Dramaturgia y Dirección de Malena Ratner y Francisco Ruiz Barlett.
Lunes 20 hs en Teatro Picadero ( Pasaje Santos Discépolo 1857 )
Una texto sensible y movilizante nos presenta Lo Normal, esta obra escrita por Malena Ratner y Francisco Ruiz Barlett, que luego de presentarse con gran suceso en El Método Kairos, llega este año al Teatro Picadero, marcando el crecimiento que tiene la pieza. Malena se inspiró para escribir este bello texto, en una experiencia familiar, ya que su hermana tiene una discapacidad motriz y cognitiva. Al ser espectadora asidua de teatro, tomó nota que pocas piezas se animaban a explorar el tema y lo hacían con actores hombres que actuaban la discapacidad.
Entonces Malena, decidió innovar, decidiendo que sean dos actrices mujeres con discapacidad las que protagonizaran la obra y que esta se adapte a sus cuerpos y necesidades. De entrada y sin suspenso, vamos a contarles, que los resultados son excelentes, ya que el trabajo de ambas actrices es magnífico y la obra tiene una profundidad y una belleza que queremos destacar. La dramaturgia consigue que la obra no se centre ´únicamente en el tema de la discapacidad y se presenta una historia que nos habla de las amistad de dos adolescentes, con sus miedos, placeres e inseguridades propias de la edad. La relación con la familia, el sexo y otros temas, con los que el público en general se siente identificado.
La obra nos presenta a Camila ( Marisol Irigoyen ), una joven tímida e introvertida, que no tiene muchas ganas de salir al exterior. Hace poco tiempo que debe usar silla de ruedas y le está costando aceptar la situación Le gusta leer y grabar frases en su celular. Su casa es el refugio, aunque muchas veces choque con una madre sobreprotectora ( Raquel Ameri ) y un padre ( Diego Castro ) que resulta más compinche, siguiendo la lógica del policía bueno y el malo, donde la madre claramente es la villana.
Sin embargo, será la madre la que insistirá para que Cami salga de la casa y vaya a un centro educativo, sin saber que aquel hecho cambiaría la vida de su hija. El motivo de dicho cambio es que allí, conocerá a Florencia ( Maia Etchichury ), otra alumna, que es todo lo contrario a ella, extrovertida, audaz, provocadora y que no concibe que la miren con pena. Usuaria de Tinder, tiene novio y no tiene vergüenza en hablar de sexualidad, algo que horroriza a Cami, que no se permite pensar en aquella posibilidad y mucho menos en que podría tener novio.
De entrada, las personalidades de ls chicas chocan, pero de a poco el desenfado de Flor, comenzará a hacer efecto en Cami, le dará valor y será su fuente de inspiración. Al poco tiempo, notaremos un click y comenzará a tener ganas de salir del letargo y liberarse. Su decisión no será sencilla y además deberá luchar con la resistencia y el miedo de una madre, que no quiere perder el control de la situación. Pero Cami ya se decidió a probar suerte y no la van a poder detener. Y hasta allí vamos a contar. Para ver hasta donde se anima a llegar finalmente, deberán ver la obra, algo que recomendamos fervorosamente.
Momento de hablar de las actuaciones que presenta la obra, donde sin dudas Marisol Irigoyen y Maia Etchichury, se llevan todos los elogios. Hermosas sus composiciones, mostrando la importancia de la amistad y como es la propia mente la que a veces nos pone límites, por lo que si logramos superar esas barreras, podemos hacer cosas que muchas veces no imaginamos. Y que muchas veces la dificultad para encajar en la sociedad, se origina en que un entorno no inclusivo, que les pone obstáculos de infraestructura y accesibilidad, que les impiden a las personas que tienen alguna discapacidad, hacer una vida que esos mismos responsables de los obstáculos, consideran normales.
Nos encantaron y nos emocionaron, los trabajos de Marisol y Maia, a corazón abierta y mostrando ambas que son estupendas actrices. Acompañan muy bien sus trabajos, Raquel Ameri y Diego Castro, dando vida a unos padres que lucen desconcertados y les cuesta aceptar la realidad que viven. Muy buenas composiciones de ambos. A Raquel, que es una actriz inmensa, últimamente la vimos en papeles border y acá nos gustó verla como una madre tradicional. Y resta mencionar a José Giménez Zapiola, músico en escena, que deleitará al público con su guitarra y su canto, durante gran parte de la obra. Su personaje, en el tramo final de la pieza, tendrá un giro sorprendente y se convertirá en un personaje clave de la historia, pero no vamos a adelantar porque.
Realmente, disfrutamos mucho de Lo Normal, una valiosa propuesta del teatro independiente, que ofrece una mirada diferente del tema de la discapacidad, sin golpes bajos, buscando no victimizar e invitando a que los espectadores reflexionen, acerca de su rol en la sociedad, siendo importante dar pasos para integrar y facilitar la vida de las personas que tienen la problemática, en vez de tener solo una mirada ajena y de pena, que aporta muy poco, comparado con todo lo que podríamos hacer.
Recomendamos no se pierdan esta obra, se van a reír y se van a emocionar mucho con esta historia que nos interpela como sociedad. Los espera un texto sensible, una puesta cálida y magníficas composiciones. Una propuesta que gratifica y resulta una caricia al alma. Además de irnos a casa profundamente conmovidos, nos iremos pensando en la reflexión que nos acerca un personaje de la obra, que aún nos repiquetea en la cabeza, y que se pregunta porque que dentro de un mundo artístico lleno de creatividad, nunca vimos un hada madrina en silla de ruedas.
Pensador Teatral.