sábado, 15 de abril de 2023

Jarra de Porcelana

Dramaturgia de Florencia Aroldi. Dirección de Mariano Dossena.







Sábados 20 hs es Itaca Complejo Teatral ( Humahuaca 4027 )

Un potente thriller piscológico llega de la mano de Jarra de Porcelana, texto de Florencia Aroldi, que se inspira en la novela Rotxs de Pelcha Bayer, extrayendo de ella solo un personaje,  el de José, un escritor que se encuentra en su monoambiente, junto a un cadáver, sin recordar que sucedió. Por lo tanto, la novela escrita con muchos personajes, será convertida por Florencia en un unipersonal y este cambio será uno de los conflictos fundamentales de la historia que veremos.






Al entrar en la sala, los espectadores se sorprenderán con el dispositivo escénico que tiene la obra. Hay una cubo transparente, que funciona como una especie de prisión para quien dentro se encuentra, un hombre vestido totalmente de blanco, como todo lo que hay en el interior, un pequeño banco, un grabador, un libro y hasta piezas de un maniquí desparramadas por el piso, todo ello un color blanco prístino El hombre parece dormido y en el comienzo del relato, veremos su despertar con sonidos gututales, que parecen más propios de un animal que de un ser humano-

El misterio está instalado desde el arranque y el espectador deberá resolver los múltiples acertijos que presenta la historia. El hombre encerrado entre esas paredes transparentes se muestra confundido y contrariado. Recuerda haber escrito una obra, pero lo que sucede no concuerda con ella. Donde están el resto de los personajes ?? El se encuentra solo y tiene que llevar adelante un unipersonal, cuando esa no era la idea original. Se lo nota agobiado, quiere salir de allí, pero no hay una puerta. Está solo allí y su mente no para de maquinar.





Le habla a una mujer que no sabemos si es real o solo producto de su imaginación. Dialogan acerca de la obra, pero se enoja cuando ella le pregunta si tomó la medicación y sostiene que no la necesita. Será una actriz del elenco o su acompañante terapeútica  ?? El es realmente un escritor, acaso un escultor o es un paciente psiquiátrico ?? Y en el suelo, hay un maniquí o es el cadáver de un hombre al que el mismo mató esa noche ?? . Las dudas lo empiezan a acorralarlo. Él se calma a si mismo, diciendo que es ficción todo lo que está pasando, que es un actor  y que no hay nada de que preocuparse. Pero las señales que los espectadores avezados, observan desde su butaca, parecen contradecir ese pensamiento.

A medida que los minutos pasan, la inquietud de aquel hombre aumenta y ya no quiere estar allí. Le gustaría salir, pero para ellos deberá encontrar la puerta por donde salir . Pero existirá esa puerta ??  O es su propia mente la que lo mantiene encerrado. Los límites entre ficción y realidad se cruzan de manera permanente. El grabador cuenta una historia que no sabemos si es real. Suena un portero eléctrico imaginario, se menciona a un repartidor de Mercado Libre, la confusión y el agobio van en aumento. Pese a los esfuerzos por  recordar que sucedió aquel día, no logra hacerlo. Aparecen recuerdos de la infancia, pero la confusión en su mente es grande y la desesperación empieza a ganar terreno. Tal vez quitarse la vida, sería la única manera de terminar con la presión que lo está oprimiendo.






Y hasta allí vamos a contar, para no develar más, la obra irá dando pistas y dejando al descubierto capas de una historia, que navega hábilmente entro lo real y la ficción, entre la imaginación y la locura. La trama atrapa y el espectador deberá tratar de armar el rompecabezas, de una historia rota, como la jarra de porcelana.  Hay fragmentos desparramados, que el protagonista con nuestra ayudar tratará de pegar, para así encontrar la llave que le permita salir del laberinto que lo aprisiona.

Momento de hablar de Cristian Thorsen, el gran protagonistas de la noche, que nos regala una composición fantástica, con una corporalidad y una entrega física que impacta. Tuvimos la suerte el año pasado de ver a Cristian en Diario de un Loco, también un unipersonal, en Poncho Club Cultural y nos deslumbró con su interpretación. Pensamos que esa actuación, sería imposible de superar, pero hoy podemos decir que nos equivocamos, ya que su trabajo aquí es excelso.





Encerrado en esa habitación, por momentos se convertirá en un ser salvaje, en otros será un actor, un niño y también un hombre enamorado. Los cambios en los tonos de voz y en las posturas corporales son notables. Su trabajo es minucioso y por momentos resulta hipnótico. Su interpretación es una montaña rusa de emociones, con momentos dramáticos y otros hilarantes. Nos llevamos escenas que quedarán en nuestro recuerdo, como aquella genial, en que romperá la cuarta pared y saldrá del cubículo para dialogar con el público, buscando su complicidad . Una composición fantástica de Cristian, que sin dudas estará en las mejores que veremos este año, La suerte quiso que estemos en la primera fila y les podemos asegurar que el disfrute fue mayor aún.

La gran performance de Thorsen, tiene como apoyo una puesta sobresaliente, con dos rubros que hay que destacar mucho, uno de ellos es el diseño escenográfico minimalista de Nicolás Nanni con un original espacio escénico, con el color blanco dominando el ambiente y un diseño lumínico impecable de Claudio del Bianco que aprovecha en gran forma la modernidad que tiene esta hermosa sala de Itaca. Y no debemos olvidarnos de Mariano Dossena, un eslabón muy importante del proyecto, ya que encamina el disruptivo texto de Aroldi y ofrece una atmósfera opresiva, ideal para lo que pide el relato y para potencias el gran lucimiento del protagonista.






