jueves, 23 de mayo de 2024

Un Beso en el VIdrio dejó marcado el Rouge.

Dramaturgia de Sonia Novello. Dirección de Claudia Mac Auliffe.






Jueves 20 hs en Area 623 ( Pasco 623 )

Un texto humano y sensible podría definir a Un Beso en el Vidrio dejó marcado el Rouge, bella obra escrita por Sonia Novello, que nos presenta una historia que resulta cercana y reconocible para el espectador, ya que nos contará la historia de Fernando, un muchacho normal de un barrio del Conurbano, que está orgulloso por al fin haber pegado un trabajo de verdad, de esos que todos quieren tener y pocos consiguen.






Ferchu tiene la sonrisa dibujada. Es chofer de un poderoso empresario mexicano, tiene un maletín y maneja una auto de alta gama. Se siente observado arriba es de ese auto como nunca le había pasado, En el barrio no pueden creer, que ese hombre de traje que maneja esa nave es Ferchu el pibe de barrio, al que todos conocen. Las mujeres que antes lo ignoraban, ahora le sonríen. Los amigos y la familia celebran su logro y lo comentan como propio a sus vecinos. Pero la alegría no es completa, porque hace unos meses falleció Rosa, su madre.

Pero el espíritu de Rosa no lo deja solo. Se le aparece a Fernando, en los momentos de soledad en el auto, mientras espera que su jefe termina las reuniones y le habla, le recuerda aquellos principios que le transmitió cuando era chico y le machacó en la adolescencia. Se preocupa además porque consiga una novia que valga la pena, una chica que lo cuide. Porque a Rosa nunca le gustaron las novias que su hijo le presentó. Le gustaría la novia actual ??  Es una de las preguntas que Fernando se hace de manera repetida.




Los momentos de soledad en el auto abundan. Tiene tiempo para reflexionar y pensar que haría con la plata que va a ganar con el actual trabajo. Su sueño máximo es hacerse la piecita en el fondo del terreno, pero también comprarle un televisión nuevo para su padre que ya está grande y luego de la partida de Rosa, pasa mucho solo tiempo viendo TV. Lo preocupa trabajar tantas horas y llegar tarde a casa, para encontrarse y cenar con viejo. Pero el sacrificio vale la pena, tiene que trabajar muchas horas extras, para poder cumplir tantos proyectos postergados.

Una noche mientras esperaba que su jefe regrese al auto, conocerá a Ludmila, una trabajadora de la calle, que habla muy lindo y que le pide subir al auto, para pasear juntos. Es una locura. Con el trabajo que pegó, quien piensa en salir a pasear. Pero el diablo metió la cola, Ludmila le resulta muy atractiva y cuando el amor toca la puerta, las emociones de afectan, las barretas se derriban y las rutinas se desestabilizan. La primera vez que Ludmila se insinuó fue uno no, pero que pasará si hay una segunda. La mente de Fernando es un mar de dudas, los mandatos sociales y las obligaciones entran en colisión con los deseos del corazón y hasta allí vamos a contar. Cuando vean la obra, descubrirán que camino tomará Fernando, con la nave del mexicano y con sus obligaciones.





Momento de hablar de las actuaciones y sin dudas quien se lleva los mayores elogios es Raúl Antonio Fernández como Fernando, el gran protagonista de la historia, ese sencillo chico de barrio que se sacó la grande y ahora maneja un auto lujoso, cosechando las miradas de los demás. Muy lograda su composición, desde lo gestual, concentrado en ese volante imaginario que maniobra de manera ampulosa, para evitar los baches y también desde actoral, mostrando los diferentes estados emocionales que transita su personaje. Es la primera vez que vemos a Raúl en escena y nos gustó mucho su trabajo, estando bien a la altura de un protagónico, que no era sencillo.

Pero Raúl no está solo en escena. Hay un muy buena participación de Osqui Ferreiro, como Ludmila, esa mujer especial y misteriosa, que encandila con su vestido rojo y la labia que tiene. Muy bueno lo de Osqui. que tiene a su cargo al personaje disruptivo de la obra. Layc es Amilcar, el empresario mexicano, que parece tener negocios algo turbios y que compartirá alguna historia íntima con su chofer, para descargar alguna angustia atravesada. Layc es mexicano y encaja justo con el papel, mostrando entusiasmo y una energía bien arriba.







Y el elenco se completa con Sonia Novello, propia la autora de la obra, que además es una actriz que nos gusta mucho y que aquí gracias a la mano de la directora Claudia Mac Auliffe, jugará un papel original y multifacético en la trama. Ya que por momentos será la relatora de la obra, en otros será Rosa, la madre que aparece en la mente de Ferchu, pero también será la radio del auto y los temas musicales, los chats de wasap que Ferchu cambia con su novia y más roles que no vamos a anticipar. Jugando como un comodín en su propia obra, Sonia realiza un excelente aporte a la trama, con momentos muy divertidos.

La puesta es minimalista y juega a la perfección con las convenciones teatrales. La participación de Sonia que mencionamos antes le dá un estilo muy particular a la atractiva puesta que presenta Claudia, con varios puntos a destacar. Entre ellos, el ingenioso diseño escenográfico, con esa butacas que imaginación mediante, será el auto de gama donde la historia se desarrolla y crece. Otro ítem destacado es el vestuario, con la elegancia trajeada de Fernando, las botas de Amilcar y el rojo pasión de Ludmila. Ambos ítems, el diseño escenográfico y el vestuario están a cargo de Gabriella Gerdelics, a quien venimos elogiando seguido por su trabajo y le agregan valor a una puesta despojada y muy atractiva.






Y no queremos contar más, para no spoilear. Es la segunda obra escrita por Sonia que vemos, la anterior fue Más Bello que la Muerte, una obra que nos gustó mucho y nos llegó al corazón. Acá nos vuelve a sorprender la autora, con otra pieza sensible, que tiene como una de sus grandes virtudes, resultar cercana al espectador, con historias de vida que resultan reconocibles, logrando que el público se sienta identificado con lo que sucede en escena.

Disfrutamos de una muy bella noche de teatro independiente, Un Beso en el Vidrio Dejó Marcado el Rouge, largo título que nos remonta al tema de Virus, es una obra que nos habla de amor y de mandatos sociales. De aquellos principios y valores que nos inculcan de chicos y que en la edad adulta buscamos satisfacer, aunque en realidad deseamos otra cosa. La dupla de Sonia Novello y Claudia Mac Auiliffe, vuelve a mostrar su efectividad, con esta pieza sensible que nos invita a viajar con Ferchu y su nave, para  juntos recorrer los caminos del amor, las obligaciones y los sueños.


Pensador Teatral.



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