miércoles, 5 de abril de 2023

El Acto de Creer

Dramaturgia de Mariela Finkelstein. Dirección de Adrián Canale.






Jueves 20 30 hs en Timbre 4 ( México 3554 )

Una propuesta  original llega de la mano de Mariela Finkelstein, con El Acto de Creer, una obra que atrapa con una temática que sensibiliza mucho ya que nos hablará de la muerte, desde un enfoque muy particular, ya que lo hace con un disparador perturbador. Se imaginan si cuando una persona muere, alguien podría reemplazarla y representar su papel habitual en la vida cotidiana de la familia. Es algo difícil de imaginar, pero la dramaturgia de manera muy hábil logra introducir la posibilidad.

Y cuál sería el mecanismo para ello ?? Alguien vió el nicho de mercado y creó una pequeña empresa familiar , que se encarga de ofrecer un servicio tan macabro, como peculiar, como es sustituir personas muertas, mediante un suplantador. Esa persona sería la encargada de tomar el papel del difunto, para intentar por un tiempo, disimular la pérdida del familiar que contrata este servicio, como una forma de mitigar el enorme dolor que siente.






El argumento suena bastante perturbador y puede sonar demasiado fantasioso, pero falta agregar un elemento al combo. Para que este mecanismo funcione, es absolutamente necesario que el familiar crea en la ilusión que se genera y la compre. La simulación es compartida, las dos partes tienen que actuar, el suplantador para realizar el trabajo, y el familiar aceptando la fantasía para intentar mitigar el dolor que siente.

Los interrogantes aparecen y son muchos. En algún caso esta suplantación puede terminar siendo peligrosa porque la relación ficticia que se mantendrá, en algún caso puede tornarse muy real. Y qué podemos decir desde el lado ético ... Todo es válido para ganar dinero ?? Hasta suplantar a un fallecido ?? Hay alguna empatia con el familiar por su pérdida o lo único que importa es el negocio ?? . Resulta más fácil juzgar al que propone el negocio. Y del lado del familiar, la duda, saber de que seríamos capaces de hacer ante la muerte de un ser querido. Pensamos que la negación y el profundo dolor, juntan sus caminos en este caso.






La trama de manera inteligente, plantea tres situaciones diferentes que mostrarán el trabajo de los suplantadores en distintos casos, además de mostrar la interna de la empresa familiar que ofrece el servicio. Tratando de hacer más liviana la temática, se introducen algunas situaciones divertidas, que permiten las risas nerviosas del público que encuentra de esta forma una manera de descomprimir lo fuerte de la trama. Y hasta allí vamos a contar, para no adelantar más y que el espectador que vaya sorprendiendo como nos pasó a nosotros, con una obra que a medida que la misma se desarrolla, va ganando en dramatismo.

Vayamos ya al elenco reunido, ya que hay trabajos para destacar. Son ochos los actores en escena, algo que valoramos mucho, ya que son épocas donde los unipersonales predominan en el teatro independiente y por ello ver un elenco numeroso es un elemento que en lo personal disfrutamos mucho. 






Hablemos en primer lugar de los suplantadores. Quien está a cargo de la empresa familiar y que en nuestra opinión consigue la actuación más destacada de la noche es Tian Brass, como Cesar, un jefe bastante chanta, que se encarga de los acuerdos económicos con la familia y de recaudar el dinero. Con un histrionismo a flor de piel, lleva adelante un personaje divertido y con pocos escrúpulos, que provoca risas y algo de espanto en el espectador en similares proporciones. Excelente composición de Tian.

Mariela Finkelstein, la autora de la obra, también actuará en misma, en el papel como Ana, la esposa de Cesar y la veremos como suplantadora, en un caso que puede complicarse por el realismo y hasta allí contamos. Fabricio Rotella es Miguel, cansado de los manejos y el maltrato de Cesar, no está muy contento con su trabajo y las chispas aparecerán pronto. Muy bueno lo de Fabricio. Melanie Sussi, como Inés es la más joven del elenco y una revelación. Recién llegada a la empresa, le tocará una suplantación muy compleja. Nos gustó mucho su trabajo, dando mucha emotividad a su personaje e inspirando ternura.




Karina Antonelli y Enrique Porcellana, son una pareja que no pueden soportar el dolor por la trágica pérdida de su hija y son los responsables de las interpretaciones más emotiva de la noche. Leonardo Murúa buscará olvidar la desaparición de su esposa y Juan Subiotto, la pérdida de sus padres. Ambos llevan muy bien adelantes sus personajes.

Aunque se hizo algo extenso, creemos que era justo dar una mención a cada uno de los actores, ya que las actuaciones son muy buenas y los papeles no eran sencillos, encontrando todos su espacio para el lucimiento. Mérito aquí de Adrián Canale en la dirección que otorga lugar a ello. La trama resulta muy dinámica, algo que se consigue por el formato del relato, que ofrece historias que se intercalan y van corriendo de manera simultánea. La puesta es minimalista y con muy buenos recursos logra su cometido. Destacamos el original dispositivo escenográfico de Lau Polet, con paneles móviles y el diseño lumínico de Luciana Giacobbe.






En resumen gustó mucho la propuesta de El Acto de Creer, que como dijimos aborda el tema de la muerte desde un ángulo muy particular, trayendo al debate hasta donde podríamos llegar con tal de negar la muerte de un ser querido y al mismo tiempo como en la sociedad, siempre pueden aparecer personas que aprovechando el dolor ajeno, pueden montar un negocio. Si bien todo es ficción, evidentemente el espectador adopta las convenciones teatrales, entrando en el juego que la dramaturgia propone, enganchándose con la dramaturgia.

