martes, 12 de noviembre de 2019

Las Cuñadas

Dramaturgia de Florencia Naftulewicz. Dirección de Pilay Boyle y Florencia Naftulewicz.








Martes 21 hs en Nun Teatro ( Juan Ramírez de Velasco 419 )

Una propuesta fresca y muy divertida aparece con Las Cuñadas, comedia desopilante, que revelará hasta donde, pueden estar dispuestas a llegar dos mujeres de clase alta, para conservar la buena reputación de la familia y mantener a salvo el negocio familiar.

Gynette y Gyselle se encuentran para la habitual sesión de belleza a domicilio que comparten todas las semanas, en las que tratan los típicos temas que pueden ocupar dos distinguidas damas de la alta sociedad, el trabajo de sus esposos, las mujeres de sus esposos, amigas, carteras,  zapatos, los últimos tratamientos estéticos disponibles y rememorar los días de shopping en Miami, la meca que toda persona bien, tiene siempre a mano, vuelo mediante, para sus compras.









Gynette ( Florencia Naftulewicz ) y Gyselle ( Mercedes Moltedo ) son más que amigas, son familia, más precisamente cuñadas, ya que Gyselle está casada con Roberto, el hermano de Gynette. La charla entre ellas venía relajada como siempre, hasta que surge un secreto a voces, la relación de la pareja, viene barranca abajo y el motivo es contundente, Roberto está saliendo de viaje muy seguido con un amigo, que es más que un amigo. Todavía no se animo a salir del closet, pero sus preferencias amorosas, se están tornando en algo difícil de ocultar.

Las cuñadas en el medio de una sesión de manicura y de los tragos que preparan para amenizar el momento, llegan a la terrible conclusión, que si las inclinaciones sexuales de Roberto, llega a ser conocidas, la financiera que maneja se iría a la bancarrota. Ninguno de los conocidos, seguiría confiando en aquel hombre y el imperio familiar se derrumbaría en poco tiempo, algo que sería un catástrofe económica para ambas mujeres, ya que sus ingresos y posición social, dependen del buen funcionamiento del negocio.










La tensión comienza a ganar espacio, Gynette es la que toma la iniciativa y se muestra dispuesta a todo para salvar el matrimonio de su hermano, por eso maquina un plan tan arriesgado, como disparatado, en el cual Miriam, la manicura y circunstancial acompañante de esa jornada hogareña de belleza, será la gran protagonista. La idea será que ante su círculo de conocidos, se haga pasar por la amante de Roberto, cualquier recurso es válido, con tal de evitar el escarnio público, que sufriría la familia si trascendiera su verdadera identidad sexual.

Al principio, el plan de Gynette no convence a su cuñada, pero su insistencia y fuerte carácter, provocará que Gyselle, acepte la idea que además de ser disparatada, la convertirá en cornuda al instante. Y convencer a la manicura sería sencillo ?? Ambas piensan que si, que con algún incentivo económico y alguna promesa de viaje, el camino estaría allanado y contarían con la total colaboración de esa mujer de origen paraguayo, que pese a pertenecer a un clase social, tan lejana a ellas, sería una pieza clave, para salvar el imperio familiar. Hasta allí contaremos. Si la idea fue buena o no, los lectores, lo descubrirán cuando vean la obra, pero les adelantamos, que muchas veces, el diablo mete la cola y lo que parece una buena idea en un comienzo, se puede convertir en una pesadilla.

La trama es muy dinámica y fluye, el público se engancha desde el principio, con un texto muy divertido escrito por Florencia, que creemos tiene tan buena recepción, porque resulta cercano para los espectadores, que si bien encuentran una caracterización exagerada adrede, se reflejan en la trama y en el comportamiento de alguna de las protagonistas.








Nos gustaron mucho las actuaciones que presenta la obra. Tres jóvenes y talentosas actrices, que se sienten a gusto con el texto, se nota se divierten en escena y a partir de allí pueden lucirse mucho. Florencia Naftulewicz, es la gran protagonista de la obra, en su triple función, ya que además de ser la autora y dirigir la pieza junto a Pilar Boyle, nos regala una interpretación magnífica, componiendo a una dama de la high society, manipuladora y de fuerte carácter, mostrando estar decidida a todo, con tal de salvar el buen nombre de la familia. Nos encantó el trabajo de Florencia, una joven actriz a la que sobra talento y carisma, mostrando en ese caso, sus condiciones para la comedia.

Mercedes Moltedo, la acompaña en gran forma. Con modales muy finos y algo más calmada que su cuñada, aunque al principio, muestra algunas dudas con el plan ideado, finalmente lo apoyará de manera abierta. A Mercedes, la elogiamos mucho por su actuación en La Pilarcita, una obra casi de culto del off. Aquí en un papel diametralmente opuesto, muestra toda su versatilidad.










Completan el triángulo virtuoso, Julia Galeano en el papel de la manicura. Tímida al principio, casi sin hablar, irá ganando en confianza a medida que avanza la trama y comienza a darse cuenta, que puede sacar tajada, ante la desesperación de esas dos mujeres,, mostrándose en final, con unas ínfulas que descoloca a las cuñadas. Una verdadera revelación Julia, que compone un personaje muy divertido-

Las tres actrices, se lucen mucho y saben reírse de si mismas,  algo que redunda en el bien de una obra, con la que el público se engancha desde el comienzo. Con mucha química entre ellas, consiguen darle mucha fluidez a la trama.

