Autoría: Rubén Pagura. Dirección: Luis Gianneo.
En el cierre de la temporada teatral de este año y con pocas referencias previas, nos encontramos con esta verdadera perlita del teatro independiente, autoría de Rubén Pagura e inspirada en el libro Reportaje al Pie de la Horca, publicado en 1945, siendo una recopilación de textos escritos por Julius Fucik, durante su estancia en la prisión de Pankrác, libro que ha cobrado una enorme relevancia y fue traducido a más de noventa idiomas.
Contemos para quien no conoce su historia, que Julius Fucik, fue un escritor y periodista checoslovaco, miembro activo del Partido Comunista, además crítico literario y teatral, redactor de las publicaciones comunistas Rude Pravo y Tvorba, en las que insertó reportajes sobre temas sociales y culturales. Mientras participaba de manera clandestina en la resistencia contra la ocupación nazista alemana en Prega, fue tomado prisionero por la Gestapo y alojado en la prisión de Pankrác.
La obra que nos convoca precisamente trata aquel duro momento de la vida de Fucik, relatando como es sorprendido en una reunión clandestina, donde es detenido por los nazis y trasladado a prisión, donde recibió feroces castigos y torturas. Veremos a un Julius fuerte de mente y convicciones, que a pesar de los vejámenes y golpes recibidos, nunca de quebró, mantuvo su dignidad y no delató a sus compañeros, que seguían resistiendo la ocupación en las calles. Sin, dudas fue un gran ejemplo de resistencia e integridad.
En el tiempo que estuvo en prisión, siempre trató de levantar la moral de sus compañeros detenidos, pese a que conocía cual sería su triste final. En el cautiverio supo ganarse el reconocimiento de los otros prisioneros y hasta de los mismos guardias del presidio. Uno de ellos, llamado Adolf Kolinsky, de origen checo, sabiendo quien era, le acercó papel y lápiz, para que pudiera escribir acerca de las duras condiciones de detención y de las torturas que ocurrían en las cárceles nazis en los países ocupados, convirtiéndose Reportaje al Pie de la Horca, su libro póstumo, en un testimonio de primera mano del horror nazi.
Y hasta allí vamos a contar de la historia de del periodista detenido, llega ya el momento de hablar de Luis Gianneo, el gran protagonista de la noche teatral en el Belisario, ya que es el encargado de llevar adelante este unipersonal, interpretando de manera brillante a Julius, sabiendo mostrar todo su dolor físico y mental, por los golpes, la tortura y el sufrimiento por no poder volver a ver a su esposa, también detenida allí.
Pero pronto hay que aclarar que Luis no solo representa a Fucik, sino que será el responsable de desdoblar a todos los personajes que aparecen en la historia, recreando de manera fantástica diálogos con sus compañeros de prisión, con los guardias y con los jerarcas nazis, siendo el único en el escenario, pero componiendo con maestría los diferentes personajes. Realmente para admirar su performance, cambiando las voces en segundos, diferentes posturas, distintas maneras de caminar, etc . Un trabajo soberbio y conmovedor el de Luis, mostrando sus enormes condiciones actorales y se nota que hubo varios meses de ensayos sobre el lomo, para poder responder de la mejor forma, a la gran exigencia que tiene la obra, al estar estructurada como unipersonal.
Si alguien piensa que exageramos con nuestros elogios, les aseguramos que cuando vean la obra, van a coincidir con nosotros y hasta agregar virtudes. La tarea de Luis, resalta más aún, ya que la puesta que presenta la obra es absolutamente despojada, solo hay en el escenario una silla y una tela blanca. Sin otros elementos Gianneo, solito con su alma y su palabra, abraza al personaje con pasión y nos regala una gran interpretación, que debemos ubicar entre las mejores que vimos en la temporada ( y vimos casi cien obras este año )
No queda mucho más para agregar, como dato interesante, para quien no lo sepa y como una manera de realzar aún más la relevancia que tuvo este gran hombre, mencionar que el 8 de Septiembre se celebra en todo el mundo, el Día Internacional del Periodista, para conmemorar el fallecimiento de Julius Fucik, asesinado por los nazis un 8 de Septiembre de 1943.
En conclusión, disfrutamos de una estupenda noche de teatro, con esta obra fuerte y conmovedora, que resulta un sentido homenaje a Fucik, gran ejemplo de lucha y dignidad. Además celebramos que lleguen a la cartelera teatral propuestas de este tipo , que se encargan de recordar momentos muy tristes de la historia de la humanidad, que las sociedades nunca deberían olvidar. El aplauso emocionado con que el público reconoce la labor del artista al final de la función, es el broche de oro justo, para esta gran cita que el teatro independiente nos propone.
Pensador Teatral.