domingo, 24 de octubre de 2021

Bailan las Almas en Llantas

Dramaturgia y Dirección de Pilar Ruíz.

 


 


Domingos 17 hs en Teatro del Pueblo ( Lavalle 3636 )

Nuestro teatro independiente nunca deja de sorprendernos y cada tanto nos tiene reservadas propuestas donde la creatividad llega a límites muy altos. Este es el caso de Bailan las Almas en Llantas, escrita por Pilar Ruiz, una joven y talentosa dramaturga, que ya en anteriores textos mostró que es una autora comprometida con la realidad social, buscando exponer temáticas que reflejen situaciones que forman parte de nuestra cotidianeidad.

En este caso Pilar, presenta una historia de amor que se plantea como una versión libre del clásico shakesperiano Romeo y Julieta, pero con la particularidad que la historia lejos de desarrollarse en la Italia medieval, se produce en un asentamiento marginal de la Ciudad de Buenos Aires, que por las pistas que nos irá dando el relato, podemos suponer se trata de la villa del Bajo Flores, como escenario que da cobijo a la historia.

 

 



 


Tendremos un baile de primavera en el barrio y allí surgirá un amor equivocado, el de Valu, la hija del transa del asentamiento y Julio, un pibe que consume, que tiene al padre en la cárcel y que cada tanto junto a sus amigos del playón, hacen algún trabajito en el que tienen que ponen las llantas a toda velocidad, para que las balas de la policía no los alcance. La relación entre ellos asoma como imposible, ya que pertenecen a bandos opuestos, ellos lo saben, el entono se los advierte, pero el deseo adolescente de ellos es más fuerte y van a querer seguir adelante, sabiendo la tormenta tarde o temprano se va a desatar y lo hará con furia.

Pilar estuvo mucho tiempo para desarrollar la dramaturgia, toda la obra está escrito en verso y rima, algo que le otorga un enorme vuelo poético al texto, dejando en claro la ficción, ya que la autora no quería caer en golpes bajos o estigmatizaciones. Con la poesía, logra tomar la distancia necesaria, dejando claro el hecho teatral, la ficción, pero consiguiendo describir una realidad dolorosa, que muchas veces prefiere no verse, ya que lo más fácil, es ocultar el problema y no enterarnos.

 

 



 

La obra es cruda y extremadamente dura, ya que en todo momento está presente el tema de las drogas, los transas, los soldaditos, los consumidores y como la ley además de ser cómplice, funciona como un engranaje fundamental, de este negocio de vicio y muerte. En el barrio se respira cumbia y reggaeton, la música es una forma de escape y es uno de los lenguajes del barrio, como también lo es el trap y el freestyle. Todos los rincones de la villa huelen a violencia, la marginalidad es la moneda de cambio y la muerte siempre anda rondando las calles, pudiendo aparecer a la vuelta de cada que esquina, sin anuncio previo.

Y en ese ambiente de violencia, consumo y balas, el deseo de los adolescentes sigue corriendo. Saben que en la villa todo cuesta el triple y que para lograr algo deben arriesgar, esa es la ley. Tal vez sea por ello, que Valu y Julio, irán para adelante, desafiando a los poderes y sabiendo que están yendo a toda velocidad a contramano, sacando chispas con esas llantas que siempre tienen que estar preparadas para huir. Y hasta allí vamos a contar de esta historia bien popular, con aires shakesperianos. Dejaremos que el espectador descubra, si aquí el desenlace es el mismo que en la tragedia isabelina o no.






Es momento de hablar de la potencia de la puesta y las actuaciones. Son nada menos que diez los actores en escena. La obra presenta un despliegue escénico que no podemos dejar de destacar, ya que no es usual en el teatro independiente. La trama tiene vértigo y ritmo musical, suena la cumbia y bailan las almas del barrio, hay corridas en el escenario, se trepan estructuras metálicas. El movimiento y la corporalidad es un sello distintivo de la puesta.

Hablemos un poco de las actuaciones que presenta la obra. Si bien la grupalidad predomina, hay que mencionar algunos trabajos individuales, que son realmente sobresalientes. Arranquemos por los enamorados de la noche, aquellos que no renunciar a sus deseos de amor. Juan Tupac Soler, es Julio, uno de los protagonistas de la historia. Tiene un loco metejón con Valu y no va a renunciar a ese amor, pese a la opinión de sus amigos. Gran trabajo de Juan, un joven actor, al que elogiamos cada vez que lo vemos, por su versatilidad y su carisma. Aquí vuelve a mostrar sus credenciales, con una excelente composición. 

 

 

 


 


Camila Conte Roberts es Valu, la que está dejando atrás su niñez y ya se siente mujer, la rebelde que no aceptará el mandato que quiere imponen su padre y apostará por el amor sincero. Nos encantó su trabajo. Era un desafío grande para Camila, ya que es una actriz muy joven y este protagónico además de ser muy exigente, requiere una entrega física absoluta y Camila demuestra estar a la altura, siendo a nuestro entender la revelación de la obra, con una interpretación cargada de sensibilidad.

Y que decir de la genial composición de Romina Oslé, como Gladys, la tutora de Valu, la devota de Santa Gilda, una mujer con mucha calle. Con sus curvas y sus tacos, levanta suspiros por donde camine. Su manera de hablar, de caminar y su gestualidad es la que pide su personaje, que sin dudas, es uno de los más festejados por el público. Jesús Catalino como Mike, también se destaca mucho. Amigo de Julio, mostrará una lealtad de fierro y tendrá varios momentos de lucimiento, que no vamos a revelar para no anticipar momentos de la trama. Lola Banfi, también compone un personaje clave en la historia, es la maestra del barrio y será cómplice de ese amor prohibido. Muy bueno lo de Lola.

 

 


 


Por razones de espacio, para no hacer tan larga la reseña, estamos siendo injustos con Fran Bert, Federico Martínez, Daniel Begino, Joaquín Gallardo y Matías Méndez, que también son fundamentales en la trama y todos ellos tienen sus momentos de destaque. Bailan las Almas en Llantas, como dijimos funciona como un bloque, que canta, baila y corre por las calles del barrio, siendo importante el aporte de cada integrante del elenco.

