miércoles, 26 de julio de 2017

La Hora de la Calabaza.

Sábados 21 hs en Teatro Payró ( San Martín 766 )





Dramaturgia de Esther Feldman y Dirección de Alberto Lecchi.

Un lindo desafío, el asumido por Romina Richi, en su vuelta a los escenarios, para protagonizar este inteligente unipersonal escrito por Esther Feldman.

Estar sola en escena, siempre es un reto y más en el caso de Romina, que con esta obra regresaba a las tablas y el resultado, lo adelantamos ya, no podía ser más positivo, ya que la notamos muy a gusto, disfrutando en el escenario y ofreciendo una magnífica actuación.

En la historia que nos convoca, Romina, dá vida a Marlene, una mujer atractiva, culta y escritora exitosa. La vemos sola en un amplio y moderno departamento, entablando un diálogo imaginario con su ex-amante ( habla siempre dirigiendo su mirada a una silla que está vacía ). Ese amante la dejó y ese corte unilateral de la relación prohibida y paralela que mantenían, es algo que no fue aceptado, ni digerido por Marlene, que encara su monólogo, en que aparecerán en diferentes tramos del mismo, fragmentos de dolor, bronca y resentimiento, hacia su ex amante, que por algún motivo que ella desconoce y no acepta, un día decidió dejarla.

En el comienzo de su charla, relata con aire tranquilo, como fueron esos primeros días luego del abandono, como la rutina cambiaba y de conocer todos los movimientos y horarios de aquella persona, se empezaba dolorosamente, de a poco, pero inexcusablemenete, a perder su rastro.




Con el correr de la charla y del vino, que la acompaña, en esos momentos de soledad y desahogo, la lengua se irá soltando y la intensidad de su relato irá subiendo. De la tristeza y la resignación, por el fin de aquella relación clandestina, donde la pasión y el sexo eran el ingrediente fundamental, se va dejando paso al despecho, a la bronca, al reproche, por haber tolerado comportamientos y actitudes, que en aquellos momentos, pasión mediante no quería, ni podía visualizar, pero que ahora le resultan claras y hasta humillantes.

La Hora de la Calabaza, es una historia que habla del amor, de nuestros vínculos amorosos y de como indefectiblemente ( o no pasa siempre ? ) ese hechizo y encantamiento, que nos invade y que provoca que veamos a ese ser amado, como alguien perfecto y sólo con cualidades positivas, un día determinado, ese velo caerá y aquel ser amado perfecto, se convertirá en calabaza.

En el caso de Marlene, su marido se había convertida en calabaza, hace años ya y era este amante, el que mantenía encendida la llama de la pasión, por eso la bronca y el resentimiento, por ese corte inesperado, cuando al menos para ella la hora de la calabaza no había llegado.
Ahora solo quedaba el marido, el oficial y queda claro que seguir solo con él, no es nada sencillo de sobrellevar.






El texto escrito por Esther, nos resulta cercano y muy aggiornado a la época actual, algo que es excelentemente aprovechado por Romina, para lucirse en gran forma.

Como dijimos, anteriormente la notamos muy segura a Ricci, con un dominio absoluto de la escena, es un gusto ver como camina el escenario, imponiendo su presencia y manejando en forma perfecta los tiempos que pide la trama, logrando darle mucho dinamismo a su monólogo, pero también estableciendo en gran forma, los momentos de pausa y de silencios. Hasta tiene reservado un momento donde se permite cantar, mientras ejecuta una sensual coreografía.

La notamos con mucha energía y muy histriónica, Una satisfacción verla disfrutando la obra, cómoda y relajada con este protagónico y esta sensación se transmite el espectador que disfruta de su fantástica actuación.
No hace falta que lo digamos nosotros, pero Romina es una gran actriz, completa y en esta ocasión un buen texto y un talentoso director, le dan la posibilidad de mostrar sus condiciones.

Debemos destacar la bella puesta que tiene la pieza, donde resalta el moderno diseño escenográfico de Eva Duarte, que nos entrega un departamento calidamente amoblado y con ese ventanal virtual, que nos permite imaginar diferentes exteriores. Nos gustó el vestuario de Ana Markarian y excelente el recurso de la pantalla de fondo, donde se proyectan imágenes de algunos lugares de Buenos Aires, con la voz en off de Romina, recordando algunos de sus recorridos por la ciudad con su amante, en momentos originales y muy bien logrados.





En definitiva, nos fuimos muy satisfechos del Payró, en primer lugar por encontrarnos con un libro inteligente y moderno, que nos habla sobre el amor, sobre la pasión y tratando de dilucidar que ocurre, cuando ese fuego se extingue. Es que existen diversas categorías de amor ? Podemos amar a dos personas en forma diferente y al mismo tiempo ?  Existe el amor para toda la vida o es solo una utopía ?

Son muchos los interrogantes, cuando el amor es tema y la obra nos invitará a reflexionar sobre esas cuestiones, donde no existen las verdades absolutas. Si a esta trama que envuelve y seduce, le sumamos una puesta bella y una actuación magnífica, como la que nos regala Romina Ricci, entendemos que están todos los ingredientes dados, para vivir una hermosa noche de teatro.

Por eso invitamos a usted lector, a que se llegue hasta el Payró, para disfrutar de La Hora de la Calabaza y junto a Marlene, trate de descubrir los misteriosos caminos que el amor y el destino, nos tienen reservados.


