sábado, 6 de octubre de 2018

El Deber del Señor Biondi

Sábados 23 30 hs en Teatri Il Piccollino ( Fitz Roy 2055 )







Dramaturgia de Carlos Sanzol y Dirección de Pierre Marquille.

Una original y futurista propuesta llega de la mano de Carlos Sanzol, joven escritor y periodista, que con El Deber del Señor Biondi, nos presenta un drama ambientado en el año 2080, que tiene muchos condimentos de ciencia ficción, género muy poco explorado el el teatro.

En esta historia, tenemos una sociedad que podríamos imaginar para nuestra humanidad, para dentro de 50 años, en la que existe un régimen poderoso, que todo lo controla, desde con quien debemos casarnos, cuantos hijos debemos tener ( si es que nos autorizan a tenerlos ), que música podemos escuchar y hasta cual será el argumento de la telenovela de la noche, esa que se emite en horario central y todos ven.







En este país donde todo está normado, Mireya Leguizamon ( Mariela Aracena ) una mujer de 44 años, decide solicitar al régimen, el servicio, eufemismo con se menciona la solicitud del derecho a morir, circunstancia donde previsto el envío de un agente estatal, que irá a la casa de la ciudadana solicitante, a efectos de cumplir con la misión.

El disparador el potente y sorprende al espectador que mira asombrado lo que irá aconteciendo. Enseguida llegará el Sr. Antonio Biondi ( Pierre Maequille ), el encargado de brindar el servicio. Mireya lo recibe con alegría y agradece la rapidez con que el régimen, respondió a su pedido, sin dudas se siente una privilegiada, ya que conoce casos de personas que esperan por más de seis meses, la respuesta, al particular servicio pedido.

El trámite parece será sencillo, Boindi está acostumbrado a cumplir a diario con el trabajo y al escucharlo hablar, se nota que es un verdadero profesional, algo que tranquiliza a Mireya, que siente que está en buenas manos. Solo queda cumplir con la burocracia del caso, llenar y firmar unos formularios, para que todo quede documentado y algo importante,  elegir la opción, con la que la ciudadana, quiere que se cumpla el servicio.








La cuestión debe ser rápida, Mireya quiere recibir el servicio cuanto antes y Biondi cumplir su trabajo, para volver a casa, Pero el encuentro entre ambos, genera algunos diálogos entre ellos ( ambos reconocen que hace tiempo no hablaban en extenso con otra persona ) y lo que parecía ser un tramite rutinario, se demorará más de lo que ambos pensaban.

Hasta allí contaremos, la obra tiene una muy buena cuota de suspenso y dejaremos que sea el espectador cuando vea la obra, quien descubra, si el servicio finalmente podrá ser cumplido o el vínculo que se genera entre la mujer y su verdugo, puede poner en peligro, lo que ya firmaron.








Solo diremos que esta sociedad en particular, donde los deseos de los personas se suprimieron para evitar el sufrimiento y el deber está por encima de todo, las apariencias muchas veces pueden engañar y detrás de ese orden estricto, hay muchos sentimientos ocultos y reprimidos, que en algún momento pueden salir a la superficie.

La temática es dura, pero en el dramatismo de la situación y por la naturalidad con que toman el tema, el autor logra algunos momentos muy graciosos, que contrastan con el trasfondo de la obra y para que esto ocurra, hay un mérito enorme en la dupla protagónica que protagoniza la obra.

Mariela Aracena es Mireya Leguizamon, una sufriente mujer, que transmite su dolor y resignación por lo irreversible de la situación. Una interpretación magnífica la de Mariela, a quien vimos el año pasado, en Forjadores de una Nación Pujante ( escrita también por Carlos Sanzol ), comedia en la que también se lucía mucho, con un papel diametralmente opuesto a este. Aquí muestra su versatilidad y estar a la altura del protagónico, componiendo a una Mireya, dulce y querible, que transita el momento, con una dignidad asombrosa, para redondear una actuación magnífica, que llega al corazón del espectador.







Fundamental también lo de Pierre Marquille, que también es director de la obra, parece el personaje ideal para el papel, ya que reúne las características necesarias para el Señor Boindi, serio, profesional y extremadamente servicial con aquellos que piden su servicio. Hasta su tono de voz resulta especialmente convincente. Pese a lo siniestro de su profesión, logra darle a su personaje, una humanidad y hasta una ternura, que solo, se concibe por su gran interpretación.

En definitiva, mucha química en la dupla protagónica, se los nota muy seguros y cómodos en sus personajes, comprometidos con la historia y logrando una excelente conexión entre ellos, algo que redunda de manera muy positiva para la dinámica de la trama.









La puesta que propone el director, es realmente atractiva, con muchos guiños y códigos de un mundo futuro. Es de carácter íntimo y minimalista con objetos y lenguajes, acordes con el género de ciencia ficción propuesto. Nos gustó el diseño lumínico de Mariano San Martín, propiciando los climas que pide la pieza y el vestuario donde predomina el color negro, con una variante en Mireya, que dejaremos sea descubierta por el espectador.