Desde nuestro sitio, siempre valoramos las propuestas que arriesgan y proponen temáticas que difieren de las habituales. El Acto de Creer logra esto y ofrece una ficción que moviliza y emociona al espectador. Los aplausos prolongados del público que llenó la sala principal de Timbre 4, al final de la función, son la mejor demostración que la obra supo llegar al corazón del espectador.


Pensador Teatral.




viernes, 31 de marzo de 2023

El Juego de la Silla

Dramaturgia de Ana Katz. Dirección de Mauro J Perez.






Viernes 21 30 hs en El Tinglado ( Mario Bravo 938 )

Escrita por Ana Katz, El Juego de la Silla se presentó en 2002 en cl cine, como su opera prima, con muy buena repercusión de público y crítica. Transcurridos más de quince años, una noche cualquiera, Mauro Pérez, joven y promisorio director, vió en su casa aquella película y tuvo la gran idea de llevarla al teatro. La autora dió su aprobación, surgiendo así este proyecto en 2019.

El proceso fue exitoso y la obra este año inicia su quinta temporada en cartel, cambiando de teatro en un par de oportunidades, pero teniendo ahora un elenco ya consolidado, logrando una fluidez y una química, que se nota en cada escena, siendo esto algo que el espectador agradece, ya que no es habitual que una pieza del teatro independiente, logre permanecer en el tiempo, por eso cuando esto ocurre, los resultados son siempre positivos.






Basta de introducciones y vayamos al argumento de esta entrañable historia, que nos hablará de los vínculos familiares de una forma muy particular. Las acciones se desarrollan al comienzo de los 2000, en una típica casa de clase media, donde la familia Lujine a pleno se prepara para recibir a Víctor, el hijo mayor, que se fue hace unos años a trabajar a Canadá y que regresará al país, pasando por su antiguo hogar, solo por un día. Los preparativos son numerosos y frenéticos. Como hacer para compendiar toda la emoción que se tiene adentro en tan solo un día ??? No será tarea sencilla, pero hay una certeza, Victor debe tener una jornada perfecta en la casa familiar y todos los integrantes de la familia se esforzarán para lograr ese objetivo.

A cargo del " Operativo Bienvenida " está Nelly, una madre posesiva y sensible, que espera con ansías la llegada del primogénito. Víctor llegará con regalos para todos desde Canadá y de a poco su alegria inicial, comenzará a diluirse. Lo espera una rica comida casera y la familia a peno, con una madre que parece controlar todo, un hermano de pocas palabras, dos hermanas con personalidades bien diferentes y hasta una ex novia que es amiga de la familia y se sumó a la particular velada. La noche tiene varias sorpresas preparadas, entre ellas un músico contratado contratado por Nelly para la ocasión.





Pero de a poco el clima festivo se irá corriendo y la incomodidad irá ganando terreno. Hay algunos números musicales preparados, un par de juegos y muchas situaciones tan bizarras como divertidas. Víctor se sentirá abrumado por una noche cargada de emociones y nostalgia, pero que también tendrá lugar para algunos reclamos de aquellos que esperaron por años su regreso. Y como no puede faltar en las mejores familias, también habrá espacio para alguna discusión.  Pero preferimos no contar más, ya que una de las características de la trama es tener varias sorpresas preparadas para el recién llegado, que también lo serán para el espectador.

La obra tiene una vigencia que no pasa desapercibida. En las últimas décadas, son muchos los jóvenes que deciden emigrar en busca de un bienestar que nuestro país lamentablemente no ofrece. La pieza ofrece un enfoque particular y muy interesante, ya que la mayoría de las veces, se presta atención a lo que sucede con la persona que abandona su país en busca de mejor suerte y como es su adaptación en el extranjero.  En El Juego de la Silla, en cambio el foco se pone, en quienes quedan aquí, en el sentimiento de la familia que vé partir al ser querido y sufre la ausencia. La ansiedad por recibir noticias del viajero, la alegría cuando nos avisa que vendrá a visitarnos y esa secreta esperanza, que algún día nos anuncie su regreso.

Vayamos a las actuaciones que presenta la obra, que son realmente destacadas, son siete los actores en escena, algo no tan habitual en los últimos tiempos del teatro independiente, donde los unipersonales son los que predominan. Ya ver tantos actores en escena, resulta un plus y más en este caso, donde el texto y la dirección, permiten que los actores puedan desarrollar personajes ricos y con recorrido.





En actuaciones muy parejas, creemos que quien se lleva los mayores elogios es Graciela Pafundi, como Nelly, la jefa de hogar, sensible y manipuladora, será quien marque el ritmo y la organización del reencuentro. Orgullosa de su hijo mayor, no se cansará de manifestar lo feliz que se siente, de poder tener reunida nuevamente a todo la familia junta y con esa premisa como estandarte, parece gozará de una licencia de impunidad que le permitirá pedir a Víctor y al resto,  participar de algunas situaciones que los pondrán incómodos. Gran trabajo el de Graciela, para crear a una Nelly de diferentes caras, mostrando muchas veces una faceta artística que busca se refleje en sus hijos y en otros un afán competitivo, que está en su esencia. Nos encantó su composición.

Miguel Sorrentino como Víctor, es la pieza central de esta historia. Es el hijo que está feliz de volver a ver a la familia, pero que de a poco, se empieza a sentir abrumado y asfixiado, por todo lo que irá sucediendo. Destacamos la expresividad y el carisma de Miguel, componiendo a un personaje muy querible, que genera mucha empatia en la platea. 






