Dramaturgia de Adriana Tursi. Dirección de Tatiana Santana.
Sábados 20 hs en Teatro del Pueblo ( Lavalle 3636 )
Una propuesta muy divertida llega de la mano de La Patria al Hombro, texto escrito por Adriana Tursi, que bucea en nuestra historia, para presentar este grotesco criollo, que además de hacernos reír mucho, nos recordará un hecho histórico que no todos conocen y que funcionará como una muy buena pintura de las divisiones permanentes que existieron en nuestro país, donde para casi toda cuestión siempre hubo dos bandos enfrentados.
Para situar los hechos de los que nos habla el relato, debemos viajar hasta el año 1869, momento en el que Domingo Faustino Sarmiento, presidente por aquellos años y siempre preocupado por el desarrollo de la educación, toma una medida polémica, pero también simbólica, como fue la decisión de traer a nuestro país a sesenta y cinco maestras norteamericanas, que llagarían a nuestro país, contrato mediante, para dar clases en escuelas argentinas.
Adriana Tursi toma este disparador, para escribir una obra que resulta muy interesante y si bien lo hace en clave de humor y parodia, logra de manera muy efectiva presentar el tema y hacerlo ameno, con mucho humor, pero también con el grado justo de ironía y verdad, para dejar en claro las distintas posiciones y disputas que existían en aquellos años, con actores sociales que siempre fueron muy poderosos.
Las acciones se sitúan en Córdoba, esto queda claro rápidamente por el acento de los protagonistas. A la provincia mediterránea llegarán Mis Mary y Mis Frances, dos de las maestras norteamericanas, que viajaron a nuestro país, tras la implementación de Ley de Educación Nacional impulsada por el "Loco " Sarmiento. No somos irrespetuosos con el prócer, solo describimos como se lo mencionaba en la obra, entendiendo que dicha denominación, se daba porque sin dudas fue un adelantado a la época y un comprendido por la gran mayoría de la gente, algo que ocurrió con muchos personajes notables de la historia.
La llegada de las docentes no fue para nada placentera. Les habían prometido que las esperaría una escuela bien equipada y se encontraron que las clases debían darlas en la casa del político del pueblo que oficiaba de anfitrión, con sillas que hacían las veces de pupitres improvisados. Los contratos que firmaron para su llegada, incluían algunas tareas que no eran propias de la docencia, como tener a cargo la limpieza de las aulas y para hacer todo más cuesta arriba, el cobro de los salarios prometidos, tampoco iba a ser una empresa sencilla.
Pero ese no era el problema mayor, que debían soportar las maestras foráneas. Sorprendidas vieron como la falta de alumnos era una realidad. El motivo de ello, era que la Iglesia, poderosa institución de la época estaba totalmente en contra de su llegada. Los motivos eran tan claros, como insalvables. No estaban de acuerdo con la educación laica que se proponia. Hasta ese momento la religión, iba de la mano con la educación y poner en peligro esta unión, era algo que los religiosos de la época no iban a permitir. La educación laica que se proponía no era algo que podían aceptar.
El texto de Adriana, deja claro la disparidad de fuerzas, de la disputa. Ya que la lucha se daba entre la Iglesia, tan poderosa en aquellos años, que estaba en contra de esas dos mujeres, que solo llegaban para cumplir el trabajo encomendado, que consistía en dar educación a niños argentinos. Ellas ajenas a los conflictos religiosos y políticos, debieron adaptarse a la efervescencia de la época. Y hasta alli vamos a contar para no quitar sorpresas, para remarcar como dijimos antes, remarcar que todo el relato se apoya en situaciones divertidas y bastante delirantes, que hacen reír a los espectadores.