Pensador Teatral.


martes, 25 de julio de 2017

8 Mujeres.

Viernes 22 hs en Auditorio Losada. ( Av. Corrientes 1551 )





Guión de Robert Thomas y Dirección de Marcelo Silgueiro.

8 mujeres, pieza escrita por el dramaturgo francés Robert Thomas, fue estrenada en París en 1961.
Es uno de los textos de su autoría, que tuvo mayor reconocimiento y fue presentada en diferentes teatros de más de 15 países. En el 2002, la obra fue llevada al cine por Francois Ozon, con Caterine Deneve e Isabel Rupert en su elenco, obteniendo infinidad de reconocimientos, entre ellos 12 nominaciones a los Premios César, además de obtener el Premio Oso de Plata en Berlín, al mejor film.

En Argentina, la obra fue estrenada en el 2011, en el teatro comercial, en una puesta dirigida por José María Muscari y con un elenco repleto de estrellas, que incluía, entre otras actrices a Norma Pons, Cecilia Dopazo, Emilia Mazer y Silvia Pérez, por mencionar solo a algunas de las elegidas.

Con este introducción, queremos indicar, que la pieza que se presenta en el Auditorio Losada, es una obra signada por el éxito, debido a su atrapante guión, en el que abundan las intrigas y los momentos de humor. Si hay que encasillarla en algún género, podríamos decir, que 8 Mujeres, es una comedia negra con mucho suspenso.




La apuesta de Marcelo Silguero, no era sencilla, ya que es una obra que además de requerir un elenco numeroso, necesita una puesta muy precisa y mucha sincronización. Pero Marcelo, un apasionado del teatro independiente, demuestra una vez más, que no se achica ante los desafíos y siempre redobla la apuesta.

Yendo a la pieza que vimos en el Auditorio Losada, se sitúa temporalmente en los años 50, en una mansión ubicada en el campo y alejada de la civilización. Todo parece transcurrir en forma normal, pero el drama se desencadena repentinamente, cuando en la mañana, encuentran al dueño de casa asesinado en su habitación.
Descubren que los cables del teléfono fueron cortados y entonces, avisar a la policía se convierte en una misión imposible. Como dato de importancia, notan que los perros no ladraron en la noche, lo que significa que el asesino, era alguien conocido en la casa.

Nadie puede salir, en la casa hay 8 mujeres, que están virtualmente encerradas allí, tienen que tener mucho cuidado, porque entre ellas se encuentra la asesina. Todos son sospechosas y tienen algún motivo, para haber querido asesinar al dueño de casa.

Cada una de ellas, esconde algún secreto y tiene alguna traición oculta sobre sus espaldas. Con el correr de las horas, se irá corriendo el velo y algunas verdades que permanecían ocultas, van saliendo a la superficie, complicando la situación de estas mujeres.





La trama mantiene en todo momento la intriga y además del suspenso, tiene muchos momentos graciosos, ya que en los cruces entre las mujeres encerradas en aquella casa, son feroces y cargados de ironía.

Nos gustaron mucho las actuaciones, el director tiene la sana costumbre de formar sus elencos en forma muy heterogénea, reuniendo en este caso actrices con mucha experiencia y otras que están dando sus primeros pasos. Esta situación, sin dudas puede traer algún desajuste normal y pasajero, pero la energía y el entusiasmo que muestran todas las protagonistas, logran superar cualquier contratiempo, prevaleciendo las buenas actuaciones en forma conjunta, mostrando que son un grupo muy unido.

Son 8 las actrices y todas tienen su momento de lucimiento en la obra, María Barci, es la esposa del fallecido y tal vez la actriz de mayor experiencia que presenta la puesta, algo que se refleja en la gran presencia escénica y aplomo que muestra, Karina di Cesare, es Pierrete, la hermana, muestra toda su personalidad y es otra de las que pisa fuerte en esta historia. Sochy Sequeiros, como Catherine, la hija menor, es para nosotros una de las revelaciónes de la obra, dando vida a una niña rebelde e ingobernable. Además de redondear una gran actuación, tendrá una vital participación, en la parte final de la obra, donde parece resolverse el misterio.





Romina Horisberger, es la bella e ingenua Susu, es otra revelción, ella llega a la casa desde su lugar de estudios y parece la hija perfecta y politicamente correcta, pero también esconde algo, nos encantó su gestualidad y con mucho glamour, nos regala una encantadora actuación.

La casa es tan grande, que necesita dos amas de llave, una es Mirta Galuppi, como Madame Chanel, ella está hace años con la familia, es seria y parece conocer todos los secretos de la mansión, la otra mucama es nuevita, Andrea Parise Calamera, que compone a una deliciosa Louise, aportando mucha frescura y gracias a la puesta, siendo una de las que más risas genera en la platea.
Virginia Massa, es Mamy una abuela imprevisible, que arranca en silla de ruedas y al rato está correteando por la casa, componiendo un personaje desopilante.
Y Valeria Garay, es Catherine, una cuñada hipocondríaca, a la que le gusta jugar el papel de víctima y lo hace muy bien, mostrando mucho histrionismo.

Se hizo, algo larga la descripción, pero queríamos hacer justicia con las 8 actrices elegidas para protagonizar esta historia, ya que si bien, pudo haber algún momento desparejo a lo largo de la puesta, todas se entregan por completo, con una energía y un entusiasmo altísimo, algo que el espectador agradece y por eso el balance de las actuaciones es altamente positivo, como dijimos el desafío no era sencillo, pero las protagonistas logran sortearlo de muy buena manera, pese a ser muchas en escena al mismo tiempo y tener personajes tan disimiles, sin dudas la mano del director y los ensayos, rindieron sus frutos.






