Dramaturgia y Dirección de Juan Alvarez Prado
Marilyn Monroe es una figura que supo trascender su época, diva de Hollywood, mito erótico de los años cincuenta y sin dudas ícono femenino de todos los tiempos, tuvo una vida turbulenta y vertiginosa, en la que los escándalos, los conflictos amorosos y las adicciones, fueron una constante.
Su nombre real era Norma Jeane Beaker, tuvo una infancia muy dura, vivió muchos años en un orfanato, sintiendo la falta de una familia que la contuviera, algo que indudablemente tuvo influencia negativa en su adultez.
Yendo a la obra, que fue idea de Daniela Pantano, muestra en forma cruda, la disociación entre Norma y Marilyn, entre la mujer y la diva. Valiente y arrolladora para el exterior, detrás de la estrella, habita una mujer frágil, inestable emocionalmente y muy necesitada de amor verdadero y no solo de amantes que se le acercaban por su fulgurante belleza.
Creemos es un gran mérito de la pieza, presentar en escena a esta Marilyn humana, dependiente de las pastillas y al alcohol, que sufre enormemente la presión de se runa estrella y tener que demostrar en cada momento su valía como actriz y demostrar que no es rubia tonta, que llegó a Hollywood, sólo por compartir la cama con actores, directores y productores. Derribar esos perjuicios, fue una cuestión que siempre atormentó a Marilyn y la persiguió permanentemente.
Sin dudas que el gran sostén de la pieza, es la magnífica actuación de Daniela Pantano, quien indudablemente asumió un importante desafío, ya que representar a una diva de la estatura de Marilyn Monroe, no es algo sencillo. Y sin dudas, que Daniela supero el reto en gran forma, ya que con una presencia imponente y un histrionismo sorprendente, logra una Marilyn plena de belleza y sensualidad.
Con mucho aplomo y una entrega absoluta, Pantano brilla en el escenario, luciéndose mucho en la actuación y con un hermoso registro vocal, que nos sorprendió gratamente.
En nuestra opinión, una actuación consagratoria, la de Daniela, esta joven y bella actriz, que además de tener mucha determinación, es muy talentosa, combinación que le augura un futuro muy promisorio, en nuestro espectáculo.
Si bien la protagonista, es quien se lleva las mayores miradas de la noche, tenemos que destacar el muy buen trabajo de su coequiper, Pedro Velázquez, como Arthur Miller, el dramaturgo y escritor, que estuvo casado con la diva y según muchos, fue su gran amor, además de representar a Laurence Olivier, actor y compañero de Marilyn, en el famoso film, El Príncipe y La Corista.
Nos gustó mucho su interpretación, destacándose mucho en las partes cantadas y formando muy buena pareja con Pantano.
Muy interesante la puesta que propone el director, creando una atmósfera íntima y acogedora, con el piso cubierto de pétalos de flores, que marca los limites escénicos, un diseño lumínico destacadísimo de Matías Sendon, al igual que el distinguido vestuario de Jam Monti que le dá mucho glamour a los protagonistas.
Otro acierto, es la pantalla donde se proyectan imágenes de figuras de la época relacionadas con la actriz, que hablan sobre su vida y acercan testimonios interesantes y esclarecedores, que complementan lo visto en el escenario.
Párrafo aparte, para la música original que tiene la pieza, creación de Fernando Albinarrate, que junto a Alejandro Bidegian, con piano y saxo, acompañan en vivo con sus melodías, a los protagonistas, agregando mucho valor a la puesta.
Por todo lo mencionado, no sorprende que Solo quiero que me Amen, venga agotando localidades en cada función, desde su estreno. La figura de Marilyn, sigue despertando interés en el público y exponer su lado menos conocido y más íntimo , es una idea muy atractiva.
Iniciativa que se plasma en gran forma, gracias a la entrega y al magnetismo de Daniela Pantano, que como ya mencionamos, nos regala una interpretación superlativa, que marca un hito en su ascendente carrera.
El aplauso con que los espectadores, que colmaron la sala, premian a los protagonistas, al término de la función, son un justo reconocimiento por la velada vivida y por ofrecernos una mirada humana de la gran Marilyn Monroe.
Pensador Teatral.