Pero en estas dos actuaciones principales, no terminan aquí las buenas interpretaciones. Gaby Julis es Laura, la hermana del medio, hizo varios dibujos para recibir a su hermano, siendo un personaje tierno y muy querible, que cosecha varios momentos desopilantes a lo largo de la trama. Ana Balduini es Lucía, la hija menor, en la que se centran las expectativas de la madre y la familia, que la saben bella y talentosa. Ana con un histrionismo a flor de piel, nos regalará también muy lindos momentos. Las actuaciones femeninas, se completan con Julieta Correa Saffi, como Silvia, la novia de Víctor antes de su ida a Canadá. Hermosa la composición de Julieta, sensible y tierna, con la esperanza de revivir viejos tiempos.

El elenco se completa con Sebastian Tornamira, el hermano menor, introvertido y misterioso, es un buen contrapunto en la casa. Pablo Viotti, será músico en escena y compondrá algunos personajes tan breves como divertidos. Se hizo algo larga la descripción, pero creemos que era justo dedicar unas lineas para cada protagonista, porque sus trabajos así lo ameritaban y todos tuvieron espacio para su lucimiento personal.

Hay un mérito grande de Mauro J Perez, desde la dirección por la manera en que logra teatralizar la película de Ana, haciendo un muy buen eso del espacio escénico, dotando además de una muy buena dinámica a la trama y eligiendo un elenco que se nota comprometido con la historia y muestra muy buena química entre ellos. Items a destacar el muy buen diseño escenográfico de Paula Molina, que replica el espacio familiar otorgando calidez al mismo y la música original de Pablo Viotti, que enriquece el relato.







No queda mucho por agregar, solo comentar nos gustó mucho la propuesta de El Juego de la Silla, que resulta atractiva por su temática y por la divertida puesta en escena que presenta, con personajes muy bien logrados. La obra resulta seductora desde su arranque y atrapa al espectador, que disfruta y sufre al mismo tiempo con el recién llegado.

Los invitamos entonces a que conozcan esta divertida obra, que como dijimos lleva cinco años en cartel y luego de verla entiende el porque de este logro, ya que nos habla de los vínculos familiares, de los roles que integrante ocupa en ella y que sucede cuando queda un lugar vacío. Lo más valiosos es que logra todo esto, de manera muy entretenida y por ello a lo largo de la trama se van a reír mucho. Les recomendamos preparen todas sus gracias para recibir a Víctor como se debe y a estar bien atentos para sentarse rápido en la silla libre, cuando la música deje de sonar.


Pensador Teatral.



miércoles, 29 de marzo de 2023

Laponia

Dramaturgia de Cristina Clemente y Marc Angelet. Dirección de Nelson Valente.





Miércoles a Domingo en Multiteatro ( Av. Corrientes 1283 )

Mucho nos habían recomendado Laponia, que nos resultaba atractiva de entrada por su título y mucho más por el elenco reunido, sumado a un director exitoso y a los premios acumulados en la pasada temporada, que fue la de su estreno. Todo ello la convertían en una propuesta que no queríamos perdernos y luego de haberla visto, pudimos confirmar todos los buenos presagios.

Pero vayamos por el comienzo, de esta pieza escrita por los catalanes Marc Angelet y Cristina Clemente, que se estrenó el año pasado en Buenos Aires, en esta versión local adaptada por Ignacio Gómez Bustamente y dirigida por Nélson Valente, el prolífico director, al que muchos recuerdan por El Loco y la Camisa, pieza emblemática del off de su autoria, que además dirigió.






Las acciones aquí se sitúan en Laponia, en la región Norte de Finalndia y bien cerca del Polo, tierras en las que cuentan tienen su hogar Papá Noel y que además es reconocida por ser uno de los mejores escenarios para observar las auroras boreales. Allí viven Olavi ( Jorge Suarez ) , un finés de pura cepa con su esposa argentina Ana ( Paula Ransenberg ) y Aina su hijita de 4 años. En su casa recibirán la visita de Mónica ( Laura Oliva ) la hermana de Ana, que viaja desde Argentina junto a su esposo Germán ( Héctor Díaz ) y su pequeño hijo Martin.

La razón del viaje, además del reencuentro familiar, es que Martín puede pasar las Navidades, en la tierra natal de Santa Claus. El motivo es realmente tentador, pero como muchas veces ocurre las cosas pueden complicarse y no salir como una planifica. No vamos spoilear los motivos, pero pronto el espectador notará que algo no salió bien allí, a juzgar por la cara larguísima y el mal humor de Mónica, que luce una mezcla de enojo e indignación, que parece no tener fin. Cuando las acciones avancen, vamos a descubrir los motivos del enojo y podremos juzgar si Mónica exagera o no.

El diálogo familiar ocurre en el interior de la casa, protegidos del impiadoso frío que reina en el exterior. Pero el clima es tenso y la calidez parece esfumarse. La trama es muy divertida y sabe jugar con el choque cultural y las diferencias entre la ordenada cultura escandinava y la caótica idiosincrasia argentina. Sin dudas que nos vamos a identificar y avergonzar un poquito con los estereotipos del argentino medio, al que el sagaz y estructurado Olavi, le sacó la ficha hace tiempo.






