jueves, 11 de noviembre de 2021

La Casa Ache

Dramaturgia y Dirección de Fabiana Micheloud.






Jueves 20 hs en Paseo La Plaza - Salas Cortázar ( Av. Corrientes 1660 ) 

Teníamos muchas ganas de ver esta obra, principalmente por dos motivos. El primero de ellos, que no es habitual encontrar en nuestra cartelera teatral, obras de terror. Resulta todo un clásico, ir al cine, para ver una película de terror, pero es muy raro encontrar este género en el teatro. No es nada sencillo, montar una obra donde el horror y el suspenso sean el argumento, por eso de entrada ya valorábamos mucho esta aparición.

Y el segundo motivo, es que La Casa Ache transita su quinta temporada en cartel, Hito que no resulta para nada sencillo en el teatro independiente. En sus primeras cuatro temporadas, se presentó en  el Teatro Arte Brin, ubicado en el Barrio de La Boca. Y este año, se traslada nada menos que a la Calle Corrientes, siendo un desafío doble, ya que además del salto de pasar a una vidriera teatral más grande, se agrega el enorme esfuerzo de tener que montar la pieza en otra locación, algo sencillo para cualquier obra, pero no para esta, ya que hay un diseño escenográfico muy trabajado y una ambientación que requiere una dedicación extrema, por lo que seguramente el traslado no fue nada fácil.






Luego de haber visto la obra, podemos afirmar que el desafío fue superado con creces, ya que el montaje en la nueva sala resultó muy satisfactorio, decimos esto sin haber visto la pieza en el Arte Brin. Vamos a contar muy poco del argumento, ya que en una obra donde el suspenso y las situaciones inesperadas son una constante, por lo que no queremos develar demasiado. Podemos contar si, que una noche lluviosa y desapacible, cuatro jóvenes ingresarán sin permiso a una casa abandonada hace muchos años, luego de una tragedia ocurrida allí dentro, que provocó que quedará deshabitada.

El motivo del ingreso a aquella casa no resulta del todo claro, solo sabemos que tienen una cámara y deben realizar un trabajo dentro. Pero ruidos extraños, luces que se apagan y algunas apariciones fantasmagóricas van a complicar las cosas. Y para colmo, habrá un giro inesperado en uno de los personajes, que agregará aún más tensión, a una casa donde las situaciones extrañas serán una constante.

La dramaturgia de Fabiana Micheloud, tiene un anclaje fundamental en la estupenda puesta que presenta la pieza, sin dudas este un punto muy fuerte que tiene la propuesta. Ya desde que se ingresa a la sala el espectador, quedará inmerso en el clima tenebroso y misterioso que propone la historia, donde la oscuridad se hará presente en más de una oportunidad y el espectador en más de una oportunidad, mirará al pasillo, rogando que ningún personaje aparezca.






Además del logradísimo diseño escenográfico y la ambientación que tiene la historia, hay que destacar mucho el diseño lumínico y los sonidos que acompañan la trama. Ambos rubros en manos de Macarena Rosendo. Hay efectos especiales, personajes que aparecen y desaparecen de la escena, la adrenalina se huele en la sala y el espectador está siempre en alerta, incómodo en su butaca, sufriendo como si también hubiera ingresado furtivamente a la sala, como el resto de los personajes.

Hablando de ello, nos gustaron mucho las actuaciones del joven elenco reunido. Candela Rosendo como Mariela, es a nuestro entender quien más se destaca. Con muchas presencia escénica, construye un personaje clave para la historia y lo hace de gran manera. Muy buena la interpretación de Candela. También queremos destacar a Diego Mitolo, como Carlos, el personaje que ingresó con más miedo a la casa y por las cosas que irán sucediendo, podemos decir que su temor era justificado. Nos gustó mucho el trabajo de Diego.

 Pero no seamos injustos con Manuela Orbegozo y Juan Esteban Vargas, que están muy bien en sus papeles y todos logran acoplarse muy bien al relato. Párrafo aparte para Néstor Rosendo, que aparecerá en el comienzo y en el final de la historia, con momentos muy destacados y que provocan mucho miedo.





Celebramos la idea de Fabiana Micheloud, de traer al teatro un texto donde el terror y el suspenso sean el hilo conductor. Tal vez la dramaturgia tengo algunos momentos livianos,  pero sin dudas la elaboración y ambientación de la puesta se impone a cualquier contratiempo. La obra tiene una atmósfera cinematográfica muy lograda y esto se debe en gran parte a la contundencia de una puesta cargada de detalles y de efectos especiales puestos al servicio del relato.

En conclusión, valoramos la original la propuesta de La Casa Ache, que en base al boca a boca logra llevar ya cinco temporadas en cártel. Una satisfacción que el teatro independiente, se anime a salir de las áreas de confort y se anima a incursionar en el género del terror y el suspenso. Recomendamos al espectador, estar con los ojos bien abiertos durante toda la función y si es posible tenga una linterna a mano, para los momentos de oscuridad, no vaya a ser cosa, que en algunos de los apagones, nos demos cuenta que en la butaca de al lado, se nos ha sentado algún invitado no deseado.



Pensador Teatral.




lunes, 8 de noviembre de 2021

La Obra Pública

Dramaturgia de Ignacio Bartolone y Juan Laxagueborde. Dirección de Ignacio Bartolone.






Lunes 20 30 hs en Espacio Callejón ( Humahuaca 3759 )

Una original propuesta llega de la mano de La Obra Pública, texto escrito por el joven dramaturgo Ignacio Bartolone, el mismo autor de La Madre del Desierto, estrenada hace algunos años con gran suceso en el Cervantes. En este caso une fuerzas con Juan Laxagueborde, para construir una dramaturgia muy bien elaborada, que nos hablará sobre el arte, poniendo especial foco en el rol del artista, con sus egos, frustraciones y la fuerza que lo impulsa a llevar adelante una obra, que obtenga el reconocimiento y la aprobación del público.