Ya no queda mucho para agregar, como habrán podido apreciar la propuesta nos gustó mucho. La obra atrapa desde el arranque, su dramaturgia por momentos es compleja y obliga a que el espectador esté atento en todo momento a todo lo que sucede, ya que la obra es abierta y permite diferentes interpretaciones, de acuerdo al enfoque que cada uno quiera darle y esto sin dudas para nosotros es un plus, ya que deja mucho espacio para reflexionar.

Recomendamos especialmente Jarra de Porcelana, una pieza que indaga por los laberintos de la mente humana, hurgando entre los recuerdos, la imaginación y la locura. Un texto potente, una puesta estupenda y en especial una actuación fenomenal se combinan, para que disfruten de este unipersonal, que gracias a la fuerza del boca a boca, está llenando la sala de Itaca en cada función.


Pensador Teatral.-


 

miércoles, 12 de abril de 2023

El Camino de la Fuente

Dramaturgia y Dirección de Sabatino Cacho Palma.






Miércoles 20 hs en El Tinglado ( Mario Bravo 948 )

Un texto bello y pleno de poesía, nos acerca Sabatino Cacho Palma, autor y dramaturgo rosarino, que con esta obra decide homenajear a Federico García Lorca, el célebre poeta y dramaturgo granadino, miembro de la mítica Generación del 27´y considerado uno de los mayores referentes de la literatura española. Federico marcó toda una época, siendo el autor de obras de enorme trascendencia como Bodas de Sangre, Yerma y La Casa de Bernarda Alba, por mencionar solo algunas de las más importantes. 

Para aquellos, que no dimensionan su importancia, les contamos que en la actualidad, a Lorca se lo reconoce como el poeta español más leído de todos los tiempos. La pieza de Palma, se basa en una obra inconclusa del autor granadino, conocida como La Comedia sin Título, que comenzó en 1936 y que no pudo terminar, ya que en Agosto de ese mismo año, fue fusilado por el régimen franquista en el barranco de Viznar, a pocos kilómetros de la capital granadina.





Si bien nunca se dieron a conocer de manera oficial los motivos de aquella barbarie y algunos quisieron relacionarla con rencillas familiares, la mayoría coincide que lo asesinaron por su condición de homosexual y sus ideas republicanas. Cualquiera fuera el motivo, de lo que no quedan dudas, es que España despidió a su poeta más brillante, cuando estaba en la plenitud de su carrera y aún tenía mucho para ofrecer.

Volviendo a la pieza que nos convoca, Cacho Palma parte de aquella obra inconclusa y a la idea de Lorca que sentía la necesidad de buscar la verdad en escena. Entonces nace este proyecto que contará la historia de un actor que representa una obra sin final y su misión precisamente será encontrar ese desenlace. El actor realizará esa búsqueda en escena, con el público como testigo privilegiado de ese proceso creativo, impregnado de incertidumbre, no sabiendo cuál será finalmente el final y mucho menos cuando ocurrirá, haciendo un paralelismo con la vida misma, donde las cosas suceden cuando no las esperamos.






Momento de hablar de Pablo Razuk, el gran protagonista la noche, a cargo de este bello unipersonal, donde se calzará el traje de actor, jugando al teatro dentro del teatro, recibiendo en escena las visitas del mismísimo Federico, repasando junto a él, los momentos finales de la vida del poeta y recreando fragmentos de poemas y de obras de teatro como Yerma o La Casa de Bernarda Alba. Haciendo este recorrido con mucha naturalidad, por su enorme capacidad actoral.

Aún hoy recordamos haber visto a Pablo hace unos años en el Korinthio, con el Padre Carlos, el Rey Pescador, unipersonal donde Razuk se convertía en Carlos Mugica, el sacerdote que consagró su vida a los pobres. Quedamos impactados aquella noche por su estupenda composición y años después volvemos a verlo en otro unipersonal, donde vuelve a brillar en escena.






La interpretación de Pablo, conmueve por su enorme entrega. Con el carisma que lo caracteriza y una sensibilidad a flor de piel, logra hipnotizar al público que disfruta muchísimo una caracterización que es tan completa que incluye hasta partes cantadas y siempre con el espíritu del flamenco flotando en el aire. Soberbio trabajo de Pablo Razuk, un actor de enorme trayectoria que nos encanta y que vuelve a regalarnos una actuación fantástica.

La puesta es minimalista e intima. El protagonista baja varias veces del escenario y hasta se sentará en la platea, rompiendo la cuarta pared y generando momentos teatrales muy ricos con el público, que no queremos seguir contando, para que se sorprendan como lo hicimos nosotros. El diseño escenográfico es austero. No es necesario incluir demasiados elementos, ya que la fuerza de la palabra del protagonista, es la que marca el rumbo de la obra y los tiempos del relato.






El Camino de la Fuente se estrenó en España en 2019, con muy buen suceso de público y crítica, llegando a Buenos Aires dos años después, debiendo soportar la pandemia en el medio, en las que hubo funciones virtuales. Retornada la normalidad, la obra se presentó en Rosario, en Montevideo y ahora  vuelve a presentarse en la cartelera porteña, en un teatro importante del off, como El Tinglado.

Recomendamos no se pierdan este bello homenaje al poeta granadino, que se nutre de un texto logrado de dramaturgo argentino y una composición estupenda de un actor de experiencia como Pablo Razuk, que hace años quería representar a Lorca y aquí puede cumplir su sueño, redondeando una interpretación estupenda, en una obra que es poesía en estado puro que propone un viaje encantador.


Pensador Teatral.



sábado, 8 de abril de 2023

El Hombre de Acero

Dramaturgia y Dirección: Juan Francisco Dasso.








Sábados 20 hs en Espacio Callejón ( Humahuaca 3759 )

Un texto fuerte y descarnado nos presenta Juan Francisco Dasso, que decide salir de la zona de confort, con una dramaturgia que bucea en un tema incómodo y poco simpático, que resultaría más sencillo ocultar, antes que plantearlo, aún sabiendo que es una realidad que sucede en muchas familias, aunque preferimos no verlo, ya que resulta muy perturbador, siquiera imaginar ciertas situaciones.











El relato se presenta en formato de unipersonal, resultando un gran desafío para Marcos Montes, un actor de experiencia y enormes recursos, que en este relato nos brindará una composición soberbia, con una interpretación que recorre un sinfín de emociones y matices. El comienzo de la obra, ya nos deja claro que no será una pieza más la que veremos, porque el protagonista decide romper la cuarta pared y dejar al desnudo todas las convenciones teatrales, preparando al público para lo que vendrá.

Es una suerte de introducción en tono intimista que ensaya el protagonista dirigiéndose a la platea, cerrando la misma hablando sobre el interlocutor bloqueado, que aclara lo situará en una silla dejada vacía adrede en la segunda fila y hacia allí dirigirá su mirada y discurso. Ese arranque es tan particular, que desconcierta un poco al público, pero es una manera de descomprimir el ambiente, porque a luego de esa presentación, reinará un silencio absoluto en la platea, que seguirá con atención el discurso del protagonista.

El relato, irá mostrando las cartas poco a poco y por ello no queremos develar demasiado. Si, podemos contar que en el escenario veremos a un padre que lucha por contener su angustia y mostrar una calma aparente, aunque la realidad es que si observamos en profundidad, notamos su desesperación por lo que sucede con Neo, su hijo autista, que hace un par de horas está encerrado en el baño y no quiere salir. Sin saber que que hacer, fue a buscar en su auto a Dionel, un adolescente, que al parecer es el único amigo de Neo, aunque tampoco tiene claro esto.









Nuestro Hombre de Acero, grita su dolor. Enuncia que no ser mirado a los ojos debería ser una forma de tortura. Y peor aún, si el que no te mira a los ojos es tu hijo. Dionel tampoco lo mira, está callado e indiferente. El relato se tornará áspero y tendrá una crudeza que por momentos hiere, generando empatía en el espectador, que busca apiadarse ante un padre dispuesto a todo por ayudar a su hijo, aunque acumule frustraciones.

Y hasta allí vamos a contar, el nudo del relato se irá desatando de a poco, se habla de un incidente, pero se demora en dar detalles del mismo, mientras tanto la historia gana en tensión y en dramatismo. Pero cumplimos con nuestra palabra y no adelantamos nada más, dejaremos que el espectador complete el rompecabezas que propone la dramaturgia, en el momento preciso.











Momento ya de hablar de la soberbia composición de Marcos Montes, que maneja con maestría los tiempos del relato, con una sensibilidad que abruma. Sabiendo saltar de momentos tensos y dolorosos, a recuerdos de su infancia más alegres, recreando situaciones y anécdotas que lo transportan a un pasado feliz, donde disfrutaba siendo un adolescente común y corriente, algo que tanto le hubiera gustado ver en Neo.

La minuciosidad con la que el protagonista compone su personaje es admirable. El relato es complejo y crudo, requiriendo que Marcos despliegue todos sus recursos actorales para llevar la historia a buen puerto. Algo que ocurre con creces, mostrando un magnetismo que deja mudo a un público, que sigue atento cada una de sus palabras, miradas y movimientos, no queriendo perderse nada.

La puesta que propone el director es minimalista. El espectador imagina situaciones y momentos, gracias a la elocuencia del protagonista, desplegando su potencia descriptiva y la fuerza de la palabra. El diseño lumínico de Ricardo Sica, acompaña muy buen el relato y ayuda a crear las diferentes atmósferas que la trama irá pidiendo.








No es necesario agregar más, solo decir que El Hombre de Acero, transita su segunda temporada en cartel y ya acumula varios reconocimientos, como haber sido la Obra ganadora del XII Premio Germán Rozenmacher de Nueva Dramaturgia y las recientes nominaciones para lo Premios Trinidad Guevara en los rubros Mejor Autor y Mejor Actor.

Recomendamos no se pierdan esta potente obra del teatro independiente, que con valentía aborda una temática cruda, evitada por la mayoría de los autores. Es una obra que nos hablará del amor infinito de un padre, que sin saber la manera, pero que hará todo lo que esté a su alcance y más, para que su hijo no sufra tanto en este mundo que le toca vivir y que tan ajeno le resulta.



Pensador Teatral.



miércoles, 5 de abril de 2023

El Acto de Creer

Dramaturgia de Mariela Finkelstein. Dirección de Adrián Canale.