No es sencillo coordinar los esfuerzos de diez actores en escena y Pilar Ruiz muestra que además de ser una gran dramaturga, está cada día más asentada como directora. Puntos a destacar en la puesta son muchísimos. Podríamos arrancar por el impecable vestuario de los protagonistas, con ropa deportiva, capucha, gorrita y por supuestos altas llantas. El diseño escenográfico con estructuras móviles, resulta práctico y original. Ambos ítems a cargo de Victoria Chacón, a quien felicitamos. Nos gustaron mucho las coreografías de Andrés Molina y la música original que presenta la obra, creación de Gastón Poirier, siendo estos dos ítems, fundacionales de la obra. Se nota que hay mucho trabajo y se cuidan todos los detalles, teniendo como resultado una puesta potente y muy atractiva, que logra potenciar mucho el texto.






Nos habían recomendado mucho la obra, entonces la vara de las expectativas estaba muy alta y podemos afirmar con seguridad que la misma fue superada. La dramaturgia tiene la virtud de mostrar la universalidad del amor, sin importar que el mismo florezca en un contexto de violencia, marginalidad, adicciones y abuso policial, que lamentablemente resulta una radiografía fiel de lo que si vive a diario, en cualquier barrio de emergencia de la Capital y el Conurbano, donde la vida vale poco.

Nos gustó mucho propuesta la de Bailan las Almas en Llantas, con una dramaturgia magnífica de Pilar Ruiz, una puesta que impacta por su intensidad y actuaciones que no se guardan nada. Todos estos factores confluyen, para redondear una obra, que en nuestra opinión se ubica entre las mejores que vimos este año. Al final de la función, pudimos confirmar por la ovación y el aplauso tan prolongado del público, que los espectadores sintieron lo mismo que nosotros. No se pierdan esta valiosa propuesta donde el amor, la violencia y la poesía se reúnen, para disfrutar de una noche de alto teatro independiente.



Pensador Teatral.


sábado, 23 de octubre de 2021

Antonia Occhipinti

Dramaturgia de Carlos Diviesti . Dirección de Graciela Schuster.

 

 


 


Sábados 21 hs en Teatro Payró ( San Martín 766 )

El teatro muchas veces nos propone viajar y este es precisamente lo que ocurre con Antonia Occhipinti, De la mañana a la noche, este bellísimo texto escrito por Carlos Diviesti, que nos presenta un atrapante relato, que cuenta la llegada de Antonia a la Argentina. Eran finales de la década del 30¨ y su barco zarpó de Bagnoli, Napoli buscando un mejor porvenir, como lo hicieron miles de inmigrantes, que dejaron su tierras y sus afectos en búsqueda de una nueva vida, en nuestro país que por aquellos años, los recibía con los brazos abiertos.

Antonia llegó a la Argentina, con su valija de cartón cargada de ilusiones, pero no se afincaría en Buenos Aires, ya que su padre la había enviado con un matrimonio arreglado, con el dueño del Cine Royal, que vivía en la ciudad de San Antonio Oeste en Río Negro. Allí descubriría la vastedad de La Patagonia, su clima inhóspito y ese viento que parece no parar nunca. Con el tiempo, además descubriría que la Patagonia era aburrida.

 

 


 

En el arranque de la obra, veremos a Antonia a la vera de la ruta en San Antonio Oeste, con la misma valija con la que llegó de Bagnoli, pero mucho más gastada ya que habían pasado diez años desde su llegada. Está sola, con la única compañía de Lamarr, una lora embalsamada, a la que lleva en una jaula. A medida que la trama avanza iremos entendiendo los motivos, por los que esta mujer madura de marcado acento italiano, se encuentra allí solita con su alma, esperando que algún camionero que pase por el camino, pueda llevarla a Ushuaia, el fin del mundo, donde imagina que todo es blanco y limpio.

La lora será su confidente y Antonia irá compartiendo con ella sus vivencias, los recuerdos de su tierra natal, la familia que quedó en Nápoles y su sufrida vida en aquella ciudad perdida de la Patagonia, donde las tragedias estarán demasiado presentes. Sus recuerdos son transmitidos, mediante los recuerdos del cine, de películas y actores de aquellos años que forman parte de su rutina habitual, ya que ella era quien proyectaba las películas en el Cine Royal, el único de San Antonio. El cine era su pasión y fue la tabla a la que se aferró para mantenerse a flote y sortear todas las adversidades que irían apareciendo.





El relato es bello y atrapa al espectador. Es admirable sentir el silencio absoluto con que el público sigue la historia de esta mujer, que hará un repaso de su vida, recordando a su familia, hablando de un esposo que casi no le dirigía la palabra, de Nepomuceno, el cachorro de mastín napolitano, con el que caminaba orgullosa por la calle San Martín. Cerrado el capítulo de su esposo, la aparición de Roberto Infante, el amor de su vida, como ella misma confiesa con pudor, aquel hijo que tuvieron juntos y siempre la tragedia rondando su vida. Pese a todo, había que seguir peleando y Antonia que era una luchadora, no se iba a dar por vencida, tenía que haber un futuro mejor cerca y por eso debía llegar hasta la finde del mondo, para alcanzarlo. Y hasta allí vamos a contar, para mantener el suspenso, el resto se lo dejamos a usted lector, para que lo descubra cuando vea esta hermosa obra.

Llega el momento de hablar de la protagonista de esta historia, porque como siempre decimos, podemos tener un gran texto, pero si no encontramos luego, el intérprete adecuado para llevarlo a escena, el hecho teatral no se produce. En cambio, cuando se encuentra al actor / actriz adecuado, el texto puede potenciarse.

Y creemos, que esto precisamente es lo que ocurre en este caso, ya que Cecilia Cósero, una actriz muy talentosa, a la que desde este sitio ya elogiamos en varias oportunidades, se abraza con pasión a este texto en formato de unipersonal y realiza una composición magnífica. Es admirable, como lleva adelante el relato, con la cadencia justa y manejando muy bien los diferentes registros emocionales que irá transitando la historia. Los recuerdos irán llegando y ella tratará de pasar rápido los momentos tristes y dando mayor relieve a los recuerdos agradables, reforzando la importancia de los mismos.