Las acciones se desarrollan en el preludio del primer centenario patrio, momentos donde el Estado se proponía promover artistas para fundar las bases del arte nacional. En ese marco, aparecerá el protagonista de esta historia, un escultor porteño, presuntuoso y engreído, que se presentará en un concurso público, con un proyecto tan monumental, como poco probable de poder ser realizado, que constaba en erigir estatuas gigantes de próceres nacionales en todo el país, un legado que sin dudas quedaría para la posteridad.

 

 


 

El texto se estructura en forma de monólogo, donde el excéntrico escultor, protagonizado de manera magnífica por Julián Cabrera, que escribirá un diario íntimo, donde quedarán reflejados sus anhelos, su ambición y esa necesidad urgente de recibir la legitimación del Estado, desde el punto de vista artístico, pero también económico, ya que no tiene dudas que la magnificencia de su futura obra, debe tener el financiamiento de parte del erario público.

La obra que tiene una trama elaborada y compleja, fue escrita especialmente a medida de Julián Cabrera, actor en " Piedra Sentada, pata corrida ", la primera obra de Ignacio, para que el protagonista pueda tener terreno fértil para su lucimiento y vaya si lo aprovecha. Con un histrionismo a flor de piel, se adueña de la escena con gran autoridad y da vuelo a un artista narcisista, que estará dispuesto a todo, para agradar al jurado ypoder ganar el concurso. Gran trabajo el de Julián, a quien por primera vez vemos en escena y nos llevamos una gran sorpresa, con su estupenda interpretación.

 

 



 

Además del texto y la actuación tan destacada, debemos mencionar la riqueza de la puesta que propone Bartolone. En primer plano veremos a una persona en su atelier con su escritorio, pero no veremos esculturas en el escenario. Sospechosamente el escultor declama todo el tiempo sobre sus esculturas, pero nunca lo vemos trabando en ellas. La trama tiene muchas sorpresas, que no queremos develar aquí, para mantener el suspenso, solo mencionaremos una perlita que no podemos dejar pasar. En un momento, la obra se transformará en un programa de cable y en un televisor se proyectarán imágenes de una audición, donde se repasará la historia de nuestro escultor, siendo un momento desopilante, que fusiona al dispositivo teatral con el audiovisual.

 Párrafo especial debemos dedicar a Franco Calluso, responsable del diseño sonoro y de la música original de la obra, que aparece en escena en todo momento acompañando al escultor, sin emitir palabra, pero siendo un personaje enigmático que recibe las miradas del espectador y funciona como una especia de sombra o fantastama del protagonista. Otro que realiza un aporte muy importante es Claudio del Bianco, a cargo del excelente diseño lumínico que presenta la pieza, resultando muy importante para crear los climas que la trama va pidiendo.


 

 


 


Resulta muy interesante la propuesta de La Obra Pública, que navega con habilidad entre el pasado y el presente, con muchos ingredientes de parodia e ironía, para hablar de arte y del rol del Estado en la difusión del mismo. El artista busca dejar su impronta con sus obras o le interesa más ocupar un lugar en el mundo artístico ?? Ese solamente es uno de muchos los interrogantes que presenta esta pieza, que deja mucho lugar para que el espectador reflexione.

Invitamos a que descubran a este escultor ambicioso y engreído, que busca el mecenazgo del Estado para crear una obra, de difícil realización, pero que no tiene dudas sería recordada por siempre. Celebramos esta propuesta arriesgada y algo delirante de Bartolone y su agrupación teatral La Espada de Pasto, que con la Obra Pública, nos invita disfrutar de un distinguido momento teatral y a pensar en la subjetividad del arte y los artistas.


Pensador Teatral.



jueves, 28 de octubre de 2021

Un Papel en el Viento

Dramaturgia de Pacho O´Donnell. Dirección de Daniel Marcove.

 

 


 

 

Jueves 20 hs en El Tinglado. ( Mario Bravo 948 ) 

Un Papel en el Viento, es una obra nacida en la pandemia y se nota, ya que nos habla del encierro, de como transcurre el tiempo cuando no podemos salir al exterior y de imaginarlos como será la libertad si alguna vez la volvemos a alcanzar. El texto de Pacho O´Donnell, tiene una dramaturgia muy rica y es bastante diferentes a obras que recordamos de su autoría, donde la mayoría de las veces, aparecen hechos históricos, como eje de los argumentos. Aquí en cambio, esta historia, tiene un aura existencialista, con autores como Dostoievski, Camus, Sartre, referenciados en distintos momentos de la trama.

 

 



 

Para esta obra Pacho vuelve a recurrir a Daniel Marcove en la dirección, siendo esta la séptima vez que Marcove dirige una obra suya, consolidándose una dupla que siempre genera buenos resultados. En esta oportunidad, Daniel además colaboró en más de una oportunidad para destrabar algunos nudos que la escritura planteaba, sugiriendo algunas modificaciones en el texto, que el generoso Pacho tuvo en cuenta.

Yendo a la obra en sí, contemos en el arranque veremos a tres hombres y a una mujer encerrados en una habitación. No se aclara donde se encuentran, pero el texto nos irá dando pistas. El lugar es oscuro, solo hay una claraboya, que devuelve alguna luz del exterior. No están en la cárcel, pero ellos están seguros que los están vigilando todo el tiempo. Tendrán cámaras instaladas  ??? Se quejan de la comida. Se las escupirán antes de dársela  ?? Y el higiene tampoco es para destacar. Darían lo que no tienen por una ducha caliente. Definitivamente el lugar donde se encuentran no es para nada agradable.

 

 


 

 Las preguntas llenan el ambiente. Por que están encerrados ??? Daría la impresión que estarían cumpliendo algún tipo de castigo y por ello están confinados. Pero no están seguros. Tienden a pensar que cometieron algún error, que ahora están pagando, pero no pueden asegurarlo. Y cuanto tiempo van a estar allí ?? Desde cuando están ??? Quien está a cargo de ellos ??? Saldrán de allí alguna vez  ??? Las preguntas son muchas y no hay respuesta para casi ninguna.

 El tiempo transcurre de manera inexorable y ellos siguen encerrados. Surgen los recuerdos de su vida cuando estaban afuera, cuando eran libres. Algunos de esos recuerdos son borrosos y poco gratificantes. Da la impresión que luchan contra la memoria, para olvidarse de esos recuerdos tristes que los persiguen. La frustración parece ser denominador común en los cuatro personajes que sufren el encierro. Todos quisieron ser alguien, que no pudieron. Tal vez por ello, hoy estén allí. 