La puesta en escena, es bella, el confortable Teatro Losada permite un muy buen diseño escenográfico, mostrando una casa burguesa de los años cincuenta. Otro aspecto a destacar es el colorido y variado vestuario que lucen las protagonistas, ambos rubros a cargo de Sabrina Moff.
Es para destacar, como estas propuestas del teatro independiente, donde todo se hace a pulmón, puede ofrecer puestas tan dignas, maximizando los escasos recursos económicos disponibles.

En definitiva, estamos ante una propuesta muy interesante, una obra exitosa, de un autor reconocido, que llega al teatro independiente, de la mano un director apasionado y de este grupo de actrices, que logran con sus interpretaciones, aportar dinámica y fluidez a la trama, moldeando una pieza siempre entretenida, con dosis parejas de intriga y comedia.

La mesa está puesta, el suspenso está servido, ya es hora que usted espectador, vea la obra y observe con atención los comportamientos y los dichos de estas 8 Mujeres, procurando ser un buen detective, para descubrir quien de estas damas, es la asesina.



Pensador Teatral.



lunes, 24 de julio de 2017

Robespierre.

Viernes 20 30 hs en Teatro Andamio 90 ( Paraná 662 )






Guión de Monica Ottino y Dirección de Alejandro Giles.

En esta oportunidad, el teatro nos lleva a la Francia de fines del Siglo 18, poniendo el foco en uno de los líderes de la Revolución Francesa, nos estamos refiriendo a Maximilien Robespierre, nacido en la localidad de Arras, en el norte del país galo.

Fue un reconocido, abogado, escritor y político francés, apodado el Incorruptible, un hombre íntegro y con fuertes principios, fue diputado y dos veces presidente de la Convención Nacional y miembro del Comité de Salvación Pública, entidad que gobernó Francia, entre 1793 y 1794, instaurando el Reino del Terror , que gobernó al país en forma autoritaria, con la firme decisión de purificar a Francia de cualquier atisbo opositor a la Revolución, llegando a justificar la imposición de la pena de muerta, a la que tanto se había opuesto en el pasado.

La obra, tiene una muy interesante mezcla de países en su componente, ya que la autora es la dramaturga argentina Mónica Ottino, el personaje elegido es el francés Robespierre y la protagonista elegida para interpretar a este fascinante personaje, es la actriz Mónica Lleó, nacida en las Islas Canarias ( España ) . Fue estrenada en Tenerife, a principios del 2017 y luego de ser presentada en diversas ciudades españolas, llega a Argentina, sólo por unos meses, ya que en Octubre, la obra arrancará una gira internacional por Francia y España, con esta misma actriz y montándose versiones en español, francés, catalán e ingles, lo que demuestra el carácter internacional de esta pieza que circunstancialmente, podemos ver en cartel, en estos momentos en Buenos Aires.

Si bien la pieza parece estar orientada a personas que gustan de la historia, ya que recorre momentos claves de la historia francesa y de los personajes que fueron relevantes en esos años, como Voltaire, Luis XVI, María Antonieta y por supuesto el protagonista absoluta de la obra, el jurista y político Maximilien Robespierre.






La historia arranca, en la infancia del futuro político, huérfano de madre de niño, con padre ausente y criado con los abuelos. Fue un chico retraído y con muchos problemas afectivos, no tuvo una niñez sencilla y probablemente esto haya forjado su carácter duro e inflexible, que tuvo en su adultez.
Pese a su humilde origen,  pudo recibirse de abogado, gracias a las becas otorgados por Luis XVI.

La obra si bien explora estos ricos años de la historia francesa, lo hace desde los ojos de este personaje emblemático, mostrando su costado humano, poblado de virtudes y de miserias como cualquier mortal.

No entraremos en detalles, solo recordar que Robespierre, murió en forma temprana, cuando tenía escasos 36 años y queda a la vista, que le alcanzaron esa breve, pero intensa existencia, para escribir páginas muy importantes de la historia francesa y mundial

Realmente un desafío, contar esta historia, desde un unipersonal, donde el papel del protagonista, en vez de intepretarlo un hombre, lo aborda una mujer, la genial actriz canaria Mónica Lleó. Sin dudas que no era una tarea sencilla la que se propuso la autora e indudablemente en el buen resultado final tuvo mucho que ver la precisa dirección de Alejandro Giles, director y docente teatral, oriundo de Mar del Plata.

La interpretación de la actriz canaria es extraordinaria.
Absolutamente compenetrada en el personaje, impacta su aire de masculinidad.
Impactan su energía y su presencia en el escenario, lo recorre con una seguridad total. La exigencia es enorme, ya que Mónica, esta todo el tiempo en escena, en total soledad, logrando darle una buena dinámica al texto, ya que pese a estar sola, no solo representa a Robespierre, sino que desdobla a otros personajes, armando diálogos imaginarios, entre los personajes. Para lograr esto, indudablemente, hay que tener una jerarquía acorde con la exigencia y la canaria lo tiene.
En definitiva, una entrega actoral y física absoluta de Mónica, que por momentos conmueve y deja sin aliento, al espectador, que la observa con admiración.