 

 

 


 


Nos encanta el logrado acento italiano que le imprime a su relato. lo lindo que pronuncia algunas palabras y esa emocionalidad a flor de piel, que logra transmitir al espectador. Está a la vista que la protagonista se siente muy a gusto con el texto y con la puesta que propone la directora, que le permiten manejar a piacere los tiempos del relato. Una observación interesante a señalar, es que Cecilia es uruguaya y vino a Buenos Aires, en busca de un mejor destino y esto en algún punto, la hace coincidir con el personaje de Antonia que dejó su Italia natal, con la esperanza de encontrar un mejor futuro en Argentina. Si bien la época y las distancias difieren, ambas son inmigrantes y esto ya es una apreciación personal, pero creemos que esta coincidencia, hacen que Cecilia se sienta atravesada de manera especial por la historia.

La puesta que propone Graciela Schuster es austera en recursos, con pocos elementos sobre el escenario, se refuerza la idea que la protagonista, es una mujer que se encuentra sola en esa Patagonia tan vasta e inabarcable. Aquí lo importante es lo discursivo y eso queda claro en una puesta minimalista, en donde resuena el sonido del viento patagónico de fondo. Debemos destacar el diseño lumínico de Lucas Orchessi, que colabora en generar los diferentes climas que irá pidiendo el relato.

 

 


 

 


No queda mucho más para agregar, como dijimos al comienzo, el texto de Diviesti, propone un viaje con nuestra imaginación, a aquellos años donde Argentina era vista como una tierra de oportunidades, donde llegaban barcos de repletos de inmigrantes europeos que escapaban de las guerras y de las crisis que asolaban el Viejo Continente por aquellos tiempos. Viendo en perspectiva, es triste, ver como las cosas han cambiado tanto, como Argentina cayó en picada y ahora los aviones reemplazaron a los barcos y el sentido de las corrientes migratorias se ha invertido.

Volviendo a la obra, concluimos que Antonia Occhipinti, tiene un texto bello y pleno de poesía, que nos invita a viajar por el mundo del cine y por los recuerdos de esta inmigrante italiana, que pese a la sufrida vida que tuvo aquí, lejos de su familia y sus pagos, sabe que a veces la soledad puede ser la mejor compañia y que lo único que no debe hacer, es bajar los brazos, siempre hay tiempo de luchar por sus sueños, que ahora se tiñeron de blanco, ese blanco limpio y puro, que la espera en el fin del mundo, donde Antonia ira con su lora embalsamada, para alcanzar esa felicidad, que debe estar escondida en algún lugar cercano o no tanto, pero que ella tarde o temprano descubrirá.


Pensador Teatral.



jueves, 21 de octubre de 2021

Las Putas de San Julián.

Versión libre de Rubén Mosquera, sobre episodio de " La Patagonia Rebelde " de Osvaldo Bayer , con Dirección de Rubén Mosquera.

 

 


 

 

Jueves 20 30 hs en Multiescena CPM ( Av. Corrientes 1764 ) 

El teatro tiene múltiples virtudes, pudiendo presentar obras que nos divierten, que nos emocionan o bien proponen algún viaje fantástico a algún lugar lejano de la Tierra o sumergirnos al mundo de los sueños, entre otras posibilidades. Pero hay oportunidades, que el teatro redobla la apuesta y nos trae propuestas, que rescatan hechos olvidados de nuestra historia, para darles visibilidad y reivindicarlos, como ocurre en esta caso con Las Putas de San Julián, texto escrito por Rubén Mosquera, partiendo del episodio narrado por Osvaldo Bayer, en el segundo tomo de " Los Vengadores de la Patagonia Trágica ".

 

 


 


Las acciones se desarrollan en la Santa Cruz en la década de 20´, allí veremos como transcurren los días en el prostíbulo La Catalana situado en San Julián, regenteado por Paulina, donde viven y trabajan mujeres de diferentes procedencias y condición. El local es muy concurrido y la mayor parte de la clientela, está conformado por los peones y obreros que trabajan en las estancias de la zona.

El contexto en La Patagonia en aquellos años no es sencillo, los trabajadores rurales de la zona comenzarán a iniciar huelgas, reclamando condiciones dignas de trabajo y salarios dignos, algo que no era moneda corriente por esas latitudes, donde la norma era tener que soportar explotación a los que los sometían los dueños de las estancias. La situación gana en tensión, el conflicto escala y el reclamo de los hacendados llega a Buenos Aires que piden sofocar las huelgas de los trabajadores. Hipólito Irigoyen, el presidente en aquellos años envía al Coronel Varela, como mediador entre ambas partes, para zanjar el conflicto, algo que parece lograrse ya que se logra un acuerdo entre los obreros y los hacendados.

 

 

 


 


Hay alegría por el lado de los trabajadores, contentos por haber firmado un acuerdo, que mejoraba notablemente sus precarias condiciones de trabajo. Pero el festejo duró muy poco, ya que del lado terrateniente, no quedaron para nada conformes con el acuerdo firmado e decidieron incumplir con lo pactado. Esto, lógicamente generó gran malestar de los obreros y las huelgas recrudecieron con mayor virulencia. El Coronel Varela tuvo que volver a Santa Cruz, pero ya no para negociar, se optó por la fuerza desmedida,  para reprimir de manera salvaje a los trabajadores, en una matanza histórica, en la que el Ejército Argentino fusiló a mansalva a más de 1.500 obreros.

El salvaje episodio, fue recibido con silencio por la mayor parte de la sociedad, que eligió mirar para otro lado, pero no todos obraron de igual manera. La historia rescatada por Osvaldo Bayer, cuenta que el 17 de Febrero de 1922, un puñado de soldados del Ejército fueron a aquel prostíbulo perdido de San Julián, regenteado por la Catalana, a satisfacer sus apetitos sexuales, luego de haber derramado sangre a doquier por aquellas tierras. Pero cinco mujeres de aquel prostíbulo, se negaron a prestar sus servicios sexuales a aquellos soldados por considerarlos asesinos y no solo eso, los echaron del lugar a escobazos limpio.

 

 

 



Semejante muestra de valentía y dignidad de aquellas mujeres, no les iba a resultar gratuita. Era casi una sentencia de muerte, atreverse a desafiar al poder militar que sembraba terror por aquellas tierras y por su decisión fueron interrogadas y torturadas por los policías del lugar, con el aval de los militares, para que revean su medida. Pero no tuvieron éxito y las mujeres luego de aquel episodio fueron enviadas a diferentes cárceles de la Patagonia, como castigo por su inaceptable osadía. Hasta aquí vamos a contar de los hechos, que aclaramos son absolutamente verídicos y surgen de un arduo trabajo de investigación del historiador, escritor y periodista Osvaldo Bayer, uno de los intelectuales más respetados de nuestro país. Seguramente luego de ver la obra, como ocurrió en nuestro caso, usted lector va a investigar más del tema.