 

 

 


 

 

La rutina se romperá un día, que parecía como cualquier otro, pero no lo será. Tienen una revelación y surgirá un hecho inesperado, que les dará la chance de ser libres. Y hasta allí vamos a contar, para mantener el suspenso, que es una de las características principales de la trama. Solo adelantaremos, que muchas veces la libertad tan anhelada cuando llega, puedo generarnos miedos y dudas. El temor a lo desconocido y a lo imprevisible, puede ser paralizante.

El desafiante texto de Pacho, encuentra un respaldo fundamental en el muy buen elenco reunido para la obra. Los cuatros personajes de la historia, tienen peso propio gracias a las muy buenas interpretaciones de los actores a cargo de los mismos. Arranquemos por Pablo Flores Maini, como René, el más experimentado de aquella habitación, doctor sin matrícula, sueña con ser un médico de renombre, es respetado por el resto y es quien intenta mantener el orden interno, frenado las discusiones que suelen darse. Muy buena la interpretación de Pablo, con mucha presencia escénica.

 

 


 

Juan Manuel Correa, es Bill, sueño con ser el CEO de una empresa. Enérgico e impulsivo, con una personalidad explosiva y una expresividad a flor de piel,  se lamenta por los errores que cometió y se preocupa por la familia que está afuera y no sabe si lo esperan o no. Juan Manuel, es otro excelente actor, al que recordamos de una fantástica interpretación en Coronados de Gloria, como Blas Parera, figura olvidada de nuestra historia, pese a que compuso la música de nuestro Himno Nacional. Aquí en un rol muy diferente, Juan Manuel vuelve a mostrar su versatilidad y un carisma que lo distingue, no pasando nunca desapercibido.

Nicolás Amato García, es Dieguito, un prometedor jugador de futbol que debió retirarse de manera prematura, debido a un accidente en su hábil pierna zurda, provocado por una osadía de su parte. Cuál fue la misma ?? Se animó a tirar un caño en un partido que no debía y sus rivales no le perdonaron aquel atrevimiento. Ese error truncó su carrera y su sueño de ser un jugador con proyección europea. Es estupenda la composición de Nicolás, a quien vemos por primera vez y vaya carta de presentación, con esta composición, que tanto nos recuerda al Diego más famoso.

Emma Serna, es a nuestro opinión la revelación de la obra, representando a un mujer trans, que en su caso, si tuvo el atrevimiento de luchar por la identidad que sentía, pese a la mirada acusadora y burlona del resto. Su sueño sería ser una reconocida actriz de nuestro espectáculo y tiene ganas de luchar para serlo. Emma es actualmente presidenta de la Cooperativa Arte Trans y sorprende aquí por su composición, dando mucho volúmen a su personaje, que resulta muy querible.

 

 


 

 

Resta mencionar a Julieta Pérez, como Ishmenda, quien aparecerá en la parte final de la historia. No vamos a revelar nada de su personaje, para mantener el suspenso. Solo decir que aporta belleza y encanto a una trama más bien oscura y sombría. En definitiva, las actuaciones funcionan muy bien en lo individual y en el conjunto, siendo fundamental esto, para sostener un texto que no es sencillo.

La puesta de Daniel Marcove, resulta muy atractiva, con un suspenso constante. El espectador en todo momento estará atento tratando de develar el misterio de aquel lugar donde las personas están encerradas. Además se intercalan algunos momentos graciosos, que lograr cortar la tensión del ambiente. Destacamos el diseño escenográfico de Héctor Calmet y el diseño de luces de Miguel Morales, ambos a tono con ese clima de suspenso que tiene el relato.

 

 


 


La obra invita a la reflexión y permitirá diferentes interpretaciones al espectador, no todo viene servido en bandeja y eso es valioso. El paralelismo con la pandemia que sufrimos recientemente es evidente, surge el recuerdo de un encierro forzoso y con mucha incertidumbre. En esos momentos, las sensaciones eran contradictorias, por un lado las ganas de salir al exterior, para volver a la vida normal, pero por otro lado, en el afuera estaba la muerte eligiendo gente. En cierta manera, ese encierro opresivo y obligado, era el que nos daba la seguridad de seguir vivos, aunque para ello debíamos resignar nuestras libertades.

En definitiva, nos pareció muy interesante la propuesta de Un Papel en el Viento, otro texto muy inteligente de Pacho O´Donnell, que nos permite pensar en las vueltas que tiene la libertad y como muchas veces, vociferamos por ella, la reclamamos a gritos y en el momento que nos llega, el miedo parece paralizarnos y dudamos si seguimos su camino, ya que la ruta hacia la libertad, puede ser peligrosa y tener un abismo a la vuelta de la esquina, que provoca que optemos por quedarnos en la seguridad de nuestro viejo y conocido infierno.


Pensador Teatral.



domingo, 24 de octubre de 2021

Bailan las Almas en Llantas

Dramaturgia y Dirección de Pilar Ruíz.

 


 


Domingos 17 hs en Teatro del Pueblo ( Lavalle 3636 )

Nuestro teatro independiente nunca deja de sorprendernos y cada tanto nos tiene reservadas propuestas donde la creatividad llega a límites muy altos. Este es el caso de Bailan las Almas en Llantas, escrita por Pilar Ruiz, una joven y talentosa dramaturga, que ya en anteriores textos mostró que es una autora comprometida con la realidad social, buscando exponer temáticas que reflejen situaciones que forman parte de nuestra cotidianeidad.

En este caso Pilar, presenta una historia de amor que se plantea como una versión libre del clásico shakesperiano Romeo y Julieta, pero con la particularidad que la historia lejos de desarrollarse en la Italia medieval, se produce en un asentamiento marginal de la Ciudad de Buenos Aires, que por las pistas que nos irá dando el relato, podemos suponer se trata de la villa del Bajo Flores, como escenario que da cobijo a la historia.