Un disfrute, observar sus gestos, sus desplazamientos por el escenario, sus diversos tonos de voz y hasta la belleza de su particular acento, con una dicción perfecta, que le otorgan un estilo muy particular a su labor.






Hay momentos que quedarán en la memoria del espectador como cuando entona las estrofas de La Marsellesa o al describir con lujo de detalles y extrema crudeza, las ejecuciones de Luis XVI y de María Antonieta. Cada momento es transitado, con una intensidad y una energía, que hay que destacar.

La puesta está muy cuidada, presenta una iluminación tenue, es la penumbra la que reina la mayor parte de la obra, tal vez como una metáfora de los tiempos lúgubres que se estaban viviendo en Francia. La escenografía es sobria, conteniendo sólo lo indispensable, aquí la palabra es la que prevalece por sobre todas las cosas. Hay que destacar el lucido vestuario a cargo de María Carcagno y el buen recurso de la pantalla de fondo, donde se proyectan algunas imágenes y palabras que acompañan el accionar de la protagonista, por último hacemos mención a la música original de Damián Mahler.
Son muchos los detalles, puestos en acción, para enriquecer la puesta.

En definitiva, estamos en presencia de una obra de carácter internacional, con una jerarquía acorde y si bien la obra tiene mucho de historia y está orientada a espectadores que gustan de ella, es también una posibilidad inusual de poder ver sobre el escenario a una actriz de fuste, como la española Mónica Lleó, que realmente brilla con una interpretación extraordinaria ( la enorme ovación que recibe al final de la función, es prueba de ello )

Por todo lo comentado, no quedan dudas que llegarse al Andamio 90, mientras la obra esté en Buenos Aires, es una muy buena forma de conocer en toda su dimensión, a un personaje emblemático de la historia francesa como fue Robespierre y junto a él, respirar los aires que reinaban, en aquella Francia revolucionaria.



Pensador Teatral.



domingo, 23 de julio de 2017

Y ... Se nos fue Redepente

Miércoles 20 hs en La Lunares ( Humahuaca 4027 )






Libro de Niní Marshall y Dirección de Ariel Leyra.

En esta ocasión, el teatro independiente, nos ofrece esta entrañable obra, que tiene como propósito brindar un merecido y hermoso homenaje a la gran Niní Marshall.

Hagamos un poquito de historia, antes de enfocarnos en la obra, ya que hay muchos que sabemos quien fue Niní, pero por razones de edad, no tuvimos la suerte de verla en acción y solo tenemos referencias suyas, por antiguas películas o notas periodísticas.

Su verdadero nombre era Marina Esther Traverso, pero todo el mundo artístico la conoció como Niní Marshall y fue considerada, la más grande capocómica que dio Argentina y probablemente  Latinoamérica.

Su enorme talento y versatilidad, le permitió destacarse en numerosas áreas, fue escritora, periodista, ilustradora de revistas, protagonista de comedias en radio y obviamente actriz y comediante, su faceta más conocidas.





Filmó más de 40 películas, protagonizó numerosos programas de televisión y obras de teatro. En su extensa trayectoria, recibió más de un centenar de premios en nuestro país, Latinoamérica y España, por mencionar solo algunos de sus hitos.

A lo largo de su carrera, recibió varios ápodos, mencionaremos solo dos, para intentar dimensionar su importancia. Muchos críticos de la época,  la  nombraban como La Chaplín con pollera y María Elena Walsh, la llamó Nuestra Cervanta, porque con su estilo tan peculiar y un prodigioso dominio del idioma, logró establecer un lenguaje propio y particular.

Creo que estas pocas líneas sirven, para que aquellos, que solo conocían su nombre, ahora tengan una semblanza de esta verdadera estrella, de nuestro mundo del espectáculo, que sin dudas marcó toda una época.





Ya es hora de enfocarnos, a la obra que nos convoca, Y se nos fue redepente ... , este unipersonal que la propia Nini Marshall comenzó a escribir allá por 1940 y que recién pudo estrenarlo en 1973.

En este espectáculo, desfilan los personajes que marcaron la historia de Niní y que sin dudas están guardados en la historia, como Catita, Niña Jovita, Doña Pola, Cándida, etc.

Magalí Meliá, la brillante protagonista de esta obra y Ariel Leyra el director, idearon este proyecto e investigaron mucho para poder concretarlo, bucearon en viejos programas de radio, revistas, películas, para conseguir bibliografía de la actriz.

El proceso creativo ya estaba en marcha, pero el gran empujón final, lo consiguieron con la ayuda de Angelita Edelmann de Abrego, la mismísima hija de Nini Marshall, que seguramente entusiasmada con la idea que le presentaron, no solo cedió gentilmente los derechos sobre la obra, sino que realizó un aporte generoso sustancial, para la construcción de los personajes, brindando un asesoramiento muy valioso.

La conjunción de todos estos factores, permitieron que hoy en día, podamos volver a tener, ante nuestros ojos, a todos estos personajes, que fueron tan famosos un par de décadas atrás.

Esto alto grado de disfrute, es posible en gran medida, por la increíble labor de Magalí Meliá, que a lo largo de la obra, se calzará el traje de cada uno de estos personajes y les dará vida, con logradísimas caracterizaciones y una energía que llega al espectador.

El despliegue actoral de Magalí es admirable, entrando y saliendo a escena en segundos,  cada vez que descubramos un nuevo personaje. Esta dinámica requiere una gimnasia y una respuesta, que solo una actriz dotada de un talento especial, puede conseguir,  además de mucho trabajo previo, porque con el talento solo no alcanza.

