Dramaturgia de Ignacio Bartolone y Juan Laxagueborde. Dirección de Ignacio Bartolone.
Lunes 20 30 hs en Espacio Callejón ( Humahuaca 3759 )
Una original propuesta llega de la mano de La Obra Pública, texto escrito por el joven dramaturgo Ignacio Bartolone, el mismo autor de La Madre del Desierto, estrenada hace algunos años con gran suceso en el Cervantes. En este caso une fuerzas con Juan Laxagueborde, para construir una dramaturgia muy bien elaborada, que nos hablará sobre el arte, poniendo especial foco en el rol del artista, con sus egos, frustraciones y la fuerza que lo impulsa a llevar adelante una obra, que obtenga el reconocimiento y la aprobación del público.
Las acciones se desarrollan en el preludio del primer centenario patrio, momentos donde el Estado se proponía promover artistas para fundar las bases del arte nacional. En ese marco, aparecerá el protagonista de esta historia, un escultor porteño, presuntuoso y engreído, que se presentará en un concurso público, con un proyecto tan monumental, como poco probable de poder ser realizado, que constaba en erigir estatuas gigantes de próceres nacionales en todo el país, un legado que sin dudas quedaría para la posteridad.
El texto se estructura en forma de monólogo, donde el excéntrico escultor, protagonizado de manera magnífica por Julián Cabrera, que escribirá un diario íntimo, donde quedarán reflejados sus anhelos, su ambición y esa necesidad urgente de recibir la legitimación del Estado, desde el punto de vista artístico, pero también económico, ya que no tiene dudas que la magnificencia de su futura obra, debe tener el financiamiento de parte del erario público.
La obra que tiene una trama elaborada y compleja, fue escrita especialmente a medida de Julián Cabrera, actor en " Piedra Sentada, pata corrida ", la primera obra de Ignacio, para que el protagonista pueda tener terreno fértil para su lucimiento y vaya si lo aprovecha. Con un histrionismo a flor de piel, se adueña de la escena con gran autoridad y da vuelo a un artista narcisista, que estará dispuesto a todo, para agradar al jurado ypoder ganar el concurso. Gran trabajo el de Julián, a quien por primera vez vemos en escena y nos llevamos una gran sorpresa, con su estupenda interpretación.
Además del texto y la actuación tan destacada, debemos mencionar la riqueza de la puesta que propone Bartolone. En primer plano veremos a una persona en su atelier con su escritorio, pero no veremos esculturas en el escenario. Sospechosamente el escultor declama todo el tiempo sobre sus esculturas, pero nunca lo vemos trabando en ellas. La trama tiene muchas sorpresas, que no queremos develar aquí, para mantener el suspenso, solo mencionaremos una perlita que no podemos dejar pasar. En un momento, la obra se transformará en un programa de cable y en un televisor se proyectarán imágenes de una audición, donde se repasará la historia de nuestro escultor, siendo un momento desopilante, que fusiona al dispositivo teatral con el audiovisual.
Párrafo especial debemos dedicar a Franco Calluso, responsable del diseño sonoro y de la música original de la obra, que aparece en escena en todo momento acompañando al escultor, sin emitir palabra, pero siendo un personaje enigmático que recibe las miradas del espectador y funciona como una especia de sombra o fantastama del protagonista. Otro que realiza un aporte muy importante es Claudio del Bianco, a cargo del excelente diseño lumínico que presenta la pieza, resultando muy importante para crear los climas que la trama va pidiendo.
Resulta muy interesante la propuesta de La Obra Pública, que navega con habilidad entre el pasado y el presente, con muchos ingredientes de parodia e ironía, para hablar de arte y del rol del Estado en la difusión del mismo. El artista busca dejar su impronta con sus obras o le interesa más ocupar un lugar en el mundo artístico ?? Ese solamente es uno de muchos los interrogantes que presenta esta pieza, que deja mucho lugar para que el espectador reflexione.
Invitamos a que descubran a este escultor ambicioso y engreído, que busca el mecenazgo del Estado para crear una obra, de difícil realización, pero que no tiene dudas sería recordada por siempre. Celebramos esta propuesta arriesgada y algo delirante de Bartolone y su agrupación teatral La Espada de Pasto, que con la Obra Pública, nos invita disfrutar de un distinguido momento teatral y a pensar en la subjetividad del arte y los artistas.
Pensador Teatral.
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