El Deber del Señor Biondi, es una propuesta que seduce, esto se nota, por el silencio absoluto con que los espectadores, siguen el desarrollo de la obra, que por momentos es dura y conmueve, pero también invita a la reflexión, interrogando sobre si realmente en el futuro, podría existir una sociedad, en la que las personas vivan, solo cumpliendo normas y no hubiera lugar para los deseos. Y si esto fuera posible realmente seria realmente una sociedad feliz, porque nadie sufriría, al no existir los deseos frustrados ? O por el contrario la infelicidad y la desazón reinarían ?  Dejamos planteado el interrogante.

En resumen, estamos en presencia de una obra valiosa, donde confluyen una dramaturgia original y arriesgada, que nos invita a pensar, una puesta que seduce y actuaciones excelentes, todos factores, que se unen, para redondear una muy buena noche teatro independiente, que celebramos y recomendamos.



Pensador Teatral.


viernes, 5 de octubre de 2018

Leo tus Labios

Dramaturgia y Dirección de Eloisa Tarruella.








Viernes 21 hs en Teatro Pan y Arte ( Boedo 876 )

La sensible pluma de Eloisa Tarruella, vuelve a nutrir al teatro independiente, con una hermosa historia de amor, plena de poesía, con impronta cinematográfica, en una puesta muy cuidada y extremadamente bella.

Leo tus Labios, Rapsodia de un Amor, nos cuenta la historia de Amelia y Silvio, que se inicia a través de las ventanas. Ella tiene 17 años y está en un internado juvenil, donde su madre la dejó cuando tenía 4 años. El es un actor en formación, que quiere ser alguien en la profesión.










Se observan diariamente a través de sus ventanas y desde esa distancia comienzan a construir un diálogo con un lenguaje propio. Hasta que en un momento, los cristales dejan de separarlos y se animarán a vivir un amor intenso. Amelia es frágil e inocente y está profundamente enamorada de Silvio, que no puede resistirse a la candidez de esa bella adolescente.

Parece que desde esas ventanas, el destino los unió, para conocerse primero y amarse luego por el resto de sus vidas. Pero muchas veces, la vida tiene otros planes y amores que parecen destinados a perdurar quedan truncos, por múltiples circunstancias.








No vamos a contar mucho más, queremos que el espectador cuando vea la obra, descubra que sucederá cuando transcurridos quince años y de manera fortuita, Amelia y Silvio se reencuentran en una librería. Las cosas ya no eran iguales, ambos estaban casados y con sus vidas encaminadas. Hay heridas del pasado que dejaron huella, pero también cenizas de un amor apasionado, que plantean el interrogante, con el que cerraremos nuestro relato. Puede un amor resurgir luego de quince años ?? Es posible ello ?? O el paso de la vida y los años, sepultaron el amor ??

La apuesta de Eloisa es arriesgada, ya que juega con un ida y vuelta constante en el tiempo, pasado y presente se confundirán en los diferentes capítulos que tiene la obra, que como su subtítulo lo indica es un rapsodia, es decir distintos fragmentos que armarán el total de la historia, como si tratrara de un rompecabezas, algo que en el cine, disciplina que Tarruella maneja muy bien, es algo muy utilizado, pero es muy difícil verlo en el teatro, por lo complejo que resulta la ejecución.








En este caso la apuesta de la autora, llega a muy buen puerto y estos cambios temporales, le dán atractivo y sorpresa a la historia. Para conseguirlo, se apela a cambios de vestuarios de los protagonistas y escenas separadas, por imágenes que se proyectan, acompañadas de una música muy bella, que enmarca de gran manera el relato.

El desafío exige también desde lo actoral y en este caso Eloisa, también se anima a ser la protagonista de su historia. En nuestro caso, es la primera vez, que la vemos  el rol de actriz y fue una grata sorpresa, verla, componiendo una adolescente enamoradiza primero y luego ya una mujer adulta. En ambos casos dotando su Amelia, una dulzura y un vuelo poético que celebramos.

Quien la acompaña en escena es Julio Bambill, que con mucha presencia escénica, logra dotar de mucha sensibilidad a su personaje. Un actor mayor que Amelia, que en primer término domina la relación, pero transcurrido los años, los roles parecen invertirse. Muy bueno lo de Julio.









Esta dupla protagónica, ya de conoce de Amorar, entrañable obra del off, que tuvo mucho suceso hace unos años. Este conocimiento, sin dudas, les otorga un entendimiento y una química a la pareja, que es bienvenida en estas historias de amor, donde hay escenas románticas y la conexión entre los actores, es muy importante.

La puesta como ya adelantamos es muy cuidada, tiene una estética muy bella, comenzando por el diseño escenográfico, que tiene los dos hogares en los lados y un colchón, en el centro, como símbolo de la importancia que tiene la pasión en el relato, un diseño lumínico de Patricia Battle. que crea la intimidad que la pieza pide, Gran valor le damos al vestuario de Soledad Gásparí, con muchos cambios y colorido.