Pero muchas veces los mandatos y los estereotipos se rompen. Todo es blanco o negro ?? O existen grises ?? Somos tan desastrosos los latinos y tan ordenados los escandinavos ?? La vida en Finlandia es siempre una maravilla o tiene sus matices ?? No es cierto por ejemplo que tiene una alta tasa de suicidios ??  A lo largo de la trama y de manera muy divertida los personajes irán desentrañando algunas de estas cuestiones, siempre con mucho humor.

La trama recorre tópicos variados, como la importancia que tiene decir siempre la verdad o esto no debe ser siempre así, debe existir la magia o hay que develar los trucos y más terrenalmente cual es la mejor manera de educar a nuestros hijos. Todos estos temas y algunos más, se mezclarán en las discusiones familiares, envueltas en esa atmósfera navideña que ronda en el aire. Y hasta allí vamos a contar, porque la trama tiene momentos muy divertidos y algunas sorpresas que el espectador irá descubriendo a medida que el relato avance.






Momento de hablar de elenco reunido para la obra, algo que sin dudas resulta un punto muy alto, por la calidad del mismo. Entendemos que la actuación más destacada y lucida de la pieza, queda en manos de Jorge Suárez, que representa a un Olavi muy divertido, que pone todo de sí, para hablar en castellano y logra hacerlo de manera muy decente, teniendo algunas dificultades con ciertas pronunciaciones, algo que el público disfruta mucho. Un verdadero animal de teatro Jorge, que siempre logra lucir en el papel que le toca en suerte y que en este caso le saca el máximo provecho a un personaje que tiene mucho que dar.

Al mismo nivel de lucimiento, colocamos a Laura Oliva, como una Mónica temperamental y con pocas pulgas, que se sacará chispas con Olavi, su hermana y con quien se anime a contradecirla. Con gran presencia escénica y un histrionismo a flor de piel, redondea una composición estupenda, muy festejada por la platea.





Héctor Diaz otro actor todo terreno, encaja perfecto en el esquema actoral que presenta la trama y realiza un muy buen trabajo, como un marido sometido y temeroso. Impecable lo de Héctor. Completa el elenco, Paula Ransenberg, una actriz exquisita y a la que elogiamos muchas veces desde sitio, recordando por ejemplo sus trabajos en Nerium Park y Juicio a una Zorra, dos estupendas obras del off que vimos en Timbre 4 . Aquí como de costumbre, nos regala una muy buena composición. Paula es una actriz que nos encanta ver siempre en escena.

El lector podrá darse de cuenta, de la muy buena factura de las actuaciones que presenta la obra, algo que no extraña por la calidad y lo parejo que resulta el elenco elegido, teniendo muy buena química entre ellos, algo que agrega valor, para apuntalar una trama que ya por sí sola resulta atractiva y que con sus trabajos sin dudas potencian.

No debemos quitar mérito a Nelson Valente, que desde la dirección logra que todos los personajes tengan espacio para el lucimiento y funcionen muy bien en el conjunto. Rubros a destacar el diseño escenográfico de Rodrigo González Garillo y la iluminación de Matías Sendón, que logran darle calidez al hogar y al relato.






Momento oportuno para recordar que Laponia obtuvo 4 Premios Ace, entre ellos el de Mejor Comedia y 3 Premios Estrellas de Mar, distinciones que luego de ver la obra, se entiende que son más que justificadas.

Por todo lo mencionado, recomendamos vean la obra, se encontrarán con una comedia, que además de hacer reír, tiene un argumento que atrapa e invita a la reflexión, ya que detrás de ese marco divertido que tiene la trama, deja mucho espacio para la reflexión. Un texto inteligente, una dirección dinámica y cuatro trabajos actorales de calidad, son la combinación justa para pasar un excelente momento teatral, mientras de fondo vemos a Santa Claus repartiendo regalos desde su trineo en las heladas tierras polares.


Pensador Teatral.


martes, 21 de febrero de 2023

La Casa de las Pelucas Kosher

Dramaturgia de Karina Hepner. Dirección de Nicolás Sorrivas.






Martes 21 hs en Espacio Callejón ( Humahuaca 3759 )

Una original propuesta llega de la mano de Karina Hepner, que inspirándose en recuerdos de su infancia, anécdotas familiares e inmersa en la cultura judaica que la vió crecer, presenta una ficción artesanalmente elaborada, que pondrá el foco en el judaísmo ortodoxo, aquella rama de la religión, que adhiere de manera estricta a las creencias y prácticas religiosas.






Para quienes no integran ese mundo, todo lo relacionado con lo ortodoxo, está rodeado de misterios y secretos. Una corrientes religiosa que se resiste a a la modernización y se aferra a los preceptos que dicta la Torá, con ceremonias tradicionales, vestimentas particulares, el guardado del shabat y la alimentación de acuerdo a las normas alimentarias religiosas, que determinan que productos son kosher, es decir aptos para el consumo, como algunas normas de obligatorio cumplimiento.

La autora tomando varios de estos elementos y una anécdota que le relató una amiga hace unos años, elaboró un relato cargado de humor y de satirizaciones, que resulta una excelente cubierta para presentar una historia que se atreve a cuestionar muchos temas que resultan casi sagrados y a la vez denunciar ese doble standard, que en algunas ocasiones se esconden bajo la alfombra, poniendo al descubierto una serie de contradicciones y situaciones absolutamente enfrentadas, con las buenas prácticas y valores, que toda religión que se precie enuncia.






