lunes, 6 de mayo de 2024

El Bululú, Antología Endiablada.

Dramaturgia de Leticia Gonzalez De Lellis y Osqui Guzmán.





Que buena noticia la vuelta a escena de El Bululú, Antología Endiablada, una obra emblemática para nuestro teatro, estrenada en el 2010 en el Cervantes, con un éxito rotundo en aquellos años y agotando localidades en escenarios de nuestro país y del exterior, recibiendo además numerosos premios y reconocimientos para la obra y para su gran intérprete Osqui Guzmán, que realiza una composición fenomenal.

La pieza tiene una historia muy particular que merece ser contada. Osqui Guzmán es reconocido actualmente por ser un actor, dueño de un talento enorme y una trayectoria más que destacada, pero sus orígenes fueron bien de abajo. Hijo de costureros bolivianos, a los catorce años ya cosía guardapolvos y servilletas para ayudar con el trabajo a sus padres. Con mucho esfuerzo, ya que en su casa nunca sobraba dinero, sino todo lo contrario, estaba terminando el secundario. En aquellos años soñaba secretamente con ser profesor de Kung Fu y  casi por error se anotó en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático. Le dijeron que era un especie de facultad de actores, donde se estudiaba acrobacia, violencia en escena y esgrima.






Entonces Osqui asoció, su pasión por las artes marciales, con la posibilidad de darle un título a sus padres, ya que esa facultad de actores sin dudas iba a dar alguno. Pero cuando sus viejos se enteraron se enojaron mucho y su padre dejó de hablarle por tres largo años, contrariado por su decisión. Y fue un profesor del Conservatorio, que le dio un cassette con una grabación de El Bululú de José María Vilches, un actor español radicado en Argentina. Y es regalo lo marcó para siempre. Osqui pasaba horas encerrado, trabajando con la máquina de coser y no se cansaba de escuchar aquella cinta, tanto que tardó poco tiempo en memorizarla. Y luego dió un paso más, ya que mientras viajaba en colectivo y caminaba cuando no había plata para el boleto, se entretenía repitiendo aquellos textos variopintos, que tenía momentos divertidos y mucha poesía.

Y con la voz de Vilches, como punto de partida, comenzó a investigar sobre el Siglo de Oro español y en sociedad con Leticia González de Lellis, comenzó a escribir este fantástico texto, que conjuga obras de autores como Lope de Vega o el gran Federico García Lorca, con sus orígenes como actor, la cultura boliviana de sus antepasados, las enseñanzas de sus padres y el sonido constante de esa máquina de coser, que acompasaba la voz de José María Vilches,

Ver a Osqui Guzman en el escenario del Metropolitan Sura resulta un deleite para los sentidos, ya que es un unipersonal que ama e interpreta desde lo profundo de su corazón, con una entrega absoluta, Osqui mostrará todo su talento, con un manejo brillante de su cuerpo, la precisión con la que ejecuta las diferentes coreografías, una expresividad admirable, plasticidad en cada uno de sus movimientos y una técnica actoral fenomenal, para poder desdoblar una la gran cantidad de personajes que aparecerán durante la trama. Porque la obra es un unipersonal, pero Osqui no está solo en escena, ya que crea personajes a cada rato, habla con ellos, se tira el piso, baila  con ellos, canta y mucho más que no queremos adelantar.





Guzmán maneja los tiempos del relato con maestría, el texto no es sencillo, pero el actor lo transita con una naturalidad y una cadencia que genera admiración en la platea que por momentos lo sigue hipnotizado. Hay momentos realmente muy divertidos, cada uno elegirá su favorito. Nosotros ternemos dos, " Pantomima de la Cucaracha " y " Los Habladores " , donde las risas se multiplican, Como dijimos antes, la composición de Osqui es fenomenal y se disfruta muchísimo.

La puesta tiene varios aspectos para destacar. En primer lugar mencionar que el espacio escénico está despojado, para dejar bien en claro que lo importante es la actuación, si la misma invita a viajar, la escenografía se imagina. Para destacar el vestuario de Gabriela Fernández, que servirá para caracterizar a los diferentes personajes, siendo el propio protagonista el que saque la ropa de una valija, emulando posiblemente la época en que Osqui era actor callejero. Otro punto a destacar la música de Javier López del Carril, que acompaña diferentes momentos del relato.






Ya hemos contado lo suficiente, El Bululú, Antología Endiablada es una excelente propuesta que nos ofrece el teatro independiente, con una interpretación superlativa de Osqui Guzmán, que por este trabajo obtuvo galardones al por mayor, como el Premio ACE, el Premio Estrella de Mar, el Premio Trinidad Guevara y el Premio María Guerrero, entre otros, además de recibir el Premio Konex diploma de Merito como mejor actor de teatro de la década en el 2011. Es decir no le faltó premio de la crítica especializada por ganar con esta representación.  Habiendo visto la obra, queda claro lo merecido que fueron esos reconocimientos y la excelencia de su trabajo.

Con todo lo mencionado, solo nos queda recomendar la obra para aquellos que aún no la vieron y también para que aquellos que la quieren volver a ver. Se encontrarán con una dramaturgia muy rica y aprenderán una lección de vida, viendo como, con pasión, dedicación y talento, se puede llegar al peldaño más alto en la profesión que uno elige, este es el caso de Osqui Guzman, que orgulloso homenajea a sus orígenes y para celebrarlo, nos regala una composición fenomenal, que de ninguna manera debemos dejar pasar.


Pensador Teatral.


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