 

 



 


Tendremos un baile de primavera en el barrio y allí surgirá un amor equivocado, el de Valu, la hija del transa del asentamiento y Julio, un pibe que consume, que tiene al padre en la cárcel y que cada tanto junto a sus amigos del playón, hacen algún trabajito en el que tienen que ponen las llantas a toda velocidad, para que las balas de la policía no los alcance. La relación entre ellos asoma como imposible, ya que pertenecen a bandos opuestos, ellos lo saben, el entono se los advierte, pero el deseo adolescente de ellos es más fuerte y van a querer seguir adelante, sabiendo la tormenta tarde o temprano se va a desatar y lo hará con furia.

Pilar estuvo mucho tiempo para desarrollar la dramaturgia, toda la obra está escrito en verso y rima, algo que le otorga un enorme vuelo poético al texto, dejando en claro la ficción, ya que la autora no quería caer en golpes bajos o estigmatizaciones. Con la poesía, logra tomar la distancia necesaria, dejando claro el hecho teatral, la ficción, pero consiguiendo describir una realidad dolorosa, que muchas veces prefiere no verse, ya que lo más fácil, es ocultar el problema y no enterarnos.

 

 



 

La obra es cruda y extremadamente dura, ya que en todo momento está presente el tema de las drogas, los transas, los soldaditos, los consumidores y como la ley además de ser cómplice, funciona como un engranaje fundamental, de este negocio de vicio y muerte. En el barrio se respira cumbia y reggaeton, la música es una forma de escape y es uno de los lenguajes del barrio, como también lo es el trap y el freestyle. Todos los rincones de la villa huelen a violencia, la marginalidad es la moneda de cambio y la muerte siempre anda rondando las calles, pudiendo aparecer a la vuelta de cada que esquina, sin anuncio previo.

Y en ese ambiente de violencia, consumo y balas, el deseo de los adolescentes sigue corriendo. Saben que en la villa todo cuesta el triple y que para lograr algo deben arriesgar, esa es la ley. Tal vez sea por ello, que Valu y Julio, irán para adelante, desafiando a los poderes y sabiendo que están yendo a toda velocidad a contramano, sacando chispas con esas llantas que siempre tienen que estar preparadas para huir. Y hasta allí vamos a contar de esta historia bien popular, con aires shakesperianos. Dejaremos que el espectador descubra, si aquí el desenlace es el mismo que en la tragedia isabelina o no.






Es momento de hablar de la potencia de la puesta y las actuaciones. Son nada menos que diez los actores en escena. La obra presenta un despliegue escénico que no podemos dejar de destacar, ya que no es usual en el teatro independiente. La trama tiene vértigo y ritmo musical, suena la cumbia y bailan las almas del barrio, hay corridas en el escenario, se trepan estructuras metálicas. El movimiento y la corporalidad es un sello distintivo de la puesta.

Hablemos un poco de las actuaciones que presenta la obra. Si bien la grupalidad predomina, hay que mencionar algunos trabajos individuales, que son realmente sobresalientes. Arranquemos por los enamorados de la noche, aquellos que no renunciar a sus deseos de amor. Juan Tupac Soler, es Julio, uno de los protagonistas de la historia. Tiene un loco metejón con Valu y no va a renunciar a ese amor, pese a la opinión de sus amigos. Gran trabajo de Juan, un joven actor, al que elogiamos cada vez que lo vemos, por su versatilidad y su carisma. Aquí vuelve a mostrar sus credenciales, con una excelente composición. 

 

 

 


 


Camila Conte Roberts es Valu, la que está dejando atrás su niñez y ya se siente mujer, la rebelde que no aceptará el mandato que quiere imponen su padre y apostará por el amor sincero. Nos encantó su trabajo. Era un desafío grande para Camila, ya que es una actriz muy joven y este protagónico además de ser muy exigente, requiere una entrega física absoluta y Camila demuestra estar a la altura, siendo a nuestro entender la revelación de la obra, con una interpretación cargada de sensibilidad.

Y que decir de la genial composición de Romina Oslé, como Gladys, la tutora de Valu, la devota de Santa Gilda, una mujer con mucha calle. Con sus curvas y sus tacos, levanta suspiros por donde camine. Su manera de hablar, de caminar y su gestualidad es la que pide su personaje, que sin dudas, es uno de los más festejados por el público. Jesús Catalino como Mike, también se destaca mucho. Amigo de Julio, mostrará una lealtad de fierro y tendrá varios momentos de lucimiento, que no vamos a revelar para no anticipar momentos de la trama. Lola Banfi, también compone un personaje clave en la historia, es la maestra del barrio y será cómplice de ese amor prohibido. Muy bueno lo de Lola.

 

 


 


Por razones de espacio, para no hacer tan larga la reseña, estamos siendo injustos con Fran Bert, Federico Martínez, Daniel Begino, Joaquín Gallardo y Matías Méndez, que también son fundamentales en la trama y todos ellos tienen sus momentos de destaque. Bailan las Almas en Llantas, como dijimos funciona como un bloque, que canta, baila y corre por las calles del barrio, siendo importante el aporte de cada integrante del elenco.

No es sencillo coordinar los esfuerzos de diez actores en escena y Pilar Ruiz muestra que además de ser una gran dramaturga, está cada día más asentada como directora. Puntos a destacar en la puesta son muchísimos. Podríamos arrancar por el impecable vestuario de los protagonistas, con ropa deportiva, capucha, gorrita y por supuestos altas llantas. El diseño escenográfico con estructuras móviles, resulta práctico y original. Ambos ítems a cargo de Victoria Chacón, a quien felicitamos. Nos gustaron mucho las coreografías de Andrés Molina y la música original que presenta la obra, creación de Gastón Poirier, siendo estos dos ítems, fundacionales de la obra. Se nota que hay mucho trabajo y se cuidan todos los detalles, teniendo como resultado una puesta potente y muy atractiva, que logra potenciar mucho el texto.






Nos habían recomendado mucho la obra, entonces la vara de las expectativas estaba muy alta y podemos afirmar con seguridad que la misma fue superada. La dramaturgia tiene la virtud de mostrar la universalidad del amor, sin importar que el mismo florezca en un contexto de violencia, marginalidad, adicciones y abuso policial, que lamentablemente resulta una radiografía fiel de lo que si vive a diario, en cualquier barrio de emergencia de la Capital y el Conurbano, donde la vida vale poco.