La puesta como dijimos es muy entretenida y fresca. Las actrices juegan mucho hablando en verso y esto le otorga un atractivo adicional al desarrollo del espectáculo. Destacamos el diseño de luces y escenográfico, a cargo de Leandro Crocco.









Nos divertimos mucho viendo Las Cuñadas, una propuesta, que en tono satírico, además de generar muchas risas, nos invita a reflexionar acerca de temas, como la hipocresía, el conflicto de clases y como muchas veces, aquellos que pertenecen a una clase acomodada, toman como algo normal, discriminar, a los que no pertenecen a su clase y poder cometer abusos de todo tipo, como si el dinero sirviera para justificar algunas conductas.

Una comedia para reír y mirar hacia nuestro interior, con un texto tan entretenido como cercano y actuaciones magníficas, redondean esta desopilante propuesta del teatro independiente, que gracias a la fuerza, del boca a boca, esté teniendo un gran suceso de público, que demuestra agotando localidades desde su estreno, algo que muy pocas obras consiguen, mostrando que la risa, siempre es una buena receta.




Pensador Teatral.


sábado, 9 de noviembre de 2019

Trastorno

Dramaturgia de Pompeyo Audivert. Dirección de Pompeyo Audivert y Andrés Mangone.









Viernes y Sábados 20 hs - Domingo 19 hs.

El genial Pompeyo Audivert, nos presenta esta versión libre de El Pasado, obra escrita en 1906, por por el dramaturgo uruguayo Florencio Sánchez, que sorprende por su vigencia, en una puesta donde el autor intensifica los diálogos y los vínculos familiares, dando un tono de grotesco a la pieza, característica, que ya es un sello distintivo en las obras de Pompeyo.

La obra nos mostrará a una familia oligarca de Buenos Aires de algunas décadas atrás, cuyos integrantes muestran un profundo desprecio por las clases populares. El conflicto social estará presente a lo largo de toda la trama y ese aire de superioridad, que otorga tener una buena posición social y económica, concede un poder que parece darle a todos los integrantes de la familia, una impunidad sin límites.








No vamos a contar demasiado para conservar el suspenso, solo diremos que en esta familia particular, las apariencias resultarán lo primordial, lo importante es guardar la imagen y para conseguir ese objetivo, cualquier medio es aceptable. La tierra se esconde abajo de la alfombra, la mentira puede llegar a límites insospechados, siempre aparecerá un recurso adicional y una nueva mentira, que ayudarán a que la verdad no salga a la luz. En el caso de esta familia en particular, hay un secreto guardado bajo siete llaves, que si trascendiera, causaría un verdadero terremoto.

Para que este estilo de grotesco y sainete, que propone el autor, se proyecte con éxito, es necesario contar con muy buenos actores, que lleven adelante la puesta y esto aquí se consigue de la mano de un muy buen elenco.







La gran figura de la noche, es el propio Pompeyo Audivert, que compone con brillantez a Rosario, la jefa de familia, la gran tiritera, que dará una clase magistral de manipulación, encontrando siempre la forma, de que todos estén pendientes de ella y dispuestos a no contrariarla. La interpretación de Audivert, es hipnótica, sin dudas de las mejores actuaciones que vimos a lo largo del año. Con un histriónismo admirable, resulta un placer disfrutar cada uno de sus gestos, miradas, tonos de voz y desplegar todos sus recursos, para adueñarse de la escena. Un verdadero lujo, poder ver a Pompeyo en este papel, generando risas y admiración en la platea.

La figura descollante de Pompeyo, brilla tanto,  que por momentos parece minimizar el resto de las actuaciones, pero no hay que ser injustos, ya que si la obra se caracteriza por algo, es por las excelentes interpretaciones que presenta, si bien es cierto que la mayoría de los personajes, se perfilarán, de acuerdo a la relación que tienen con Rosario, la que corta el bacalao en esta familia.







Son muy buenas las actuaciones, de sus hijos en la ficción, por un lado Juan Manuel Correa como Ernesto, el hijo menor, que sufrirá el desprecio de la familia Arce y ese será el disparador para una serie de enredos. Por otro lado, tenemos a Pablo Díaz, como José Antonio. En su caso abandonó el hogar familiar, cometiendo una traición en el medio, que nadie parece perdonarle, pero en verdad Rosario, lo sigue teniendo como el hijo de confianza, cómplice de su secreto y dispuesto a seguir sus pedidos. Estupendo trabajo el de ambos.

Del elenco femenino, mencionar a Ivana Zacharski, la hija mujer de la familia, que se debate entre su soltería y apuntalar a su madre. Nos gustó mucho el trabajo de Ivana. Julieta Carrera, como Tití, es tal vez quien más risas genera con su personaje desopilante, es la encargada de cuidar a Rosario y le encanta meterse y opinar en los asuntos familiares. De apariencia inofensiva, habrá que seguirla de cerca, ya que su lengua tiene un filo peligroso. Gran composición la de Julieta.









Completan el elenco Fernando Khabie, como la abuelita, muy buena caracterización de una anciana, que camina muy despacito, expresando su desprecio visceral por las clases bajas y gozando de la impunidad que otorgan los años. El elenco se completa con Fernando Naval, como Arce, el jefe de otra familia poderosa, que aparecerá promediando la obra,  su presencia no pasará desapercibida, pero no vamos a contar demasiado de su personaje, para mantener el suspenso.