La historia se centrará en Mirele, una mujer judía que tiene un emprendimiento tan original como extravagante,  ya que se dedica a vender pelucas kosher. Su casa es el centro de operaciones de este particular negocio, ya que allí hará las reuniones, en las que recibirá a mujeres de buen pasar económico de la comunidad, interesadas en comprar estas pelucas. Pero no solo la casa, es el lugar elegido para las reuniones, ya que en el subsuelo de la misma, se esconde un turbio secreto.

Mirele vive con su hija Ieudtih, que tiene un retraso madurativo importante, en una convivencia que no se caracteriza por los buenos tratos. No queremos contar demasiado para mantener el suspenso, pero si diremos que el secreto que esconde Mirele en la casa, es un taller clandestino, en el que emplea a mujeres del interior, que en condiciones laborales que rayan con la esclavitud, resultan la mano de obra ideal, para la confección de las pelucas, pero cumplimos con nuestra palabra y hasta allí contamos.

Una de las mayores virtudes que tiene esta tragicomedia, es que dentro de una atmósfera  disparatada y con varias situaciones bizarras, logra describir diferentes mundos y dentro de ellos, la hipocresía y la falsedad como moneda corriente de los vínculos que se establecen, algo que como dijimos contrasta con las intenciones que se gritan al exterior.






Interpretamos que de manera no casual y haciendo alusión a la diferencia que hace el judaísmo ortodoxo, que establece sitios donde solo pueden estar hombres y otros donde solo puede haber mujeres, en la obra se elige esta última opción y serán nada menos que nueve las mujeres que estarán en escena y ningún hombre. Este elenco numeroso, no es algo que debemos dejar de pasar y por el contrario, debemos destacar, ya que acostumbrados a que el teatro independiente, últimamente tiene mayoría de unipersonales, encontrarnos con una propuesta que tenga nueve actrices en escena, es algo que en lo personal disfrutamos mucho.

Dentro del muy buen elenco reunido, entendemos que los mayores elogios, sin dudas se los lleva María Nydia Urso Ducó, una actriz de gran experiencia en el off y a la que elogiamos muchas veces desde este sitio. Siempre recordamos su gran trabajo en Un Hombre sin Suerte, la obra escrita por Samanta Schweblin, que pudimos ver en El Kafka, espacio que hoy ya no existe y en el que María Nydia realizaba una composición fabulosa.






Aquí en un papel totalmente diferente y con gran presencia escénica María Nydia vuelve a mostrar su carisma y versatilidad, para dar vida a una Mirele, manipuladora y bastante despiadada, en especial en el trato con su hija. Excelente su trabajo. La autora Karina Herpner se dá el gusto de participar de su obra y lo hace con un personaje muy querible, como el de Ieudtih, una mujer con mente de niña, que sufre los destratos de su madre. Muy bueno el aporte de Natalia Imbrosciano, como Tali, la acompañante terapeútica de Ieudith, que con mucho amor, trata de apuntalarla y además busca llevar cordura a una casa que no la tiene. 

Entre las clientas destacamos en especial el trabajo de Catalina Motto, como Malka, que no tendrá empacho en mostrar en la intimidad de las reuniones sus verdaderos pensamientos. Y en el taller, nos gustaron las actuaciones de Paloma Santos y Clarisa Balcarce, a ambas las conocíamos por muy buenos trabajos en el off y es un gusto volver a verlas aquí, aprovechando los minutos en escena, para mostrar sus virtudes.






No queremos ser injustos con Marina Apat, Bettina Brozzo y Brenda Lem, las otras integrantes del elenco, que cumplen muy bien sus papeles. Como dijimos, son nueves las actrices en escena, pero el texto y la puesta, deja espacio a todas, para encontrar momentos de lucimiento, dependiendo claro de los minutos que cada una tiene en escena. Se nota una muy buena química entre todas y enfocadas en el conjunto.

La puesta de Nicolás Sorrivas, que se incorpora en la dirección, en la segunda temporada de la obra tiene muchos puntos altos, dando dinámica a una trama que no presenta un relato lineal y tiene saltos temporales. Se nota un muy buen aprovechamiento de las posibilidades que ofrece el Callejón, para presentar diferentes espacios escénicos, jugando con las escaleras y demás elementos que tiene la sala. Muy logrado el diseño escenográfico que presenta la obra, algo que no sorprende, cuando sabemos que José Escobar está a cargo de ese ítem. 

Para ir concluyendo, podemos decir que La Casa de las Pelucas Kosher es una propuesta valiente, ya que se atreve a exponer un mundo que por lo general permanece oculto y lo hace de una manera poco habitual, ya que jugando con el humor, logra dejar al descubierto algunas contradicciones, que si bien no suenan novedosas, pocos se atreven a señalar. Las religiones tienen un grado de poder que las galvaniza y por ello no es algo común, cuando alguien se atreve a plantear dudas y esto es algo que el texto de Karina consigue.






La Casa de las Pelucas Kosher, es una obra que por momentos nos hará reír y por momentos nos va a horrorizar. Si bien la trama puede dejar algún suelto o sonar algo liviana, creemos que esto es precisamente lo que busca la dramaturgia, ya que esta supuesta inocencia, permite ver con nitidez contradicciones fuertes y situaciones que nos hablan de la doble moral de personas que dicen estar comprometidas con los valores religiosos, pero que tienen comportamientos en su vida diaria, que nada tienen que ver con ellos.

Salimos gratamente sorprendidos, con esta original y valiente propuesta, que de la mano del muy buen elenco reunido y una puesta muy atractiva, nos permite disfrutar de una historia que moviliza y que nos invitará a reflexionar sobre las verdades que muchas veces se esconden bajo la alfombra de la religión y que más allá de los anuncios grandilocuentes, lo más importante es como nos comportamos a diario, nosotros mismos y en nuestra relación con el prójimo.