Dejando los hechos históricos, de los que podríamos seguir escribiendo largo rato, ya que es una historia apasionante que merece ser contada y volviendo a la obra, contemos que Rubén Mosquera escribió esta atractiva versión teatral, con la colaboración y supervisión de Osvaldo. Es más, la obra fue estrenada en el Cervantes en el 2013 y nada menos que el propio Bayer fue parte de la obra, participando como actor.

Yendo a esta versión estrenada ahora en el Multiescena, contemos que la trama se presenta en tres planos que se juegan de manera simultánea. Por un lado veremos lo que ocurre puertas adentro del prostíbulo, mostrando la convivencia de las chicas que se ganaban la vida allí. En otra parte del escenario, se representará lo que ocurre en la comisaría cuando las valientes meretrices son interrogadas de manera violenta y degradante por los policías. Teniendo la obra un tercer plano, con otra línea temporal, en el que tendremos a una periodista que reportea a un historiador, que relata los hechos ocurridos en aquellos años. Consideramos que es un gran acierto esta inclusión, ya que ayuda mucho al público a situarse en tiempo y espacio, para comprender mejor los hechos ocurridos, hace casi un siglo, con un relato que resumen las líneas principales del conflicto.

 

 


 

 

Hay un despliegue actoral realmente importante, con más de diez actores en escena, una verdadera proeza para el teatro independiente, donde todo se hace pulmón y cuesta tanto. Por ello, aún con el riesgo que la reseña se haga un poco larga, vamos a mencionar brevemente a los integrantes del elenco, ya que la calidad de sus trabajos, merece nuestro reconocimiento.

Arranquemos por las mujeres que habitan La Catalana, que es regenteado por Paulina ( Laura Cuffini ) , la distinguida madama, que trata de cuidar de la mejor manera a sus chicas. Muy buena composición de Laura, con mucha presencia escénica. Y vayamos ahora a las cinco valientes mujeres que son el corazón de esta historia, nos referimos a Victoria Machta, como Consuelo, desenfadada y cantando muy lindo, sueña con conocer a Carlos Gardel. Destaca su voz e histrionismo. Ximena di Toro, es Maud, la inglesita, que llegó a Argentina como institutriz y terminó trabajando en un prostíbulo, siendo la figurita codiciada por los clientes, debido a su llamativa belleza. Muy bueno lo de Ximena, componiendo un personaje muy sensible. Jésica Livorsi da vida a una encantadora y pasional María, la española que está enamorada de su chilenito. Destacamos el trabajo de Jésica, con ese bello acento hispánico. Natalia Vacis es Amalia, la más joven de la casa y la más nuevita en La Catalana. Es muy buena la presentación de Natalia y por último mencionar a Mariana Fraga, como Ángela, modista y casada, a la que el destino también la llevó allí.

Son muy buenas las interpretaciones de las jóvenes actrices mencionadas, todas ellas tienen espacio para el lucimiento individual, cuando son interrogadas a solas y de muy mala manera en la comisaria, salvo en el caso de Paulina, que tiene su momento de destaque, cuando recibe a un joven soldado que por primera vez visita su establecimiento. Más allá de lo individual, en el conjunto, se potencian sus interpretaciones, mostrando relaciones bastante armónicas en la convivencia en La Catalana, estando siempre unidas.

 

 


 

Por el lado de las fuerzas del orden, se destacan las tres actuaciones masculinas, por un lado la dupla que forman el Sargento ( Sergio Pascual ) y el Agente ( Hilario Laffite ), componiendo personajes despreciables, que aprovechan su poder y fuerza de género para humillar y maltratar a las pupilas del prostíbulo. Muy logradas las interpretaciones de Sergio e Hilario, dos verdaderos villanos. Y que decir entonces, de Fabian Petroni, encarnando al Coronel Medina, en una gran composición, emulando a un jerarca militar, que nos recuerda a aquellos personajes nefastos, que tuvimos en la ultima dictadura. Impactan sus monólogos, por el mesianismo del discurso y con la convicción con que impone su relato, con un realismo que asusta. Excelente lo de Fabián.

Cerramos el rubro de las actuaciones, con Vanessa Pérez Prieto que cumple bien su rol, como una joven y atractiva periodista, que acompañará a un historiador, interpretado por Mario Campodónico, que resulta un personaje clave de la trama, ya que su personaje es una suerte de presentador de la historia. Mario es un actor de mucha experiencia, a quien elogiamos ya en anteriores oportunidades y aquí volvemos a hacerlo, ya que un elenco tan numeroso, logra destacarse nuevamente, con su presencia escénica y su habilidad para el relato.

 

 



 

Como dijimos antes, no es habitual que el teatro independiente, presente tantos actores en escena y aquí esto se logra de muy buena forma, aprovechando las amplias dimensiones del escenario del Multiescena y la división de planos temporales mencionada antes. Se hizo algo larga la descripción, pero creemos que era justo, hacer una breve mención de cada uno de los protagonistas, ya que los trabajos así lo ameritaban.

 La puesta de Rubén Mosquera tiene muchos ítems para destacar, como por ejemplo el estupendo diseño de vestuario, con vestidos de época para las mujeres y uniformes relucientes en el caso de los hombres, así también como un sobrio y bello diseño escenográfico. Ambos rubros a cargo de Vanesa Abramovich, a la que habitualmente elogiamos. La iluminación más bien tenue, combina con un ambiente de oscuridad y opresión que reina en gran parte de la trama, en especial, cuando intervienen las fuerzas policiales / militares.

No queremos extendernos más, para no hacer tan larga la reseña, realmente debemos felicitar a todo el equipo de Las Putas de San Julián, por la calidad de la propuesta. Sin lugar a dudas, estamos en presencia de una de esas obras, que de ninguna manera debemos dejar pasar, ya que tiene la virtud de poner en primer plano, hechos de nuestra historia, que por algún extraño motivo, no han tenido la repercusión y la importancia que deberían haber tenido.