La puesta es muy atractiva, son pocos los elementos que ocupan el amplio escenario del Centro Cultural de la Cooperación, apenas un escritorio, un par de sillas y un piano son suficientes elementos para configurar la historia. Interesante como por momentos se amplia el espacio escénico, con alguno de los actores caminando por los pasillos de las butacas y dialogando con los actores que permanecen en el escenario.Destacamos el diseño lumínico de Leandra Rodríguez colaborando con ese clima de penumbra que tiene la obra. Párrafo especial para la música en vivo de Claudio Peña, agregando valor a la puesta.










Disfrutamos mucho de Trastorno, un culebrón familiar, en el que se darán situaciones desopilantes y grotescas, se tejerán alianzas y batallas entre los diversos integrantes del clan, apareciendo mentiras que se sostienen hasta límites impensados, siempre con el objetivo, que el afuera no se entere, lo que realmente sucede puertas adentro de la casa.

La obra se viene presentando, hace meses ya y con gran suceso, a sala llena y sumando funciones desde su estreno, debido a la buena respuesta del público, que encuentra en esta pieza, un muy buen motivo para ver teatro con sello rioplatense, una trama que resulta cercena y actuaciones magníficas, en especial la de Pompeyo Audivert, que sin dudas podemos incluirla en el podio, entre las mejores interpretaciones que vimos en el corriente año, de la mano de su inefable Rosario. Nos gustó mucho Trastorno y por eso la recomendamos. Una propuesta para reír, reflexionar y ser testigos de lo que puede suceder, hasta en las mejores familias, cuando la mentira se apodera de las relaciones.




Pensador Teatral.



jueves, 7 de noviembre de 2019

El Dogma

Dramaturgia y Dirección de Daniel Teveles.









Jueves 20 hs en El Tinlglado ( Mario Bravo 948 )

La obra de Daniel Teveles está basada en El Dios de la Venganza, escrita por el novelista y dramaturgo polaco Sholem Asch, uno de los grandes escritores judíos del Siglo XX, nominado para el Premio Nobel de Literatura en 1935. La pieza mencionada fue escrita en idish, idioma derivado de la lengua judía, una mezcla de alemán, hebreo y arameo, era hablado por los judíos que habitaban Europa Central y Oriental y luego por sus descendientes en todo el mundo.









Teveles decide homenajear al desaparecido teatro idish, traduciendo la obra original al español, tomando la idea central de la pieza de Asch y adaptándola de manera muy interesante al conectarla con nuestra historia, ya que la mayor parte de la trama se desarrollará en la Argentina de 1920.

Pero vayamos de a poco, las acciones se iniciarán en una convulsionada Polonia zarista, allí Yankel el principal protagonista de esta historia, se enamorará perdidamente de Sara, una prostituta a la que conoce en una de sus visitas al prostíbulo que frecuenta. Le propone casamiento y deciden escapar de una Europa en conflicto, buscando mejores horizontes en un lejano país de América del Sur, llamado Argentina,  que en los papeles, es una verdadera tierra de oportunidades.

Yankel, se afincará con su esposa Sara, en una Buenos Aires con mucha presencia judía, con la intención de ganarse el respeto de la comunidad local. Para ello tratará de aceitar sus contactos, con un conocido rabino y además con el intendente de la ciudad, colaborando con contribuciones monetarias, que le permitan desarrollar su negocio sin ser molestado, en una Argentina profundamente antisemita, gobernada en aquellos años por Hipólito Irigoyen.










Yankel o Jacobo, nombre que adopta aquí, tiene como propósito central, críar a su hija en la mayor virtud, cumpliendo todos los preceptos religiosos, para que llega casta y pura al matrimonio, proyectado con algún buen candidato de la comunidad local. Para asegurar su propósito se acercará a la religión, visitando asiduamente la sinagoga, a cargo del Rabino Elie.  No dudará en invertir, una importante suma de dinero, para adquirir unos rollos de la Torá, el Libro más antiguo y sagrado de los judíos, para obsequiar a su querida hija Rivkele.

El problema para Yankel radica en que pese a ufanarse de cumplir los preceptos de su religión, la manera de ganarse la vida en Buenos Aires, no era precisamente la más santa, ya que regentea un prostíbulo, que funciona en el subsuelo de su propio hogar.
La hipocresía y la doble moral, puede apreciarse en su máxima expresión, ya que aboga, para que su hija viva bien alejada del pecado y al mismo tiempo, explota mujeres, que estaban bajo su tutela, cumpliendo el oficio más antiguo del mundo.

No vamos a contar mucho más, para conservar el suspenso, solo diremos que su hija Rivkele, descubrirá la existencia del prostíbulo, situado casi en su mismo hogar y con toda su inocencia a cuestas, se hará amiga de una de las trabajadoras que allí cumple tareas y a partir de ese momento, todo el plan maquinado por su padre, empezaría a derrumbarse. Cumplimos nuestra palabra y no contamos más, dejamos que el espectador, cuando vea la obra, descubra que sucederá con esa ñiña pura e inocente, solo adelantaremos, que la paz del hogar de los Chapchovich, cederá paso a tempestades.









La obra encuentra actuaciones para destacar y hay un despliegue escénico importante, ya que serán once los actores, que serán parte del espectáculo, un número poco habitual para el teatro independiente, que en épocas de vacas flacas, presenta muchos unipersonales o piezas con muy pocos actores, es por ello que debemos destacar el esfuerzo, que resulta reunir un elenco numeroso, que permite la aparición, de muchos personajes y un generoso desarrollo de la trama.