Pensador Teatral.


viernes, 3 de febrero de 2023

Ay, Camila

Dramaturgia de Cristina Escofet. Dirección de Pablo Razuk.






Viernes 20 hs en Teatro El Extranjero ( Valentín Gómez 3378 )

Llega al teatro independiente, la historia de amor prohibido de Camila O´Gorman y el cura Uladislao Gutierrez, que todos seguramente recuerdan a raíz de la película dirigida por María Luisa Bemberg, que fue nominada a los Oscar como Mejor Película Extranjera y que protagonizaron Susú Pecoraro, Imanol Arias y Héctor Alterio, asomando aquí en un desafiante formato unipersonal.

Y esta llegada se produce, por la búsqueda de Pablo Razuk, estupendo actor, que hace unos años nos impactó por su enorme trabajo en " Padre Carlos, el Rey Pescador ", obra sobre el Cura Carlos Mugica, escrita precisamente por Cristina Escofet y que tuvimos la suerte de ver en Korinthio Teatro. Pablo buscando más material de la autora, se encontró con Ay, Camila y se enamoró a primera vista del texto. teniendo la certeza que la pieza debería llegar al teatro. También lo haría en formato unipersonal, como Padre Carlos, pero en este caso Razuk tomaría el rol de director y para el papel de Camila, convocaron a la talentosa Carla Haffar.





El texto nos invita a viajar a la Buenos Aires del 1840, en los albores de la nueva Argentina, tiempos en los que Juan Manuel de Rosas era el Gobernador y detentaba un enorme poder. Camila era un joven de 20 años, de clase alta, amiga íntima de Manuelita Rosas, la hija del Restaurador, al que conocía ya que varias veces había ido a tocar el piano y a bailar a su residencia, invitada por su amiga.

La obra recorrerá las relaciones familiares de Camila, el vínculo con un padre severo, una madre que pasaba sus horas bordando y su fascinación por la Perichona, su abuela liberal, nacida en Francia, de la que seguramente heredó su carácter y espíritu rebelde, algo inusual para las mujeres de la época, que debían cumplir los mandatos familiares, sin posibilidad alguna a contradecirlos.

Camila que tenía un gran corazón y pasaba muchas horas recorriendo las calles para dar sepultura a los perros que encontraba muertos, no concordaba con esos mandatos rígidos.  Solía concurrir a la Iglesia del Socorro y allí conoció al joven cura Ulasdilao Gutierrez, con el que entabló una secreta amistad, que derivó en un romance tan apasionado, como escandaloso para la época.






Repudiada por su familia y sin querer renunciar a su amor, decidieron huir juntos hacia el Norte, confiando en no la iban a perseguir, debido a su fuerte amistad con la hija de Rosas. Y hasta allí vamos a contar, la mayoría de los lectores, conoce el trágico final de esta historia, que acaeció en tierras correntinas, pero no vamos a seguir contando, para no adelantar más detalles,  porque tal vez no todos recuerdan el desenlace.

Momento de hablar de Carla Haffar, la gran protagonista de la noche, que tiene el enorme desafío de protagonizar este unipersonal, en la que además de representar a Camilia, dará vista al resto de los personajes de la historia, ya que representará sus vivencias y voces, desfilando su padre, madre, abuela y todos los que componen la historia, siendo un reto grande, estar solita en escena, pero que la actriz resuelve con solvencia.






Nos gustó mucho la composición de Carla, ya que logra transmitir la sensibilidad y el amor que tiene su personaje, sin caer en exageraciones, conduciendo al relato con cadencia, una muy buena gestualidad y  un tono de voz agradable para el relato, que permite disfrutar algunas partes cantadas. Haffar sabe además transitar además los diferentes momentos del relato, pasando por momentos divertidos, románticos y otros de profundo dramatismo. Primera vez que vemos a Carla en escena y nos encantó su trabajo.

La puesta de Pablo Razuk es bella y minimalista, dotando de un ambiente íntimo al relato que el público disfruta. Partiendo por ese pasillo que la actriz recorre, con espectadores a ambos costados, dando a su actuación una cercanía que permite seguir hasta el más mínimo de sus gestos, a las personas allí ubicadas. Una disposición que nunca habíamos visto en El Extranjero y que nos sorprendió por su originalidad. Ítems que queremos destacar, son la banda de sonido de Sergio Vainikoff , el vestuario de Alejandro Mateo y en especial el diseño de luces de Leandra Rodríguez, que otorga un aire de penumbra al relato, acorde con el tono del mismo. 






En definitiva, celebramos la idea de traer al teatro independiente este texto que nos recuerda a Camila O´Gorman, una mujer adelantada a su tiempo, que bregó por la igualdad de la mujer y tuvo la valentía de luchar por su amor, sin importar las consecuencias que podría tener, ya que se con su juventud se atrevió a desafiar a los mandatos de su familia, pero también a las instituciones poderosas de la época, como la Iglesia y el poder político de turno. 

Disfrutamos mucho esta historia de amor prohibido que terminó en tragedia y que transcurridos casi dos siglos aún recordamos, lo que habla por sí mismo del valor de esta joven sensible, que siguió lo que le dictaba su corazón, pese a los riesgos que esto traía. Un texto atrapante de Cristina Escofet, la cuidada puesta de Pablo Razuk y principalmente la estupenda composición de Carla Haffar, confluyen para contarnos esta trágica y apasionante historia de amor, para regocijo de los espectadores, que harán sonar fuerte los aplausos al final de la función, como homenaje a Camila O´Gorman y a la bella noche de teatro vivida.-


Pensador Teatral.