 

 


 


Por ello, hay que valorar y mucho, este estupendo texto de Rubén Mosquera, que además de reivindicar los sucesos de aquella Patagonia Rebelde, investigados por Osvaldo Bayer, sirve como un recordatorio y una suerte de homenaje a Consuelo García, Angela Fortunato, Amalia Rodríguez, María Juliache y Maud Foster, las cinco mujeres que plantaron bandera ante la barbarie, mostrando unas agallas y una dignidad, que el resto de la sociedad, por motivos diversos no tuvo.

Para terminar, señalar que el próximo 17 de Febrero del 2022, se estarán cumpliendo 100 años, de la heroica acción que tuvieron aquellas valerosas mujeres. Por ello, es más que oportuno el reestreno de esta obra, que las recuerda y homenajea. El emocionado y prolongado aplauso, con el que el público que colmó la sala mayor del Multiescena, despide a los protagonistas, es el broche de oro, para la intensa noche de teatro vivida.


Pensador Teatral.



lunes, 18 de octubre de 2021

El Montaplatos

Dramaturgia de Harold Pinter . Dirección de Alejandro Vizzotti.

 

 


 

Lunes 20 30 hs en El Tinglado ( Mario Bravo 948 )

De la mano de la compañìa De Carencia Virtú, llega esta original versión de El Montaplatos, escrita en 1959 por el dramaturgo inglés Harold Pinter, en la que fue una de sus primeras obras y cuando se lo consideraba en esos momentos como uno de los herederos del teatro del absurdo. Decimos que está versión, que esta versión dirigida por Alejandro Vizzotti es original, porque los personajes masculinos de Ben y Gus, los llevan adelante dos mujeres, en vez de actores hombres como la pieza original.

 

 


 

La pieza se centra en dos asesinos a sueldo, que se encuentran confinados en una habitación cerrada y sin iluminación externa. Deben permanecer allí, dejando simplemente que el tiempo transcurra, solo a la espera de una llamada, que les indique que deben entrar en acción. No saben quien es la persona que le dá las órdenes, ni tienen idea tampoco quien será la víctima. Esta falta de información, si bien puede resultar inquietante, no es algo que los preocupe demasiado, ya que si el jefe les da la orden, ellos cumplirán con la misma y luego se irán a casa, esperando una nueva convocatoria, sin dar demasiadas vueltas al tema.

Las charlas que mantienen Ben y Gus son sobre temas triviales, comentan las noticias del periódico, el color de la vajilla y el estado de la habitación en la que tienen que esperar. El tiempo parece no transcurrir, la inacción en esa habitación comienza a hacerse densa y los sicarios comienzan a ponerse nerviosos, esperando que llegue rápido el llamado del jefe, para cumplir el trabajo y salir de allí, para volver a sus hogares.

 

 


 

Pero cuando el tedio dominaba, ocurre lo imprevisto, se escuchan ruidos como de un ascensor, se ponen en estado de alerta, pero lo que sucederá será algo sorpresivo, ya que repentinamente bajará un montaplatos de restaurante desde una abertura oculta en la pared, y vendrá con una comanda, que pide diferentes platos. Los protagonistas, se ven sorprendidos y agobiados por la llegada de ese extraño pedido. Y allí comienzan a fluir el humor y el absurdo. Ellos están allí por otro motivo, pero si desde arriba llegan pedidos de comida, ellos deberán hacer lo posible para cumplir con los mismos y hasta allí vamos a contar, porque el suspenso es uno de los elementos distintivos que tiene la trama y no queremos dar más detalles.

El argumento tan disparatado y el sinsentido que reina en aquella habitación, requiere interpretaciones muy precisas para estar en sintonía y aquí es donde aparece la dupla conformada por Sonia Novello y Claudia Mac Auliffe, dos excelentes actrices, que forman parte de la compañía De Carencia Virtú y a quien ya vimos trabajar juntas en otra obras que recordamos como Misterio del Ramo de Rosas y Casi un Feliz Encuentro.

Sonia y Claudia, tienen una química muy especial, se entienden a la perfección con solo mirarse. Se divierten en escena, disfrutan de estar allí actuando juntas y esto es algo que le agrega mucho valor a este texto donde el absurdo, puede ser un condicionante. Aquí esto no ocurre, al contrario, la complicidad que tiene, suman momentos graciosos y se potencian las interpretaciones de las protagonistas.

 

 


 

Ambas interpretaciones, requieren un componente corporal importante, hay algo de clown en sus movimientos y además logran resolver con solvencia el desafío que implica representar a dos personajes masculinos, con una gestualidad acorde, para representar a Ben y a Gus. Sin dudas las interpretaciones de Sonia y Claudia, son el motor de esta obra son dos actrices excelente y de experiencia, que con gran presencia escénica, saben mostrarse a gusto con la dramaturgia de Pinter.

La dirección de Alejandro Vizzotti es efectiva, creando la atmósfera opresiva y asfixiante que pide el texto de Pinter. Se percibe la sensación de agobio y encierro de los protagonistas, colaborando para esto el sobrio diseño escenográfico de Ariel Vaccaro y el inquietante diseño sonoro de Rafael Sucheras. El espectador respira la tensión que se respira en el ambiente y trata de estar atento para no perder detalle, ya que en todo momento ronda la sensación, que repentinamente algo sorpresivo sucederá

 

 


 

 

El Montaplatos, pese a haberse escrito hace más de cincuenta años, sigue mostrando su plena vigencia. Acatar las órdenes que recibimos de un ente superior, sin cuestionar nada y sin tratar de encontrar sentido a lo que hacen, es algo naturalizado. No nos pagan por pensar, sino por cumplir lo que nos ordenan. Si un jefe nos pide algo, debe tener sentido, que nosotros no lo conozcamos, es algo irrelevante Es interesante también señalar, como entre los subordinados, se crea también una relación de jerarquías, donde uno ordena y el otro debe acatar, sin tener claro porque ocurre este grado de división.

Celebramos que el teatro independiente asuma el desafío de llevar adelante, propuestas como esta de Harold Pinter, que mediante el absurdo y el sin sentido, logra movilizar al espectador, invitándolo a la reflexión, ya que cuestiona muchos de los comportamientos que rutinariamente llevamos a cabo, casi por inercia, sin detenernos nunca a pensar, si realmente tiene alguna justificación o produce algún beneficio lo que estamos haciendo. Si a todo lo mencionado, le sumamos una puesta original y dos excelentes actuaciones, la mesa del buen teatro independiente está puesta, esperando que los pedidos de los comensales, sean satisfechos.



