Dramaturgia de Gabriel Guerrero y Dirección de Hugo Giachino.
Desde Uruguay, llega esta interesante obra, la primera pieza teatral, que recrea la tragedia sucedida en 1972, cuando un avión de la Fuerza Aérea Uruguaya que transportaba a los jóvenes integrantes de un equipo de rugby, junto a familiares y amigos, se estrella en la Cordillera de Los Andes.
El trágico accidente, que dejó 29 víctimas fatales, se recuerda como El Milagro de los Andes, ya que luego de 72 días. hubo 16 personas, que sobrevivieron de manera increíble, luego de permanecer 72 días desamparados en la Cordillera, soportando temperaturas y condiciones adversas, sin tener comida, calzado o ropa de abrigo.
Un verdadero milagro que 16 jóvenes del Old Christian, pudieran volver a casa. Su historia causó asombro en todo el mundo, ya que no podían explicar que fuerza y que determinación hicieron que estos chicos, pudieran sobrevivir.
El texto de la obra, está inspirado en el libro Milagro de los Andes, escrito por Fernando Parrado, uno de los sobrevivientes. Además se sumaron crónicas de la época y testimonios del mismo Fernando, que no estaban publicadas en el libro, logrando hacer muy atractivo el libro y con detalles poco conocidos, por el gran público.
La pieza tiene sello oriental, ya que Hugo Giachino, el director y Gabriel Guerrero son uruguayos. Recrearon la dramática historia de sus compatriotas, estrenando la obra en el 2017 en Montevideo, con gran suceso de público y de crítica, recibiendo premios y menciones varias, entre ellas una del Senado de su país.
Sobrevivir a Los Andes, cruza el charco, de la mano del productor Diego Sorondo y llega al Teatro Regina, con un joven elenco local, estando previsto luego que viaje a México y Chile, donde será interpretada por actores de esos países.
Representar la obra en un teatro, era un desafío importante, ya que no es sencillo llevar a un escenario, nada menos que las montañas de los Andes y en segundo lugar, porque la historia, era muy dramática, muy dura, entonces en forma acertada, se decidió armar escenas ficcionales, para darle un respiro al espectador y hasta se introdujo algún momento de humor, para descomprimir las tensiones reinantes.
Lo aleccionador de la trama, es ver la importancia de la solidaridad, de la colaboración, del trabajo en equipo y de no bajar nunca los brazos, para conseguir un objetivo, en este caso la supervivencia, que en las condiciones que vivieron los jóvenes y más luego de enterarse que ya no los buscaban, era casi utópico pensarlo siquiera.
Debieron soportar ver morir a familiares y a amigos, tolerar temperaturas bajo cero y hasta tuvieron que comer carne humana, ya que no tenían otra fuente de alimentos
Como dijimos se reunió un elenco local para la obra y los nueve actores en escena, todos jóvenes ellos, cumplen una muy buena labor. Vamos a mencionarlos a todos: Julían Belleggia, Carlos Breviere, Juan Pablo Brianza, Ulises Pafundi, Fabián Pérez, Sebastián Pozzi, Sergio Santana, Lucas Tavarrozzi y la única mujer del grupo Bárbara Massad.
A todos se los vé comprometidos con la historia y se lucen en el conjunto, aunque la puesta les otorga su espacio para el lucimiento individual.
Con el riesgo de ser injustos, destacamos las labores de Sebastián Pozzi, como Roberto Canessa, que fue uno de los cerebros del grupo, Juan Brianza como Fernando Parrado, otra pieza fundamental para la supervivencia, Julian Belleggia como Arturo Nogueira, el más espiritual y Ulises Pafundi como Carlitos Paez, el que pese a lo grave de la situación, con su buen humor, siempre se preocupaba, por levantar el ánimo de sus compañeros.
Nos gustó mucho la puesta montada en el Regina, con un excelente diseño escenográfico de René Diviu, recreando la inmensidad y blancura de la Cordillera, con ese piso nevado y ese fuselaje de avión, como indicador de la tragedia vivida. Hay muy buen diseño lumínico de José Luis Calvo y el excelente aporte musical de Violeta García, con su cello, protagonista durante toda la noche y acompañando en gran forma los distintos momentos de la trama.
En definitiva, una muy buena idea, rememorar pasados ya más de cuarenta años, la tragedia de Los Andes, honrando a sus víctimas y homenajeando a los sobrevivientes, que con heroísmo, solidaridad y trabajando hombro a hombro lograron ganarle a las adversidades de la naturaleza y casi sin recursos, lograron volver a sus hogares, cuando ya nadie apostaba por ellos.
Una historia que emociona, conmueve y sirve como ejemplo, que muchas veces con coraje y unión, podemos superar dificultades que parecen insalvables, dejando un mensaje esperanzador, en momentos donde la humanidad, muchas veces parece resignada.
Pensador Teatral.
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