Por eso hay que ver al obra, para disfrutar sus caras, sus gestos, sus peinados, sus diferentes formas de caminar el escenario, sus posturas, etc. Una labor fantástica por donde se la mire.

Le dejo para usted espectador, que nos diga cual de los personajes, le agradó más, a mi me encantó Catita Langanuzzo, con su increíble dialéctica, que perdonen la irreverencia, me hizo recordar en ciertos momentos al gran Minguito de Juan Carlos Altavista, la entrañable Caterina la Nona, la inefable Doña Pola y la jaula con el loro, la bienuda Mónica Bedoya o Candida, la mucama gallega, por nombrar sólo alguno de los personajes, cada uno tiene su encanto y los veremos desfilar en el escenario de La Lunares, siendo usted testigo privilegiado de ello.






Un aspecto a resaltar es la bella y cuidada puesta que nos ofrece la obra. Impacta el vestuario, por este rubro la obra ganó el Premio María Guerrero 2015, debemos mencionar a Gladys David en la realización del mismo, la vestidora Paola Polleto, que seguro tiene mucho que ver con la rapidez con que Magalí cambia su vestimenta ( cuesta creer que sea la misma la que vuelve en segundos ) y los peinados y postizos a cargo de Soraya Ceccherelli.
Para el lucimiento en el escenario, se nota que hay todo un equipo trabajando detrás de bambalinas, frase trillada, pero muy bien aplicada aquí.

En conclusión, quedamos encantados con Y se nos fue redepente, que resulta un hermoso y merecido homenaje a la inolvidable Nini Marshal y como dijimos la posibilidad, magia del teatro mediante, de poder volver a entrar en su mundo y participar de ese humor sano de la época, de la mano de sus personajes más emblemáticos.

En esto como dijimos y como verán no me canso de reiterar, tiene mucho que ver la extraordinaria labor de Magalí Meliá, quien fue merecidamente premiada por este papel con el Premio María Guerrero. Nosotros desde este humilde espacio, la felicitamos por el talento, el respeto y por la enorme pasión con la que lleva adelante este hermoso desafío de homenajear a esta gran figura.

Quien escribe estas líneas, considera que este es uno de esos espectáculos, que no debemos dejar de ver de ninguna manera, un imperdible, una joyita del teatro independiente, una fiesta teatral, a la que usted lector, está invitado.



Pensador Teatral.



martes, 18 de julio de 2017

Príncipe de las Pampas

Sábados 20 30 hs en El Estepario Teatro.





Dramaturgia y Dirección de Facundo Zilberberg.

Una interesante propuesta, la que nos ofrece Zilberberg, este joven y talentoso dramaturgo, con Príncipe de las Pampas, la sexta obra de su autoría, que está transitando su segunda temporada,con muy buen suceso, en cartel.

La obra, que tiene mucha de comedia y de grotesco, ofrece un muy interesante retrato de integrantes de una clase alta, con aires aristocráticos, que no quiere asumir su decadencia y reniega del contacto con la realidad y con lo popular, con una pose superioridad que parece exagerada, pero es real.

La historia se desarrolla en un edificio categoría de Recoleta, en el que viven Dolores ( Sabrina Lara ) y Titino ( Felipe Llach ) ellos son hermanos y pertenecen a una clase alta decadente, que presume mucho de un pasado de buena posición social y económica, pero que vive una realidad, de tarjetas bloqueadas y saldos en rojo en las cuentas bancarias. Pese a esto, se niegan a aceptar este presente aciago y mucho menos perder su status social.





En el mismo edificio, tienen como vecino a Máximo ( Jerónimo Velez Funes ) también de clase alta, pero en su caso, conservando una buena posición económica y campos en la Provincia de Bs As.
Hace poco perdió a su madre y vive solo en su departamento, acompañado por su mayordomo Arturo, de origen humilde y nacido en Chimpay, pequeño pueblito situado en el Valle Medio de Río Negro, que tiene su fama, ya que allí nació Ceferino Namuncurà, indio mapuche, que dedicó gran parte de su vida a ayudar a los más necesitados. Se le atribuyen numerosos milagros y en el año 2007, fue declarado beato por la Iglesia Católica. En la actualidad Ceferino, tiene miles de devotos en todo el país y es conocido como el Santo de la Patagonia.

Nos fuimos un poco del argumento, pero creo que algunas líneas sobre Namuncurá, aportan a esta reseña y entendemos tienen su razón de ser ya que este santo milagroso es quien dá el tìtulo a la historia, ya que a Ceferino, sus fieles también lo conocen como El Príncipe de las Pampas.

Volviendo a la historia, el autor nos propone diálogos esclarecedores y con muchos momentos graciosos, entre estos vecinos de clase alta, que manejan un lenguaje y códigos propios, si bien hay algo de exageración y de grotesco, también hay mucho de triste realidad. Obviamente no creen en Ceferino, ni en ninguno de esos santos milagrosos y populares ( se ríen de ellos ). En su mundo lo espiritual tiene poco espacio, lo que realmente importa, son las posesiones materiales.

La cuestión es que los hermanos están en apuros económicos y no están dispuestos a resignarse y ven en Máximo, la posibilidad de salvarse, utilizando algún engaño, pero como el vecino desconfía, para ejecutar su plan, deberán contar con la ayuda del mayordomo, que es la mano derecha del millonario. Podrán lograr su cometido ??
Obviamente no vamos a contarlo, será el espectador cuando vea la obra, quien develará el misterio.