Pensador Teatral.



sábado, 16 de octubre de 2021

Chaco Arde

Dramaturgia de Gonzalo Quintana, Belén Amada y Micaela Fariña. Dirección de Gonzalo Quintana.

 

 


 

Sábados 21 hs en Tadrón Teatro ( Niceto Vega 4802 ) 

Estamos en presencia de una original y lucida propuesta que nos habla de amores incondicionales y amistades a prueba de balas. Chaco Arde, un melodrama musical muy creativo, que acelerará a fondo y no se detendrá ante nada, en la búsqueda que el verdadero amor sea el que triunfe.

La obra transita su segunda temporada y al ver la potencia que tiene la historia y la fuerza que le imprimen sus protagonistas, podemos afirmar que está no será la última, ya que el relato además de ser original, tiene una trama atrapante y vertiginosa, que hace que el espectador se enganche desde el arranque y no se distraiga nunca.

 

 

 


Contemos que Chaco Arde, nos hablará de dos amigas sedientas de venganza. Pasaron veinte años, desde que egresaron de la secundaria, pero tienen buena memoria y no se olvidan de lo cruel que fueron sus compañeros de curso con ellas. Fueron años de bullying que debieron soportar y además tienen muy presente lo que sucedió en aquel viaje de egresados a Bariloche.

Sandra Díaz ( Micaela Fariña ) y Alejandra Gorriti ( Marina Ortega ) son las amigas sufrientes que no dudarán en unir sus fuerzas, para perpetrar la venganza. No importa que para ello, deban viajar al Chaco en pleno verano en un auto sin aire acondicionado, con tal de impedir el casamiento entre Paola y Mariano, dos ex compañeros de su promoción.

 

 


Que no hayan sido invitadas a la fiesta de casamiento es un detalle menor, que no les va a impedir estar presentes, no serán obstáculo los 900 kms que deben recorrer hasta el Chaco y tampoco lo será, que en la ruta deban robar un auto para poder continuar camino y ni aún sufrir un choque en el trayecto que las deje algo maltrechas. Ellas están unidas y decididas a todo. La venganza es un plato que se come frío y la hora del banquete ha llegado. La obra tiene un componente de suspenso importante, por eso no vamos a contar más. Para conocer que sucedió en aquel viaje caliente y enterarse si podrán completar finalmente la venganza planificada, deberán ver la obra, que vale mucho la pena.

La dramaturgia es potente y no da respiros, pero no hay dudas que el gran motor de la historia, son las magníficas actuaciones de la dupla protagónica formada por Micaela Fariña y Marina Ortega, que además de realizar composiciones estupendas, se entregan de manera descomunal, en una obra que exige mucho desde lo físico y les aseguramos que no se guardan nada.

 

 


 

Micaela Fariña compone a una pasional Sandra, que aún no puede olvidar aquel beso de Pao en Bariloche y ese amor fallido que aún le da vueltas por la cabeza. Destacamos su histrionismo a flor de piel, es un verdadero volcán en erupción y además muestra sus excelentes condiciones para el género musical, ya que está a cargo de los momentos musicales de la obra, guitarra en mano y con una voz hermosa. Con notable presencia escénica y mucho desparpajo, nos encantó el trabajo de Micaela, que es una de las impulsoras del proyecto.

 Marina Ortega, que se incorporó esta temporada a la obra, compone a una Alejandra incondicional, dispuesta a hacer la pata a su amiga y acompañarla en su alocado viaje. Ale luce más cerebral, pero estará dispuesta a romper todas las reglas para ayudar a Sandra, que obnubilada por el amor que le tiene a Pao, no logra pensar claramente. Buenísimo el trabajo de Marina. Está muy logrado el vínculo que se establece entre las amigas, caminando por una línea muy delgada entre una fuerte amistad y una relación algo más íntima, ya que es indudable que hay una atracción física entre ellas.

 

 



La dirección de Gonzalo Quintana, es realmente efectiva y logra potenciar los trabajos individuales de ambas actrices, que destacan mucho en el conjunto, creando una atmósfera íntima, en la que los espectadores pueden sumarse.

La puesta tiene varios elementos para destacar, con momentos musicales muy bien elaborados, el vestuario de Mailén Calvo y el diseño escenográfico de Lula Rojo, que con pocos elementos logra una excelente ambientación. Este es otro buen ejemplo, de como agudizando la creatividad, se pueden logran puestas realmente atractivas.

 

 


 

No queda mucho más para contar, reiterar que nos gustó mucho la propuesta de Chaco Arde, con una dramaturgia que se anima a tomar riesgos e ir a fondo, para hablarnos por un lado del amor y todo lo que estamos dispuestos a hacer en su nombre, sin importarnos las consecuencias. Y por otro lado, la obra nos ayuda a reflexionar acerca del valor de las amistades y de como muchas veces en la escuela, la crueldad de la mayoría, que toma de a punto a algunos, puede dejar cicatrices, que perduran aunque pasen los años.

Recomendamos Chaco Arde, es una gran idea emprender esta travesía junto a Sandra y Ale, un viaje algo delirante que nos hará reír, emocionar y disfrutar de exquisitos momentos musicales, gracias a una puesta vertiginosa y dos actrices que ponen toda la carne en el asador, para regalarnos una caliente  y emotiva noche de teatro independiente, resultando un verdadero canto al amor y la amistad.


Pensador Teatral.


jueves, 14 de octubre de 2021

Caturno

Dramaturgia y Dirección de Federico Buso.

 

 


 

Jueves 20 30 hs en Espacio Callejón ( Humahuaca 3759 )

Una dramaturgia florida, verde y con muchas ramificaciones, nos acerca Federico Buso con Caturno, en su segunda incursión como autor. Su debut había sido con Bichas, una entrañable historia que recordamos se desplegaba en el interior sanjuanino y se centraba en el vínculo roto de dos hermanos. Aquí en Caturno, la historia se desarrolla en un vivero y los vínculos humanos también estarán presentes. Bichas nos había gustado mucho y luego de ver esta obra, podemos afirmar que Fede, tiene una sensibilidad especial para retratar los vínculos familiares ( seguramente esta historia y la anterior tienen recuerdos de su infancia ) y la virtud de contarlos de manera muy atractiva, ya que los inserta en relatos que resultan atractivas y cercanos al espectador.