Muy lograda la composición de Charley Rappaport, como Yanke, mostrando de muy buen manera esa dos caras que mencionamos, por un lado la pretendida obediencia a los mandatos religiosos y al mismo tiempo, la prostitución como medio de vida y la denigración en general para con las mujeres. Gaby Barrios, se luce mucho en el papel de Sara, una mujer que quiere olvidarse de su pasado en Polonia y solo enfocarse a su nueva vida en Argentina, A Gaby, la elogiamos en anteriores trabajos y aquí vuelve a lucirse.

María Ventura como Rivkele, la hija prisionera en ese hogar en el que reina la doble moral y Ximena Di Toro como Manke, además de cumplir muy buenas actuaciones, tendrán juntas un par de escenas que se destacan por la belleza visual y la sensibilidad. Destacamos las tareas de ambas. Silvina Trawier se destacará en un rol de presentadora, marcando con buena cadencia, el comienzo y final de la historia. Otra actuación femenina destacada es la de Lucrecía Rodríguez como Madam Bashia.










Oscar Sanabria es el histriónico y pragmático Rabino Elie, Federico Andés un político chanta y con tintes antisemitas, Javier Ulises es el solemne Schloime. Completan el elenco, Manuela Castel y Juliana Ianniccillo, que aportan frescura y juventud a una puesta más bien dura.

Creemos que fue un acto de justicia, mencionar aunque sea de manera breve a cada integrante del elenco, ya que todos hacen su aporte importante, para este todo que es El Dogma. Hay un trabajo importante del director para manejar un elenco numeroso y heterógeneo.

La puesta tiene algunos elementos para resaltar, como la realización de vestuario de época de Tamara Olivencia y María Carcaño, que se luce a lo largo de toda la trama, el diseño escenográfico de la misma Tamara junto a Edgardo Ocampo Orozco y debe mencionarse la música original de Daniel Schnock. Una puesta atractiva y con muchas matices es la que nos presenta el director.










En definitiva, el espectador se encontrará con una propuesta muy interesante, que servirá para la reflexión, dejando al desnudo la doble moral y la hipocresía que muchas veces reina en la sociedad, donde los que quieren dar clases de moral, muchas veces,  tienen una vida oculta,  miserable y despreciable. El autor además deja en claro, como el fanatismo, no es una virtud, por el contrario, es una manera de tratar de imponer ideas, sin dar espacio, al pensamiento propio. Y además el texto, deja en claro, como muchas veces, el querer imponer mandatos familiares o sociales, a nuestros hijos, puede ser una idea muy arraigada, pero que no encontrará buena recepción, más en estos tiempos, de cambios que afortunadamente vive la sociedad.

El Dogma, es sin dudas, una obra que tiene muchos elementos de interés y una vigencia absoluta, por eso, no sorprende el interés del público en ver la obra, algo que pudimos comprobar al ver colmada como pocas veces la amplia y cómoda sala de El Tinglado. Un tributo al teatro idish, una historia fuerte, de amores e imposiciones familiares, con actuaciones muy destacadas, es el combo que Daniel Teveles nos ofrece, en esta muy buena propuesta del teatro independiente.





Pensador Teatral.

lunes, 4 de noviembre de 2019

La Decisión

Dramaturgia de Pacho O´Donnell . Dirección de Gerardo La Regina.








Lunes 20 hs en El Tinglado ( Mario Bravo 948 )

Una cita con la historia política argentina, nos propone Pacho O´Donnell, escritor e historiador, reconocido por su búsqueda permanente, por echar luz sobre aspectos desconocidos de nuestra historia, en base a investigaciones realizadas siempre con mucha disciplina y por ello, sus trabajos son siempre respetados por la opinión pública.

En esta oportunidad Pacho, imagina un encuentro entre Leandro N. Alem y Lisandro de la Torre, dos dirigentes radicales, políticos honestos, que entendieron a la política, como una manera de solucionar los problemas de la gente y no satisfacer intereses personales, estando siempre en contra de la corrupción y del fraude. Ambos coincidieron en su hombría de bien, pero lamentablemente perdieron la batalla contra los poderosos de turno, este hecho es incontrastable, ya que ambos se suicidaron.











El arranque de la obra no podía ser más prometedor, ya que veremos como el fantasma de Alem ingresará a escena, para tratar de convencer a Lisandro de la Torre, de que no concrete su suicidio. Parece contradictorio, que justamente Alem que se quitó la vida, intente disuadir a su colega, que no cometa un acto, que el mismo llevó a cabo. Sin embargo, las razones que esgrime son valederas, ya que lo invita, a no repetir su error, ya que pensaba que el suicidio sería un mensaje fuerte contra los corruptos, por el contrario, ese acto se vería como un triunfo del poderoso, que disfruta viendo como los hombres honestos, quedan fuera del camino.

Una de las virtudes del texto es humanizar a estos dos políticos de raza, reconocidos por su honestidad y por entender a la política como un servicio. A lo largo de la trama se establecerá un diálogo muy interesante entre estas dos referentes radicales, en el cual hablarán de sus principios, sus enemigos, la lucha contra la oligraquía, los acierto y errores que cometieron en su carrera, aparecerán además personajes históricos como Hipólito Irigoyen,  los vericuetos y chanchullos de la política, siempre alejada de los intereses del pueblo. Pero también hablarán de sus pasiones como hombres, sus miedos y de sus vidas solitarias, en las que no encontraron el amor verdadero.