El guión es inteligente y presenta una muy buena dinámica, con diferentes actos que suceden y consiguen que el espectador se enganche con la historia, en esto tiene principal relevancia las excelentes interpretaciones, que tiene la pieza.

Felipe Llach, es Titino, que nos ofrece una gran interpretación, con su tono y sus poses, claro estereotipo de la clase alta, que vive de las apariencias. Es el típico cajetilla. Se luce muchísimo a lo largo de la puesta.

Igual que su hermana, Dolores, interpretada por Sabrina Lara, ella es más sanguínea, pero tampoco acepta bajar su status social, no poder tomar un taxi o tener que sacar ella misma los residuos, representa una humillación para ella. Gran trabajo el de Sabrina, que en esta puesta, saca a relucir todo su histrionismo

Llega el turno de Jerónimo Velez Funes, para nosotros la actuación más destacada, su composición de personaje es brillante, mostrando a un Máximo hipocondríaco, caprichoso y totalmente aislado de la realidad, apoyándose mucho en el mayordomo, que parece su único contacto con el mundo real, pese a esto lo maltrata bastante y lo culpa de todos sus males. Es el personaje que más risa provoca en la platea, desde su vestimenta, su forma de hablar, sus caras, todo es gracioso. Una interpretación magnífica la de Jerónimo.

Queda para el final, Fernando de Rosa, como Arturo, personaje clave de la historia, pertenece a otra clase social, es un verdadero intruso, entre esta gente de clase alta, que lo miran como bicho raro. Reservado y obediente, igual se las ingenia para en medio de esos diálogos que le suenan tan lejanos, poder comentar las anécdotas de su familia en Chimpay, donde los milagros de Ceferino son la moneda corriente del pueblo. Un personaje entrañable y como dijimos fundamental para el desarrollo de la trama. Se luce mucho, con sus intervenciones medidas y su aire misterioso.




Como dijimos, cuatro interpretaciones muy parejas y todas en un nivel muy alto. Las actuaciones, son el alma de esta pieza y en esto tiene mucho mérito el director, que permiten que los actores encuentren campo fértil para su lucimiento.

Destacamos el diseño escenográfico a cargo de Cecilia Font y Brenda Peluffo, que con un plano partido en dos, nos permite recrear ambos departamentos, en forma permanente, aportando mucha agilidad al desarrollo de la trama. Otro punto alto, es el vestuario, que marca el toque de glamour que reclaman estos personajes, con aires de millonarios.

En definitiva, estamos en presencia de una propuesta que nos gustó mucho, con momentos divertidos y otros para reflexionar, un interesante choque de clases y de creencias, con actuaciones superlativas.

Todos estos elementos, nos llevan a recomendar Príncipe de las Pampas. El aplauso prolongado con que los espectadores despiden a los protagonistas al finalizar la función, es un justo reconocimiento, por la hermosa noche de teatro que nos regalaron.


Pensador Teatral.


domingo, 16 de julio de 2017

Vinilos

Viernes 21 hs en Abasto Social Club ( Yatay 666 )





Dramaturgia y Dirección de Nicolás Blandi.

Vinilos es la tercera obra autoría de Blandi y ya transita por su segunda temporada en cartel, en diferentes teatros del off, siempre con muy buena respuesta del público, lo que nos indica que el boca a boca funciona y que la pieza evidentemente tiene motivos para su exitoso presente.

Fuimos al Abasto Social Club con expectativas y nos fuimos muy satisfechos, porque nos encontramos con una obra entrañable que nos habla de la amistad, de los fuertes vínculos que establecemos con nuestros amigos, con los que compartimos hitos fundamentales de nuestras vidas, días completos de disfrute, vacaciones y luego vemos como el paso del tiempo, las obligaciones laborales y los nuevos vínculos familiares ( novias, esposas, etc ), van minando esas amistades que parecían blindadas y eternas, con un pasado muy unido, pero con un presente que solo se sostiene por esos recuerdos del pasado, ya que los puntos de coincidencia cada vez son menos.

La historia que nos acerca el autor, nos habla de tres amigos de la infancia, Fran ( Jorge Tomas ), Pablo Toporosi ( Tomás ) y Hernán Vázquez ( Andy ), que ahora están por los 30 años y se siguen reuniendo para compartir recuerdos y principalmente su afición por música y en especial por los discos de vinilo, que aún conservan como si fueran un tesoro. Se juntan y rememoran viejas épocas, hablan de temas de Virus, Pescado Rabioso, Raul Porchetto, etc. Es un delicioso repaso por figuras y semblanzas del rock argentino de los 70`. El autor crea una atmósfera de nostalgia muy lograda, el antiguo tocadiscos, la música de fondo y el mobiliario, colaboran con este clima.




La reunión es como cualquier encuentro de amigos, con códigos propios de cada grupo, acá hay otro gran merito del autor, que logra que el espectador se identifique plenamente con estos amigos y que en ellos reconozca imaginariamente a sus propios amigos. Aquí el hilo conector es la pasión por la música, en otros grupos puede ser el fútbol, los autos, etc, pero los códigos de amistad se reconocen cercanos.