Nos gustó mucho propuesta la de Bailan las Almas en Llantas, con una dramaturgia magnífica de Pilar Ruiz, una puesta que impacta por su intensidad y actuaciones que no se guardan nada. Todos estos factores confluyen, para redondear una obra, que en nuestra opinión se ubica entre las mejores que vimos este año. Al final de la función, pudimos confirmar por la ovación y el aplauso tan prolongado del público, que los espectadores sintieron lo mismo que nosotros. No se pierdan esta valiosa propuesta donde el amor, la violencia y la poesía se reúnen, para disfrutar de una noche de alto teatro independiente.



Pensador Teatral.


sábado, 23 de octubre de 2021

Antonia Occhipinti

Dramaturgia de Carlos Diviesti . Dirección de Graciela Schuster.

 

 


 


Sábados 21 hs en Teatro Payró ( San Martín 766 )

El teatro muchas veces nos propone viajar y este es precisamente lo que ocurre con Antonia Occhipinti, De la mañana a la noche, este bellísimo texto escrito por Carlos Diviesti, que nos presenta un atrapante relato, que cuenta la llegada de Antonia a la Argentina. Eran finales de la década del 30¨ y su barco zarpó de Bagnoli, Napoli buscando un mejor porvenir, como lo hicieron miles de inmigrantes, que dejaron su tierras y sus afectos en búsqueda de una nueva vida, en nuestro país que por aquellos años, los recibía con los brazos abiertos.

Antonia llegó a la Argentina, con su valija de cartón cargada de ilusiones, pero no se afincaría en Buenos Aires, ya que su padre la había enviado con un matrimonio arreglado, con el dueño del Cine Royal, que vivía en la ciudad de San Antonio Oeste en Río Negro. Allí descubriría la vastedad de La Patagonia, su clima inhóspito y ese viento que parece no parar nunca. Con el tiempo, además descubriría que la Patagonia era aburrida.

 

 


 

En el arranque de la obra, veremos a Antonia a la vera de la ruta en San Antonio Oeste, con la misma valija con la que llegó de Bagnoli, pero mucho más gastada ya que habían pasado diez años desde su llegada. Está sola, con la única compañía de Lamarr, una lora embalsamada, a la que lleva en una jaula. A medida que la trama avanza iremos entendiendo los motivos, por los que esta mujer madura de marcado acento italiano, se encuentra allí solita con su alma, esperando que algún camionero que pase por el camino, pueda llevarla a Ushuaia, el fin del mundo, donde imagina que todo es blanco y limpio.

La lora será su confidente y Antonia irá compartiendo con ella sus vivencias, los recuerdos de su tierra natal, la familia que quedó en Nápoles y su sufrida vida en aquella ciudad perdida de la Patagonia, donde las tragedias estarán demasiado presentes. Sus recuerdos son transmitidos, mediante los recuerdos del cine, de películas y actores de aquellos años que forman parte de su rutina habitual, ya que ella era quien proyectaba las películas en el Cine Royal, el único de San Antonio. El cine era su pasión y fue la tabla a la que se aferró para mantenerse a flote y sortear todas las adversidades que irían apareciendo.





El relato es bello y atrapa al espectador. Es admirable sentir el silencio absoluto con que el público sigue la historia de esta mujer, que hará un repaso de su vida, recordando a su familia, hablando de un esposo que casi no le dirigía la palabra, de Nepomuceno, el cachorro de mastín napolitano, con el que caminaba orgullosa por la calle San Martín. Cerrado el capítulo de su esposo, la aparición de Roberto Infante, el amor de su vida, como ella misma confiesa con pudor, aquel hijo que tuvieron juntos y siempre la tragedia rondando su vida. Pese a todo, había que seguir peleando y Antonia que era una luchadora, no se iba a dar por vencida, tenía que haber un futuro mejor cerca y por eso debía llegar hasta la finde del mondo, para alcanzarlo. Y hasta allí vamos a contar, para mantener el suspenso, el resto se lo dejamos a usted lector, para que lo descubra cuando vea esta hermosa obra.

Llega el momento de hablar de la protagonista de esta historia, porque como siempre decimos, podemos tener un gran texto, pero si no encontramos luego, el intérprete adecuado para llevarlo a escena, el hecho teatral no se produce. En cambio, cuando se encuentra al actor / actriz adecuado, el texto puede potenciarse.

Y creemos, que esto precisamente es lo que ocurre en este caso, ya que Cecilia Cósero, una actriz muy talentosa, a la que desde este sitio ya elogiamos en varias oportunidades, se abraza con pasión a este texto en formato de unipersonal y realiza una composición magnífica. Es admirable, como lleva adelante el relato, con la cadencia justa y manejando muy bien los diferentes registros emocionales que irá transitando la historia. Los recuerdos irán llegando y ella tratará de pasar rápido los momentos tristes y dando mayor relieve a los recuerdos agradables, reforzando la importancia de los mismos.

 

 

 


 


Nos encanta el logrado acento italiano que le imprime a su relato. lo lindo que pronuncia algunas palabras y esa emocionalidad a flor de piel, que logra transmitir al espectador. Está a la vista que la protagonista se siente muy a gusto con el texto y con la puesta que propone la directora, que le permiten manejar a piacere los tiempos del relato. Una observación interesante a señalar, es que Cecilia es uruguaya y vino a Buenos Aires, en busca de un mejor destino y esto en algún punto, la hace coincidir con el personaje de Antonia que dejó su Italia natal, con la esperanza de encontrar un mejor futuro en Argentina. Si bien la época y las distancias difieren, ambas son inmigrantes y esto ya es una apreciación personal, pero creemos que esta coincidencia, hacen que Cecilia se sienta atravesada de manera especial por la historia.

