jueves, 4 de mayo de 2017

Doble o Nada.

Jueves a Domingos en Teatro La Comedia ( Rodríguez Peña 1062 )




Dramaturgía de Sabina Berman y Dirección de Quique Quintanilla.

Basada en Testosterona, obra escrita por la autora mexicana Sabrina Berman, estrenada en 2014 en Madrid, con estos mismos actores y con gran suceso.

Celebramos el regreso del enorme Miguel Angel Solá a los escenarios de Buenos Aires, en dupla con su pareja en la vida real, la bella y talentosa Paula Cancio.

Todavía recordamos a ambos, brillando en El Diario de Adán y Eva, en su última presentación en el país, por lo que la expectativa de verlos nuevamente en los escenarios porteños era muy grande.

Y la verdad que no defraudan, todo lo contrario, evidentemente Solá, elige muy bien las obras que protagoniza, ya que Doble o Nada, es una pieza profunda e interesante, con un guión por sobre la media habitual del teatro comercial, un trhriller psicológico que indaga en las relaciones de poder y sus múltilples influencias.




La obra, nos cuenta como Ricardo ( Miguel Angel Sola ) , un veterano director de un periódico, cerca del retiro, que debe decidir a quien de sus dos sub-directores heredará su encumbrado puesto.
La elección será entre la joven y bella Miky ( Paula Cancio ) y el despiadado Beteta.

Para hacer más dramática la apuesta y de ahí el título de la obra, la elección será a todo o nada, ya que el ganador será el nuevo director, pero el que pierda, será despedido del periódico, un factor de presión adicional para los candidatos.

Las preguntas surgen de inmediato. Podrá una mujer tener la más alta posición de poder en un poderoso medio de comunicación ?? Tendrá el carácter suficiente para pisar fuerte en un mundo dominado por los hombres ??
El directorio le daría todo el poder a una mujer, que encima es joven y bella  ?? Hay algún límite en esta contienda o todo vale por conseguir un puesto ??

La elección de Ricardo no será sencilla y el interrogante, que plantea la autora, en forma de enigma, es saber si se basará solo en cuestiones profesionales o influirá el factor humano y afectivo. Miky fue alumna de Ricardo, él la hizo entrar al periódico, la formó de cero y le enseñó todo lo que sabe.
Ella siente admiración y respeto por su mentor. O siente algo más ??




La obra es fuerte, trata sobre las luchas de poder en el mundo laboral, sobre el rol de la mujer en un mundo laboral machista, donde su lugar siempre está relegado y todo cuesta más.
La pieza además hablará de traiciones, de sexo, de estrategias y el espectador en todo momento sentirá atracción por una historia, donde los hechos nunca son como las apariencias indican.

Este muy buen guión, encuentra eco en las actuaciones magníficas de un Miguel Angel Solá que muestra su oficio y su aplomo, en todo momento, como dijimos un lujo poder ver a un actor del calibre de Miguel Angel en escena, no vamos a ser nosotros el que descubramos sus cualidades.
Y que decir de Paula Cancio, nos encantó su interpretación de Micky, su gestualidad, una deliciosa dicción, su sensualidad a flor de piel y una combinación de energía y pasión, que ratifican que es una actriz de enormes condiciones.

Individualmente se lucen mucho en la pieza y juntos muestran una química y un entendimiento total, se los nota cómodos en el escenario, se cruzan miradas cómplices, disfrutando sus papeles y este goce se traslada al espectador, que se deleita con sus interpretaciones.




Nos gustó mucho la puesta en escena, una bella y refinada escenografía de Jaime Nin Uría, el diseño lumínico de Manuel González Gil y Matías Canoy, con esa lluvia con relámpagos de fondo, que acompaña gran parte de la trama. Una gran variedad de recursos muy bien amalgamados por Quique Quintanilla, para ofrecer una puesta de calidad, a la altura de la propuesta.

En conclusión, un guión muy interesante e intenso, con muchos temas para reflexionar, algo que debemos destacar en el teatro comercial, que no siempre trae ideas. En este caso, hay una trama que atrapa y vá subiendo en tensión e intriga a medida que avanza la obra y que depara un final que será a toda orquesta e impactante.

