Autoría: Sara Gallardo. Dirección de Analía Fedra García.
Domingos 20 hs en Teatro El Extranjero ( Valentín Gómez 3378 )
Llega el teatro un texto de Sara Gallardo, escritora argentina que luego de estar marginada algún tiempo de la escena, ha resurgido con fuerza en los último años, descubriendo muchos lectores, que fue una de las primeras autoras con una perspectiva de género en nuestra literatura. Enero fue su primer obra, la escribió cuando tenía solo veintisiete años y fue la pieza de su autoría que mayor reconocimiento tuvo.
La novela de Gallardo fue publicada en 1958, han pasado más de sesenta años, pero pareciera que fue escrita hace solo unos meses, tal es la vigencia y la actualidad de la temática que trata. Indudablemente esta actualidad en el tiempo, sedujo a Analía Fedra García, que es lectora apasionada y cuando descubrió este texto de Sara, enseguida tuvo la idea de llevarlo al teatro, algo que resulta un verdadero desafío, ya que no es sencillo adaptar un texto literario de este calibre al espacio escénico.
Fedra tuvo como premisa, respetar palabra por palabra del texto original, para este monólogo que indaga en el interior de Nefer, una mujer humilde y desamparada, que busca angustiada la forma seguir adelante. Se la nota perturbada y profundamente sola. Está embarazada, leva una vida en su vientre, pero en vez de estar feliz, está avergonzada por la situación y muy afligida por lo que vendrá.
El relato se desarrolla en una estancia, por lo que el universo campestre estará presente a lo largo de todo el texto, con una riqueza de imágenes que llegarán con mucha poesía y nos remiten a la naturaleza. Y precisamente allí es donde encuentra refugio Nefer, en los árboles, en la tierra, el canto de las aves y la bravura de su caballo tordillo. Tiene una naturaleza animal, que la hace sentir mucho más cómoda, al estar en contacto con la naturaleza, que entre humanos.
Enero, fue la primera novela que se atrevió a hablar del aborto y lo hizo sin bajar línea, sin juzgar. Es una historia que toca muchas temáticas, nos habla de abusos, de clases dominantes que someten a los trabajadores, de personas que nos miran con indiferencia o desprecio, en vez de tendernos una mano. Pero Enero también es una historia de amor adolescente, de despertar sexual, como esa fascinación que Nefer siente cuando imagina o ve al Negro, sus dientes blancos, su cuchillo afilado y esa virilidad que estremece su cuerpo.
Llega el momento de hablar de la gran protagonista de la noche, ya que hay un texto estupendo de Sara Gallardo, una gran adaptación de Fedra, pero para que la obra llegue al espectador con la potencia que lo hace, es necesario contar con una intérprete que se encuentre a la altura del enorme desafío que representa protagonizar este unipersonal, que tiene una exigencia mayúscula- Luego de haber visto la obra, podemos afirmar que Vanesa González, la elegida por la directora para la ocasión, no solo demuestra estar a la altura del protagónico, sino que nos regala una actuación exquisita, que está entre las mejores que vimos este año.
La composición de Vanesa es fenomenal, componiendo con minuciosidad y una sensibilidad a flor de piel a una Nefer vulnerable y salvaje a la vez. Logra dar vida al mismo tiempo a todos los personajes del relato, los habitantes de la estancia, humanos, animales y hasta los árboles, hablarán a través de su cuerpo. El trabajo de la protagonista por momentos resulta hipnótico para los espectadores, que siguen sin perder detalle, cada uno de sus pasos y transformaciones.
Hay un despliegue físico y una entrega corporal que se disfruta muchísimo. A Vanesa González, la vimos por primera vez en El Picadero, en Jauría la obra de Jordi Casanova, que tuvo muy buen suceso. Aquí en su debut en un unipersonal, nos sorprende con una interpretación fenomenal, redondeando un trabajo que a nuestro entender resulta consagratorio.
La puesta que presenta el relato es minimalista, son pocos los elementos en escena, solo los necesarios para darle belleza y un marco a la historia. Hay un caballito, un molino y poco más. No es necesario agregar objetos, aquí el protagonismo lo tiene la palabra. Para destacar la música original de Miguel Angel Pesce, que acompaña momentos importantes de la historia.
No queda mucho más para que agreguemos, Enero es una obra sensible que nos interpela, un relato que indaga en el interior de una joven que se siente sola y desamparada. Le cuesta confiar en los humanos. Se siente más contenida por la naturaleza, por su caballo, por los árboles y por esas vastas pampas que son su hogar y que un momento complicado de su vida, parecen ser las únicas que la protegen.
Además de lo mencionado, es una gran oportunidad para descubrir a Sara Gallardo, una autora adelantada a sus tiempos, que en los últimos años está cobrando gran significación. La propuesta llega con una lucida adaptación de Fedra, que tuvo la gran idea de traer este texto al teatro, respetando cada palabra de la novela original. Y, si a todo lo mencionado, le sumamos una puesta íntima y la soberbia composición de Vanesa González, solo nos queda recomendar la obra, que no tenemos dudas se encuentra entre las mejores propuestas que el teatro independiente nos regaló este año.
Pensador Teatral.
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