Detrás de esa Puerta

Dramaturgia de Rafael Calomino. Dirección de Eduardo Lamoglia.






Viernes 20 hs en El Tinglado ( Mario Bravo 948 )

El género policial no suele estar presente en el teatro independiente, es por ello que celebramos la aparición de Detrás de esa Puerta, trhiller psicólogico escrito por Rafael Calomino, que indagará en la profundidad de la mente humana, para ofrecernos este texto que ofrece múltiples lecturas, invitando al espectador a ser parte de este rompecabezas que se irá armando a lo largo de la función.

La historia nos presentará a Mantuano, un asesino serial, que atacaba a sus víctima en los baños. Confesó sus crímenes, pero no quiere dar detalles de los mismos. El detective Corrado tendrá la misión de interrogarlo y tratar de arrojar luz, sobre la oscuridad de los crímenes cometidos. Ya otros detectives fracasaron en esta misión pero Corrado tiene un enfoque diferente que parece puede darle buenos resultados.





La trama nos traerá cruces dialécticos muy interesantes. Es posible justificar moralmente los asesinatos que se cometen. Que sucede cuando la justicia no funciona o si lo hace llega demasiado tarde ??? Puede aparecer un justiciero por mano propia que quite del juego a seres que no merecen vivir entre nosotros ??? Hay una manera diferente de juzgar a un asesino, si la víctima del crimen, es alguien que ya no tiene ganas de vivir o es un peligro para la sociedad ??

El texto plantea muchos interrogantes. Hay un asesino que no se arrepiente de sus actos y que sin plantearlo abiertamente, busca la aceptación de sus crímenes. Tendremos también, a un inspector y su ayudante que lucharán para no perder la paciencia, ante las palabras y la postura de aquel hombre, a los que debemos superar los fantasmas propios que habitan en su mente. No queremos contar demasiado, para que el espectador no pierda la sorpresa, solo diremos que la obra ofrece un juego de espejos y reflejos que resulta inquietante, ya que los roles pueden invertirse y podemos llegar a convertirnos en ese personaje al que tiempo atrás, estábamos juzgando.

Y vamos a cumplir con nuestra palabra no adelantando más nada, para que se sorprendan a medida que la trama avanza, como nos ocurrió a nosotros. Este inquietante y perturbador texto de Calomino, encuentra su apoyo en el virtuoso trío protagónico elegido para la ocasión que se abraza con pasión a un texto que tiene aristas complejas, lo que significa un reto grande para el elenco. que consiguen superar de muy buena forma, valiéndose de su experiencia.





La figura convocante es Pepe Monje, como el Inspector Corrado. Una satisfacción ver a un actor de la relevancia de Pepe, en el circuito del teatro independiente y se disfruta mucho su actuación. Lo acompañan Eduardo Lamoglia, que además es el director de la obra. Eduardo muestra su rodaje y aplomo, dando vida a un villano muy particular y Claudia Mac Auliffe, una actriz muy versátil, a la que elogiamos ya varias veces en este sitio y que aquí vuelve a lucirse, en la piel de un personaje multifacético y cargado de intriga.

Hay muy buena química entre los tres protagonistas y momentos teatrales deliciosos, especialmente en los diálogos que se mantienen. El diseño escenográfico que nos remite a una oficina cargada de expedientes y un vestuario en sintonia con la historia, que colaboran a crear la atmósfera perturbadora y oscura que ofrece la trama.







Como mencionamos en el comienzo, Detrás de esa Puerta, transita su tercera temporada, algo que pocas obras del off consiguen en la actualidad y esta es una muy buena carta de presentación. El género policial en la cartelera porteña es algo que no abunda y sin lugar a dudas, que ne parte por esto tiene una muy buena recepción de parte del público.

La propuesta resulta muy interesante y desafiante para el espectador, ya que el texto no admite una lectura única y puede tener diversas interpretaciones, por lo que recomendamos estén muy atentos, ya que los laberintos de la mente humana muchas veces son indescifrables y en eso profundiza la obra de la mano de un texto inteligente y la actuación de un trío virtuoso que conduce con sapiencia este trhiller psicológico, que nos invita a viajar al interior de la cabeza de un asesino, con resultados inquietantes.


Pensador Teatral.



sábado, 7 de enero de 2023

El Enganche

Dramaturgia de Julio Mauricio. Dirección de Osvaldo Laport.






Viernes a Domingo en Teatro Broadway ( Av. Corrientes 1155 )

Arranque de temporada teatral en el 2023 y que lindo lujo que nos permitimos, al poder disfrutar en escena a un actor de la trayectoria de Arnaldo André, el galán eterno y con un vigencia que abruma, formando aquí dupla con Miriam Lanzoni, para protagonizar El Enganche, una tragicomedia que combina sordidez y ternura, ofreciendo momentos divertidos, tiernos y  pasajes bien dramáticos, en una historia tan cruda como reconocible..

La obra que nos convoca, fue escrita por el prolífico autor argentino, Julio Mauricio, cuya pieza más reconocida es La Valija. El Enganche fue estrenada en la década del 80, coincidiendo con el retorno de la democracia y esto es algo que se aprecia en la dramaturgia, que en su concepción nos remite a a tiempos, donde la policía tenía un poder represivo y de coacción sobre las personas, que hoy felizmente ya no se respira. La obra de Mauricio, tuvo muchas representaciones, siendo tal vez la más  recordada aquella versión protagonizada por Carlos Carella y Leonor Manso.