 

 


 

Yendo a Caturno, las acciones como dijimos al comienzo se desarrollan en un vivero, que es un verdadero emprendimiento familiar, ya que allí trabajan Marce ( Matías Broglia ) y Fer ( Martín Tecchi ), que son primos, pero se muestran tan unidos que parecen hermanos. Los recuerdos y las historias que vivieron en la infancia, los marcaron a fuego y el lazo que los une es muy fuerte. Marce, es quien está encargado de atender al público y Fer es quien se encarga de las entregas y como tiene  "mano verde ", también del plantado. 

Pero no están solos en el negocio familiar. Con ellos trabaja Margui ( Débora Zanolli ), vieja conocida de la infancia de ambos y que de adolescente fue novia de Fer. No vamos a profundizar demasiado aquí, para mantener el suspenso, pero podemos adelantar que el triángulo que forman los primos y Margui, no pasará desapercibido, resultando inquietante y clave para la trama.

 

 


 

Ahora quien en verdad maneja los hilos del vivero es la tía, figura omnipresente, ya que hace un tiempo que nadie sabe donde está físicamente, pero sin embargo se las arregla para ser parte de los pensamientos y las conversaciones de los primos. El paradero de la tía es una incógnita, aunque nadie se preocupa por que saben que la tía se encuentra bien, ya que de manera misteriosa, mantiene comunicación con sus sobrinos y desde la distancia, sigue controlando que el negocio familiar bien. 

Donde está ala tía es un misterio, que no vamos a develar en estas líneas, aunque podemos decir que la hipótesis más posible, es que se encuentra en Caturno. Y que es Caturno ?? Donde queda ?? Es un planeta, una ciudad o es un lugar imaginario ... Como pueden suponer, no les vamos a dar la respuesta, nosotros aquí, para saberlo deberán ver la obra.

 El relato atrapa al espectador desde el arranque, con protagonistas dotados con un aire de ingenuidad, que los hace muy entrañables. No se criaron en una gran ciudad y eso le otorga una inocencia distintiva. La trama tiene momentos muy divertidos y otros de muy logrado suspenso. Rondan en la historia mitos populares y leyendas urbanas, como el del hombre de la bolsa o la Pericana ( San Juan presente de nuevo ) , que irán apareciendo en el relato, dándole a la historia, un toque fantástico que la hace muy atractiva.

 

 


 

La rica dramaturgia, se potencia por la aparición de personajes muy fuertes, que surgen de excelentes composiciones del muy buen elenco reunido. Con el riesgo de ser injustos, creemos que la interpretación que más se destaca es la de Matías Broglia, que da vida a un Marce querible, meticuloso, algo infantil, goloso y siempre gracioso, generando los momentos más divertidos de la noche. Genial la composición de Matías, nos deleitamos con su personaje que construyó, desde la manera en que habla, su manera de caminar y su emocionalidad a flor de piel, todo se destaca en su construcción.

Martín Tecchi, como Fer, funciona como perfecto contrapunto de su primo, con el mismo aire inocente, pero más maduro. No puede sacarse de la cabeza a Margui y no tenerla a su lado, es algo que no puede sobrellevar. Es muy bueno, el vínculo que muestra con Marce, extremadamente unidos, pero también funcionando como una especie de protector. Excelente el trabajo de Martín, un actor de mucho rodaje en el teatro independiente, que una vez más muestra su versatilidad.

 

 


 

 

Debóra Zanolli es Margui, quien se lleva los suspiros de la historia, ya que no resulta indiferente para los primos y tampoco para Víctor ( Fede Buso ), su novio actual y el tercero en discordia. Es la primera vez que vemos a Débora y fue una muy grata revelación su actuación. Con mucha presencia escénica, representa a una Margui, algo malhumorada y reservada, que la hace muy interesante. Nos gustó mucho el trabajo de Débora.

Para el final dejamos a Fede Buso, viejo conocido, que además de ser el autor y el director de la obra, compone a Víctor, que sería una especie de intruso, que busca sumarse al entorno familiar, pero no le será sencillo lograrlo. Intenta seducir al grupo con su buen pasar económico, aunque resulta algo presuntuoso y por ello, genera algo de desconfianza. Lindo el personaje de Fede, a quien ya elogiamos por muchos trabajos anteriores, siendo un actor que siempre rinde.

 

 


 

Son muy buenas las cuatro interpretaciones y además de tener rendimientos individuales superlativos, funcionan muy bien en el conjunto, siendo muy interesante aprecias, como cada uno de los personajes, parece tener diferente cara y personalidad de acuerdo quien sea su interlocutor, algo que sucede en la vida real con muchos de nosotros.

La puesta es otro punto alto de la pieza, arrancando con el excelente diseño escenográfico de Rodrigo González Garillo, con mucho verde, macetas y enanos de jardín, poblando el escenario y dando una excelente ambientación a las historia. Es muy bueno el diseño de luces de Sebastián Francia y párrafo especial para los momentos musicales que tiene el relato, conformando en el conjunto, una pieza muy bella desde la estética.

En definitiva, nos gustó mucho la propuesta de Caturno, nos enganchamos desde el arranque con una historia que nos invita a viajar hacia los recuerdos de nuestra infancia y pensar en esos lugares imaginarios o no, en los que cuando éramos chicos soñábamos poder tener a mano para algún escape de emergencia, ya sea algún lugar escondido en un bosque, viajar a una dimensión paralela o poder visitar algún planeta alejado de la Tierra, donde la vida sea perfecta o casi.

 

 


 

 

Creemos que Fede Buso, se inspiró mucho en recuerdos de su infancia y por eso escribió esta historia, que resulta cercana, entrañable y con un halo fantástico, que la hace aún más apetecible. Caturno, es una buena excusa, para volver a ser niños, para recordar aquellos momentos felices de nuestra infancia, que nos marcaron y que moldearon la persona que somos hoy en día.