La estructura cinematográfica que presenta la obra, se nota en que el relato no es lineal y la importancia que tiene lo audiovisual en la puesta. jugando con fotomontajes con elementos claves para la pareja. Por último mencionar la música original de Florencia Albarracín, que realmente deleita al espectador y lo sumerge en las emociones que presenta la obra.









En nuestra opinión, una hermosa historia de amor, la que escribió Eloisa Tarruella, que además de convocar a la poesía, siempre sale del área de confort y arriesga, en este caso lo hace con una puesta, donde el ida y vuelta entre pasado y presente,  es una característica muy bien explotada, que permite apreciar como el amor y el tiempo, en algunas oportunidades pueden ir de la mano y en otras no, para confirmar que es casi imposible pronosticar si una ruptura amorosa temporal, en algún momento podrá reconstruirse.

Nos gustó mucho Leo tus Labios, bella y onírica historia, con una cadencia en el relato, que permite disfrutar de la historia, de las actuaciones y de una puesta tan rica en recursos.

Recomendamos llegarse hasta el bello Pan y Arte de Boedo, para vivir una noche junto al mejor teatro independiente y comprobar que las historias de amor, cuando son bien contadas, siempre emocionan.



Pensador Teatral.


Barrera Baja

Dramaturgia de Ricardo Halac y Dirección de Lizardo Laphiz.







Miércoles 21 hs en El Método Kairos ( El Salvador 4530 )

Una interesante propuesta llega de la mano de Ricardo Halac, dramaturgo argentino, reconocido y de extensa trayectoria, con numerosas obras de teatro y guiones exitosos de televisión en su carrera, que con sus flamantes 80 años sigue escribiendo sobre hechos de nuestra historia, que algunos prefieren olvidar que los han vivido y otros por la edad, conocen, solo por crónicas periodísticas de aquellos años.

En este caso Barrera Baja, se sitúa temporalmente en la década del 90, época de apogeo del menemismo en la Argentina, habiendo transcurrido ya más de diez años, desde la caída de la dictadura. Con la democracia en marcha, el país había cambiado y algunos ideales también. Ya nadie hablaba de la lucha armada y algunos que estaban combatiendo de un lado de la trinchera, en esos años, se transformaban en empresarios y pasaban del otro lado, renegando de una época, que no reconocen como propia.







En unos de los tantos countrys, que aparecieron precisamente en esos años, como una manera de vivir aislado de los peligros del mundo exterior, viven la jóven Irina ( Tamara Liberatti ) con su madre ( Adriana Bernardotti ). Por lo que se vé, tienen una buena vida acomodada y lejos de las preocupaciones, aunque no queda claro cual es su modo de vida.

Una noche en que Irina, está estudiando para rendir un examen, que tiene al día siguiente, la tranquilidad y seguridad de esa casa en el country, se vé sacudida, por el ingreso de un hombre que aparenta ser un linyera, por su aspecto descuidado, ya que luce sucio y con sus ropas raídas. El espectador enseguida imagina que el extraño, va a agredir a la bella adolescente.

Pero las apariencias muchas veces engañan y la joven que se asustó mucho cuando vió entrar a aquel hombre, cuando lo miró bien, cambia totalmente su actitud, ya que le costaba reconocerlo, pero luego de unos segundos, no tiene dudas, que ese hombre andrajoso, es su padre, al que hacía tiempo no veía.








Enseguida sabremos el motivo, porque su padre irrumpió allí, su bella hija empezaría la semana que viene a trabajar en una empresa en Puerto Madero y eso es algo que no aprueba, ni tampoco que viva en ese country, Y como padre, aún ausente durante mucho tiempo, creer tener derecho a opinar sobre el futuro de Irina.

Lo último que contaremos aquí, es que ese padre fue un militante de Montoneros, con activa participación en los setenta, Y hasta aquí contaremos, para mantener el suspenso. El espectador cuando vea la obra descubrirá que queda de esa relación rota entre padre e hija, los motivos por los que se separó de su esposa y como digieren este presente, en el que algunas heridas del pasado, están lejos de cicatrizar.








La trama es fluida y tiene actuaciones para destacar. La revelación de la obra, en nuestra opinión es Tamara Liberati, que compone a una adolescente que se sabe atractiva y es consciente que su belleza, puede ser la llave para triunfar en la vida. Pero también se la nota confundida, por un pasado que no conoce, un futuro que no le cierra y una vida actual que pase a las apariencias, no la tiene feliz. Un papel muy complicado, que la joven actriz resuelve en gran forma  Recordamos haberla elogiado a Tamara el año pasado al verla en Digan Whisky, una entrañable obra del off y aquí vuelve a destacarse mucho, en un papel mucho más comprometido. Si sigue por este camino, es una actriz, que tiene un gran futuro.

Ariel Leyra, es quien se lleva las mayores miradas, ya que es el gran protagonista de la historia. Se lo nota perturbado, ofuscado, sin lograr superar las frustraciones del pasado y sin poder soportar las traiciones y los cambios de este mundo actual que no le agrada para nada, ya que lo nota muy alejado de las ideas por las que militó. Gran trabajo el de Ariel, con mucha presencia escénica y destacables recursos para transitar los distintos estados emocionales, que requiere su personaje.