La puesta que propone Graciela Schuster es austera en recursos, con pocos elementos sobre el escenario, se refuerza la idea que la protagonista, es una mujer que se encuentra sola en esa Patagonia tan vasta e inabarcable. Aquí lo importante es lo discursivo y eso queda claro en una puesta minimalista, en donde resuena el sonido del viento patagónico de fondo. Debemos destacar el diseño lumínico de Lucas Orchessi, que colabora en generar los diferentes climas que irá pidiendo el relato.

 

 


 

 


No queda mucho más para agregar, como dijimos al comienzo, el texto de Diviesti, propone un viaje con nuestra imaginación, a aquellos años donde Argentina era vista como una tierra de oportunidades, donde llegaban barcos de repletos de inmigrantes europeos que escapaban de las guerras y de las crisis que asolaban el Viejo Continente por aquellos tiempos. Viendo en perspectiva, es triste, ver como las cosas han cambiado tanto, como Argentina cayó en picada y ahora los aviones reemplazaron a los barcos y el sentido de las corrientes migratorias se ha invertido.

Volviendo a la obra, concluimos que Antonia Occhipinti, tiene un texto bello y pleno de poesía, que nos invita a viajar por el mundo del cine y por los recuerdos de esta inmigrante italiana, que pese a la sufrida vida que tuvo aquí, lejos de su familia y sus pagos, sabe que a veces la soledad puede ser la mejor compañia y que lo único que no debe hacer, es bajar los brazos, siempre hay tiempo de luchar por sus sueños, que ahora se tiñeron de blanco, ese blanco limpio y puro, que la espera en el fin del mundo, donde Antonia ira con su lora embalsamada, para alcanzar esa felicidad, que debe estar escondida en algún lugar cercano o no tanto, pero que ella tarde o temprano descubrirá.


Pensador Teatral.



jueves, 21 de octubre de 2021

Las Putas de San Julián.

Versión libre de Rubén Mosquera, sobre episodio de " La Patagonia Rebelde " de Osvaldo Bayer , con Dirección de Rubén Mosquera.

 

 


 

 

Jueves 20 30 hs en Multiescena CPM ( Av. Corrientes 1764 ) 

El teatro tiene múltiples virtudes, pudiendo presentar obras que nos divierten, que nos emocionan o bien proponen algún viaje fantástico a algún lugar lejano de la Tierra o sumergirnos al mundo de los sueños, entre otras posibilidades. Pero hay oportunidades, que el teatro redobla la apuesta y nos trae propuestas, que rescatan hechos olvidados de nuestra historia, para darles visibilidad y reivindicarlos, como ocurre en esta caso con Las Putas de San Julián, texto escrito por Rubén Mosquera, partiendo del episodio narrado por Osvaldo Bayer, en el segundo tomo de " Los Vengadores de la Patagonia Trágica ".

 

 


 


Las acciones se desarrollan en la Santa Cruz en la década de 20´, allí veremos como transcurren los días en el prostíbulo La Catalana situado en San Julián, regenteado por Paulina, donde viven y trabajan mujeres de diferentes procedencias y condición. El local es muy concurrido y la mayor parte de la clientela, está conformado por los peones y obreros que trabajan en las estancias de la zona.

El contexto en La Patagonia en aquellos años no es sencillo, los trabajadores rurales de la zona comenzarán a iniciar huelgas, reclamando condiciones dignas de trabajo y salarios dignos, algo que no era moneda corriente por esas latitudes, donde la norma era tener que soportar explotación a los que los sometían los dueños de las estancias. La situación gana en tensión, el conflicto escala y el reclamo de los hacendados llega a Buenos Aires que piden sofocar las huelgas de los trabajadores. Hipólito Irigoyen, el presidente en aquellos años envía al Coronel Varela, como mediador entre ambas partes, para zanjar el conflicto, algo que parece lograrse ya que se logra un acuerdo entre los obreros y los hacendados.

 

 

 


 


Hay alegría por el lado de los trabajadores, contentos por haber firmado un acuerdo, que mejoraba notablemente sus precarias condiciones de trabajo. Pero el festejo duró muy poco, ya que del lado terrateniente, no quedaron para nada conformes con el acuerdo firmado e decidieron incumplir con lo pactado. Esto, lógicamente generó gran malestar de los obreros y las huelgas recrudecieron con mayor virulencia. El Coronel Varela tuvo que volver a Santa Cruz, pero ya no para negociar, se optó por la fuerza desmedida,  para reprimir de manera salvaje a los trabajadores, en una matanza histórica, en la que el Ejército Argentino fusiló a mansalva a más de 1.500 obreros.

El salvaje episodio, fue recibido con silencio por la mayor parte de la sociedad, que eligió mirar para otro lado, pero no todos obraron de igual manera. La historia rescatada por Osvaldo Bayer, cuenta que el 17 de Febrero de 1922, un puñado de soldados del Ejército fueron a aquel prostíbulo perdido de San Julián, regenteado por la Catalana, a satisfacer sus apetitos sexuales, luego de haber derramado sangre a doquier por aquellas tierras. Pero cinco mujeres de aquel prostíbulo, se negaron a prestar sus servicios sexuales a aquellos soldados por considerarlos asesinos y no solo eso, los echaron del lugar a escobazos limpio.

 

 

 



Semejante muestra de valentía y dignidad de aquellas mujeres, no les iba a resultar gratuita. Era casi una sentencia de muerte, atreverse a desafiar al poder militar que sembraba terror por aquellas tierras y por su decisión fueron interrogadas y torturadas por los policías del lugar, con el aval de los militares, para que revean su medida. Pero no tuvieron éxito y las mujeres luego de aquel episodio fueron enviadas a diferentes cárceles de la Patagonia, como castigo por su inaceptable osadía. Hasta aquí vamos a contar de los hechos, que aclaramos son absolutamente verídicos y surgen de un arduo trabajo de investigación del historiador, escritor y periodista Osvaldo Bayer, uno de los intelectuales más respetados de nuestro país. Seguramente luego de ver la obra, como ocurrió en nuestro caso, usted lector va a investigar más del tema.

Dejando los hechos históricos, de los que podríamos seguir escribiendo largo rato, ya que es una historia apasionante que merece ser contada y volviendo a la obra, contemos que Rubén Mosquera escribió esta atractiva versión teatral, con la colaboración y supervisión de Osvaldo. Es más, la obra fue estrenada en el Cervantes en el 2013 y nada menos que el propio Bayer fue parte de la obra, participando como actor.

