescar será la excusa del protagonista, para poder tener un momento de introspección, en donde en soledad podrá repensar sus vínculos familiares y la vida en general.
La historia se desarrolla en alguna ciudad costera, hasta allí llegará Luis, con todos los petates para poder cumplir con el ritual de la pesca. Está decidido a llevarse un cazón de buen tamaño y para ello debe tomas varias decisiones correctas. Entre ellas elegir cual es la mejor carnada, el anzuelo adecuado para la especie, tener en cuenta la fuerza con la que sopla y por supuesto elegir el lugar justo para buscar el pique.
El relato arranca muy divertido, Luis está entusiasmado, se lo nota contento de estar allí solo, con el desafío personal de sacar ese cazón que tanto lo obsesiona. Habrá llevado todo lo necesario o se habrá olvidado de algo ?? Llevó los fósforos para prender la fogata, tan necesaria para combatir el frío de la noche ?? Puede ser que se haya olvidado su anzuelo favorito ?? De a poco esa alegría que mostraba al principio ira virando y comenzará una lucha mental interna contra el mismo y sus recuerdos.
Los sonidos de la noche, se interrumpirán con el ring tone de su celular que sonará de manera irreverente. Debería atenderlo ??? . Su idea era tener una noche sin interrupciones, pero no siempre esto puede lograrse. Seguramente es su esposa que lo llama, para ver si está todo bien. O lo llamará Rúben su hermano menor, al que también le gusta pescar, aunque tiene métodos diferentes. Como sea el teléfono lo saca del estado de gracia en el que se encontraba y lo vuelve a la realidad. Comienza a pensar, por ejemplo a él, le gusta pescar desde el muelle y su hermano siempre pesca embarcado. Mentalmente recuerda las diferencias que tienen por este tema y también por otros más importantes.
No queremos contar demasiado, para mantener la sorpresa, solo adelantaremos que los momentos graciosos y las anécdotas divertidas que Luis recuerda en un principio irán quedando en un segundo plano y empezarán a llegar otros recuerdos no tan agradables. Relaciones familiares que no están funcionando bien, frustraciones que rondan su vida diaria y angustias que permanecían ocultas. De a poco todo, ira saliendo a la luz, en una noche que se irá transformando en una sesión de psicoanálisis intima y a cielo abierto. Hasta allí contaremos, el resto lo descubrirán cuando vean la obra.
Nos encantó el trabajo de Rodrigo Paredes, componiendo a un Luis bonachón y muy querible. Quiere mostrarse contento y feliz, sin otros problemas en la vida, que pescar un buen ejemplar de cazón. Pero esa es la capa exterior, la que quiere mostrar a los demás, pero no es la real. Detrás de esa supuesta felicidad, se esconden varias cuestiones para resolver y tal vez reconocer esos problemas sea un gran comienzo.
El personaje que compone Rodrigo es divertido y sensible. Con mucha presencia escénica, recorrerá el amplio espacio escénico del Callejón, componiendo a un Luis humano y afligido, que resulta muy reconocible para los espectadores, que se identifican mucho con el personaje y sus vivencias.
La dirección de Fede Buso, le otorga dinámica y profundidad a la trama, con una puesta que tiene varios elementos para destacar. Arrancando por diseño escenográfico de José Escobar, con los elementos necesarios para ambientar en gran forma el relato. Hay un muy buen diseño lumínico de Sebastián Francia. Los sonidos de la naturaleza dan marco a la historia y también destacar el aprovechamiento de la amplitud y características que presenta el espacio escénico que permiten ver a nuestro pescador con su caña, en la altura de un muelle, buscando el pique y luchando contra las inclemencias del clima.
Cazón arrancó su segunda temporada en Espacio Callejón y es algo muy meritorio, para este unipersonal de elaboración artesanal, que tiene como mayor virtud, lograr llegar al espectador con una dramaturgia simple, pero efectiva, que resulta cercana y en la que cualquiera se puede reflejar. La obra nos invita a reflexionar, sobre aquellos conflictos familiares o situaciones personales, que significan mucho para nosotros, pero que por alguna razón elegimos esconder bajo la alfombra. Y una noche de pesca, una caminata bajo la lluvia, un viaje en soledad o la manera que elijamos, puede ser la opción ideal para enfrentar los problemas y tratar de resolverlos, ya que a veces con un simple llamado o bajando el orgullo, es suficiente.
Disfrutamos de una entrañable noche de teatro independiente, nos reímos y nos angustiamos junto a nuestro amigo pescador, gracias a la estupenda actuación de Rodrigo Paredes, que le puso el corazón a la obra que el mismo escribió. Luego del lindo aplauso del final, del público que colmó la sala, nos fuimos pensativos de la sala, pensando en los fantasmas internos que todos tenemos, mientras el sonido de las olas, sigue presente en nuestros oídos.
Pensador Teatral.
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