Disfrutar de un texto rico y profundo que indaga sobre los lìmites de la ambiciòn humana, con un Miguel Angel Solá brillante como siempre y una Paula Cancio que parece no tener techo en su crecimiento, es algo que los amantes del teatro no podemos dejar pasar. 
La merecida ovación recibida por los protagonistas al final de la obra, presagian que el paso de Doble o Nada por la cartelera porteña, para nada pasará inadvertido.


Pensador Teatral.

sábado, 29 de abril de 2017

Inestable

Sábados 21 hs en Beckett Teatro ( Guardia Vieja 3556 )




Dramaturgía y Dirección de Andrés Caminos y Gadiel Sztryk.

La cita en esta noche de teatro, era para ver a los SUTOTTOS, este duo cómico que nació en el 2005 y lleva más de diez años sobre los escenarios, sumando prestigio y seguidores.

Ya muchos se atreven a llamarlos el nuevo fenómeno del off, sus presentaciones son con localidades agotadas y pudimos comprobar en la función a la que concurrimos, que quedó gente afuera con ganas de verlos.
Evidentemente algo especial, despierta este dúo, integrado por Andrés Caminos y Gadiel Sztryk, que además de lucirse sobre el escenario, son los que escriben sus propios guiones, que son muy elaborados y cuidados en cada detalle.




Ya de entrada, verlos con su corte flequillo, tipo taza, polera celeste y pantalón corto, causa ternura y empatía con el espectador, que los vé como dos niños adultos, que se quedaron en el tiempo.

En Inestable, su último espectáculo, la cuarta pared, se derriba  de inmediato, cuando León ( Gadiel Sztryk ) enfrenta con cara de terror a una sala llena, diciendo que lamentablemente la función no se iba a poder llevar adelante, ya que no estaban en condiciones de darla, ya que estaban paralizados del miedo y que en boletería les devolverían el importe de las localidades. El público ya sabe que vivirá una noche de un humor particular y se prepara para disfrutarla. Pero enseguida aparece, Cesar ( Andrés Caminos ) que razona que tal vez sea peor, no hacer la función y tener que volver a su casa, a una hora, que no era lo pensada originalmente, modificando el curso del destino, siendo esto el presagio de alguna tragedia, por lo tanto lo mejor era dar igual la función.

Con este disparador arrancará la noche y lo que viene será una sucesión de diálogos y acciones que van a generar las risas de la gente, que ya de arranque se compenetran con el espectáculo.




El espectáculo, girará en torno a los miedos que tienen los ser humanos, las fobias sociales, el temor a las catástrofes que pueden desatarse, ya sean naturales o la que puede producirse por no dejar una canilla bien cerrada, las fobias que todos tenemos y obviamente el miedo a las enfermedades y a la muerte, que siempre aparece en algún momento de nuestras vidas.

De una forma muy inteligente, los Sutottos logran exponer estas situaciones, en forma exagerada y desatando las risas del espectador, que se divierte con lo que vé, pero en el fondo, se estará riendo de si mismo, ya que en más o menos, todos nos vamos a sentir identificados con los que estos personajes tan graciosos, nos exponen.

Se nota muchísimo el entendimiento que tiene el dúo, producto de los años que vienen trabajando juntos, si bien siguen puntillosamente el guión, dejan espacio para alguna inporvisación, por ejemplo cuando la alfombra del piso se levanta. Se los nota muy a gusto sobre el escenario, se divierten y disfrutan con las risas del espectador, en un ida y vuelta muy interesante.

Tanto Gadiel, como Ariel, se destacan por su histrionismo, su asombrosa gestualidad, tienen también pasos de clown, ofrecen buenos momentos musicales, se producen diálogos deliciosos, provocando al otro, en una verdadera competición entre ellos, para ver quien es el más fóbico de los dos.




La escenografía es desprovista, los protagonistas se valen solo de algunos elementos sobre el escenario, un peluche, un viejo baúl y una sábana parecen alcanzan para acompañar la performance, la clave en el espectáculo está en la palabra y la manejan a la perfección.