Jueves 20 30 hs en Timbre 4 ( México 3554 )

Una propuesta  original llega de la mano de Mariela Finkelstein, con El Acto de Creer, una obra que atrapa con una temática que sensibiliza mucho ya que nos hablará de la muerte, desde un enfoque muy particular, ya que lo hace con un disparador perturbador. Se imaginan si cuando una persona muere, alguien podría reemplazarla y representar su papel habitual en la vida cotidiana de la familia. Es algo difícil de imaginar, pero la dramaturgia de manera muy hábil logra introducir la posibilidad.

Y cuál sería el mecanismo para ello ?? Alguien vió el nicho de mercado y creó una pequeña empresa familiar , que se encarga de ofrecer un servicio tan macabro, como peculiar, como es sustituir personas muertas, mediante un suplantador. Esa persona sería la encargada de tomar el papel del difunto, para intentar por un tiempo, disimular la pérdida del familiar que contrata este servicio, como una forma de mitigar el enorme dolor que siente.






El argumento suena bastante perturbador y puede sonar demasiado fantasioso, pero falta agregar un elemento al combo. Para que este mecanismo funcione, es absolutamente necesario que el familiar crea en la ilusión que se genera y la compre. La simulación es compartida, las dos partes tienen que actuar, el suplantador para realizar el trabajo, y el familiar aceptando la fantasía para intentar mitigar el dolor que siente.

Los interrogantes aparecen y son muchos. En algún caso esta suplantación puede terminar siendo peligrosa porque la relación ficticia que se mantendrá, en algún caso puede tornarse muy real. Y qué podemos decir desde el lado ético ... Todo es válido para ganar dinero ?? Hasta suplantar a un fallecido ?? Hay alguna empatia con el familiar por su pérdida o lo único que importa es el negocio ?? . Resulta más fácil juzgar al que propone el negocio. Y del lado del familiar, la duda, saber de que seríamos capaces de hacer ante la muerte de un ser querido. Pensamos que la negación y el profundo dolor, juntan sus caminos en este caso.






La trama de manera inteligente, plantea tres situaciones diferentes que mostrarán el trabajo de los suplantadores en distintos casos, además de mostrar la interna de la empresa familiar que ofrece el servicio. Tratando de hacer más liviana la temática, se introducen algunas situaciones divertidas, que permiten las risas nerviosas del público que encuentra de esta forma una manera de descomprimir lo fuerte de la trama. Y hasta allí vamos a contar, para no adelantar más y que el espectador que vaya sorprendiendo como nos pasó a nosotros, con una obra que a medida que la misma se desarrolla, va ganando en dramatismo.

Vayamos ya al elenco reunido, ya que hay trabajos para destacar. Son ochos los actores en escena, algo que valoramos mucho, ya que son épocas donde los unipersonales predominan en el teatro independiente y por ello ver un elenco numeroso es un elemento que en lo personal disfrutamos mucho. 






Hablemos en primer lugar de los suplantadores. Quien está a cargo de la empresa familiar y que en nuestra opinión consigue la actuación más destacada de la noche es Tian Brass, como Cesar, un jefe bastante chanta, que se encarga de los acuerdos económicos con la familia y de recaudar el dinero. Con un histrionismo a flor de piel, lleva adelante un personaje divertido y con pocos escrúpulos, que provoca risas y algo de espanto en el espectador en similares proporciones. Excelente composición de Tian.

Mariela Finkelstein, la autora de la obra, también actuará en misma, en el papel como Ana, la esposa de Cesar y la veremos como suplantadora, en un caso que puede complicarse por el realismo y hasta allí contamos. Fabricio Rotella es Miguel, cansado de los manejos y el maltrato de Cesar, no está muy contento con su trabajo y las chispas aparecerán pronto. Muy bueno lo de Fabricio. Melanie Sussi, como Inés es la más joven del elenco y una revelación. Recién llegada a la empresa, le tocará una suplantación muy compleja. Nos gustó mucho su trabajo, dando mucha emotividad a su personaje e inspirando ternura.




Karina Antonelli y Enrique Porcellana, son una pareja que no pueden soportar el dolor por la trágica pérdida de su hija y son los responsables de las interpretaciones más emotiva de la noche. Leonardo Murúa buscará olvidar la desaparición de su esposa y Juan Subiotto, la pérdida de sus padres. Ambos llevan muy bien adelantes sus personajes.

Aunque se hizo algo extenso, creemos que era justo dar una mención a cada uno de los actores, ya que las actuaciones son muy buenas y los papeles no eran sencillos, encontrando todos su espacio para el lucimiento. Mérito aquí de Adrián Canale en la dirección que otorga lugar a ello. La trama resulta muy dinámica, algo que se consigue por el formato del relato, que ofrece historias que se intercalan y van corriendo de manera simultánea. La puesta es minimalista y con muy buenos recursos logra su cometido. Destacamos el original dispositivo escenográfico de Lau Polet, con paneles móviles y el diseño lumínico de Luciana Giacobbe.






En resumen gustó mucho la propuesta de El Acto de Creer, que como dijimos aborda el tema de la muerte desde un ángulo muy particular, trayendo al debate hasta donde podríamos llegar con tal de negar la muerte de un ser querido y al mismo tiempo como en la sociedad, siempre pueden aparecer personas que aprovechando el dolor ajeno, pueden montar un negocio. Si bien todo es ficción, evidentemente el espectador adopta las convenciones teatrales, entrando en el juego que la dramaturgia propone, enganchándose con la dramaturgia.

Desde nuestro sitio, siempre valoramos las propuestas que arriesgan y proponen temáticas que difieren de las habituales. El Acto de Creer logra esto y ofrece una ficción que moviliza y emociona al espectador. Los aplausos prolongados del público que llenó la sala principal de Timbre 4, al final de la función, son la mejor demostración que la obra supo llegar al corazón del espectador.


Pensador Teatral.




viernes, 31 de marzo de 2023

El Juego de la Silla

Dramaturgia de Ana Katz. Dirección de Mauro J Perez.






Viernes 21 30 hs en El Tinglado ( Mario Bravo 938 )

Escrita por Ana Katz, El Juego de la Silla se presentó en 2002 en cl cine, como su opera prima, con muy buena repercusión de público y crítica. Transcurridos más de quince años, una noche cualquiera, Mauro Pérez, joven y promisorio director, vió en su casa aquella película y tuvo la gran idea de llevarla al teatro. La autora dió su aprobación, surgiendo así este proyecto en 2019.

El proceso fue exitoso y la obra este año inicia su quinta temporada en cartel, cambiando de teatro en un par de oportunidades, pero teniendo ahora un elenco ya consolidado, logrando una fluidez y una química, que se nota en cada escena, siendo esto algo que el espectador agradece, ya que no es habitual que una pieza del teatro independiente, logre permanecer en el tiempo, por eso cuando esto ocurre, los resultados son siempre positivos.






Basta de introducciones y vayamos al argumento de esta entrañable historia, que nos hablará de los vínculos familiares de una forma muy particular. Las acciones se desarrollan al comienzo de los 2000, en una típica casa de clase media, donde la familia Lujine a pleno se prepara para recibir a Víctor, el hijo mayor, que se fue hace unos años a trabajar a Canadá y que regresará al país, pasando por su antiguo hogar, solo por un día. Los preparativos son numerosos y frenéticos. Como hacer para compendiar toda la emoción que se tiene adentro en tan solo un día ??? No será tarea sencilla, pero hay una certeza, Victor debe tener una jornada perfecta en la casa familiar y todos los integrantes de la familia se esforzarán para lograr ese objetivo.

A cargo del " Operativo Bienvenida " está Nelly, una madre posesiva y sensible, que espera con ansías la llegada del primogénito. Víctor llegará con regalos para todos desde Canadá y de a poco su alegria inicial, comenzará a diluirse. Lo espera una rica comida casera y la familia a peno, con una madre que parece controlar todo, un hermano de pocas palabras, dos hermanas con personalidades bien diferentes y hasta una ex novia que es amiga de la familia y se sumó a la particular velada. La noche tiene varias sorpresas preparadas, entre ellas un músico contratado contratado por Nelly para la ocasión.





Pero de a poco el clima festivo se irá corriendo y la incomodidad irá ganando terreno. Hay algunos números musicales preparados, un par de juegos y muchas situaciones tan bizarras como divertidas. Víctor se sentirá abrumado por una noche cargada de emociones y nostalgia, pero que también tendrá lugar para algunos reclamos de aquellos que esperaron por años su regreso. Y como no puede faltar en las mejores familias, también habrá espacio para alguna discusión.  Pero preferimos no contar más, ya que una de las características de la trama es tener varias sorpresas preparadas para el recién llegado, que también lo serán para el espectador.

La obra tiene una vigencia que no pasa desapercibida. En las últimas décadas, son muchos los jóvenes que deciden emigrar en busca de un bienestar que nuestro país lamentablemente no ofrece. La pieza ofrece un enfoque particular y muy interesante, ya que la mayoría de las veces, se presta atención a lo que sucede con la persona que abandona su país en busca de mejor suerte y como es su adaptación en el extranjero.  En El Juego de la Silla, en cambio el foco se pone, en quienes quedan aquí, en el sentimiento de la familia que vé partir al ser querido y sufre la ausencia. La ansiedad por recibir noticias del viajero, la alegría cuando nos avisa que vendrá a visitarnos y esa secreta esperanza, que algún día nos anuncie su regreso.

Vayamos a las actuaciones que presenta la obra, que son realmente destacadas, son siete los actores en escena, algo no tan habitual en los últimos tiempos del teatro independiente, donde los unipersonales son los que predominan. Ya ver tantos actores en escena, resulta un plus y más en este caso, donde el texto y la dirección, permiten que los actores puedan desarrollar personajes ricos y con recorrido.





En actuaciones muy parejas, creemos que quien se lleva los mayores elogios es Graciela Pafundi, como Nelly, la jefa de hogar, sensible y manipuladora, será quien marque el ritmo y la organización del reencuentro. Orgullosa de su hijo mayor, no se cansará de manifestar lo feliz que se siente, de poder tener reunida nuevamente a todo la familia junta y con esa premisa como estandarte, parece gozará de una licencia de impunidad que le permitirá pedir a Víctor y al resto,  participar de algunas situaciones que los pondrán incómodos. Gran trabajo el de Graciela, para crear a una Nelly de diferentes caras, mostrando muchas veces una faceta artística que busca se refleje en sus hijos y en otros un afán competitivo, que está en su esencia. Nos encantó su composición.

Miguel Sorrentino como Víctor, es la pieza central de esta historia. Es el hijo que está feliz de volver a ver a la familia, pero que de a poco, se empieza a sentir abrumado y asfixiado, por todo lo que irá sucediendo. Destacamos la expresividad y el carisma de Miguel, componiendo a un personaje muy querible, que genera mucha empatia en la platea. 






Pero en estas dos actuaciones principales, no terminan aquí las buenas interpretaciones. Gaby Julis es Laura, la hermana del medio, hizo varios dibujos para recibir a su hermano, siendo un personaje tierno y muy querible, que cosecha varios momentos desopilantes a lo largo de la trama. Ana Balduini es Lucía, la hija menor, en la que se centran las expectativas de la madre y la familia, que la saben bella y talentosa. Ana con un histrionismo a flor de piel, nos regalará también muy lindos momentos. Las actuaciones femeninas, se completan con Julieta Correa Saffi, como Silvia, la novia de Víctor antes de su ida a Canadá. Hermosa la composición de Julieta, sensible y tierna, con la esperanza de revivir viejos tiempos.

El elenco se completa con Sebastian Tornamira, el hermano menor, introvertido y misterioso, es un buen contrapunto en la casa. Pablo Viotti, será músico en escena y compondrá algunos personajes tan breves como divertidos. Se hizo algo larga la descripción, pero creemos que era justo dedicar unas lineas para cada protagonista, porque sus trabajos así lo ameritaban y todos tuvieron espacio para su lucimiento personal.

Hay un mérito grande de Mauro J Perez, desde la dirección por la manera en que logra teatralizar la película de Ana, haciendo un muy buen eso del espacio escénico, dotando además de una muy buena dinámica a la trama y eligiendo un elenco que se nota comprometido con la historia y muestra muy buena química entre ellos. Items a destacar el muy buen diseño escenográfico de Paula Molina, que replica el espacio familiar otorgando calidez al mismo y la música original de Pablo Viotti, que enriquece el relato.







No queda mucho por agregar, solo comentar nos gustó mucho la propuesta de El Juego de la Silla, que resulta atractiva por su temática y por la divertida puesta en escena que presenta, con personajes muy bien logrados. La obra resulta seductora desde su arranque y atrapa al espectador, que disfruta y sufre al mismo tiempo con el recién llegado.

Los invitamos entonces a que conozcan esta divertida obra, que como dijimos lleva cinco años en cartel y luego de verla entiende el porque de este logro, ya que nos habla de los vínculos familiares, de los roles que integrante ocupa en ella y que sucede cuando queda un lugar vacío. Lo más valiosos es que logra todo esto, de manera muy entretenida y por ello a lo largo de la trama se van a reír mucho. Les recomendamos preparen todas sus gracias para recibir a Víctor como se debe y a estar bien atentos para sentarse rápido en la silla libre, cuando la música deje de sonar.


Pensador Teatral.



miércoles, 29 de marzo de 2023

Laponia

Dramaturgia de Cristina Clemente y Marc Angelet. Dirección de Nelson Valente.





Miércoles a Domingo en Multiteatro ( Av. Corrientes 1283 )

Mucho nos habían recomendado Laponia, que nos resultaba atractiva de entrada por su título y mucho más por el elenco reunido, sumado a un director exitoso y a los premios acumulados en la pasada temporada, que fue la de su estreno. Todo ello la convertían en una propuesta que no queríamos perdernos y luego de haberla visto, pudimos confirmar todos los buenos presagios.

Pero vayamos por el comienzo, de esta pieza escrita por los catalanes Marc Angelet y Cristina Clemente, que se estrenó el año pasado en Buenos Aires, en esta versión local adaptada por Ignacio Gómez Bustamente y dirigida por Nélson Valente, el prolífico director, al que muchos recuerdan por El Loco y la Camisa, pieza emblemática del off de su autoria, que además dirigió.






Las acciones aquí se sitúan en Laponia, en la región Norte de Finalndia y bien cerca del Polo, tierras en las que cuentan tienen su hogar Papá Noel y que además es reconocida por ser uno de los mejores escenarios para observar las auroras boreales. Allí viven Olavi ( Jorge Suarez ) , un finés de pura cepa con su esposa argentina Ana ( Paula Ransenberg ) y Aina su hijita de 4 años. En su casa recibirán la visita de Mónica ( Laura Oliva ) la hermana de Ana, que viaja desde Argentina junto a su esposo Germán ( Héctor Díaz ) y su pequeño hijo Martin.

La razón del viaje, además del reencuentro familiar, es que Martín puede pasar las Navidades, en la tierra natal de Santa Claus. El motivo es realmente tentador, pero como muchas veces ocurre las cosas pueden complicarse y no salir como una planifica. No vamos spoilear los motivos, pero pronto el espectador notará que algo no salió bien allí, a juzgar por la cara larguísima y el mal humor de Mónica, que luce una mezcla de enojo e indignación, que parece no tener fin. Cuando las acciones avancen, vamos a descubrir los motivos del enojo y podremos juzgar si Mónica exagera o no.

El diálogo familiar ocurre en el interior de la casa, protegidos del impiadoso frío que reina en el exterior. Pero el clima es tenso y la calidez parece esfumarse. La trama es muy divertida y sabe jugar con el choque cultural y las diferencias entre la ordenada cultura escandinava y la caótica idiosincrasia argentina. Sin dudas que nos vamos a identificar y avergonzar un poquito con los estereotipos del argentino medio, al que el sagaz y estructurado Olavi, le sacó la ficha hace tiempo.






Pero muchas veces los mandatos y los estereotipos se rompen. Todo es blanco o negro ?? O existen grises ?? Somos tan desastrosos los latinos y tan ordenados los escandinavos ?? La vida en Finlandia es siempre una maravilla o tiene sus matices ?? No es cierto por ejemplo que tiene una alta tasa de suicidios ??  A lo largo de la trama y de manera muy divertida los personajes irán desentrañando algunas de estas cuestiones, siempre con mucho humor.

La trama recorre tópicos variados, como la importancia que tiene decir siempre la verdad o esto no debe ser siempre así, debe existir la magia o hay que develar los trucos y más terrenalmente cual es la mejor manera de educar a nuestros hijos. Todos estos temas y algunos más, se mezclarán en las discusiones familiares, envueltas en esa atmósfera navideña que ronda en el aire. Y hasta allí vamos a contar, porque la trama tiene momentos muy divertidos y algunas sorpresas que el espectador irá descubriendo a medida que el relato avance.






Momento de hablar de elenco reunido para la obra, algo que sin dudas resulta un punto muy alto, por la calidad del mismo. Entendemos que la actuación más destacada y lucida de la pieza, queda en manos de Jorge Suárez, que representa a un Olavi muy divertido, que pone todo de sí, para hablar en castellano y logra hacerlo de manera muy decente, teniendo algunas dificultades con ciertas pronunciaciones, algo que el público disfruta mucho. Un verdadero animal de teatro Jorge, que siempre logra lucir en el papel que le toca en suerte y que en este caso le saca el máximo provecho a un personaje que tiene mucho que dar.

Al mismo nivel de lucimiento, colocamos a Laura Oliva, como una Mónica temperamental y con pocas pulgas, que se sacará chispas con Olavi, su hermana y con quien se anime a contradecirla. Con gran presencia escénica y un histrionismo a flor de piel, redondea una composición estupenda, muy festejada por la platea.





Héctor Diaz otro actor todo terreno, encaja perfecto en el esquema actoral que presenta la trama y realiza un muy buen trabajo, como un marido sometido y temeroso. Impecable lo de Héctor. Completa el elenco, Paula Ransenberg, una actriz exquisita y a la que elogiamos muchas veces desde sitio, recordando por ejemplo sus trabajos en Nerium Park y Juicio a una Zorra, dos estupendas obras del off que vimos en Timbre 4 . Aquí como de costumbre, nos regala una muy buena composición. Paula es una actriz que nos encanta ver siempre en escena.

El lector podrá darse de cuenta, de la muy buena factura de las actuaciones que presenta la obra, algo que no extraña por la calidad y lo parejo que resulta el elenco elegido, teniendo muy buena química entre ellos, algo que agrega valor, para apuntalar una trama que ya por sí sola resulta atractiva y que con sus trabajos sin dudas potencian.

No debemos quitar mérito a Nelson Valente, que desde la dirección logra que todos los personajes tengan espacio para el lucimiento y funcionen muy bien en el conjunto. Rubros a destacar el diseño escenográfico de Rodrigo González Garillo y la iluminación de Matías Sendón, que logran darle calidez al hogar y al relato.






Momento oportuno para recordar que Laponia obtuvo 4 Premios Ace, entre ellos el de Mejor Comedia y 3 Premios Estrellas de Mar, distinciones que luego de ver la obra, se entiende que son más que justificadas.

Por todo lo mencionado, recomendamos vean la obra, se encontrarán con una comedia, que además de hacer reír, tiene un argumento que atrapa e invita a la reflexión, ya que detrás de ese marco divertido que tiene la trama, deja mucho espacio para la reflexión. Un texto inteligente, una dirección dinámica y cuatro trabajos actorales de calidad, son la combinación justa para pasar un excelente momento teatral, mientras de fondo vemos a Santa Claus repartiendo regalos desde su trineo en las heladas tierras polares.


Pensador Teatral.


martes, 21 de febrero de 2023

La Casa de las Pelucas Kosher

Dramaturgia de Karina Hepner. Dirección de Nicolás Sorrivas.






Martes 21 hs en Espacio Callejón ( Humahuaca 3759 )

Una original propuesta llega de la mano de Karina Hepner, que inspirándose en recuerdos de su infancia, anécdotas familiares e inmersa en la cultura judaica que la vió crecer, presenta una ficción artesanalmente elaborada, que pondrá el foco en el judaísmo ortodoxo, aquella rama de la religión, que adhiere de manera estricta a las creencias y prácticas religiosas.






Para quienes no integran ese mundo, todo lo relacionado con lo ortodoxo, está rodeado de misterios y secretos. Una corrientes religiosa que se resiste a a la modernización y se aferra a los preceptos que dicta la Torá, con ceremonias tradicionales, vestimentas particulares, el guardado del shabat y la alimentación de acuerdo a las normas alimentarias religiosas, que determinan que productos son kosher, es decir aptos para el consumo, como algunas normas de obligatorio cumplimiento.

La autora tomando varios de estos elementos y una anécdota que le relató una amiga hace unos años, elaboró un relato cargado de humor y de satirizaciones, que resulta una excelente cubierta para presentar una historia que se atreve a cuestionar muchos temas que resultan casi sagrados y a la vez denunciar ese doble standard, que en algunas ocasiones se esconden bajo la alfombra, poniendo al descubierto una serie de contradicciones y situaciones absolutamente enfrentadas, con las buenas prácticas y valores, que toda religión que se precie enuncia.






La historia se centrará en Mirele, una mujer judía que tiene un emprendimiento tan original como extravagante,  ya que se dedica a vender pelucas kosher. Su casa es el centro de operaciones de este particular negocio, ya que allí hará las reuniones, en las que recibirá a mujeres de buen pasar económico de la comunidad, interesadas en comprar estas pelucas. Pero no solo la casa, es el lugar elegido para las reuniones, ya que en el subsuelo de la misma, se esconde un turbio secreto.

Mirele vive con su hija Ieudtih, que tiene un retraso madurativo importante, en una convivencia que no se caracteriza por los buenos tratos. No queremos contar demasiado para mantener el suspenso, pero si diremos que el secreto que esconde Mirele en la casa, es un taller clandestino, en el que emplea a mujeres del interior, que en condiciones laborales que rayan con la esclavitud, resultan la mano de obra ideal, para la confección de las pelucas, pero cumplimos con nuestra palabra y hasta allí contamos.

Una de las mayores virtudes que tiene esta tragicomedia, es que dentro de una atmósfera  disparatada y con varias situaciones bizarras, logra describir diferentes mundos y dentro de ellos, la hipocresía y la falsedad como moneda corriente de los vínculos que se establecen, algo que como dijimos contrasta con las intenciones que se gritan al exterior.






Interpretamos que de manera no casual y haciendo alusión a la diferencia que hace el judaísmo ortodoxo, que establece sitios donde solo pueden estar hombres y otros donde solo puede haber mujeres, en la obra se elige esta última opción y serán nada menos que nueve las mujeres que estarán en escena y ningún hombre. Este elenco numeroso, no es algo que debemos dejar de pasar y por el contrario, debemos destacar, ya que acostumbrados a que el teatro independiente, últimamente tiene mayoría de unipersonales, encontrarnos con una propuesta que tenga nueve actrices en escena, es algo que en lo personal disfrutamos mucho.

Dentro del muy buen elenco reunido, entendemos que los mayores elogios, sin dudas se los lleva María Nydia Urso Ducó, una actriz de gran experiencia en el off y a la que elogiamos muchas veces desde este sitio. Siempre recordamos su gran trabajo en Un Hombre sin Suerte, la obra escrita por Samanta Schweblin, que pudimos ver en El Kafka, espacio que hoy ya no existe y en el que María Nydia realizaba una composición fabulosa.






Aquí en un papel totalmente diferente y con gran presencia escénica María Nydia vuelve a mostrar su carisma y versatilidad, para dar vida a una Mirele, manipuladora y bastante despiadada, en especial en el trato con su hija. Excelente su trabajo. La autora Karina Herpner se dá el gusto de participar de su obra y lo hace con un personaje muy querible, como el de Ieudtih, una mujer con mente de niña, que sufre los destratos de su madre. Muy bueno el aporte de Natalia Imbrosciano, como Tali, la acompañante terapeútica de Ieudith, que con mucho amor, trata de apuntalarla y además busca llevar cordura a una casa que no la tiene. 

Entre las clientas destacamos en especial el trabajo de Catalina Motto, como Malka, que no tendrá empacho en mostrar en la intimidad de las reuniones sus verdaderos pensamientos. Y en el taller, nos gustaron las actuaciones de Paloma Santos y Clarisa Balcarce, a ambas las conocíamos por muy buenos trabajos en el off y es un gusto volver a verlas aquí, aprovechando los minutos en escena, para mostrar sus virtudes.






No queremos ser injustos con Marina Apat, Bettina Brozzo y Brenda Lem, las otras integrantes del elenco, que cumplen muy bien sus papeles. Como dijimos, son nueves las actrices en escena, pero el texto y la puesta, deja espacio a todas, para encontrar momentos de lucimiento, dependiendo claro de los minutos que cada una tiene en escena. Se nota una muy buena química entre todas y enfocadas en el conjunto.

La puesta de Nicolás Sorrivas, que se incorpora en la dirección, en la segunda temporada de la obra tiene muchos puntos altos, dando dinámica a una trama que no presenta un relato lineal y tiene saltos temporales. Se nota un muy buen aprovechamiento de las posibilidades que ofrece el Callejón, para presentar diferentes espacios escénicos, jugando con las escaleras y demás elementos que tiene la sala. Muy logrado el diseño escenográfico que presenta la obra, algo que no sorprende, cuando sabemos que José Escobar está a cargo de ese ítem. 

Para ir concluyendo, podemos decir que La Casa de las Pelucas Kosher es una propuesta valiente, ya que se atreve a exponer un mundo que por lo general permanece oculto y lo hace de una manera poco habitual, ya que jugando con el humor, logra dejar al descubierto algunas contradicciones, que si bien no suenan novedosas, pocos se atreven a señalar. Las religiones tienen un grado de poder que las galvaniza y por ello no es algo común, cuando alguien se atreve a plantear dudas y esto es algo que el texto de Karina consigue.






La Casa de las Pelucas Kosher, es una obra que por momentos nos hará reír y por momentos nos va a horrorizar. Si bien la trama puede dejar algún suelto o sonar algo liviana, creemos que esto es precisamente lo que busca la dramaturgia, ya que esta supuesta inocencia, permite ver con nitidez contradicciones fuertes y situaciones que nos hablan de la doble moral de personas que dicen estar comprometidas con los valores religiosos, pero que tienen comportamientos en su vida diaria, que nada tienen que ver con ellos.

Salimos gratamente sorprendidos, con esta original y valiente propuesta, que de la mano del muy buen elenco reunido y una puesta muy atractiva, nos permite disfrutar de una historia que moviliza y que nos invitará a reflexionar sobre las verdades que muchas veces se esconden bajo la alfombra de la religión y que más allá de los anuncios grandilocuentes, lo más importante es como nos comportamos a diario, nosotros mismos y en nuestra relación con el prójimo.


Pensador Teatral.