Recomendamos la obra, vayan al Callejón para conocer a estos deliciosos personajes que intentan ser felices con su vida presente, pero saben que si las cosas fallan, tendrán en Caturno un nuevo hogar, donde la tía querida y los enanos con ojos luminosos, los van a estar esperando con los brazos abiertos.-



Pensador Teatral.


domingo, 10 de octubre de 2021

Éter Retornable

Dramaturgia de Angie Oña y Dirección de Laura Álvarez.

 

 


 

Domingos 20 hs en Teatro Buenos Aires ( Av. Corrientes 1699 )

Nos llevamos una gratísima sorpresa, viendo Éter Retornable, ya que nos encontramos con un texto delicioso de la dramaturga uruguaya Angie Oña, que escribió en 2008, para presentarlo en un Ciclo de Teatro Uruguayo organizado en Buenos Aires, con muy buenas repercusiones. Varios años después, Laura Álvarez, se reencontró con este texto y se enamoró de inmediato del mismo, teniendo claro que la obra debía volver a escena, llegando nuevamente a nuestro teatro, en una puesta realmente atractiva, bajo su dirección.

 

 


 

Si tuviéramos que indicar el género de Eter Retornable, podemos definirla como una tragicomedia absurda, una obra que divierte y hace reír. Esa es su principal característica, pero no se queda en ello para nada, al contrario jugando con el humor absurdo, abordará temas filosóficos y profundos con el paso del tiempo, el sentido de la vida, la muerte y otras cuestiones existenciales que resultan cercanas al espectador y hacen muy atractivo al texto.

Yendo a la trama en sí, contemos que el relato nos mostrará a Elmer ( Pablo Rusconi ) y Madelón ( Camila Sebio ) una joven pareja, que se está separando, pero nunca termina de hacerlo. En el medio del proceso, sucederán cosas ... , planteos existenciales, discusiones sobre el reparto de bienes, dudas sobre el futuro, aparecerán los miedos normales en estas situaciones y los recuerdos de aquellos días donde reinaba la armonía en la pareja.

Y siempre rondando en el ambiente, estará el concepto del eterno retorno postulado por Nietzsche, que combina con el título de la obra, haciendo referencia a ese comportamiento cíclico que tenemos los seres humanos, por el que siempre reincidimos en los mismos lugares. Y hasta allí vamos a contar, para mantener el suspenso, porque como dijimos la obra que tiene una trama donde al absurdo y el humor ácido marcan el ritmo, pero esa, solamente es la cubierta, de todo lo que viene atrás.

 

 

 



 

Como siempre decimos, podemos tener un texto muy rico, buena intenciones, pero si luego, no se encuentran a los intérpretes adecuados, para llevarlo a escena, corremos el riesgo de quedar a mitad de camino. Algo que aquí, no ocurre para nada, por el contrario, en este caso la directora encontró en la dupla protagónica, a los actores justos para potenciar el texto y sacarle el máximo provecho al mismo.

Arranquemos por Camila Sebio, que resulta una enorme revelación, mostrando una presencia escénica sorprendente y adueñándose del escenario con autoridad, completando una composición magnífica. Camila es una actriz joven y muy talentosa, a la que habíamos visto y elogiado por sus trabajos en papeles dramáticos ( aún hoy recordamos su gran protagónico en Chocolate Amargo, obra que habla del abuso infantil, pieza también dirigida también por Laura Álvarez ). Aquí representando a Madelón, el desafío era grande, ya que debía mostrar su valía en un género totalemente diferente como el de la comedia y el absurdo, que requiere otros recursos actorales y viendo la calidad de su interpretación, podemos afirmar que Camila los tiene de sobra.





Se la nota muy cómoda con el texto, pasando por diferentes registros emociaonales, jugando mucho con la ironía, siendo ácida por momentos, mostrando sensualidad en otros y siendo delirante en gran parte de la trama. Sus tonos de voz, sus miradas y la complicidad con su compañero de escena, muestran su versatilidad y una madurez que debemos destacar, ya que notamos su crecimiento en cada nuevo trabajo donde la vemos. Estupendo el trabajo de Camila Sebio, aprovechando muy bien la vidriera que le brinda este protagónico, que sin dudas puede servirle de trampolín, para una carrera que viene en franco ascenso.

Pero con tantos elogios para Camila, no queremos ser injustos con Pablo Rusconi, como Elmer aquí, que funciona como un buen contrapunto del torbellino que es Madelón, soportando sus embates y mostrando sus cartas con estrategia. Muy gracioso su personaje, que tiene un estilo rockero particular, jugando mucho con lo corporal y sabiendo como irritar a su pareja, cada vez que le menciona a su prima Soraya, con la que mantiene une relación un tanto particular. Es la primera vez que vemos a Pablo en escena y nos gustó mucho su trabajo, mostrándose cómodo en el género del humor y el absurdo.

 

 



 

 

Luego de repasar los muy buenos trabajos individuales de Camila y Pablo, debemos destacar la buena química que muestran entre ellos, mostrando complicidad en el escenario, se ríen y se divierten, mientras actúan, siendo algo que el espectador nota y agradece, ya que esa buena vibra se contagia a la platea.

Hay mucho  mérito también, en la dirección de Laura Álvarez, la impulsora del proyecto, que acertó en la elección de los actores y les brinda terreno fértil para que se luzcan, con una puesta de su autoría, dinámica y muy bella desde lo estético. Nos gustó mucho el diseño lumínico que tiene la obra y el diseño escenográfico armónico con muchos objetos que suman el relato, además aprovecha muy bien las dimensiones de la sala del Buenos Aires, dando un ambiente íntimo al relato, acorde con lo que pide el texto.

 




En definitiva, nos fuimos muy contentos a casa, por la noche de teatro que disfrutamos, valorando mucho la aparición de comedias de este tipo, que además de divertir y hacer reír, algo básico para el género, logra ir más allá, aportando un texto rico y con toques delirantes, que se anima a abordar con irreverencia cuestiones existenciales, que a todos nos involucra, invitando además a la reflexión.

Por todo lo comentado, solo nos queda recomendar Éter Retornable, una opción fresca y joven, que quiere pisar fuerte en la Calle Corrientes, de la mano de un texto inteligente, una puesta dinámica y magníficas actuaciones. La mesa teatral está puesta y al juzgar por los aplausos que resuenan al final de la función, el menú presentado gustó mucho.


Pensador Teatral.