Dramaturgia y Dirección de María Marull y Paula Marull.
Miércoles a Sábados en Teatro Astros ( Av. Corrientes 746 )
La talentosa y sensible dramaturgia de las mellizas Marull, aparece con una fuerza arrolladora en Lo que el Río Hace, está mágica obra que nació en 2020, por encargo del teatro San Martín que les pidió escribieran una pieza de autoría conjunta. El estreno llegó en modo audiovisual al año siguiente y en el 2022 explotó en la Sala Cunil Cabanellas del San Martín, convirtiéndose pocos meses, en un verdadero suceso teatral, algo que se acentuó al año siguiente, con presentaciones donde las localidades se agotaban a los pocos minutos, de puestas en venta.
La obra además de ser un suceso de público, recibió todos los premios nacionales posibles de la actividad teatral, siendo galardonada como la Mejor Obra por los Premios ACE, donde tuvo nada menos que 11 nominaciones, ganando el Trinidad Guevara y el María Guerrero por nombrar solo los más importantes de la escena local. Pero la pieza además obtuvo reconocimientos en el exterior, como por ejemplo el que otorga la Academia de las Artes Escénicas de España que la galardonó con el premio al Mejor Espectáculo Latinoamericano de Artes Escénicas.
Este año la obra, pegó el gran salto dejando el circuito oficial y llegando al circuito comercial de la Calle Corrientes, siendo el Teatro Astros el hogar que lo alberga y donde está agotando las 500 localidades que tiene la sala, en cada una de sus funciones, algo que ni las obras comerciales más importantes consiguen en estos tiempos. Sin dudas, las hermanas Marull que ya tienen una dilatada trayectoria como fieles y sensibles exponentes del teatro independiente, consiguieron con Lo que el Río Hace, un fenómeno teatral, donde el boca a boca es clave, que aún hoy resulta difícil de dimensionar.
Por motivos diversos y fortuitos, en lo personal habíamos postergado el ver la obra y sentíamos que ya era hora. Era como esos vinos de enorme calidad que uno tiene reservado en la cava y que por algún motivo no queremos abrir. Pero el momento había llegado y con semejante carta de presentación y antecedentes, la vara estaba altísima. Nos daba algo de temor, ver la obra y que las expectativas tan altas que teníamos no se cumplieran. Bueno, vamos a quitarle suspenso al tema. La obra es una joya, una piedra preciosa bella y delicada, que nos enamoró desde la primera siendo escena y sabiendo ahora que será muy difícil que en lo que resta del año, podamos ver una obra que la supere en calidad.
Y más nos enamoramos de Lo que el Rïo Hace, cuando nos enteramos que la pieza que es la primera que escriben juntas las talentosas Marull, se desarrolla en Esquina, Corrientes y tienen mucho de autobiográfica, ya que basa en hechos reales, teniendo en cuenta que el padre de las mellizas, cuando se separó de su madre, se fue a vivir a aquella localidad correntina, por lo que las hermanas visitaron y aún visitan Esquina, que sin dudas tiene un lugar importante reservado en sus corazones y sus recuerdos. Obviamente la obra, tiene un componente importante de ficción, pero el anclaje que tiene con la vida real de las autoras es movilizante y en nuestra opinión le agrega aún mucho más valor a todo el fenómeno que mencionamos.
No vamos a contar demasiado del argumento, ya que la obra hay que verla o verla. Solo vamos a decir que la obra nos contará la historia de Amelia, personaje que interpretan María y Paula de manera simultánea, sacándole el máximo provecho a su increíble parecido físico, logrando una dinámica en el relato y una magia, que solo puede darse al ser gemelas. Volviendo a Amelia, digamos que es una escritora que vive en la ciudad a mil por hora, desbordada y tapada de obligaciones, no pudiendo resolver la multiplicidad de demandas que tiene como madre, esposa y profesional.
La muerte de su padre, la obligará a viajar a su Corrientes natal, para resolver un tema de papeles con un terrero que recibió de herencia. El viaje debe ser relámpago, al otro día a más tardar debe estar de vuelta en la ciudad. El deber y las obligaciones la llaman. Pero las cosas muchas veces no salen como uno piensa en un principio, a veces surgen complicaciones, demoras y el diablo mete la cola. Para colmo, el fin de semana en que viajo Amelia, se está celebrando en Esquina, la Fiesta Nacional del Pacú, que paraliza a la provincia. Pasado y presente se van a unir, para que se encadenen una serie de sucesos y el viaje relámpago, se terminará transformando en una tormenta de emociones, que cambiará todo. Pero vamos a cumplir con nuestra promesa y hasta allí contaremos, el resto lo descubrirán cuando vean la obra.
