Dramaturgia y Dirección de Alfredo Arias.
Lunes 20 hs en Teatro El Extranjero ( Valentín Gómez 3378)
Llega a El Extranjero este texto de autoría de Alfredo Arias, que forma parte de una trilogía de monólogos referido a diferentes estrellas del cine, vistas en el ocaso de su carrera y en este caso el elegido es Bela Lugosi, el actor húngaro que llegó a lo más alto de Hollywood, por su icónica interpretación del Conde Drácula.
Su gran actuación, definió la imagen popular del vampiro, con su marcado acento húngaro, mirada hipnótica y la capa negra, que todos tenemos en nuestra mente. El problema para Lugosi, fue que su carrera quedó profundamente asociada con el personaje de Drácula, lo que provocó que las ofertas de trabajo que recibió luego de ese gran éxito, siempre se limitaron al género de terror y a menudo en roles similares al del Conde. Este encasillamiento llevo al actor a enfrentar dificultes financieras y personales, incluyendo una lucha contra las adicciones que lo golpearon fuerte,
La obra que aclaramos no es una biografía de Lugosi, precisamente parte de aquellos momentos en que el actor lucía desanimado, ya que luego del éxito de Drácula, no recibía ofertas para ser un actor normal, nunca estuvo en una película donde su personaje tenía una familia o paseaba un perro por el parque. Su carrera entró en declive y fue allí cuando recurrió al alcohol en primer término para esconder ese dolor interno y cuando no fue suficiente eso, se hizo adicto a la heroína.
Hasta ese momento la historia se ajustaba a la realidad, pero Arias deja claro que se trata de una ficción al introducir en la historia a un personaje inventado, nos referimos a la psicóloga Dorothy Couch, famosa en el ambiente de Hollywood, por sus fracasos como profesional, incluyendo cuatro suicidios de estrellas del medio que llegaban a su consultorio por estar en el declive de sus carreras, Con semejantes antecedentes, que motivación tendría Bela para tomar tratamiento con Dorothy ?? Precisamente esos funestos antecedentes, fueron claves para la elección, ya que Lugosi ya no tenía ganas de vivir, entonces nada mejor que tomar terapia con una profesional que sabía como conducir a sus pacientes a la muerte.
A partir de allí, la historia virará en tragicomedia por los absurdos proyectos de Dorothy, que quiere devolverle al actor las ganas de vivir, pensando más en revertir su nefasta reputación que en el bien del actor. Primero buscará levantar su ánimo, despertando su apetito sexual y luego proponiendo un guión realmente delirante, apareciendo en escena el nombre de Ed Wood el peor director de Hollywood que se interesaría en aquel guión, pero para una película cómica. Realidad y ficción, se mezclan en buena forma, en esta original propuesta, que tiene a Lugosi y al Conde Drácula como eje central.
Hemos escrito unos cuantos párrafos y aún no nombramos al gran protagonista de la noche, nos referimos a Marcos Montes, que nos regala una composición fabulosa, con una presencia escénica que impacta, por el peso de su actuación y por la excelente caracterización del Conde Drácula que realiza, completa por donde se la mire. Desde el impecable vestuario, negro coronado por la típica capa, el maquillaje, el peinado y un acento extranjero bien marcado, que el protagonista sostiene durante toda la obra, algo que no resulta nada sencillo.
Pero Marcos no solo será Drácula en escena, también será Dorothy, llegando a ella, simplemente cambiando el tono de voz y su gestualidad. El simplemente es irónico, porque resulta muy rico ese juego actoral, donde el actor hace dialogar a ambos personajes, mostrando gran repentización. A Marcos lo habíamos elogiado mucho en este sitio, por su gran labor en El Hombre de Acero, unipersonal que tuvimos la suerte de ver en Espacio Callejón. Aquí Montes vuelve a mostrar sus condiciones en el género de los unipersonales, con una gran composición del actor húngaro y de su personaje icónico.
La puesta de Arias tiene muchos toques cinematográficos, uno de ellos, es el impecable diseño lumínico de Matías Sendon, con varios reflectores repartidos en el escenario, tal set de filmación. Menciones especiales para Matías López y Soraya Ceccherelli en diseño y realización de maquillaje y Julio Suárez en el vestuario, ítems fundamentales para la gran caracterización del personaje. También la puesta tendrá momentos musicales logrados, mostrando un carácter general minimalista pero muy efectiva.
Bela Vamp, como mencionamos al comienzo, forma parte de una trilogía de monólogos de Alfredo Arias que rescata a diferentes estrellas del cine mostrándolas en el ocaso de sus carreras. presentando el dilema de lo que sucede cuando algún artista toca el cielo con las manos y luego debe volver a la normalidad. Es posible esto o no ?? Viendo la caída estrepitosa que tuvo la caída de Lugosi, la respuesta sería un no rotundo, pero la idea de Arias es plantar la duda y que el espectador sea el que busque las respuestas.
La obra se viene presentando a sala llena desde su estreno y esto habla de la convocatoria que tiene una figura popular como el Conde Drácula, pero también habla de la calidad del espectáculo que se ofrece, ya que esta tragicomedia en formato de unipersonal, presenta un texto de Arias, que navega hábilmente entre el drama y el humor, una puesta muy vistosa y una composición superlativa de Marcos Montes, todos elementos que confluyen, para que podamos disfrutar de una excelente propuesta del teatro independiente y magia mediante poder ver al Príncipe de las Tinieblas, deambulando con su capa negra por las calles del Abasto.
Pensador Teatral.