Dramaturgia y Dirección de Federico Olivera.
Sábados 19 hs en El Portón de Sánchez ( Sánchez de Bustamante 1034 )
Nos encontramos con un inteligente texto de Federico Olivera, que vuelve a mostrar sus condiciones como dramaturgo, presentando esta historia que nos habla de vínculos familiares complejos, disputas internas que complican las relaciones y secretos guardados bajo siete llaves, dejando al descubierto la falta de comunicación. La obra además expone como muchas veces antes situaciones límites, los conflictos que se esconden bajo la alfombra, salen al descubierto de la peor manera y en el momento menor oportuno.
El Fondo de la Escena, nos presenta la historia de tres hermanas que se encuentran en un sanatorio, acompañando la internación de urgencia de su madre. No se llevan bien entre ellas y saben que tendrán que hacer un esfuerzo grande, para sobrellevar esta situación de tensión. Es oportuno contar en esta introducción que al autor para escribir esta historia, se inspiró en una experiencia familiar ya que su padre que tiene un trasplante de riñón, debió internarse más de veinte veces para dializarse. Por lo tanto vivió en carne propia y de manera reiterada, la particular experiencia de acompañar a un familiar internado, donde se debe lidiar con las instituciones médicas y cerrar acuerdos en el ámbito de la propia familia, para combinar los horarios y las diferentes cuestiones referidas a la internación.
Federico seguramente para hacer más digerible la historia que cuenta la obra, le introduce algunas variables que sin dudas le otorgan un toque divertido y algo disparatado al relato. Antes de referirnos a ello, les contamos que el sanatorio donde está internada la madre, está en proceso de desmantelamiento, ya que los titulares del mismo se fugaron. Esto se refleja en que no hay médicos de manera permanente en la institución y son muy pocos los equipos de salud que aún funcionan, por lo que para estudios de alta complejidad como una tomografía, los pacientes deben viajar en ambulancia a otro nosocomio para realizar el estudio. El lector ya podrá apreciar que esto que lo relatado por la dramaturgia, lamentablemente se vive en nuestra realidad, donde la prestación de salud en muchos casos es muy deficiente.
Pero ya sí en clave de ficción, la dramaturgia contará que aprovechando el funcionamiento parcial de la institución, el sanatorio se está alquilando para la filmación de una película de terror, gracias a un acuerdo algo turbio entre una enfermera y los productores de la película. Entonces y sin quererlo, el universo real por momentos se mezclará con la ficción y tanto los familiares como el personal de salud del sanatorio, se convertirán de manera involuntaria o no tanto, en extras de la película que se está filmando.
La trama tiene muchas sorpresas preparadas, por lo que no queremos contar demasiado. Solo vamos a contar que se darán situaciones desopilantes y el drama familiar jugará en paralelo con lo lúdico del rodaje. Y quedará en primer plano, como muchas veces ejecutamos nuestros actos como autómatas y por obligación, escondiendo que internamente tenemos deseos e intenciones que muchas veces no nos animamos a manifestar. La historia tendrá momentos muy divertidos y otros de profunda emoción. Las rivalidades familiares tomarán protagonismo, surgirán algunas conductas egoístas y sobre el final saldrá a la luz un secreto que cambiará todo. Y hasta allí vamos a contar, para ver como terminará la internación de la madre y por supuesto que sucedió con la filmación, que les anticipamos tuvo muchos contratiempos, deberán ver la obra.
Momentos de hablar de las actuaciones que presenta la obra, ya que son realmente un punto muy fuerte. En lo personal, siempre disfrutamos cuando los elencos son numerosos. En tiempos donde los unipersonales dominan en la cartelera del teatro independiente, poder ver una propuesta con siete actores en escena, es algo que debemos destacar, ya que esto posibilita una riqueza de personajes, matices e interacciones que en este caso se potencian, por las excelentes actuaciones de un elenco parejo por lo bueno, que muestra mucha química en escena, privilegiando el conjunto a lo individual.