Pero como dijimos los años pasan y aparecen nuevos invitados, en este caso las novias, Flor ( Marina Fantini ) la pareja de Andy, ella los conoce de años a los tres y forma parte del grupo ampliado, pero Romina ( Debora Palladino ) la novia de Tomás, que no encaja para nada con el resto y es una amenaza para la paz del grupo. Claramente es sapo de otro pozo y se atreve a cuestionar los rituales sagrados del grupo.

Fran, que es el anfitrión, tenía la costumbre de escribir luego de los encuentros de amigos y dejarlo asentado en unos cuadernos, como si fuera un diario de sesión, en el que se registran todo lo acontecido y lo dicho en esas reuniones inocentes.

Pero tal vez lo que parecía inocente en ese momento, si se revelara ahora, podría ser peligroso o dejar al descubierto confidencias, que deberían quedar bajo siete llaves. No vamos a contar más, para mantener el suspenso, pero el guión juega muy inteligentemente con esos recuerdos del pasado, recreando esos momentos y yendo y viniendo del presente, en forma muy ingeniosa, dejemos que el espectador cuando vea la obra, sea testigo de este juego y vea las consecuencias que este hurgar en el pasado, pueden provocar en el tiempo presente.




Este guión emotivo y cercano, encuentra el apoyo necesario, en las excelentes actuaciones que tiene la obra, que son el corazón de la misma.

Tal vez, quien más se destaque es Jorge Tomas, como Fran, dueño de casa y permanentemente en escena, el único de los amigos que hoy está solo, melancólico, con tendencias depresivas y obsesivas, con un tono calmado y pensante, compone un personaje y muy querible, una interpretación magnífica.

Muy bueno también lo de Hernán Vázquez como Andy, el más serio del grupo, el que tiene un buen trabajo actualidad, y Pablo Toporosi como Tomás, el más despistado, de aire soñador y soportando el fuerte carácter de su novia.

Los tres en el conjunto, nos regalan momentos muy disfrutables.

Las mujeres de la obra no se quedan atrás, Marina Fantini es Flor, sensible, trabaja en una farmacia aunque mucho no le guste y parece una más del grupo, le aporta mucha frescura a la trama, otro personaje muy querible.

El quinteto se completa, con Débora Palladino, Romina, que se destaca muchísimo, ya que con su estilo agresivo y arrollador, se lleva todo por delante. Frontal y sin medir lo que dice,  es un peligro para la paz del grupo. Magnífica su composición del personaje, desde su tono de voz, hasta los ojos desorbitados. No pasa para nada desapercibida.





Nombramos a los cinco protagonistas, porque lo merecía su labor, muy pareja y totalmente creíbles, se nota también la mano del director, dando la libertad necesaria, para que todo fluya en forma natural, hay mucho trabajo y se nota que están todos los circuitos muy aceitados.

Nos gustó mucho la puesta, que como dijimos tiene un aire nostálgico y melancólico, de los años ochenta, destacamos el diseño escenográfico y el vestuario a cargo de Damián Trotta, muy bueno el diseño lumínico que incluye unos reflectores tipo vintage y la música original a cargo de Bernardo Francese. Una buena cantidad de recursos combinados, para lograr una atmósfera intimista.

Como conclusión, estamos en presencia, de una obra entrañable, que resalta los valores y la importancia de la amistad, con momentos de humor y otro para reflexionar sobre las pérdidas, el paso del tiempo y los cambios que traen el avance de los años.
Si a esto le sumamos, las excelentes interpretaciones de estos personajes tan cercanos moldeados por autor, el resultado final es una pieza sensible como Vinilos, que merece verse y como nos gustó mucho, la recomendamos.



Pensador Teatral.

8433 Oscar Wilde

Jueves 21 hs en El Método Kairos ( El Salvador 4530 )





Dramaturgia y Dirección de Nicolàs Perez Costa.

Una enriquecedora propuesta la del talentoso Nicolás, al traernos al escenario del Kairos a Oscar Wilde, el célebre escritor, poeta y dramaturgo irlandés.

La historia que se nos ofrece, no es una típica obra biografía, sino que apunta al costado humano del escritor, tal vez el más oculto, reflejando sus sentimientos más íntimos.

La acción, se centra en un momento muy particular de la vida de Wilde, más precisamente en el año 1895, en la Londres de la época victoriana, donde el escritor, encerrado en su casa, junto a su esposa Constance, su amiga Ada y su amigo Taylor, espera resignado y temeroso que el oficial de justicia, puede cumplir su mandato y llevar a Oscar, a comparecer en el proceso judicial más escandaloso de aquella época, que lo involucraba y en el cuál,fue acusado de sodomía por el Marqués de Queensberry, por haber mantenido una relación ìntima con su hijo Alfred Douglas, más conocido como Bosie.

En una época donde la diversidad sexual, era algo inaceptable, Wilde es juzgado por sus deseos homosexuales y por participar en actos impúdicos con jóvenes, algo no solo será condenado por su esposa, con la que tenía dos hijos en común, sino también por una sociedad, que no va a tolerar este comportamiento indecoroso de una figura reconocida de la época.




Nicolàs Perez Costa, presenta una obra original y muy creativa, con mucho componente musical, pero también con entrañables momentos de comedia y otros de profundo drama. Una combinación muy hábilmente lograda, ya que la trama es muy ágil y dinámica y el espectador estará en todo momento entretenido y atento a lo mucho que sucede en el escenario.
La pieza tiene un trabajo y una elaboración, digna de aplauso, con un despliegue escénico, realmente inusual para el teatro independiente, quedamos gratamente sorprendidos con la puesta.