Yendo a esta versión estrenada ahora en el Multiescena, contemos que la trama se presenta en tres planos que se juegan de manera simultánea. Por un lado veremos lo que ocurre puertas adentro del prostíbulo, mostrando la convivencia de las chicas que se ganaban la vida allí. En otra parte del escenario, se representará lo que ocurre en la comisaría cuando las valientes meretrices son interrogadas de manera violenta y degradante por los policías. Teniendo la obra un tercer plano, con otra línea temporal, en el que tendremos a una periodista que reportea a un historiador, que relata los hechos ocurridos en aquellos años. Consideramos que es un gran acierto esta inclusión, ya que ayuda mucho al público a situarse en tiempo y espacio, para comprender mejor los hechos ocurridos, hace casi un siglo, con un relato que resumen las líneas principales del conflicto.

 

 


 

 

Hay un despliegue actoral realmente importante, con más de diez actores en escena, una verdadera proeza para el teatro independiente, donde todo se hace pulmón y cuesta tanto. Por ello, aún con el riesgo que la reseña se haga un poco larga, vamos a mencionar brevemente a los integrantes del elenco, ya que la calidad de sus trabajos, merece nuestro reconocimiento.

Arranquemos por las mujeres que habitan La Catalana, que es regenteado por Paulina ( Laura Cuffini ) , la distinguida madama, que trata de cuidar de la mejor manera a sus chicas. Muy buena composición de Laura, con mucha presencia escénica. Y vayamos ahora a las cinco valientes mujeres que son el corazón de esta historia, nos referimos a Victoria Machta, como Consuelo, desenfadada y cantando muy lindo, sueña con conocer a Carlos Gardel. Destaca su voz e histrionismo. Ximena di Toro, es Maud, la inglesita, que llegó a Argentina como institutriz y terminó trabajando en un prostíbulo, siendo la figurita codiciada por los clientes, debido a su llamativa belleza. Muy bueno lo de Ximena, componiendo un personaje muy sensible. Jésica Livorsi da vida a una encantadora y pasional María, la española que está enamorada de su chilenito. Destacamos el trabajo de Jésica, con ese bello acento hispánico. Natalia Vacis es Amalia, la más joven de la casa y la más nuevita en La Catalana. Es muy buena la presentación de Natalia y por último mencionar a Mariana Fraga, como Ángela, modista y casada, a la que el destino también la llevó allí.

Son muy buenas las interpretaciones de las jóvenes actrices mencionadas, todas ellas tienen espacio para el lucimiento individual, cuando son interrogadas a solas y de muy mala manera en la comisaria, salvo en el caso de Paulina, que tiene su momento de destaque, cuando recibe a un joven soldado que por primera vez visita su establecimiento. Más allá de lo individual, en el conjunto, se potencian sus interpretaciones, mostrando relaciones bastante armónicas en la convivencia en La Catalana, estando siempre unidas.

 

 


 

Por el lado de las fuerzas del orden, se destacan las tres actuaciones masculinas, por un lado la dupla que forman el Sargento ( Sergio Pascual ) y el Agente ( Hilario Laffite ), componiendo personajes despreciables, que aprovechan su poder y fuerza de género para humillar y maltratar a las pupilas del prostíbulo. Muy logradas las interpretaciones de Sergio e Hilario, dos verdaderos villanos. Y que decir entonces, de Fabian Petroni, encarnando al Coronel Medina, en una gran composición, emulando a un jerarca militar, que nos recuerda a aquellos personajes nefastos, que tuvimos en la ultima dictadura. Impactan sus monólogos, por el mesianismo del discurso y con la convicción con que impone su relato, con un realismo que asusta. Excelente lo de Fabián.

Cerramos el rubro de las actuaciones, con Vanessa Pérez Prieto que cumple bien su rol, como una joven y atractiva periodista, que acompañará a un historiador, interpretado por Mario Campodónico, que resulta un personaje clave de la trama, ya que su personaje es una suerte de presentador de la historia. Mario es un actor de mucha experiencia, a quien elogiamos ya en anteriores oportunidades y aquí volvemos a hacerlo, ya que un elenco tan numeroso, logra destacarse nuevamente, con su presencia escénica y su habilidad para el relato.

 

 



 

Como dijimos antes, no es habitual que el teatro independiente, presente tantos actores en escena y aquí esto se logra de muy buena forma, aprovechando las amplias dimensiones del escenario del Multiescena y la división de planos temporales mencionada antes. Se hizo algo larga la descripción, pero creemos que era justo, hacer una breve mención de cada uno de los protagonistas, ya que los trabajos así lo ameritaban.

 La puesta de Rubén Mosquera tiene muchos ítems para destacar, como por ejemplo el estupendo diseño de vestuario, con vestidos de época para las mujeres y uniformes relucientes en el caso de los hombres, así también como un sobrio y bello diseño escenográfico. Ambos rubros a cargo de Vanesa Abramovich, a la que habitualmente elogiamos. La iluminación más bien tenue, combina con un ambiente de oscuridad y opresión que reina en gran parte de la trama, en especial, cuando intervienen las fuerzas policiales / militares.

No queremos extendernos más, para no hacer tan larga la reseña, realmente debemos felicitar a todo el equipo de Las Putas de San Julián, por la calidad de la propuesta. Sin lugar a dudas, estamos en presencia de una de esas obras, que de ninguna manera debemos dejar pasar, ya que tiene la virtud de poner en primer plano, hechos de nuestra historia, que por algún extraño motivo, no han tenido la repercusión y la importancia que deberían haber tenido.


 

 


 


Por ello, hay que valorar y mucho, este estupendo texto de Rubén Mosquera, que además de reivindicar los sucesos de aquella Patagonia Rebelde, investigados por Osvaldo Bayer, sirve como un recordatorio y una suerte de homenaje a Consuelo García, Angela Fortunato, Amalia Rodríguez, María Juliache y Maud Foster, las cinco mujeres que plantaron bandera ante la barbarie, mostrando unas agallas y una dignidad, que el resto de la sociedad, por motivos diversos no tuvo.

Para terminar, señalar que el próximo 17 de Febrero del 2022, se estarán cumpliendo 100 años, de la heroica acción que tuvieron aquellas valerosas mujeres. Por ello, es más que oportuno el reestreno de esta obra, que las recuerda y homenajea. El emocionado y prolongado aplauso, con el que el público que colmó la sala mayor del Multiescena, despide a los protagonistas, es el broche de oro, para la intensa noche de teatro vivida.


Pensador Teatral.



lunes, 18 de octubre de 2021

El Montaplatos

Dramaturgia de Harold Pinter . Dirección de Alejandro Vizzotti.

 

 


 

Lunes 20 30 hs en El Tinglado ( Mario Bravo 948 )

De la mano de la compañìa De Carencia Virtú, llega esta original versión de El Montaplatos, escrita en 1959 por el dramaturgo inglés Harold Pinter, en la que fue una de sus primeras obras y cuando se lo consideraba en esos momentos como uno de los herederos del teatro del absurdo. Decimos que está versión, que esta versión dirigida por Alejandro Vizzotti es original, porque los personajes masculinos de Ben y Gus, los llevan adelante dos mujeres, en vez de actores hombres como la pieza original.

 

 


 

La pieza se centra en dos asesinos a sueldo, que se encuentran confinados en una habitación cerrada y sin iluminación externa. Deben permanecer allí, dejando simplemente que el tiempo transcurra, solo a la espera de una llamada, que les indique que deben entrar en acción. No saben quien es la persona que le dá las órdenes, ni tienen idea tampoco quien será la víctima. Esta falta de información, si bien puede resultar inquietante, no es algo que los preocupe demasiado, ya que si el jefe les da la orden, ellos cumplirán con la misma y luego se irán a casa, esperando una nueva convocatoria, sin dar demasiadas vueltas al tema.

Las charlas que mantienen Ben y Gus son sobre temas triviales, comentan las noticias del periódico, el color de la vajilla y el estado de la habitación en la que tienen que esperar. El tiempo parece no transcurrir, la inacción en esa habitación comienza a hacerse densa y los sicarios comienzan a ponerse nerviosos, esperando que llegue rápido el llamado del jefe, para cumplir el trabajo y salir de allí, para volver a sus hogares.

 

 


 

Pero cuando el tedio dominaba, ocurre lo imprevisto, se escuchan ruidos como de un ascensor, se ponen en estado de alerta, pero lo que sucederá será algo sorpresivo, ya que repentinamente bajará un montaplatos de restaurante desde una abertura oculta en la pared, y vendrá con una comanda, que pide diferentes platos. Los protagonistas, se ven sorprendidos y agobiados por la llegada de ese extraño pedido. Y allí comienzan a fluir el humor y el absurdo. Ellos están allí por otro motivo, pero si desde arriba llegan pedidos de comida, ellos deberán hacer lo posible para cumplir con los mismos y hasta allí vamos a contar, porque el suspenso es uno de los elementos distintivos que tiene la trama y no queremos dar más detalles.

El argumento tan disparatado y el sinsentido que reina en aquella habitación, requiere interpretaciones muy precisas para estar en sintonía y aquí es donde aparece la dupla conformada por Sonia Novello y Claudia Mac Auliffe, dos excelentes actrices, que forman parte de la compañía De Carencia Virtú y a quien ya vimos trabajar juntas en otra obras que recordamos como Misterio del Ramo de Rosas y Casi un Feliz Encuentro.

Sonia y Claudia, tienen una química muy especial, se entienden a la perfección con solo mirarse. Se divierten en escena, disfrutan de estar allí actuando juntas y esto es algo que le agrega mucho valor a este texto donde el absurdo, puede ser un condicionante. Aquí esto no ocurre, al contrario, la complicidad que tiene, suman momentos graciosos y se potencian las interpretaciones de las protagonistas.

 

 


 

Ambas interpretaciones, requieren un componente corporal importante, hay algo de clown en sus movimientos y además logran resolver con solvencia el desafío que implica representar a dos personajes masculinos, con una gestualidad acorde, para representar a Ben y a Gus. Sin dudas las interpretaciones de Sonia y Claudia, son el motor de esta obra son dos actrices excelente y de experiencia, que con gran presencia escénica, saben mostrarse a gusto con la dramaturgia de Pinter.

La dirección de Alejandro Vizzotti es efectiva, creando la atmósfera opresiva y asfixiante que pide el texto de Pinter. Se percibe la sensación de agobio y encierro de los protagonistas, colaborando para esto el sobrio diseño escenográfico de Ariel Vaccaro y el inquietante diseño sonoro de Rafael Sucheras. El espectador respira la tensión que se respira en el ambiente y trata de estar atento para no perder detalle, ya que en todo momento ronda la sensación, que repentinamente algo sorpresivo sucederá

 

 


 

 

El Montaplatos, pese a haberse escrito hace más de cincuenta años, sigue mostrando su plena vigencia. Acatar las órdenes que recibimos de un ente superior, sin cuestionar nada y sin tratar de encontrar sentido a lo que hacen, es algo naturalizado. No nos pagan por pensar, sino por cumplir lo que nos ordenan. Si un jefe nos pide algo, debe tener sentido, que nosotros no lo conozcamos, es algo irrelevante Es interesante también señalar, como entre los subordinados, se crea también una relación de jerarquías, donde uno ordena y el otro debe acatar, sin tener claro porque ocurre este grado de división.

Celebramos que el teatro independiente asuma el desafío de llevar adelante, propuestas como esta de Harold Pinter, que mediante el absurdo y el sin sentido, logra movilizar al espectador, invitándolo a la reflexión, ya que cuestiona muchos de los comportamientos que rutinariamente llevamos a cabo, casi por inercia, sin detenernos nunca a pensar, si realmente tiene alguna justificación o produce algún beneficio lo que estamos haciendo. Si a todo lo mencionado, le sumamos una puesta original y dos excelentes actuaciones, la mesa del buen teatro independiente está puesta, esperando que los pedidos de los comensales, sean satisfechos.



Pensador Teatral.