Adriana Bernardotti es una madre luchadora, que tuvo que adaptarse a las circunstancias para superar las dificultades y sacar adelante la crianza de su hija. Mucho sentimiento en la actuación de Adriana.

Cierra el elenco, Alejandro Holm, a quien vimos hace poco en este mismo Kairos, como protagonista de Ricos, aquí lo vemos, en un papel secundario, como vigilador del country y con un vínculo impensado con aquel hombre, que no vamos a adelantar.

Nos gustó la puesta Lizardo Laphitz, que le sacá muy buen provecho al libro de Halac. Hay un diseño escenográfico,  muy bien resuelto, crédito aquí para Edgar Ocampo y Victor de Pilla, nos gustó el vestuario de Alicia Guma y hay un buen trabajo de iluminación de Caio Senicato.









Barrera Baja, es una buena propuesta, que realza como para algunas personas, las barreras bajaron, sin que hayan podido cerrar una etapa dura en la que tuvieron mucha acción y sin estar preparados para insertarse en un mundo actual, que les parece hostil a sus ideas.

Entendemos que siempre es saludable repasar épocas vividas, para tratar de no repetir viejos errores, pero también para buscar dar definitivamente vuelta la página y cerrar las heridas del pasado, que parecen no cerrar nunca.

En definitiva, una cita con la historia reciente del país, con buenas actuaciones y como cierre de la noche, valoramos mucho, el debate que se organiza al término de la la función, donde el autor, acompañados por los actores, reflexionarán junto al público, sobre la obra y entre todos, nos ilusionaremos, sin en algún momento, los argentinos dejaremos del lado las divisiones y tiraremos todos para el mismo lado.




Pensador Teatral.




domingo, 30 de septiembre de 2018

Miserere

Dramaturgia y Dirección de Nuria Gómez Belart.








Sábados 21 hs en Templum Espacio Teatral ( Ayacucho 318 )

Un propuesta muy valiosa llega con Miserere, escrita y dirigida por Nuria Gómez Belart, que logra un texto potente y sumamente interesante, ya que explora el tema del existencialismo, de una manera simple y amena, mediante la conversación de dos personas, que tienen pensamientos diametralmente opuestos, pero que de todas maneras pueden dialogar y escuchar al otro.

Contemos un poco de la historia, siendo cuidadosos de no revelar demasiado. En la escena, aparecen dos hombres que no se conocían hablando en la cocina de una casa humilde. Pronto descubriremos las identidades de los mismos y porque se encuentran juntos en esa habitación.








Uno de ellos es un profesor de literatura , que un rato antes intentó suicidarse tirándose a las vías en la Estación Miserere. De no haber sido por la intervención de ese otro hombre, que viendo lo que sucedía, reaccionó rápido y lo sujetó del brazo, no estaría vivo en esos momentos. El disparador es muy atractivo y a partir de esa situación límite se iniciará un diálogo muy rico entre estos dos hombres, de pensamientos tan opuestos.

Se nota que ambos son seres solitarios y que hace tiempo no hablan de manera tan profunda con alguien. El dueño de casa, es un simple ordenanza, que pese a no poder completar sus estudios secundarios, parece ser culto. Está convencido que fue Dios, quien lo hizo estar en el momento indicado, para salvar a aquel desconocido. En cambio el profesor es escéptico por naturaleza, no cree en la existencia de Dios y tampoco en la Biblia, al que considera un libro de ficción.








Como dijimos los diálogos son muy ricos, cada uno defiende su postura y argumenta en consecuencia. La dramaturgia de Nuria Gómez Belart es notable, porque logra sostener la conversación, para que sea entretenida siempre, logra este efecto, ya que además de tocar temas existenciales, pasará por temas cotidianos, como las películas de Samuel Jackson y enseñando un poco de historia, hablando por ejemplo de la Batalla de Miserere y de otros aspectos, que no vamos a mencionar aquí, pero que nos permitieron además de disfrutar la obra, aprender un poco de historia.

No vamos a contar más, dejaremos que el espectador cuando vea la obra, sepa si finalmente el profesor cuenta los motivos que lo llevaron a querer quitarse la vida y cual es el desenlace de esta historia tan interesante, donde dos hombres hablan sobre la vida y la muerte, acerca de la religión que ofrece recompensa, recién cuando dejamos este mundo y principalmente debaten sobre la existencia o no de un Dios, que desde arriba nos está mirando.

No es sencillo, mantener la atención, con parlamentos tan largos y si la trama logra que el espectador se mantenga enganchado en momento, como ya dijimos parte del mérito se lo lleva el libro, pero otra parte fundamental, se debe a las excelentes actuaciones que presenta Miserere.








Fantásticos los trabajos de Alejandro Vera, que dá vida a un profesor de literatura perturbado, enojado con las injusticias de la vida y sin encontrar un sentido a su existencia. Por el otro lado, Jorge Gurrero, transmite la paz, que le brinda su Dios, que en su momento lo sacó del mal camino y le enseño cual era la senda correcta en este mundo, la misma que el ahora quiere difundir.