En conclusión, una grata ocasión para nosotros, haber visto este nuevo espectáculo, de Los Sutottos, una dupla con mucha personalidad y que tiene una enorme virtud, como es el lograr que el espectador se ría, con un humor sano, que no recurre al doble sentido, ni a las groserías en ningún momento, un humor naif, que gusta y es el sello del dúo. Además de este humor saludable que señalamos, tienen otro mérito, al lograr que el espectador además de reírse y mucho en el espectáculo, cuando se vaya a su casa, reflexione acerca de lo que visto y trate de mejorar un poco su vida diaria, tratando de darle un enfoque más optimista y no dándole tanto espacio a los miedos que muchas veces nos acorralan y nos boicotean, tarea sin dudas muy compleja de conseguir, pero tomar conciencia de esto y pensarlo, ya es un avance.

Inestable, fue nominado a los Premios Estrella de Mar 2017, como Mejor Espectáculo de Humor, confirmando que Los Sutottos, se están ganando en base a su trabajo y su talento, un espacio y una notoriedad, que aumenta cada año.
Invitamos al espectador que aún no los conoce, a que se llegue un Sábado al Beckett, para reírse y descubrir el secreto, por el cual, Los Sutottos, se convirtieron en un verdadero fenómenos del teatro off.


Pensador Teatral.

viernes, 28 de abril de 2017

Descenso

Viernes 21 hs en Beckett Teatro ( Guardia Vieja 3556 )




Obra escrita por la Compañia Sudado y dirigida por Jorge Eiro.

Segundo trabajo de esta Compañia, que tras dos años de investigaciones, dieron vida a Descenso, una obra muy interesante y premiada como el espectáculo ganador de la 5ta edición del Premio ARTEI, a la producción del teatro independiente.

La historia, arranca en un sitio oscuro, una fábrica abandonada, donde encontramos a cinco personas, una de ellas sangrando profusamente. La situación es violenta y confusa,  discuten entre ellos, hay reproches, dinero tirado en el piso, se nota que algo de lo que habían ideado, no ha salido bien, deliberan sobre los próximos pasos a seguir  y no vamos a tardar mucho en descubrir,  cual es el motivo por el cual estas personas se encuentran allí.

Descenso, es la historia de un secuestro, el espectador es testigo privilegiado de la cocina de este delito, no vemos al secuestrado, solo lo escuchamos a lo lejos, intuimos su cautiverio, su sufrimiento, la acción se centra en el comportamiento alterado y nervioso de este grupo heterogéneo de personas, que se nota no son profesionales en el delito y cuando esto sucede, generalmente los resultados no son los esperados.




La tensión que se respira en la sala es absoluta, literalmente no vuela una mosca durante toda la trama. La obra que se desarrolla en un solo acto, deja sin aliento al espectador, que sigue con total atención, el desarrollo de la historia. La mimsa, no dá tregua en ningún momento y de la mano de una puesta en escena muy lograda, se logra una atmósfera asfixiante y claustrofóbica, que encaja a la perfección con la ambientación de un secuestro, que se respira en el aire.

El trabajo actoral, es excelente, se nota que hay un mucho trabajo previo, porque todo está perfectamente aceitado y fluye con un realismo pertutbador e inquietante.
Se remarcan mucho las diferencias sociales y de funciones , entre los personajes, por un lado tenemos a Federico ( Facundo Aquinos ), un ex policía y a Pichu ( Facundo Livio Mejìas ), enfermero, ellos son los más violentos, los brazos ejecutores del secuestro. Y por otro lado, tenemos a los cerebros del plan, Matìas (Cristian Jensen ) y Julia ( Melisa Hermida ), su esposa embarazada y entregadora , ademàs de Alfredo ( Alberto Romero ), un contador amigo de ellos, que no la pasa para nada bien.
Todos están desbordados y parecen estar arrepentidos de haber sido parte de esta plan.

No son profesionales, no se ponen de acuerdo en casi nada, el secuestro lleva ya varios días y los roces son cada vez más fuertes, La sensación de que todo, terminará de la peor manera, a medida que la trama avanza, se vá transformando, casi en una certeza.




Como señalamos, debemos destacar las interpretaciones de este elenco joven, que muestra un compromiso absoluto con la historia y una coordinación perfecta entre ellos, manejando muy bien los tiempos que marca el director y hasta desarrollando acciones paralelas, que obligan al espectador a estar muy atento, para no perder detalle.

Corriendo el riesgo de ser injusto con los demás, vamos a resaltar la magnífica interpretación de Facundo Aquinos, que dà vida a un Federico, con problemas en el habla, violento y con alguna deficiencia física. Un papel muy exigente, que Facundo resuelve es forma estupenda y con un lucimiento superlativo.
Resaltamos su labor, pero como dijimos todos cumplen en gran forma con sus papeles.

Como se puede apreciar, un enorme trabajo de Jorge Eiro, en la dirección de la obra, montando una puesta asfixiante que no dá respiros. Hay que destacar el muy buen diseño de luces de Lucía Feijoó contribuyendo al clima lúgubre y una destacada escenografía de Ariel Vaccaro, aprovechando muy bien el amplio espacio escénico que ofrece el Beckett, con un colchòn tirado, un bombeador con el que los protagonistas se resfrescan y una radio que en algún momento, tomará sorpresivo protagonismo, para darle una fecha exacta a la obra y para ser decisiva en el título que lleva la pieza.




No vamos a ser nosotros el que vamos a develar, que propala esa radio, invitamos a que sea el espectador el que lo descubra, cuando vea la obra, solo decir que será una excelente metáfora de la caìda que tienen los protagonistas a medida que avanza la trama y que ellos no serán los únicos, que ese día vivirán una tragedia. Un guión notable que ofrece la pieza y que sorprendará a los espectadores.

Como conclusión, estamos en presencia un excelente trhiller, Descenso es una obra muy fuerte, poseedora de un realismo salvaje y perturbador.
Una puesta intensa y de alto voltaje, con una dirección que pone especial foco en las actuaciones, que tienen gran espacio par el lucimiento.

Por todo lo comentado, queda claro que las menciones que tuvo la obra son absolutamente justificadas y el aplauso prolongado de los espectadores, que solo al final de la obra pudieron despojarse de la tensión que los envolviò durante toda la trama, confirma que estamos ante una original y muy buena propuesta, que merece verse.


Pensador Teatral.

jueves, 27 de abril de 2017

Las Palomas se mueren como todo el Mundo

Mièrcoles 21 hs en Teatro El Mètodo Kairos ( El Salvador 4530 )




Obra escrita por Zuleika Esnal y Dirección de Patricia Tiscornia.

Segunda temporada de este exitoso unipersonal escrito por Zuleika y protagoniza por ella misma.

La talentosa y joven actriz, que vimos lucirse el año pasado en El Hombre de la Nariz Rota, interpretando a Camile Claudel, demuestra que además de tener condiciones sobre el escenario, también las tiene como autora, dando vida a una pieza inteligente y potente como Las Palomas se mueren como todo el mundo, pavada de título eligió para su obra.

La historia se desarrolla, en un departamento caótico y desordenado, en que vive Paloma ( Zuleika Esnal ), que valga la ironía, encuentra un paloma herida en el patio. Este hecho banal, logra desequilibrar a la protagonista, que sin dudas no está muy equilibrada y que no sabe como reaccionar ante la inoportuna presencia de ese ave, que en vez de levantar vuelo, se la pasa aleteando el en piso de su patio,





La interpretación de Zuleika, es excelente, logra pasar en los cincuenta minutos que dura la pieza, por todos los estados de ánimo, la depresión, la excitación, la locura, la tristeza y muchos más y los transita, con mucha solvencia.
Con una enorme entrega actoral y física, por momentos provoca risas de los espectadores y en otros momentos los deja atónitos, con sus dichos y su comportamiento bastante desconcertante, en un pieza muy exigente.

A pesar de estar sola en el escenario, Paloma tiene compañia, ya que interactúa telefonicamente con la madre, con un amigo especial y hasta transitando una escena musical antológica con un cuadro de Diego Maradona, en un momento delicioso de la obra que celebramos.

En la obra, si bien predomina  un tono de comedia y de grotesco casi permanente, el texto tiene mucha profundidad, ya que trata temas de fondo, como el de la soledad,  los vínculos familiares rotos, la locura y de como muchas veces, las adicciones a los medicamentos, a la bebida o a las drogas en el peor de los casos, son la única y triste salida, que encuentran algunas personas para afrontar la triste vida que tienen.





Nos gustó mucho la puesta en escena que propone la directora, hay un excelente uso del diseño lumínico para marcar los diferentes momentos de la trama, una cálida escenografía y una muy buena musicalización, todo esto en su conjunto,  embellecen y mucho la puesta.

El histrionismo de Zuleika es notable, se la nota cómoda sobre el escenario, disfrutando el desarrollo de la obra y dando rienda suelta a todos sus recursos actorales.

Como conclusión, una saludable propuesta la de Las Palomas se mueren como todo el Mundo, una buena oportunidad, de poder descubrir a Zuleika, en su rol de joven autora, con un texto original y fuerte, confirmando su enorme talento como actriz y dejando claro que es una mujer intensa y que pone mucha pasión, en todo lo que encara,.

Y cuando se unen arte y pasión, se logran espectáculos, que nunca dejan indiferente al espectador.


Pensador Teatral.

martes, 25 de abril de 2017

Carmencita

Domingos 21 hs en Nun Teatro  ( Ramírez de Velazco 419 )




Obra escrita por Patricia Suárez y dirigida por Mariano Dossena.

La virtuosa pluma de Patricia Suárez, esta vez nos regala una comedia deliciosa, que con humor y mucha ironía, hará reir mucho al espectador, con un texto típico exponente de la vida pueblerina, en la que todos se conocen y todo se sabe, es la ley del pueblo chico, infierno grande. El año pasado disfrutamos de El Escorpión, otra obra de Patricia, que también se desarrollaba en el interior santafesino, indudablemente las historias de la infancia y los recuerdos familiares y de amigos de la autora , nutren sus relatos, para beneplacito de los espectadores, que podemos disfrutar de historias tan cercanas y tan entrañables, con las que nos identificamos muy rapidamente, porque las sentimos cercanas.

Carmencita cuenta la historia de dos hermanas que se reencuentran luego de un largo tiempo sin verse. El motivo del reencuentro, no es nada grato. La muerte de la madre de ambas, hace que la hermana menor, Rosario ( Diana Kamen ) vuelva a su pueblo natal desde la gran  ciudad, para dejar al menos unas flores en la tumba de su madre, ya que no llegó tiempo para el entierro.
La hermana mayor, Menena ( Graciela Clusó ), que vivía con madre y estuvo con ella hasta sus últimos instintos, no le dá una cálida bienvenida, todo lo contrario, tantos años de separación, hace que afloren los peores sentimientos entre las hermanas y durante largo rato, se pasan facturas de todo tipo y color.

Los diálogos son despiadados, se acusan de las peores cosas y cada una de ellas, tiene sus propios recuerdos de la infancia, parecen haber vivido vidas diferentes, porque sus opiniones se contraponen casi siempre. La exageración y la fantasía reinan en el relato y por momentos se hace difícil saber, cuando mienten y cuando dicen la verdad, porque ninguna quiere ceder a las ideas de la otra.
Hay una constante mirada al otro, al que se juzga y se lo mirá con recelo, hay mucha competencia entre las hermanas y la rivalidad ciudad-interior también se manifiesta.




La obra presenta actuaciones magníficas de la dupla protagónica, que se luce muchísimo con el texto de Suárez y con una dirección de Mariano Dossena que les dá un enorme espacio para el lucimiento.

La actuación de Graciela Clusó, como Menena es genial, dando vida a una mujer de modos brutales, con una gran dosis de crueldad, que dice todo lo que se le ocurre, no se guarda nada, es ácida, irónica y parece no tener piedad, ni  con su hermana, ni con nadie. Todo aquel que se cruza con el ojo crítico y la lengua filosa de Menena, caerá herido de gravedad.
Su discurso cargado de frases comunes y dichos populares, tene una potencia, que deja sin aliento y hace reír muchísimo a los espectadores. Para destacar su gestualidad, sus ademanes, todo en concordancia con lo que pide el personaje.
Una interpretación que en nuestra opinión, será merecedora de alguna nominación como mejor actriz al final de esta temporada teatral,  ya que su actuación es sencillamente fantástica.
Como dato de color,  mencionar, que Graciela Clusó, era nada menos que una de las niñas prodigio de Señorita Maestra, aquella novela, que paralizaba los hogares por las tardes, interpretando a una niña llamada Carmen Caricati o Carmencita. Como el título de la obra . Será una casualidad ?? Pensar eso en una obra escrita por Patricia Suarez, sería una ingenuidad.

Si bien Menena parece robarse la obra, no se queda atrás Diana Kamen, como Rosario, la hermana menor, la que se fue a la ciudad. Ella es más femenina, aunque tiene la misma acidez que la hermana. Se vanagloria de tener más mundo, de haber vivido más cosas, al escaparse de ese pueblo asfixiante y aunque en menor escala que la hermana, tampoco deja títere con cabeza en sus opiniones.

Entre las dos actrices, hay una química admirable, componen personajes opuestos, donde el amor fraternal aparece a cuentagotas y los reproches por hechos y conductas del pasado están a la orden del día.




A esta altura, el espectador se estará preguntando, si las hermanas se llaman Menena y Rosario.
Quien es Carmencita entonces ??? No vamos a adelantar mucho, vamos a dejar que el espectador cuando vea la obra devele el misterio. Solo vamos a adelantar que Carmencita es la críada de la familia y estará presente en varios pasaje de la charla entre las hermanas y que será pieza clave de la historia.

La puesta que plantea el director es muy bella, una escenografía sencilla que nos muestra que las acciones se plantean en la puerta de la casa, allí es Menena, la que atiende a la hermana en la puerta, que se apresura a mantener cerrada, marcando un adentro y un afuera y un limite para Rosario.

En conclusión, una comedia entrañable, la que nos regala Carmencita, con un texto donde las risas y los momentos graciosos, son la cubierta de una pieza profunda e inteligente, en la quee los secretos familiares tienen una importancia capital.
La precisa dirección de Dossena, agrega mucho valor a un texto rico y según sus propias palabras, se atreve a definir a la pieza, como una bella sinfonía pensada para dos actrices, sabias palabras, porque las actuaciones de estas dos hermanas, es realmente para sacarse el sombrero.

Los aplausos prolongados del público al finalizar la obra, no dejan dudas, que la pieza gustó y mucho, no me queda más que recomendarla e invitar al espectador que gusta del buen teatro, a que vaya al Nun para descubrir a Carmencita.


Pensador Teatral.


La Señorita Julia

Sábados 20 hs en Teatro El Excéntrico de la 18 ( Lerma 420 )




Obra escrita por August Strindberg y dirigida por Cristina Banegas.

La Señorita Julia, pieza icónica del teatro moderno, escrita en 1888 por el dramaturgo sueco August Strindberg, llega al teatro off porteño en la versión adaptada en 1978, por Alberto Ure y José Tcherkaski, en una notable adaptación, que le quita minutos a la versión original y con algunos retoques, permite que el texto original escrito hace más de cien años, conserve absoluta vigencia y toda la intensidad y el espíritu, que le dió la pluma de Strindberg.

La clásica historia, nos sitúa en el año 1874, en el condado sueco de Count, donde en ocasión de la celebración de la noche de San Juan, que marca el inicio del verano, la noble señorita Julia, decide pasar una noche de liberación y salir a bailar por las calles del pueblo, para olvidarse de su posición social y de su último desengaño amoroso,
Su padre, un poderoso conde, se encuentra de viaje, Julia ( interpretada por Belén Blanco ) entrada ya la noche,  vá hasta la cocina donde se encuentra con Juan ( Diego Echegoyen ), el buen mozo mayordomo de la casa, que vive allí hace años y se encuentra comprometido con Cristina ( Susana Brussa ) la cocinera.

Ese encuentro, no resulta normal para la época, no es usual ver a una joven noble hablando con sus lacayos, indudablemente Julia siente una atracción amorosa y sexual por Juan. Cristina se vá a dormir y envalentonados por la bebida y los efluvios de esta noche especial, se produce lo impensado, se consuma el ardiente encuentro amoroso ente Julia y Juan y desde ese momento todo cambiará dramáticamente, el clásico se convierte en tragedia y la tensión dominará la escena hasta el final.

La pieza nos habla sobre la lucha de clases, las relaciones de poder, el sometimiento de la clase dominante sobre la clase baja y como un hecho como ese encuentro amoroso, puede modificar todo, como las relaciones de poder pueden invertirse y aparecer el resentimiento de las clases oprimidas.
El hecho de ser mujer, es una clara desventaja para Julia, su honor ha sido mancillado y ya nada será igual.
Los interrogantes llueven sobre el escenario.  El amor está por encima de las diferencias sociales ??Hay alguna forma de volver los hechos atrás ???  Deberá Julia ceder ante el chantaje de Juan ??  El poderoso conde, padre de Julia, soportará esta afrenta ??



El inteligente guión de Strindberg, siembra muchísimas dudas y le impone un aire trágico a los protagonistas, que se encuentran envueltos en una situación, de la que no les será fácil escapar.
Será el espectador, el que viendo la obra podrá develar cada una de estas preguntas que formulamos.

La dirección de Cristina Banegas es precisa, la trama está cargada de tensión y el interés del espectador se mantiene en todo momento, gracias a un guión que invita a la reflexión y permite ver como estas situaciones, que se planteaban hace 100 años, hoy están más vigentes que nunca.

Debemos ya destacar las magníficas actuaciones que tiene la pieza, arrancando por la gran protagonista de la misma, Belén Blanco, un actriz que tiene una energía increíble y que le da vida a una Lucía, que llena el escenario con su interpretación, con una entrega física y actoral, que conmueve, sus movimientos, sus pasos de danza, sus distintos tonos de voz, todo se destaca. Son esas interpretaciones, donde podemos decir, que la actriz deja la piel sobre el escenario y no exageramos, ya que es brillante la actuación de Belén.

Realmente sorprende, lo de Diego Echegoyen, ya que no se amilana ante la interpretación de Belén y es un Juan, por momentos obediente, por instantes astuto y por otros cínico. Logra seguirle el tren a la protagonista y juntos consiguen escenas cargadas de pasión y de realismo.
La obra es muy fuerte y de gran exigencia para los actores, Diego también entrega todo.

Un escalón abajo en protagonismo, se encuentra Susana Brussa, como Cristina, la mujer a la que Juan engaña, la que sufre el capricho de Lucía, con estoicismo  y resignación. Si bien su personaje, tiene un menor espacio para el lucimiento, su actuación es impecable.



Muy bueno el recurso, jugado por la directora, en cuanto a que en todo momento los protagonistas, quedan a la vista del público, aún cuando no están jugando la escena, quedan en segundo plano pasivo, pero a la vista del espectador.

La escenografía es desprovista, hay pocos elementos en escena, el protagonismo lo tiene la palabra, con diálogos muy ricos y el movimiento, la obra tiene una acción permanente, de cuerpos que corren, bailan, se tiran al piso. Hay que destacar las coreografías que propone Virginia Lezama.
Es importante, el papel que juega el diseño lumínico a cargo de Verónica Alcoba, con mucho juego de sombras y luces lúgubres, acordes con el clima que requiere la pieza.

Como conclusión, estamos en presencia de una magnífica versión de un clásico del teatro de todos los tiempos, escrito hace más de 100 años, pero que merced a una impecable adaptación logra una vigencia asombrosa, trayendo a estos tiempos, temas como la lucha de clases, el amor enfermizo que muchas veces puede convertirse en violencia y el sometimiento, en el cual la mujer siempre lleva la peor parte.

La Señorita Julia, es una obra profunda, una verdadera tragedia, con una dirección impecable y actuaciones extraordinarias, para redondear una gran noche de teatro, con una pieza que honra al teatro independiente y que sin dudas recomendamos.


Pensador Teatral.

lunes, 24 de abril de 2017

Madorrán

Viernes 21 hs en Teatro Anfitrión ( Venezuela 3340 )



Obra escrita y dirigida por Jorge Luis Dreschler.

Teníamos muchas expectativas en ver esta pieza, opera prima de Dreschler, que  explorando en el mundo del fútbol y su lenguaje, se encontró con la historia del polémico arbitro Fabián Madorrán, que tuvo una carrera meteórica​ dentro del arbitraje, llegando a ser reconocido juez internacional,  muchas veces polémico para los medios y  que tuvo un final abrupto, cuando luego de una muy mala actuación, en un partido decisivo, es expulsado del arbitraje y poco tiempo después, cae en un estado depresivo y decide terminar con su vida.

Hasta ahí un breve resumen de la vida de Madorrán a modo introductorio, pero vayamos ya a la obra. La historia se inicia con un televisor que nos muestras las imágenes de un partido definitorio, un gol anulado y el relato que denuncia, que el gol era válido y que debió ser convalidado, pero no lo fue por un error arbitral.

El juez de ese encuentro fue precisamente Fabián Madorràn y sin saberlo, esté partido cambiaría su destino para siempre, no sólo porque sería obligado a dejar el referato, sino que también terminaría con su vida.




La obra, es un excelente muestrario del mundo futbolero, desde un punto de vista muy particular, como el del árbitro, desde su mirada, podemos ver la pasión del hincha, el mundo de los vestuarios, los operativos policiales, los cracks que muestran sus destrezas dentro del campo de juego y en todo momento aparece la pasión como protagonista de este deporte.

El autor logra un texto sensible y con un grado descriptivo minucioso, donde aquel espectador que gusta del fútbol disfrutará muchísimo, ya que tiene numerosos guiños que sabrá reconocer.

La muy buena dinámica que tiene este unipersonal, se apoya en la fantástica composición del personaje, que realiza Ramiro Aguayo, como Fabián Madorrán. Impresiona verlo con su prolija vestimenta, su silbato y sus tarjetas.
A lo largo de la trama, Ramiro se transforma en Madorrán de manera admirable y  se encarga de mostrar su apego a las leyes de juego, su amor por la profesión y su obsesión por el cumplimiento del  reglamento. También se pone de manifiesto cierta soberbia, que hacía que se considerara a si mismo como el mejor en la profesión y como trabajaba a diario para serlo.

La puesta es muy efectiva, el protagonista se mueve en cuadrado bien delimitado, por unas luces de LED verde, dentro del mismo, el juez se detiene a pensar y ejerce su profesión, corriendo, tocando el silbato y sacando tarjetas a los imaginarios jugadores.



La escenografía es despojada y el juez está solo, apenas lo acompaña un banquito y un televisor, esta imágen de soledad del referí, es una matáfora perfecta de lo que ocurre en la realidad, donde el juez siempre está en inferioridad, solo con su terna contra todo el resto.

Muy bueno también el diseño lumínico de Santiago Lozano, que con los distintos momentos de luz y oscuridad, logra separar los actos y crear los climas que pide la pieza.

En definitiva, una propuesta original y muy bien plasmada, la que nos propone el autor, mostrando un maridaje perfecto entre fútbol y teatro, con una actuación extraordinaria de Ramiro Aguayo, que con su sentida interpretación, le brinda un merecidas respetuoso reconocimiento a un árbitro, que no tuvo un trato demasiado benévolo de parte de los medios de comunicación, ni tampoco x el mundillo futbolístico, que nunca toleró algunos aspectos de su vida privada.

Recomendamos esta obra, para el público en general, pero en el caso que el espectador guste del futbol, disfrutarán en especial de esta pieza y en ese caso, consideramos que es de visión obligatoria, ya que retrata de manera admirable, la pasión del aficionado argentino por el fútbol y el amor de un árbitro por su profesión.


Pensador Teatral.