La historia es simple e íntima, desarrollándose las acciones en la habitación de un hotel alojamiento de dudosa reputación. Allí se encuentran una prostituta joven y un hombre mayor. Se respira un ambiente de tensión y de desconfianza entre los hasta el momentos desconocido. El estaba esperando un colectivo, cuando la vió en la calle y por algún motivo decidió contratar los servicios sexuales que ofrecía aquella mujer, que no parecía tan agraciada.

La situación se pone tensa, el acuerdo por el precio de aquel encuentro, parece no estar del todo claro y la actividad amorosa que debía darse en aquella habitación parece naufragar. El hombre se siente engañado y luce arrepentido de haber elegido a aquella mujer de la que no conoce ni siquiera el nombre y que luce un vestuario algo descuidado. La pasión perecía ausente y la velada llegaría de manera temprano a su fin, pero la noche les tenía reservada una sorpresa nada grata para ambos.

Desde la recepción del hotel, el conserje avisan que ha llegado un patrullero y que un oficial de policía está solicitando los documentos de los pasajeros de todas las habitaciones. La mujer entra en pánico, porque sabe que esta inesperada visita, puede terminar con ella presa en una comisaría por treinta días y sufriendo además los abusos que la fuerza policial ejerce de manera habitual sobre las trabajadoras de la calle. 






Y hasta allí vamos a contar, solo diremos que la prostituta le rezará a la Virgencita, para que la salve de ese triste destino, mientras el hombre pensará alguna estrategia que les evite terminar la noche en la comisaría. Y allí será donde las tensiones irán quedando de lado, una cercanía llegará, quedando al descubierto dos historias humanas, de seres solitarios que atraviesan una vida sufrida y atravesada por los problemas económicos.

La dramaturgia puede mostrar algunos desniveles, más que nada por la época en que el texto fue escrito y que a los ojos actuales puede parecer algo medio alejado de la realidad. Por eso es importante tener en cuenta la temporalidad de la historia. Pero vale aclarar rápidamente que cualquier imperfección queda absolutamente disimulado gracias a una puesta efectiva de Laport en la dirección y principalmente por la estupenda prestación de la dupla protagónica.

Llega el momento de hablar de las actuaciones, que sin dudas son el punto fuerte de la noche y debemos arrancar por la gran actuación de Arnaldo André, un señor actor, que nos deleitó en los años ochenta, con sus protagónicos en novelas como El Infiel y Amor y Señor, con aquella famosa dupla que conformó con Luisa Kuliok. Para aquellos lectores jóvenes, les contamos que el país se paralizaba con estas novelas y la mayoría de las mujeres, por no decir todas, se derretían cuando aparecía en escena el recio galán paraguayo.






Los años pasaron, pero Arnaldo André muestra una vigencia absoluta, con una presencia escénica que abruma, mostrando su carisma, su aire seductor y ese tono de voz inconfundible que marca registrada. Aquí será un hombre solo, que trata de ganarse la vida como corredor inmobiliario, tratando de combatir la soledad, con encuentros furtivos, como los que ocurren en aquella habitación de hotel o en una disqueria del centro. Pero realmente su personaje es una excusa, el público disfruta viéndolo en escena y cuando lo vé actuar no puede creer la edad que marca su documento. 

No hay dudas que Arnaldo André es la figura convocante de la obra y que mayoría de la gente concurre al teatro para verlo a él, pero no seamos injustos con la otra protagonista, nos referimos a Miriam Lanzoni, a quien vemos por primera vez en escena y nos sorprendió muy gratamente. El texto de Mauricio, le dá un mayor recorrido al rol de la mujer en la historia, ya que explora mucho en su oficio y en todos los prejuicios que tiene la profesión. Por ello y en un un papel muy exigente, Miriam responde realmente muy bien, dando a su personaje la emocionalidad y el peso dramático que el personaje pide. Nos gusto mucho verla aquí y esperamos verla pronto en otro otro rol.

Antes de ver la obra, teníamos la intriga de como podría funcionar este dupla protagónica, más que nada por la diferencia de edad y realmente nos agradó la misma, ya que mostraron muy buena química entre ellos, transitando con habilidad los momentos graciosos que tiene el texto y también los momentos dramáticos. 

Seguramente aquí hay mérito de Osvaldo Laport, que desde la dirección puede aportar su gran experiencia como actor, para lograr que ambos protagonistas, estén en la misma sintonia, algo que se consigue con creces. La puesta es austera, solo mencionar el buen diseño escenográfico y el resto es el gran trabajo actoral de André y Lanzoni, para darle volúmen a una historia que es cruda y descarnada, pero que se hace digerible por los momentos divertidos que presenta.






En definitiva, El Enganche es una historia, que nos hará reír y también emocionar. Una trama que arranca con la frialdad entre los protagonistas y que con el correr de los minutos y los diálogos que mantienen se irán acercando y mostrando una faceta humana, que forma personajes queribles para el público.

Entonces, muy buen arranque de año teatral y como dijimos al comienzo, un verdadero lujo poder ver a Arnaldo André encabezando obra en la Calle Corrientes, con el muy buen acompañamiento de Miriam Lanzoni y la dirección de Laport. El aplauso sostenido con que los espectadores despiden a los protagonistas al final de la función, coronan la noche de teatro vivida y los talentos reunidos.


Pensador Teatral.