Las actuaciones que presenta la obra, son magníficas, Aldo Pastur interpretará con maestría a un temperamental Lisandro de la Torre y Daniel Dibiase realizará una composición soberbia de Leandro N Alem. El duelo actoral que mantendrán ambos, a lo largo de la trama, será apasionante y las discusiones políticas alcanzarán una temperatura alta, que le darán mucho realismo al debate político que establecen.

Tanto Aldo Pastur, como Daniel Dibiase, tienen una vasta experiencia en las tablas y eso se traduce en un manejo de los tiempos y una fuerte presencia escénica, que generan un enorme disfrute en los espectadores. Además, el texto, permitirá que cada uno de ellos, tenga su momento de lucimiento individual, llevando a cabo algún monólogo y discurso.

La puesta que propone Gerardo La Regina es más bien desprovista desde lo escenográfico, alcanzan una mesa y dos sillas, como marco escénico. Indudablemente en esta pieza, la palabra es la que tiene preponderancia. Destacamos la bella música original de Bernardo Fingas que acompaña la puesta y párrafo especial para Daniel Durso, para colaborando con las logradas caracterizaciones de ambos personajes. ( para no perderse la chiva de Leandro )












Nos enganchamos mucho con la propuesta, siempre nos atrae el teatro histórico / político y más cuando de refiere a una época contemporánea de Argentina. La obra nos permite repasar los aspectos centrales de dos personajes centrales de la política del siglo pasado, dos dirigentes honestos, que no traicionaron sus convicciones y prefirieron quitarse la vida, antes que adoptar prácticas comunes en la política, pero reñidas con la moral. El texto de Pacho además, resulta una crítica manifiesta y certera, a las miserias y mezquindades de nuestra clase política, que aunque pasen los años, siguen con las mismas mañas, sin darse cuenta que Argentina, es un país cada vez más pobre.

Valoramos mucho que obras como La Decisión encuentren espacio en la cartelera porteña, ya que el espectador al verla siente, que quiere conocer más de la historia política del país, reconociendo hechos que no están incluidos en nuestra educación. En suma, estamos en presencia, de un texto muy interesante, que hace justicia con dos verdaderos ejemplos de políticos de bien, como Leandro Alem y Lisandro de la Torre, permitiendo disfrutar de dos actuaciones magníficas y reflexionar acerca de como la mayoría de las veces, los buenos pierden la batalla y son los malos los que tienen el poder y rigen nuestros destinos.




Pensador Teatral.


viernes, 1 de noviembre de 2019

Cabo Verde

Dramaturgia de Gonzalo Demaria y Dirección de Ezequiel Sagasti.










Viernes 20 30 hs en Nun Teatro ( Juan Ramírez de Velasco 419 )

Cabo Verde nació hace más de una década, gracias a la pluma talentosa del prolífico Gonzalo Demaría y regresa a escena, con mucha actualidad, en una atractiva puesta, dirigida por Ezequiel Sagasti, que reúne para la ocasión a un elenco de fuste para el teatro independiente.

La obra es un verdadero trhiller, donde el terror y lo siniestro estarán presentes a lo largo de una trama oscura y cruel por momentos, donde el autor recurrirá al humor en varios pasajes, para descomprimir un poco el ambiente asfixiante que tiene la trama y es algo que se logra. Este es un recurso que Gonzalo, utiliza en muchos de sus textos y siempre con buenos resultados.










Ambientada a fines de la década del veinte, las acciones se desarrollan en el consultorio / laboratorio de un doctor de carácter fuerte y autoritario. Sus ideas adhieren a la la teoría Lombrosiana, que recibe el nombre por el científico y antropólogo italiano Césare Lambroso, que desarrolló una teoría, que enuncia que algunos rasgos físicos de las personas, como por ejemplo, el tamaño y tipo del cráneo, podría determinarse si un individuo podía podía nacer criminal o no. Esto que ahora puede sonar inverosímil, fue una corriente con muchos adeptos, que influyó en la medicina, el derecho y la educación por muchos años.

Lambroso aún hoy, es considerado por muchos, como uno de los padres de la criminología, siendo su clasificación, por mucho tiempo la principal herramienta para establecer el perfil de los delincuentes.  Su clasificación de los criminales, fue durante tiempo, la principal herramienta para establecer el perfil de los malechores. Su pensamiento estuvo influenciada por la teorías de Darwin y en tal sentido llegó a postular que los criminales, eran el eslabón perdido, es decir, un ser que estaba en un punto intermedio entre el simio y el hombre. Encontrándose en el sur de Sudán, hombres con los rasgos antes mencionados. Aparece allí en la ficción del autor, Cabo Verde, país africano que dá el título a la obra.










Yendo ya a la obra, contemos que un doctor con aires policiales, interpretado de manera notable por Edgardo Moreira, busca en su laboratorio y siguiendo aquellos criterios, seleccionar un niño sano y con rasgos arios, que pueda ser adoptado la viuda del presidente Saenz Peña, que se sentía sola y algo deprimida, por eso buscaba alguien que la acompañe, para vivir con ella en su imponente mansión.

Allí aparecerá Roque, un chico que vive en la calle, quien podría ser el candidato ideal para cumplir con el encargo de la viuda. Pero algo no cierra allí, ese chico tiene algunos antecedentes delictivos, que el doctor prefiera ocultar y además la madre del niño, anda dando vueltas en su búsqueda. Cuál es entonces la razón por la que el doctor escoge a ese niño que sabe puede traerle problemas ?? La obra como dijimos tiene un componente alto de suspenso, por eso no vamos a contar más y dejaremos que el espectador cuando vea la obra, descubra las razones que tiene el doctor, para tan extraña selección.

La trama no dá respiro, el autor deja en claro en el texto, la violencia y la prepotencia del poderoso, los prejuicios de la clase dominante, que siente pueden oprimir al más debil, por derecho propio, con una impunidad y un mesianismo, que si indagamos en nuestra historia, veremos varios ejemplos de gobernantes, que ejercieron el poder, sin escrúpulos.










La dramaturgia como dijimos, tiene una muy buena elaboración, pero podría quedar desdibujada, de no contar con un elenco fuerte, que logre darle credibilidad y fuerza al mensaje, algo que aquí se logra con creces. La figura central de la historia, es Edgardo Moreira, que parece estar hecho a medida para interpretar a este doctor autoritario y perverso, debido a su imponente presencia escénica, tanto desde lo actoral, como desde lo físico. Magnífica actuación la de Edgardo, que está cerrando un año lleno de logros, pudiendo mostrar una vez más, su enorme versatilidad, en esta oportunidad para afrontar un nuevo protagónico y componer a un villano, al que, por le cuesta mantener su equilibrio emocional.

Las mujeres de la obra, se destacan muchísimo, arrancamos por Flor Cappiello, la Rusita, la joven y bella asistente del doctor, que se debate entre la lealtad a su despótico jefe y una humanidad, que la lleva a salirse del bando de los malos. Seguramente el maltrato y el machismo del doctor, colaboran para ello. Nos gustó mucho lo de Flor. Silvina Katz, es la otra dama de la noche y cumple una actuación magnífica. Hija de anarquista, achurera de oficioy con una vida muy sufrida, no dudará en irrumpir en aquel consultorio del terror, en búsqueda de su hijo, pese a los peligros que esto conlleva. Una actriz de mucho oficio Silvina, que aquí puede mostrar sus credenciales y resolver en gran forma un papel complejo.










Para el final dejamos a Matías Recalt, una verdadera revelación, ya que con 17 años, hace su debut teatral, sin que esto se note en ningún momento, ya que actúa con un desparpajo y una soltura que sorprenden. Su papel es el de Roque, el niño que vive en la calle y sera reclutado por el doctor, para darlo en adopción a la viuda del presidente. Indudablemente recibió el respaldo del director y de un elenco de experiencia, redondeando un debut para el aplauso.

Las interpretaciones que son uno de los puntos fuerte de la obra, que encuentran también apoyo en una puesta opresiva y asfixiante, hay un diseño de luces muy interesante de Leonardo Kreimer, que colabora con ese clima de suspenso que acompaña al texto y un logrado vestuario de época de Calandra Hock. Otro ítem a destacar es el diseño escenográfico de Tadeo Jones, que nos presenta este consultorio tan sombrío, donde ocurren hechos bastante siniestros.











No queremos contar más, el resto de la historia la descubrirá el espectador cuando vea la obra, como adelantamos se encontrarán con un texto crudo que reflejará una realidad que vivió el país, casi un siglo atrás. Y si bien ahora el mundo evolucionó y muchas situaciones que se ven en la pieza, parecen anacrónicas, hay otras que se mantienen, tal vez con otra cara, pero manteniendo ese statu quo, en el que los poderosos se sienten con la autoridad y la impunidad para cometer cualquier atrocidad, en nombre de un supuesto bien común.

Por todo lo mencionado recomendamos Cabo Verde, una historia fuerte, que invita a la reflexión y que nos regalará magníficas actuaciones. La obra ha agotado las localidades del Nun, desde su estreno, por eso no sorprende, ese aplauso sostenido que el público le regala a los protagonistas, al final de la función, reconociendo en lo visto, algunas situaciones que resultan peligrosamente familiares.




Pensador Teatral.




miércoles, 30 de octubre de 2019

Un Susurro de Alas

Dramaturgia de Sandra Franzen y Dirección de Graciela Pereyra.








Miércoles 21 hs en El Método Kairos ( El Salavador 4530 )

Ambientada en nuestras vastas pampas, llega esta intensa historia de amor no correspondido, entre Trabucco, un veterano patrón de estancia y Elenita, una bella joven de 16 años. Terciando entre ellos, aparecerá Torito, un peón que además de ayudar a su patrón, en las tareas generales del campo, servirá de mensajero entre su jefe y la adolescente.

Este texto obtuvo el Primer Premio del Concurso Roberto Arlt, organizado por la Universidad Nacional del Arte en 2018 y luego de ver la obra, rápidamente podemos imaginar las razones de dicho premio. La pieza se caracteriza por describir con gran lujo de detalles, esas imágenes visuales que nos remiten al campo, con sus animales de cría, los pájaros, las flores, el Sol abrasador en el día y la Luna alumbrando en las noches.










En la historia escrita por la talentosa pluma de Sandra Franzen, aparecerá el machismo y la prepotencia de un hombre de campo, de buena posición económica y poeta frustrado tal vez, que pasa sus horas, tratando de escribir poemas, que resulten la llave para abrir el corazón de una Elenita, mucho menor que él, que no solo no lo rechaza, sino que parece odiarlo, por su insistencia.

En el medio de este amor, que suena imposible, aparecerá la figura del Torito, el joven peón de Trabucco, que de tanto llevarle cartas a la niña, establecerá una amistad con ella. Elenita cuando está con él, no es esquiva, al contrario, es verborrágica y  disfruta su presencia. Se muestra muy locuaz, hablando de su amor por los pájaros y en especial por los colibríes, de los cuales adora su inteligencia y belleza.








La figura del triángulo amoroso sobrevuela la escena, con los peligros que esto conlleva, ya que el poderoso patrón de estancia, no tolera siquiera la idea, que esa joven mujer a la que desea sin suerte, puede entregarse a otro hombre y que encima, encima sea su pobre peón que nada tiene nada para ofrecerle. Sería un verdadero despropósito aquello y de ninguna manera lo podría permitir.. Pero esta relación ocurre en la realidad o solo en su imaginación ? Sucede algo realmente entre Elenita y el Torito ?? No vamos a contar más, dejaremos que el espectador cuando vea la obra, descubra que sucede en aquellas pampas, con esa indescifrable niña/mujer, que despierta pasiones.

La obra tiene un plus importante, que son las magníficas actuaciones que presenta, dándose un lujo enorme, como es contar con un actor de los kilates de Osvaldo Laport, como protagonista, interpretando a Trabucco, un hombre de campo, cansado de estar solo y que hará todo lo que está a su alcance para conquistar a la mujer, que anhela sea la madre de sus hijos. El papel parece hecho a medida de Laport, que se muestra muy cómodo con el mismo y mostrando una presencia escénica imponente, llevando el ritmo de la obra, con un relato articulado de manera admirable, para que el espectador lo disfrute mucho. Magnífica interpretación de Osvaldo.








Las condiciones de Laport, un actor de gran trayectoria y talento son conocidas, pero nos llevamos una sorpresa gratísima con María Gaddi, a quien es la primera vez que vemos en escena, aquí interpretando a la jóven Elenita, con una potencia y una energía, que sorprenden. Para nada se amilana de acompañar a un actor de la talla de Osvaldo, por el contrario, parece potenciarse, para redondear una actuación estupenda y una composición genial, de una adolescente, que quiere ser libre de elegir con quien estar, algo complicado por esas latitudes y tiempos. Buenísimo lo de María, demostrando mucha personalidad, para un papel que no era sencillo.

Estamos siendo injustos con Franco Marani, el Torito, que prefiere estar con los animales, antes que con humanos. Temeroso y respetuoso de las órdenes de su amor, buscará acallar sus sentimientos, sabiendo los peligros que implicarían seguirlos. Muy bueno lo de Franco, mostrando dos caras, una al estar con su patrón y otra cuando piensa en esa joven, que indudablemente lo atrae.

La puesta de Graciela Pereyra es sensible y presenta varios aciertos, el más importante, saber combinar la experiencia de Laport, con la juventud de María y Franco, para que ellos también encuentren su espacio de lucimiento, algo que se facilita por la generosidad de Osvaldo el en escenario. Hay un diseño escenográfico logrado y útil para la historia, que divide el escenario en dos partes y otro elemento a destacar es el vestuario de Cecilia Bruck. La música original  y en vivo de Carlos Irigoyen, eleva el valor de la puesta y es un punto a resaltar de manera especial.










Disfrutamos mucho de Un Susurro de Alas, una historia de amores y de soledades, de pasiones y traiciones, no exenta de violencia, que atrapará al espectador desde el arranque, con una historia sensible y plena de poesía. Es por ello, que recomendamos emprender este viaje, que nos propone la autora, hacia el campo profundo, disfrutarán de un texto muy rico y de magníficas actuaciones.

El aplauso que los espectadores que colmaron el Kairos le tributan a los protagonistas al término de la función, es un justo reconocimiento, por la hermosa velada teatral vivida, con otra muy buena propuesta que el teatro independiente nos regala.





Pensador Teatral.

lunes, 28 de octubre de 2019

Besame Mucho

Dramaturgia de Javier Daulte y Dirección de Gonzalo Urtizberea.









Lunes 20 30 hs en Espacio Callejón ( Humahuaca 3759 )

Bésame Mucho se estrenó en el Teatro del Pueblo allá por el 2002, obteniendo numerosos premios y reconocimientos, entre ellos el Premio ACE a la Mejor Obra Argentina y el Premio Guerrero al Mejor Autor. Traducida al francés, polaco y al sueco, la obra se presentó en diversos escenarios del mundo y ahora Daulte, la trae a su querido Callejón, en esta versión dirigida por el reconocido Gonzalo Urtizberea,











Con semejante carta de presentación, teníamos muchas ganar de ver esta disparatada comedia, que se desarrolla en una comisaría, muy especial que nos trae a la memoria a Locademia de Policía, la recordada película estrenada en los 80, que batió todos los éxitos de taquilla. En Bésame Mucho, tendremos nada menos que once actores en escena, hecho que le otorga a la trama una dinámica y un ritmo que no decaerá en ningún momentos, obligando al espectador a estar siempre atento a lo mucho que sucede en escena, ya que las acciones se multiplican y ocurren en varios planos en simultáneo.

La trama nos permitirá ver lo que sucede puertas adentro de la comisaría, donde como ocurre en cualquier trabajo, existe una diaria cotidiana, existiendo,  relaciones amistosas, gente que se lleva mal, amores, traiciones y los radios pasillos que se difunden, en todos los sitios, donde trabajan muchas personas, como es caso de esta dependencia policial.

No vamos a contar demasiado del argumento, para conservar el suspenso, solo diremos que la obsesión de una mujer policía, por una compañera de fuerza, desatará una serie de hechos desafortunados y enredos al por mayor, con situaciones desopilantes, que despertarán muchas risas en los espectadores, que se divertirán mucha con esta satirización, que el autor monta acerca, sobre lo que ocurre puertas adentro de una comisaría.











Como mencionamos son once los actores / policías que protagonizarán la obra y en muchas ocasiones están todos al mismo tiempo en escena, lo que representa un gran desafío para el director, al tener que coordinar tanta energías sobre el escenario. Para la ocasión, se reunió a un elenco joven y entusiasta, en su mayoría con una muy buena experiencia el en off. Notamos que se divierten en escena, siendo esto algo que el público advierte y al tratarse de una comedia, este hecho, sin dudas es un plus.

Las composiciones de los personajes, cada uno con características particulares, son muy buenas y hay trabajos que no podemos dejar de destacar, así que con el riesgo de extendernos un poco, por lo numeroso del elenco, haremos justicia, dando algunas líneas sobre las interpretaciones.

Sofía González como la Agente Costa, es una de las grandes protagonistas de la historia. Intensa y necesitada de afecto, será la que desatará la cataratas de enredos, originados en su obsesión por la bella e inteligente Agente Paluzzi. A Sofía la hemos elogiado mucho por anteriores trabajos, viniendo a nuestra mente, su exquisita interpretación el años pasado, en La Patada del Camello, entrañable obra del off, de la que también fue autora. Aquí la veremos uniformada y componiendo a una policía muy querible, que no puede consigo mismo y terminará bastante desquiciada. Nos encantó la composición de Costa.











Jimena Grandinetti, es la sagaz y bella Paluzzi, envidiada y odiada por sus compañeros, deberá soportar el acoso de su compañera y los celos del resto de la dependencia. Nos gustó mucho el trabajo de Jimena, la figura más convocante de la obra y con mucho magnetismo, responde a las expectativas, muy buena interpretación,

Siguiendo con actrices, que se destacan mucho, continuamos con Laura Acetta, como Philips, la autoridad máxima de la comisaría, trata de imponer su autoridad y algo de cordura, entre un plantel bastante revoltoso. A Laura la recordamos por sus trabajos en El Ojo Teatro hace unos años y aquí la notamos más madura como actriz y con mucha presencia escénica.

Del lado masculino, destacamos especialmente los trabajos de Diego Gallardo ( Agente San Juán )  y German Buá ( Agente Yoyo ). Ambos trabajan como encubiertos y forman el eslabón más bajo del escalafón de la dependencia. Campechanos ambos y con su torpeza a cuestas, tratarán de respetar sus códigos de amistad. Muy buena la dupla formada.












Sebastián Dataryete, otro muy buen actor, interpreta a Reuter que sufrirá el bulyng de sus compañeros, en especial de parte del fachero y fanfarrón Agente Martínez, interpretado por Federico Donofrio, que despertará suspiros y situaciones peligrosas, entre el plantel femenino de la comisaría. Gustavo Castellano, es el policía de mayor experiencia, más cerca del retiro que de las acción, compone un personaje querible y muy divertido.

Guillermina de Zabaleta es la atractiva Agente Ingrid, Florencia Laval, es la perspicaz Agente Alonso y dejamos para el final a Juan Manuel Rotz, como el enigmático Fabio Farias, del que no vamos a contar demasiado, para conservar la sorpresa, solo diremos que es el único de los once actores, que no es policía y será clave en el desenlace de la trama.










Se hizo algo larga la descripción, pero como mencionamos antes, la calidad de los trabajos y de las composiciones, creemos merecían al menos unas líneas de nuestra parte. Pese a que se respira un ambiente descontracturado en el ambiente al tratarse de una comedia, se nota que hubo meses de ensayos previos y la buena dirección de Gonzalo Urtizberea, ya que no es nada sencillo y habitual, coordinar a tantos actores,

La puesta tiene muy buen ritmo  y resulta muy atractiva, ocupándose todos los espacios del escenario del Callejón, que parece ampliado. Hay un muy destacado diseño escenográfico de Sandra López Hovhannessian que con escritorios, computadoras, mobiliario gastado y muchos expedientes, reproducen con fidelidad el interior de una comisaría. El diseño lumínico de Caio Senicato tiene mucha relevancia, jugando con la luz y la oscuridad, para separar algunos actos. Por último resaltar el diseño de vestuario de Caro Boverini que luce mucho en el elenco.Y no dijimos nada de la música que acompañará a la obra y que jugará de manera cómplice con el título de la misma.











Bésame Mucho es una comedia delirante imaginada por Javier Daulte, que otorga una mirada humana al mundo policial, mostrando en clave de absurdo como en ese universo, donde suceden las mismas cosas, que ocurren en cualquier trabajo. Generándose entre los compañeros, amores permitidos y prohibidos, celos profesionales, envidias, traiciones y amistades sin límites.

Es una buena idea arrancar la semana con una sonrisa, con esta divertida propuesta, que nos remonta a una versión argentina de Locademia de Policia, con un texto que juega con la sátira y el grotesco, de la mano de estos jóvenes agentes, que están firmes al servicio de la comunidad.





Pensador Teatral.