Y vamos a hacer algunas menciones, ya que los trabajos así lo ameritan. Arranquemos hablando de las tres hermanas y comenzamos por Fernanda Pérez Bodria, como Viviana, la menor de las tres hermanas, la que nunca quiso saber nada con el negocio familiar y anhela tener una carrera como dramaturga. Nos gustó mucho el trabajo de Fernanda, con muy buena presencia escénica, teniendo la función además de ser una especie de relatora de la obra de cara al público , dando algunos detalles claves de la historia que nos cuentan.
Fiorella Cominietti es Eva, la mayor de las hermanas, la que trabaja a diario junto al tío, en el negocio familiar de reparación de electrodomésticos. Eva es pragmática, la más seria y la más directa de las hermanas. Muy buena su composición. Y el trío de hermanas se completa con Fernanda Bercovich, como Sandra, la hermana del medio, la más sensible de las tres y la más afectada por la internación de la madre. Tendrá como desafío controlar su ansiedad y a su novio Damián, que se mostrará desatado. Muy divertido el personaje de Fernanda, con un histrionismo flor de piel. Están bárbaras las tres actrices que representan a las hermanas, mostrando los matices y las diferencias, que se dan en el ámbito de todas las familias.
Lautaro Murúa es Damián, el novio de Sandra. Será tentado por el productor de la película para ser más que un extra y se tomará demasiado en serio la posibilidad ser actor, olvidando su entorno. Muy divertido y carismático el personaje de Lautaro.. Marcelo Zapata es Diego, el desopilante productor a cargo de la filmación de la película. Se mostrará siempre en su mundo, solo queriendo complacer al director y dando indicaciones a los familiares de como moverse en escena, mientras se filma la película, dándose allí los momentos más divertidos de la historia. Catalina Piotti es Ximena, el personaje más extravagante de la obra, que estará en el sanatorio velando por un paciente que ya no está y aprovechando su fluido ingles para la película. Muy bueno lo de Cata. Y para el final, dejamos a Fabiana Brandán, como Nelly, la enfermera que prácticamente está a cargo del sanatorio en vías de desmantelamiento. Nos encantó su composición, mostrando las diferentes caras que tienen las enfermeras, que nos resultan bien conocidas a todos. Para nosotros Fabiana, es para nosotros la revelación de la obra, con una Nelly magnética, que se divide entra la humanidad y el poder que le otorga su guardapolvo blanco.
Se hizo un poco larga la descripción, porque son muchos los actores en escena, pero los muy buenos trabajos de los mismos, merecían que les dediquemos estas líneas. La puesta del propio Federico Olivera resulta muy dinámica. Se destaca mucho el original diseño escenográfico de Natalia Byrne y Ezequiel Galeano, con unos biombos móviles manejados por los propios actores, que definirán los diferentes espacios escénicos de la obra. El diseño lumínico del siempre efectivo Matías Sendón y el vestuario de Soledad Cancela, son otros rubros que contribuyen a la buena factura de la puesta, en el generoso escenario de El Portón de Sánchez.
Y hasta aquí vamos a contar, El Fondo de la Escena es una ingeniosa propuesta, que logra fusionar dos realidades, la de aquellos familiares que forzosamente deben juntarse, para vivir una situación límite como una internación y luchar contra las carencias de un sistema de salud deficitario, con el agregado de quedar inmersos en el rodaje de una película, quedando al descubierto esa duda existencial, entre cumplir con nuestras obligaciones y seguir nuestros deseos. Además se percibe esa sensación, que siempre el mundo sigue girando, sin importar el trance que nosotros transitamos.
Una propuesta de Federico Olivera para reír y reflexionar, que viene agotando localidades desde su estreno, gracias a un texto entretenido, una puesta dinámica y principalmente debido a las muy buenas actuaciones del elenco reunido, que navegará hábilmente entre realidad y ficción, surfeando las olas de los conflictos familiares y tratando de levantar la cabeza, para salir bien en cámara, porque a lo mejor la película es todo un éxito y sin imaginarlo, se convierten en actores reconocidos y así logran escapar de una realidad que los agobia.
Pensador Teatral.
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