Jueves 20 30 hs en Espacio Callejón ( Humahuaca 3759 )
Dramaturgia y Dirección de Julieta Otero.
La conocida frase " Cada Pareja es un Mundo ", parece encajar perfecto en Escorpio, esta divertida obra escrita y dirigida por Julieta Otero, que indaga en las relaciones de pareja de manera lúdica, pero logrando desentrañar las dos caras que tiene el amor, mostrando no solo la cara amigable, sino también los aspectos negativos que tienen todas las relaciones, como ser los celos, las peleas y esas diferencias que muchas veces se convierten en irreconciliables y dificultan la convivencia.
Y eso es lo que ocurre en Escorpio, con Marina ( Sofía González Gil ) y Sebastián ( Miguel Ferrería ). La convivencia se les está haciendo cuesta arriba, hay pocas coincidencias entre ellos, la rutina gana espacio y los esfuerzos principalmente de ella, para buscarle variantes y juegos a la pareja, no encuentran eco, lo que genera frustración. Como ocurre en muchas parejas de la vida real, las diferentes personalidades de los integrantes de la misma llegan a ser tan notorias, que los terceros muchas veces se preguntan como siendo tan distintos pudieron enamorarse y mucho más aún estar juntos.
Marina, es una actriz que está dando sus primeros pasos y se la nota muy entusiasmada con la carrera, tanto que parece no diferenciar cuando está en la vida real. Siente que siempre es momento adecuado para actuar y mucho más en su hogar, creando personajes, escenas teatrales y dramatizaciones de todo tipo. El pequeño problemita, es que incluye en todos los casos a Sebastián, que ya está un poco cansado de ser parte de una obra de teatro permanente en la que su novia, tiene el personaje protagónico y el está obligado a ser su partenaire cuando en realidad, preferiría estar tranquilo en la casa, cenando algo rico o viendo alguna serie en Netflix.
Sebastián se nota agobiado, por trabajar en la herrería familiar, maneja por su padre, algo que lo hace profundamente infeliz y siente que ya no es un chico para tener que soportar las diatribas y reclamos paternos, que lo acusan de no hacer las cosas bien. Tiene ganas de patear el tablero pero no se anima. Y encima la relación de pareja no ayuda para nada, siente que Marina está en otra sintonía, encerrada en su mundo actoral, tan alejado del suyo. No queremos adelantar mucho, pero en un momento algo cambiará y mágicamente los roles parecerán invertirse, algo que modificará por completo la dinámica de la pareja, con consecuencias impensadas. Pero cumplimos con nuestra palabra y hasta aquí vamos a contar. Para saber como seguirá esta difícil y divertida convivencia deberán ver la obra.
Momento de hablar de las estupendas actuaciones de la dupla protagónica, que son quienes le dan vida y potencian el texto. Nos encantó el trabajo de Sofía Gonzáles Gil, como una Marina magnética, con un histrionismo a flor de piel, dándole a su personaje una magnetismo y una sensualidad a tono con lo que pide su personaje. Para destacar su gestualidad, energía y una mirada muy viva. Sofia se adueña del espacio escénico y redondea una gran composición, incluida una hermosa canción que canta transcurriendo la trama. Con el plus de ver esa radical transformación que tiene su personaje en la parte final de la historia. Nos gustó mucho la actuación de Sofia.
Miguel Ferrería es un Sebastián, que sabe jugar su papel un par de cambios más abajo, más enfocado en la realidad y permitiendo el desataque de su compañera. Y aquí también sorprenderá el drástico cambio que sufre su personaje. Mucho carisma también muestra Miguel. Sin dudas es muy buena la dupla que conforman ambos protagonistas, con mucha química entre ellos y mostrando ambos una versatilidad admirable, para mostrar los giros que tendrán sus personajes. Encantadoras las actuaciones.
La puesta de Julieta Otero es otro punto fuerte de la obra. Muy bueno el diseño escenográfico de Ariel Vaccaro aprovechando de excelente forma el espacio escénico de Callejón. El diseño lumínico de Horacio Novelle es sobresaliente, siendo clave aquí que el personaje de Marina, que manejará las luces en escena y no les contamos como para mantener el suspenso. El vestuario de Carolina Marafioti es otro punto a destacar,, en una puesta bella desde lo estético y muy atractiva para ver.
La obra está transitando su segunda temporada en cartel y goza de muy buena salud, ya que con mucho anclaje en lo lúdico, jugando con la exageración y planteando momentos muy divertidos, muestra la falta de comunicación y entendimiento que reina en muchas parejas actuales, donde muchas veces se elige criticar al otro y resaltar los aspectos negativos, en vez de poner el foco en lo positivo y en lo importante es que aceptar al otro, siendo esto un acto de amor en si mismo.
Recomendamos Escorpio, una inteligente propuesta, que nos hará reír, emocionar y también nos invitará a la reflexión profunda, todo por el mismo precio, con una trama inteligente que nos habla de parejas en crisis que buscan salir a flote, relaciones tóxicas que asfixian y el foco puesto en la importancia de respetar siempre la individualidad del otro, ya que corremos el riesgo que el tren del amor pase y cuando nosotros nos percatamos de ellos y queremos subirnos al vagón, puede que sea demasiado tarde.
Pensador Teatral.
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