Si, vamos a decir que la obra tiene el ADN de las Marull, que describe con maestría el transcurrir de la vida en los pueblitos de nuestro interior, donde todos se conocen y nada pasa desapercibido a la mirada ajena. Aparecerán esos personajes entrañables que todos los pueblos tienen, la cultura del lugar, las leyendas, las fiestas populares, la poesía y en este caso el río como figura aglutinante y todopoderosa de la grandeza de la naturaleza, con su belleza, fuerza y enorme magnetismo, que nos invita a sumergirnos en sus aguas cargadas de sabiduría y recuerdos.
Momento de hablar de las actuaciones que presenta la obra, donde si quedamos gratamente sorprendidos, ya que esperábamos que las gemelas serían dueños de todos los elogios, sin embargo son los personajes del elenco, los que le otorgan un particular encanto a la historia, ya que le otorgan el aire pueblerino que es el secreto de su éxito. María y Paula, son las que llevan adelante el personaje de Amelia, la gran protagonista de la historia, intercambiando entre ellas el personaje en varias oportunidades, siendo absolutamente imposible, al menos para quien escribe estas líneas, poder distinguirlas. Lo que si distinguimos, es ese hermosa cadencia que tienen ambas y el placer de verlas en escena, disfrutando mucho sus trabajos individuales y potenciando cuando ambas están juntas en la historia, algo que ocurre en momentos puntuales y cruciales de la historia, que se disfrutan mucho.
Es magnífica la actuación de Mariano Saborido como Juano, trabajador multitareas del hotel, componiendo un personaje querible y muy divertido que será clave en la historia, ya que será quien insistirá a Amelia para que se quede a participar de la noche en la desfilan las Reinas del Pacú y será además quien la acompañará luego en la aventura de pesca al río. Muy festejado por el público su personaje. es a nuestro entender la gran revelación de la obra. Y si tenemos que hablar de trabajos destacados, enseguida mencionar a Willy Prociuck, como Antonio, el único escribano de la ciudad, que tendrá a cargo estudiar los papeles que le trajo Amelia, que movilizará muchos recuerdos, ya que cuando eran jóvenes tuvieron algún amorío. A Willy lo vimos ya en anteriores obras de las Marull y es un actor muy versátil, aquí muestra sus enormes condiciones para la comedia, para dar vida a un personaje muy divertido. Gran trabajo.
Y en el mismo nivel de destaque, tenemos que nombrar a Mónica Raiola como Dora, la propietaria del hotel, que alojará a Amelia en la habitación 1, con todos los recuerdos a cuestas y a Débora Zanolli como Nancy, la esposa de Antonio, que divide su tiempo, recibiendo a los clientes de la escribanía y cuidando a sus hijos pequeños. Ambas protagonizan momentos muy graciosos y festejados por el público. Salvo en el caso de de Amelia, que tiene un tono aporteñado, el resto de los personajes tiene un hermoso acento litoraleño muy logrado, que se disfruta y suma mucho a la caracterización de los personajes.
Y más allá de las estupendas actuaciones que presenta la historia, hay detrás un puesta muy bella que también aporta lo suyo. La música original de la obra es nada menos que de Antonio Tarragó Ros. Destacan el diseño escenográfico de Gonzalo Córdoba Estévez, que con paneles móviles resuelve la cuestión, con funcionalidad y dinámica. Otro ítem a resaltar es el diseño de vestuario de Jam Monti y el lumínico de Adrián Grimozzi. Cada ítem de la puesta, aporta lo suyo, para un conjunto bello y armónico ,a tono con el relato.
Y hasta allí vamos a contar, Lo que el Río Hace, transita su tercera temporada de suceso en cartel y a este ritmo, tenemos la certeza que tiene mucho hilo en el carretel y se seguirá ganando espacio, como una de esas obra que dejan huella en nuestro teatro, acumulando temporadas en cartel, con público nuevo que la descubre. Lo valioso es que en este caso, las Marull lo consiguen con una historia bien autóctona, que abreva en nuestro profundo y rico interior. Una historia, que nos hará reír, emocionar y también nos hará reflexionar, acerca del paso del tiempo y como aprovechamos el mismo. Pudiendo darnos cuenta, como muchas veces estamos desbordados y ocupados en obligaciones que nos requieren dedicación exclusiva, dejando de lado las cuestiones que realmente importan en la vida y que hacen a nuestra esencia,
La obra es una belleza absoluta, poesía en estado puro, que nos conecta con nuestro interior y con la inagotable riqueza de la naturaleza. Esta conexión se consigue gracias a una dramaturgia conjunta y brillante de las mellizas Marull, una puesta de ellas mismas que desborda de imágenes y poesía, sumados a entrañables personajes que nacen de la mano de un elenco exquisito, Todo ello se une, para que podamos disfrutar de una obra que resulta un caricia al alma y un oasis para que miremos a nuestro interior, dejemos de lado nuestras obligaciones y permitiendo que nuestro corazón ponga al descubierto las cosas valiosas que la vida nos regala a diario y que muchas veces no queremos ver,
Pensador Teatral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario