Dramaturgia y Dirección de Marcelo Savignone.
Martes y Sábados 20 hs en Belisario Club de Cultura ( Av. Corrientes 1624 )
Una ceremonia lúdica y plena de teatro físico, distingue a esta bella propuesta de Marcelo Savignone, admirador y estudioso de las obras de Anton Chejov, que ofrece esta obra que jugando con el teatro dentro del teatro, desgranará algunas escenas destacadas de tres importantes obras del dramaturgo ruso, como ser Tio Vania, Tres Hermanas y La Gaviota, todos textos que Marcelo presentó en algún momento y que ahora aparecerán juntos y compendiados en un formato muy particular.
Los personajes de las obras Chejovianas, estarán presentes en el escenario del Belisario. Aparecerá el Tío Vania, Elena, Sonia y el Doctor. También veremos Olga, a Masha y a Andrei. Y en el final, estarán ante nosotros Irina y Boris. Todos ellos serán parte de una noche teatral, donde lo onírico y lo real se fundirán más de una vez, provocando que la teatralidad quede expuesta de manera evidente, a lo largo de una noche de emociones, para deleite de la platea. Y quienes han visto algunas de las obras de Chejov, sin dudas tendrán un plus.
No queremos comentar demasiado para mantener la sorpresa, pero si les adelantamos que la obra que tiene un componente muy alto de humor y grotesco, con actores que jugarán de manera hábil con la teatralidad, ya que seremos testigos de los recuerdos de un elenco, que participó en anteriores puestas de Chejov, recordando anécdotas de algunas funciones y como sus vidas transcurrían por aquellos años, observando aquel pasado desde un futuro que los observa como si fuera diferentes personas.
La puesta tiene una belleza poética y una fuerza creativa que queremos destacar. La trama no es sencilla y requiere un compromiso grande del elenco reunido, que es algo que se observa de manera nítida. Los actores juegan en escena y compran el espíritu de una propuesta donde el teatro físico y la música, son lo que marcan el ritmo de una trama muy dinámica.
La trabajos actorales son realmente muy buenos. En nuestra opinión, quien más destaca es Marcelo Savignone, que además de ser el autor y el director, realiza una composición estupenda de diferentes personajes chejovianos. Destacar el histrionismo y el desparpajo que muestra en el escenario. Su cuerpo y sus palabras fluyen de manera natural. Se nota que disfruta de la obra, mostrando una energía que se contagia a la platea y una alegría por poder presentar esta obra, que articula teatro y filosofía. Gran aplauso para Marcelo, que conmueve con su entrega.
Corriendo el riesgo de ser injustos, otro trabajado que queremos destacar especialmente el trabajo de Sofía González Gil, una actriz muy carismática, a la que vimos este año en Escorpio, una entrañable obra del off. Aquí con una gestualidad a flor de piel y una gran presencia escénica logra cautivar a la platea, en especial con su personaje de Elena. Nos gustó mucho lo de Sofía. Otro trabajo que debemos resaltar es del Belén Santos, que muestra muy buenos recursos actorales y resulta una muy grata revelación.
Como mencionamos antes, uno de los aspectos más destacados de La Negación de la Negación es su distinguida y bella puesta. En primer lugar, hay que destacar la potencia del diseño lumínico, que resulta sorprendente y clave para el desarrollo del relato. La música como dijimos es otro componente clave, con actores que tocan instrumentos y cantan muy lindo. Se disfrutan mucho esos momentos. Y por último mencionar el vestuario de Mercedes Colombo, que suma mucho en cada una de las caracterizaciones.
Y hasta aquí vamos a contar. La Negación es una propuesta atrapante y realmente original de Marcelo Savignone, que se zambulle en la obra de Chejov, para regalarnos una pieza que se disfruta con todos los sentidos. Una obra sensible y con una estética bellísima. Veremos cuerpos que habitan el espacio escénico y se entregan con todo a lo lúdico, para hablar de Chejov, del paso del tiempo y del arte de la actuación. Todo esto, llega gracias a la creatividad de Marcelo Savignone y de un elenco talentoso, que nos invita a disfrutar de una noche teatral, donde lo lúdico se impone.
Pensador Teatral.