La obra tiene muy buenas actuaciones. Son siete los actores en escena y todos ellos logran darle muy buena impronta a sus personajes. Destacamos los trabajos de Silvina Muzzanti y Lalo Moro como las maestras norteaméricanas. Silvina como Mis Frances, será quien lleve la voz cantante, reclamando por las condiciones prometidas y no cumplidas, pero también la que se plantará ante los que protestan por su llegada. Gran presencia escénica de Silvina, a quien elogiamos hace poco en este sitio, por su interpretación en Las Mujeres del General, otra obra histórica del teatro independiente y aquí vuelve a lucirse. Lalo Moro como Mis Mary es una decisión arriesgada de la directora, que elige que sea un hombre quien lleve el papel femenino, muy bien resuelto esto por Lalo, que con elegancia, compone un personaje, que no era sencillo.
Sigamos con los dueños de casa, nos referimos a Don Isidro, papel interpretado por Sebastián Pajoni, el político de aquellos pagos, que con un discurso cargado de efusividad y demagogia, nos recuerda muchos a caudillos políticos de nuestro Interior. Gran trabajo el de Sebastián, a nuestro entender, una de las mejores interpretaciones que tiene la obra. Karina Antonelli, es su esposa Encarna, Su personaje es el más divertido de la obra y tiene una impunidad a prueba de balas. Poseedora de una lengua filosa, no se guardará nada y se despachará con improperios al por mayor. Jaru Keselman, es Amanda, la hija de ese matrimonio tan disfuncional, que no recibe mucho amor de sus padres. Jaru, aporta frescura y mucha ternura Jaru con su personaje.
Completan el elenco Juan Subiotto, encarnando a un joven enérgico y machista, que enarbola las banderas de la Iglesia y será uno de los que más luchará contra la llegada de las maestras del Norte. Además tratará de convencer a su novia Clara, de los peligros de asistir a las clases de estas educadoras con ideas contrarias de Dios, que según dicen son enviadas el mismísimo Satanás. Julieta Coria, es quien lleva el papel de Clara y para nosotros la gran revelación de la obra. Nos gustó mucho su composición, con mucho carisma y energía, además con un acento cordobés encantador, quedará en el medio de los dos bandos. Hay una escena estupenda donde Juan y Julieta representarán las voces de todos los personajes de la historia realmente lograda, de la que no queremos dar detalles, pero recomendamos no se pierdan, porque la van a disfrutar mucho.
La puesta de Tatiana Santana es descontracturada y fresca, consiguiendo transmitir el mensaje de manera muy divertida. Logra darle una muy buena dinámica al relato y tiene aciertos importante, como la inclusión de momentos musicales al relato. Items a destacar de la puesta, el vestuario de Ana Nieves Ventura, que colabora para la muy buena caracterización de los personajes. El diseño escenográfico de Alejandro Mateo y el lumínico de Soledad Ianni, son elementos que también agregan valor a una puesta, que resulta muy atractiva.
Y hasta aquí vamos a contar, el resto lo descubrirán cuando vean la obra. En lo personal, disfrutamos mucho las obras que tienen referencias de nuestra historia, ya que logran llevar a la escena teatral, hechos que muchas veces no tuvieron la repercusión que merecían. Aquí Adriana Tursi, partiendo de un suceso casa anecdótico, pone el foco en un tema muy importante como el de la educación, que lamentablemente se encuentra muy devaluado en la actualidad, por una clase política ocupada en resolver temas que responden a sus necesidades, olvidando que un país sin educación, es un país sin futuro.
Gran mérito de La Patria al Hombre, es traer el tema de la educación y hacerlo de manera amena. Siempre contar la historia con humor resulta una buena idea ya que anula aquellos prejuicios, que dicen que la historia es aburrida. El texto con acidez e ironía, deja al descubierto las contradicciones y las miserias, que desde hace tantos años, rigen los destinos de nuestro país.
Recomendamos la obra, ya que además de disfrutar de las muy buenas actuaciones que presenta, nos permitirá reflexionar con mucho humor, sobre aquellas disputas que envuelven a la Argentina desde siempre y reflotar la figura de personajes históricos como el caso de Domingo Faustino Sarmiento, que polémicas al margen, siempre buscó la grandeza y el desarrollo del país, siendo una figura enorme, en contraste con las miserias y la mediocridad que caracteriza a nuestra actual clase política.
Pensador Teatral.
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