Es hora de destacar las magníficas actuaciones que presenta la obra y parte del despliegue mencionado, que incluye nada menos que 10 actores es escena.

El protagonista principal, dando vida a Oscar Wilde, es el mismo Nicolás Perez Costa, el gran artífice de esta pieza, ya que además de escribir la historia, cumple el rol protagónico y lo hace en forma brillante, con un compromiso y una entrega actoral admirable. Sus caras, sus emociones a flor de piel, su presencia en el escenario, se lo nota absolutamente compenetrado en su rol, realmente nos sacamos el sombrero ante Nicolás.

Si bien la figura central de Wilde es central y atrapa todas las miradas, está muy bien acompañado, por un joven y entusiasta elenco.




Seguidamente debemos mencionar a la bella Carla Liguori, que interpreta a Constance, la sufrida esposa del escritor, aquella que debe soportar las humillaciones, por el comportamiento de su esposo y las habladurías de los demás. Magnífica su interpretación, admirables su gestualidad y su entrega, luciendosé muchísimo además en las partes cantadas. Una actuación soberbia de Carla y un placer verla en escena.

En el tercer escalón, en cuanto a destaque aparece Marcelo Acquaticci, como Taylor, el enigmático amigo de Oscar y en la historia, uno de los grandes culpables de que el escritor haya descarrilado. Una presencia imponente la de Marcelo, su tono de voz, sus movimientos, realzando mucho su personaje y con una sintonía particular con el público, que festeja cada una de sus intervenciones.

Agustín Morcillo, como Bosie, es el joven por el que Wilde pierde la cabeza, otra gran intepretación, en este caso componiendo un chico bello, seductor y caprichoso, que envuelve muy bien en sus redes al escritor.

Alejo Cruzado Antonelli es Robert Ross, antiguo compañero de Oscar, desplazado en su lugar, por un Bosie, ambicioso y màs joven que el.

Paral el final, una mención especial para Fiorella Fontau, como Ada, debutando esa noche, como reemplazo en ese papel. Le aportó una pasión y una frescura al personaje que queremos destacar. Nos encantó su actuación y eso que los debuts son siempre complicados por los nervios, pero acá no se notó, se la vió muy segura y respaldada por resto el elenco, se nota que hay mucho compañerismo entre todos y el auspicioso debut de Fiorella, generó un momento emocionante al final de la función.




Queda para el final mencionar a Ivan Kowalczyk, Isaìas Marco, Guido Moietta y Federico Solla, todos ellos jovenes que desataron pasiones y fantasías de Wilde. Más que correctos aportando lo suyo y con mucho lucimiento en las coerografìas.

Tal vez se hizo larga la descripción, pero nos parecía justo mencionar a todos, ya que gran parte del suceso de la obra, radica en las muy buenas actuaciones que tiene, un elenco joven, que se nota trabajó mucho par la ocasión y muestra un entendimiento y una coordinación destacable, ya que el escenario es pequeño, para semejante cantidad de actores.

Además de los actores, en el escenario también están, Juan Pablo Schapira en piano y Valentín Iribarren en Cello. Juan Pablo además es quien tiene a cargo la dirección musical.
De más esta decir, la importancia de ambos, en una pieza con un alto componente musical. Aporte fundamental el que brindan.

El espectador a esta altura se dará cuenta, que cuando hablamos de que había un gran despliegue escénico, no exagerábamos en nada. La puesta es muy bella, con poesía y gran cantidad de recursos utilizados, para enriquecer el valor de la puesta.

Entre estos recursos, debemos mencionar el diseño escenográfico de Lula Rojo, donde se destacan los roperos desde donde entran y salen permanente actores, en un recurso muy ingenioso, al igual que esa puerta donde con muy buen juego de luces y sombras, aparecen siluetas de gente que quiere entrar a esa casa. Otro punto alto son las coerografías a cargo de Melisa Nievas, ya que hay mucho baile y muchos pasos muy bien ejecutados.
Y que decir del impecable vestuario de época a cargo de Fernando Crisci Munz, desde las capas de Wilde, hasta la vestimenta de los chicos, aportando mucho glamour.
Una puesta en escena a cargo del mismo Nicolás Perez Costa, que cuida hasta el más mínimo detalle y esto se nota en la calidad del espectáculo ofrecido.




En conclusión, 8433 Oscar Wilde (ingenioso título que viendo el afiche de la obra van a descifrar ), es una gran creación del versátil y talentoso Nicolás, que nos muestra el lado B, de este célebre y fascinante personaje, que fue un genio de su época y que al margen de su obra, tenía sus pasiones, como cualquier ser humano, mostrando además como el implacable paso del tiempo, vá causando estragos en la vida de todos, incluidos estos personajes notables.

La obra, según declara su autor, es un homenaje a su amigo y colega Juan Carlos Puppo, que le pidió que escribiera e interpretara a Oscar Wilde, no tengan dudas, que en el lugar que se encuentre, estará muy orgulloso de este espectáculo.

A usted espectador, que gusta del buen teatro, le recomendamos llegarse al Kairos, para disfrutar de una hermosa obra del off, de las deliciosas actuaciones y de logrados momentos musicales, además de todo esto, se irá conociendo un aspecto no tan conocido, de la vida de este notable escritor irlandés.


Pensador Teatral.