El duelo actoral es de alto vuelo y se disfruta mucho, ya que los personajes tienen posturas bien diferenciadas, que exponen con pasión, pero tratando de respetar el pensamiento del otro. Más que nada de parte del dueño de casa, que con mucha paciencia y entendiendo la situación límite que atravesó el profesor, hará todo lo posible, para calmarlo.

La puesta es minimalista, son pocos los elementos en escena, basta una mesa, algunas sillas y un mate para compartir. En la obra el peso específico, lo tienen las palabras y esto queda de manifiesto.







Realmente nos gustó muchísimo la obra, por nuestra actividad, nos toca ver muchas obras por semana y por mes, por eso podemos afirmar que Miserere, no fue una pieza más. Por el contrario, fue una de esas obras, que sentimos nos llegó al corazón y a la mente, ya que nos dejará pensando por un largo tiempo, debido a que la obra sabiamente, no impone un discurso, más bien establece las posturas, genera el debate y luego será cada espectador, quien saque sus propias conclusiones.

No queda nada mucho más para agregar, la obra, presenta una dramaturgia de exquisita elaboración con actuaciones soberbias, un combo ideal para disfrutar una estupenda noche de teatro, con esta joyita escondida que el teatro independiente nos tenía reservada.

Por eso invitamos a los espectadores, a que vean Miserere, ya que además de pasar un gran momento teatral, se quedarán reflexionando en los días siguientes, sobre lo que plantea  la obra y cuando esto ocurre, el teatro ya ha triunfado.


Pensador Teatral.



sábado, 29 de septiembre de 2018

Bañarse

Dramaturgia y Dirección de Laura Fernández.






Sábados 12 hs en Vera Vera Teatro ( Vera 108 )

Bañarse es una de las obras ganadoras del Concurso Post 40, iniciativa de Rubén Sabadini, director y responsable del Vera Vera Teatro, certamen que aplica para autores de más de 40 años. Una muy buena idea, ya que la mayoría de los concursos suelen ser para dramaturgos jóvenes. El premio consiste en una cifra de de dinero, que muchos pueden considerar como modesta, horas de ensayo y las funciones en el Vera Vera, todas cuestiones que para el teatro off, donde todo se hace en pulmón, son muy valiosas, por eso desde aquí, celebramos la idea de Rubén y esperemos que se mantenga por muchos años.

Una vez hecha esta introducción, que nos dá el marco ver el nacimiento Bañarse, una original creación de Laura Fernández, que se presenta en el inusual horario del mediodía del Sábado ( recordamos el exitoso antecedente de mi Hijo solo camina un poco más lento ), mostrando que siempre es buen momento, si se trata de ver teatro.






La propuesta que parece sencilla a primera impresión, tiene una sensibilidad y una profundidad que el espectador irá palpando a medida que la trama avanza. La obra nos hablará del valor de la amistad, de lo que estamos dispuestos a hacer por un amigo que se encuentra en una situación límite y aparentemente sin retorno, algo para lo que no estamos preparados.

Aquellos que conocen el Vera Vera, se sorprenderán al ingresar a la sala, ya que las locaciones están cambiadas, vemos un sillón de espaldas a la platea y los límites del escenario, son difusos. El espectador está dentro de la habitación, en que están reunidas aquellas amigas, formando parte de aquella intimidad. La cercanía entre el público y las actrices es absoluta, algo que agrega mucho valor a la puesta, ya que pueden disfrutarse en primerísimo plano, de cada movimiento de las jóvenes actrices, algo que quienes gustamos de no perder ningún detalle, disfrutamos enormemente.

No vamos a contar mucho, porque la obra tiene una muy buena dosis de suspenso y el espectador irá entendiendo la historia en su totalidad a medida que las acciones avanzan. Revelemos si, que veremos a cuatro chicas amigas, reunidas para cuidar a Clara, a quien vemos está acostada en el sofá. Por lo que intuimos,  parece tener alguna enfermedad, que la limita, en especial en la parte mental, ya que le cuesta recordar las cosas.








La situación es tensa, son momentos límites los que se viven en esa casa y surgen algunas discusiones entre aquellas amigas, que parecen tener diferencias en la mejor manera de cuidar a la amiga enferma. Lo que las cuatro tienen claro, es que hay que hacerla sentir bien a Clara, contenerla y darle paz en estos momentos que intuyen finales, sin importar las mentiras piadosas que deban decir o las escenas simuladas que deberán montar. Todo vale y está permitido, para apuntalar a esa amiga, que lentamente parece desmoronarse.

La puesta como dijimos es íntima y el grupo de amigas que vemos nos parece real y cercano, en esto tiene mucho que ver además del texto, las muy buenas actuaciones que tiene la pieza. Son cinco jóvenes actrices, que se lucen mucho a lo largo de la obra.

Está muy bien pensada,  la composición heterógenea de este grupo de amigas, que como ocurre en la vida real, tienen generalmente integrantes con diferentes características y personalidades, lo que puede producir algunos chispazos.








