Dramaturgia de Ivor Martinic y Dirección de Guillermo Cacace.
Nuevamente la cartelera porteña nos trae una obra del dramaturgo croata Ivor Martinic, autor que nos resulta conocido, ya que la pieza de su autoría Mi Hijo solo camina un poco más Lento se convirtió en uno de los fenómenos del teatro off, agotando localidades desde hacia tiempo en el inusual horario de las 11 hs y 14 hs.
En el éxito de Mi Hijo camina ... , tuvo mucho que ver Guillermo Cacace, su director que consiguió una puesta ágil y descontracturada, que interpretando el mensaje del autor, logró darle una dinámica propia, dando espacio al numeroso elenco que tiene la obra.
En esta oportunidad, la dupla se vuelva a reeditar, Guillermo es nuevamente el director, de una pieza del croata Martinic. Mirjana ,,,, fue su primer texto, escrito cuando tenía 23 años y como el mismo lo enuncia, fue un relato sincero y valiente, conteniendo las dudas, los errores y los interrogantes que cualquier jóven escritor puede tener. En nuestra opinión, es un libro muy interesante, pero no llega a tener el brillo de Mi Hijo ..., si tenemos que entrar en odiosas comparaciones, porque comparado con esa joyita, cualquier competencia tiene las de perder.
Pero vayamos a Mirjana y los que la rodean, que es la pieza que nos convoca, explorando en el universo femenino cotidiano y sus diversos roles dentro de la sociedad, Veremos a este mujer en su papel de madre, de hija, de empleada, de amante y de esposa. Es muy interesante ver como Mirjana ( Maria Onetto ) se relaciona con ese mundo hostil, que a diario le pone obstáculos.
La pieza habla de la familia, de los vínculos que tenemos con nuestros seres queridos y de ese mundo íntimo y personal que cada persona tiene. Es muy interesante poder observar a estos seres, como piensan en forma individual y luego como acoplan ese pensamiento a las obligaciones diarias, las afectivas y las laborales, ese delgado equilibrio a la que la vida nos somete a diario.
Entendemos que unos de los mayores méritos de la historia, es lograr un texto real y sincero, con el que el espectador se identifica y se reconoce claramente.
Entendemos que unos de los mayores méritos de la historia, es lograr un texto real y sincero, con el que el espectador se identifica y se reconoce claramente.
Hay actuaciones muy destacadas, la principal es la de la protagonista, Maria Onetto, dando vida a una Mirjana frágil, que tiene que esforzarse mucho, para poder educar a su hija, soportar los juicios de valor de su madre, las discusiones con su ex marido y las complicaciones del trabajo. Una actriz de enorme talento, que con su estilo calmo y esa paz que transmite verla, aquí nos regala una interpretación deliciosa, plena de sensibilidad.
Pero Onetto no está sola en escena, hay otros siete actores que la acompañan, estando siempre presentes en el escenario, debido al ingenioso dispositivo escénico diseñado por el director.
Una labor muy destacada la de la joven Agustina Groba, como su hija adolescente, que tiene como sueño poder viajar a los Estados Unidos, para desarrollar su carrera como cantante. A propósito hay un momento muy destacado de la obra, en el que interpreta un tema musical que sorprende gratamente.. Muy bueno lo de Agustina.
También hay que resaltar la tarea de Lide Uranga, gran actriz a la que recordamos de El Loco y la Camisa, aquí interpreta a una madre recta y severa, que llega a casa de Mirjana, para hacerse unos chequeos médicos.
Vamos a mencionar al resto de elenco, Gabo Correa, Flor Diszel, Mauricio Minetti, Marcela Guery y Fernando Contigiani Garcia, cada uno tiene su momento individual para el lucimiento y para relacionarse con Mirjana, cumpliendo en muy buena forma con sus distintos roles y sumando mucho para la cohesión de la historia.
Hay una escenografía despojada y un original dispositivo, en donde hay pequeños plataformas donde los actores están parados la mayor parte del tiempo y es atractivo observarlos en los momentos en los que no están con la palabra, escuchando y mirando a los que en esos momentos tienen la palabra. Nos gustó el vestuario de Magda Banach y el muy buen diseño lumínico de David Seldes, para una puesta de tono intimista.
En definitiva, estamos en presencia de otra propuesta original y muy interesante made in Croacia, con un director bien nuestro, que sabe sacar lo mejor de este grupo talentoso de actores, en el que María Onetto, brilla en un protagónico que no es sencillo y que la obliga a recurrir a sus enormes recursos escénicos.
Mirjana y los que la rodean, nos habla de la vida rutinaria de una mujer, que está sola y luchando contra todos, principalmente contra ese mundo poco amigable, que se les presenta a las mujeres, que sin tregua todos los días deben enfrentar la vida y mostrarse fuertes, cuando la realidad es otra.
Una obra para reflexionar, que nos recuerda que muchas veces vivir, consiste en resolver los diferentes pruebas que día a día debemos sortear, en búsqueda de una felicidad, que muchas veces parece una meta lejana y utópica.
Pensador Teatral.
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