Jueves 21 hs en Espacio Sísimico ( Lavalleja 960 )
Dramaturgia y Dirección de Candelaria Sesín.
Entrañable propuesta, que llega de la mano de Candelaria Sesín, la joven autora, nacida en Córdoba, que tenía la certeza que alguna vez escribiría una obra, que hable de su provincia y pudo concretar ello, ya que Icho Cruz, es un retrato de la vida pueblerina, en esta localidad serrana que la autora conoce muy bien, ya que allí, pasó muchos momentos felices de su infancia.
La pieza nos habla del encuentro de dos primos, que se vuelven a ver luego de algunos años y el lugar donde se encuentran, es la casa de sus abuelos, donde pasaron juntos veranos inolvidables. junto a sus familias, cuando eran chicos.
Pero lo particular del encuentro es que se reúnen en el exterior de la casa, en el parque de la misma, donde hay una parrilla y unos asientos de troncos. Ven la casa desde afuera, la añoran, les gustaría entrar en ella, disfrutarla, pero no pueden, ya que la abuela, tiene la llave y no la presta, no quiere que nadie vaya a esa casa, que hace años permanece cerrada.
La historia es sencilla y tiene varias aristas, habla en primer lugar de la familia, de los cambios en las jerarquías conforme pasan los años, de peleas del pasado que dejan cicatrices y de las nuevas generaciones, que muchas veces están distanciados, por discusiones que tuvieron sus padres y que fueron transmitidas a ellos que mantienen las diferencias sin saber muy bien porque.
Por otro lado, la trama nos muestra las historias de esos pueblos donde todos se conocen, donde nada pasa desapercibido y las personas se conocen por su ápodo y sus oficios.
Y para el final, dejamos lo que para nosotros, es el foco principal de la obra, la amistad de esos primos, que parecen viejos amigos, muy unidos en la infancia y que ahora tomaron caminos diferentes, uno de ellos se quedó en el pueblo, se casó con una chica del pueblo y ahora espera con mucho miedo su primer hijo. El otro, dejó el pueblo, se fue a la ciudad, en busca del progreso, pero regresa al pueblo de visita y confiesa que está enamorada de la Reina de los Carnavales locales.
Los diálogos entre los primos son el motor de la obra, sus recuerdos, sus travesuras de la infancia, las diferencias de pensamiento de ahora y de siempre y las confidencias que se hacen en su mundo varonil, con una mirada particular sobre las mujeres.
La dramaturgia está muy cuidada, es rica en detalles y está construida respetando fielmente los códigos de convivencia de los pueblos chicos del interior logrando un relato cercano y reconocible, que consigue mantener la atención del espectador en todo momento, debido a las estupendas actuaciones que presenta la obra.
La dupla protagónica está conformada por Nicolás Balcone, como Agustín. Colaboró con Candelaria para escribir la obra y es el primo que se quedó en Icho Cruz. Encendido y sentimental, contrario al progreso del pueblo, con miedos acumulados por el nacimiento de su hijo y con muchas ganas de entrar en esa casa cerrada que tantos recuerdos atesora. Es muy buena la interpretación de Nicolás.
Facundo Aquinos, se sumó al equipo de Icho, este año, esta fue su segunda función y la verdad nos sorprendimos cuando nos enteramos de este dato, ya que su interpretación tiene una fluidez, que pareciera haber tenido meses en la obra. A Facundo, lo vimos el año pasado en Descenso, ahí hacía de maleante y aquí en un papel muy diferente, vuelve a destacarse, con una gestualidad y una expresividad, que resaltamos, siendo el más racional de los primos. Un actor al que esperamos ver pronto en otra obra, ya que siempre nos sorprende gratamente.
Nicolás y Facundo están superlativos en lo individual, pero principalmente en el conjunto, mostrando mucho entendimiento y sabiendo transmitir los códigos de amistad y complicidad que pide el texto, para estos primos que parecen viejos amigos. El espectador compra la idea y el mérito de que esto, suceda, es de los protagonistas.
Hablemos un poco de la puesta, muy rica que nos propone Candelaria Sesín, en su opera prima como directora, sabiendo como transportarnos a ese ambiente natural y al aire libre, en la que se desarrolla la trama. Ese piso totalmente cubierto de hojas secas y ramas, la parrilla encendida,, la carne que entra por los ojos, el sonido del corcho al abrir el vino, etc, todo colabora La obra nos propone un viaje y suma elementos para ello, logrando que nuestra imaginación nos lleve a ese paraje rural.
Una historia sencilla, que nos habla de la familia, de los recuerdos y de como muchas veces cuesta romper candados, que otros pusieron en el pasado y que nos impiden disfrutar en el presente, de cosas y situaciones, que nos harían felices.
Realmente disfrutamos mucho de la obra, un texto bien elaborado y deliciosas actuaciones de la dupla protagónica. No queda más por agregar, solo invitar al espectador para que en pleno barrio de Almagro, viaje con su imaginación hasta Icho Cruz, para ser parte de este asadito entre primos, la magia del teatro una vez mas, lo hará posible.
Pensador Teatral.
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