En actuaciones parejas, destacamos especialmente el trabajo de Andrea Varchavsky, dando vida a una Lorena histriónica y muy sensible. Daniela Salerno, como Inés, parece de las más racional y se cabrea mucho con la temperamental Nuria, interpretada por Larisa Novelli. Mercedes Ferrería es una divertida Ana, que tiene algunas roces con Lorena.

Las cuatro jóvenes actrices, se destacan en lo individual y logran darle credibilidad al grupo que forman, que pese a las diferencias y discusiones lógicas, que tienen las chicas de su edad, tienen algo claro, la ternura y el amor, que sienten por la amiga a la que saben están despidiendo.

Resta mencionar entonces a Maite Mosquera, ella es Clara, la mimada del grupo, la que recibe las atenciones de las otras. Entrañable la presentación de Maite, que consigue darle a su personaje una dulzura y una fragilidad, que llega al corazón del espectador.








Vamos a conservar el suspenso como dijimos antes y no contaremos más de la trama, dejaremos que el espectador cuando vea la obra, sea el que vaya palpitando el desenlace de la historia.

De la puesta, para destacar como ya mencionamos el carácter íntimo que tiene la obra y el aprovechamiento integral de la sala del Vera Vera, con puertas y escaleras, que forman parte de la historia y las actrices recorren. Otro hecho que llama la atención, es esa luz natural que ingresa debido al horario de la función
Una escenografía minimalista de Cecilia Zuvialde con pocos elementos y un vestuario juvenil de Lara Sol Guadini, encajan perfectamente con el clima casual, que propone la pieza.








En definitiva, una propuesta original la que nos trae Bañarse, que resalta el valor de la amistad por sobre todas las cosas y nos permite ver, como en situaciones límites, podemos reaccionar de maneras muy diversas.

Una vez más, destacamos la idea del Concurso Post 40, que posibilita la aparición de obras como Bañarse, con una dramaturgia sensible y muy poética, que apoyada en un grupo de talentosas actrices,  jóvenes todas ellas, pero ya con mucha experiencia en el off, algo que se nota en el compromiso que asumen con la historia, que no es sencilla par actuar.

Solo queda aconsejar, que reserven con anticipación su lugar, ya que desde su estreno, la obra viene agotando localidades en cada una de sus funciones, algo que muestra a las claras, la buena recepción que tiene Bañarse, de parte de un público que se identifica y emociona junto a este grupo de amigas.



Pensador Teatral.

viernes, 28 de septiembre de 2018

Yvonne, Princesa de Borgoña

Dramaturgia de Witold Gombrowicz y Dirección de Leo Di Napoli.







Viernes 21 hs en IFT Espacio Teatral ( Boulogne Sur Mer 549 )

Nuevamente la cartelera porteña nos convoca para ver al escritor y dramaturgo polaco, Witold Gombrowicz, en una obra que tiene su sello característico, mucha creatividad, un relato con ingredientes fantásticos, poesía y una crítica implícita a aquellos, que nos gobiernan.

Recordamos que Witold, tiene muchos lazos con Argentina, que podemos considerar fue su segunda patria. A bordo de un trasatlántico, que había zarpado desde Varsovia, llegó a Buenos Aires, donde iba a estar solo una semanas, dictando unas conferencias. Pero justo en esos momentos, estallaba la Segunda Guerra Mundial y Polonia sufría una brutal invasión de parte de los nazis, no siendo para nada recomendable su vuelta.








Por lo tanto, esa venida por pocos días, se transformó en un exilio de más de veinte años y de a poco, se fue transformando casi en un porteño más, siendo Buenos Aires, el lugar donde escribió la mayor parte de sus obras.

En esta ocasión, la pluma genial de Gombrowicz, crea una historia, con tintes variados, que algunos consideran como una parodia del Hamlet de Shakespeare, ya que en vez del drama, aquí el hilo conductor, es la farsa y el vodevil. Las acciones se desarrollan en un reino imaginario, donde la burla y el grotesco, serán las características principales de la bizarra corte real.

Este relato desopilante, se potencia con una puesta muy atractiva de Leo Di Nápoli, que crea una atmósfera ideal, para que la locura de estos personajes que parecen sacados de un cuento, pueda fluir Además la adaptación, tiene guiños locales, que le dán una irreverencia y una imprevisibilidad a la puesta, que nosotros celebramos. Para que vean que no exageramos, adelantamos, que en algún momento aparecerá en la trama alguna frase de Mirta Legrand, algún estribillo de Pablito Ruíz y la figura de Juanita Viale. Un cóctel creativo, que redunda en risas de una platea, que celebra cada una de las sorpresas, que la obra tiene para ofrecer.








La historia, nos contará como un inmaduro Príncipe Felipe, heredero del trono, en uno de sus habituales paseos por los alrededores del palacio, descubrirá a una muchacha desprovista de todo encanto, poco agraciada desde lo físico y sin luces desde lo mental. No es linda, ni inteligente. Todo lo contrario, hasta podríamos decir, que irrita su existencia tan insulsa-

Es imposible que Felipe, se fijara en esa chica, pero en tono de broma y de desafío, arrancando con un juego de que pasaría si fuera al palacio y le dijera a los padres , que planeaba casarse con esa muchacha plebeya y sin ningún atractivo, el príncipe decide seguir adelante con el montaje y llevar a Yvonne a palacio.

El gran problema es que aquella muchacha, no puede cumplir con el mínimo protocolo, no habla, no reacciona, carece de toda gracia y ni siquiera puede hacer una reverencia ante los reyes. Esta muchacha es un verdadero problema para todos y lo que comienza como una gracia, se irá transformando en pesadilla para la realeza, que no tolera la posibilidad de que esa muchacha, realmente forme parte de la familia real.








Hasta allí contaremos, cuando el espectador vea la obra, podrá ver hasta donde son capaces de llegar, con tal de que Yvonne, desaparezca de sus vidas, sin importar las limitaciones mentales que sin dudas presenta la pobre muchacha, que no puede consigo misma.

Si bien la obra como dijimos está montada en tono de farsa y sátira, el autor no deja de mostrarnos la crueldad del poderoso, que encerrado en su cúpula de cristal, no tiene empacho, en burlarse de los seres más desprotegidos y aprovechar sus múltiples privilegios. 

Uno de los puntos muy fuertes que tiene la obra, son las actuaciones. Un elenco que está en absoluta sintonia, con ese tono de vodevil, que propone el director para la puesta y que en nuestra opinión, brinda excelentes resultados.








Las actuaciones son muy parejas por lo destacadas y por lo que suman en el conjunto, el elenco es numeroso y vamos a nombrarlos a todos, ya que las composiciones son realmente notables.

Arranquemos por Leo Di Napoli, que además de ser el director y quien adapta la obra, es unos de los protagonistas de la historia, ya que encarna al Príncipe Felipe, infantil y caprichoso, como todo hijo de Rey, no sabe detener a tiempo, la parodia que Yvonne, se convierta en su esposa. Fundamental el aporte de Leo, en su doble función.

Quienes están realmente soberbios son Fidel Araujo, como el Rey Ignacio y Paula Fernández Dossi como la Reina Margarita. Ambos con gran presencia escénica y un histrionismo a flor de piel, muestran la frivolidad y vulgaridad, que pueden tener los gobernantes. Magníficas actuaciones de ambos.







Lucía Gómez Uriz, es una de las revelaciones de la noche, con su personaje de Ofelia, que se desplazará en patines, durante toda la obra, en otro de los originales y efectivos recursos que tiene la puesta. Para destacar la expresividad en el rostro de Lucía, que parecía hablar con sus ojos.

Desde personajes secundarios, pero muy bien logrados, aportan lo suyo, Anne Castillón es el Chambelan, una buena metáfora de esos personajes serviles que siempre rodean a los poderosos. Diego Jacuzzi es Cirilo, amigo del príncipe, destacamos su corporalidad y la gracia en sus movimientos. logra destacarse. Marita Llorens es la Tïa de Ivonne e Ignacio Castro como el ménidgo y Cipriano, aprovechan cada una de sus intervenciones. Todos los mencionados, componen muy bien sus papeles y dan glamour a la puesta desde sus impecables vestuarios.

Para el final dejamos a quien interpreta a Yvonne, nos referimos a Florencia Recio, que debe llevar adelante un papel muy complejo, todo un desafio para ella,  ya que con una máscara que le tapa el rostro y sin tener el don del habla, deberá expresarse solo mediante sus torpes movimientos. Gran trabajo el de Florencia, que merece verse para apreciar de manera integral.








Se hizo tal vez algo larga la descripción, al ser numeroso el elenco, pero por lo valioso de los trabajos y por el peso que tienen los mismos en la pieza, creemos era justo mencionarlos a todos.

La puesta es otro punto muy fuerte que tiene esta adaptación de Leo Di Nápoli, la escenografía se resuelve con seis paneles móviles, que irán rotando en toda la noche, sirviendo además para la aparición y escondite de los protagonistas y como metáfora del laberinto que resulta ese castillo para Yvonne. Reconocimiento aquí para Sabrina López Hovhannessian, a quien estamos elogiando muy seguido por sus trabajos.

Rubros que brillan en la puesta, son los de maquillaje de Greta Sánchez Cornejo, realización de máscaras de Vanesa Bruni y el sin dudas el vestuario. En los tres casos, un lujo para el teatro independiente.








Por último, no hay que dejar de mencionar la música original de Carlos Veliz, que con su chelo y el trombón de Cristian Veliz, otorgan un marco musical, que agrega valor a una puesta riquísima.

Para ir concluyendo, confluyen una muy buena adaptación de la obra de Gombrowicz, que en tono de farsa, desnuda como muchas veces nuestros gobernantes, en vez de estar ocupados en temas importantes, se quedan en frivolidades y disfrutando ls prebendas, que el poder les otorga.

Yvonne, Princesa de Borgoña, es una obra para reír, reflexionar y para disfrutar de una puesta muy atractiva, con actuaciones magníficas, en un espacio tradicional como el IFT, que una vez más, nos ofrece un muy buenos espectáculo.



Pensador Teatral.

lunes, 24 de septiembre de 2018

Ricos

Dramaturgia de Lee Blessing y Dirección de Lizardo Laphitz.








Lunes 21 hs en El Método Kairos ( El Salvador 4530 )

Se estrena en la cartelera porteña, esta obra del dramaturgo estadounidense Lee Blessing, nominado a los Premios Pultizer y Tony entre otros galardones , referente en su país y cuyo nombre nos suena conocido, ya es autor también de Independencia, una obra que tuvo muy buen suceso en Buenos Aires. En este caso, llega Ricos, bajo la dirección de Lizardo Laphitz, maestro de actores, que trabajó durante más de 30 años en la escuela de Agustín Alezzo, formando actores.

Ricos transcurre en Estados Unidos y nos relata la historia de David Rico y Carolina Rico, un matrimonio de clase acomodada, que decide celebrar su aniversario 21 de casados, pasando un fin de semana en el mismo hotel, donde celebraron su noche de bodas.







Todo está dado, para que vivan un fin de semana inolvidable, disfrutando la estadía en un hotel lujoso, sin nada de que preocuparse y con todos los condimentos dados para pasarla muy bien.
David se muestra profundamente enamorado de su bella Carolina, que tiene un atractivo indudable, increíblemente el paso del tiempo, no ha afectado a su esposa que parece lucir igual de esplendida.

Sin apremios económicos, con trabajos exitosos y un muy buen nivel de vida, parece que estamos viendo a un matrimonio perfecto, en el que David, no se cansa de declarar el amor que siente por su esposa. Pero no todo s color de rosa, enseguida notamos señales de alarma. Carolina no parece estar tan a gusto como su marido, se la nota nerviosa y algo incomoda en esa habitación y se se la vé algo distante.

Ante ese comportamiento extraño de Carolina, los interrogantes se multiplican.
Es posible que un fin de semana perfecto se transforme en una verdadera pesadilla ?? Detrás de una apariencia de calma y bienestar  puede esconderse una furiosa tormenta ?? Es posible que luego de 20 años, nuestro compañero/a  pueda convertirse en un desconocido ??








El suspenso es muy importante en la trama y no seremos nosotros quienes revelaremos, lo que sucederá aquella noche en la habitación donde se hospedan los Rico, solo diremos que deberemos estar atentos, porque muchas veces, la felicidad es solo una apariencia y muchas veces relaciones de pareja o matrimonios, que parecen indestructibles, pueden derrumbarse como un castillo de naipes, en el momento menos esperado.

La trama es atrapante, el texto de Blessing es muy atractivo y resulta cercano, con situaciones que nos resultan cotidianas. Laphitz además, consigue una puesta intensa y creíble. Se logra un clima tan íntima, que parece que los espectadores, están espiando por el ojo de la cerradura de esa habitación y observando la intimidad de una pareja, que tiene mucho por decirse.

La trama tiene un desarrollo fluido y el espectador está enganchado en todo momento con la historia, algo que potencia en gran medida por las excelentes actuaciones, que presenta la obra.








La dupla protagónica que forman Alejandro Holm y Rosario Charo James, realmente brilla en el escenario. Se nota que hay mucho ensay previo y eso se nota en la precisión, con la que se ejecutan cada una de las escenas.

Alejandro compone a un David verborrágico y apasionado, que sigue enamorado de su esposa, igual que el primer día y no imagina como sería la vida sin ella. Nos gustó mucho su interpretación, con muy buen manejo de las emociones..

Por su lado Rosario, dá vida a una atractiva Carolina, que se sabe apetecible para cualquier hombre. Manejando muy bien los silencios y con mucha expresividad, realiza una gran composición de su personaje, exponiendo sus pensamientos, sin sentir culpas.

La química que muestran los protagonistas es altísima y el intercambio tiene una intensidad, que por momentos provoca que nos olvidemos que están actuando y dá la impresión de ser una pareja real, desgastada por la rutina, después de 20 años de matrimonio.








Hay elementos de la puesta a destacar, que agregan valor, como por ejemplo la música en vivo de Daniela Haikins, que desde lo alto y tocando el saxo, acompaña muy bien el desarrollo de la historia y colabora a crear diferentes climas. Nos gustó mucho el diseño escenográfico de Paula Picciani, que recrea una elegante suite de hotel, sobriamente amueblada.

En definitiva, disfrutamos mucho de Ricos, ya que desgrana desde un ángulo muy interesante, el presente de una pareja, luego de dos décadas de matrimonio, de la mano de un guión agudo y una dirección aguda que logra presentar una historia, con la que los espectadores se identifican de manera clara, ya que las situaciones que se ven en escena, son habituales y gran parte de nosotros conocimos un David o una Carolina en nuestro entorno.

Una obra actual, una trama dinámica y actuaciones sobresalientes, redondean una muy buena propuesta, que desde aquí recomendamos, para iniciar la semana, con el mejor teatro independiente.



Pensador Teatral.