Un texto sensible y con mucha poesía, nos acerca Natalia Villamil, con Rayito de Sol, una historia de amor, que bucea en la íntimidad de una mujer llamada Rayito, pero que podría ser, la voz de muchas otras mujeres, ya que ofrece una mirada real a la cotidianidad de muchas vidas oprimidas y sometidas a la violencia hogareña.
Rayito es Leticia Torres, en este unipersonal, dirigido con minuciosidad por Cintia Mirgalia, que nos cuenta la historia de una mujer de un pueblo del interior no revelado, pero que tienen nombre de santo, que decide rebelarse, dejar de responder a los mandatos sociales y escuchar a su corazón, en búsqueda de un amor auténtico y pasional, que la seduce y se muestra irresistible.
El problema, es que está casado, con un hombre, que no la valora demasiado, pero es su marido. Y hay cuatro hijos, fruto de esa matrimonio, cuatro cachorritos que reclaman su cuidado. Rayito está en un encrucijada. Será posible escapar de la realidad y de las convenciones, detrás de un amor prohibido, que es pasión pura.
Las preguntas invaden su mente. Es posible ese cambio de vida o pura fantasía ?? Que dirían en el pueblo, aquellas otras mujeres, que se resignan obedientemente a vivir la vida que les toca ?? Y sus hijos, alguna vez la entenderían y la llegarían a perdonar ?? Hay que tener mucha valentía, no solo para animarse, sino también para ser capaz de convivir con el recuerdo y con la desesperación que cada tanto llegará, para interrumpir los sueños.
Hasta allí vamos a contar, cuando vean la obra, descubrirán, si Rayito se animó y pudo vivir ese sueño que le dictó el corazón. La autora además de esta historia principal, logra darle mucho realismo al relato, pintando la vida pueblerina y jugando con las historias, que hay detrás de cada ventana de ese pueblo.
El texto transita por todos los estados, por momentos es divertido, por ratos melancólicos, a veces erótico y en otros, tiene una crudeza que inquieta. Para poder atravesar todos esos momentos, es necesario, contar con una intérprete de gran valía y vaya realmente, si la encontraron con Leticia Torres, una actriz con una presencia escénica impresionante.
Leticia se adueña del escenario, con una potencia y una entrega que llega al espectador. Hay mucho de corporal en su composición, logrando transmitir mucho con sus movimientos, con sus miradas y con sus gestos. Nos encantó su forma de ser algo campechana y esa tonada de voz, que a nosotros nos remite, al Norte argentino, aunque el texto no dé certezas de ello. Sus alegrías, sus dolores, sus miedos, su sexualidad, todo ello y mucho más saldrán a la luz, gracias a una expresividad y sensibilidad a flor de piel, que llega al espectador, que desde la platea, mira con fascinación su composición. Fantástica interpretación de Leticia, una verdadera leona, que se mete en la piel del personaje, con maestría.
La puesta es realmente bella y plena de poesía, con un ingenioso diseño escenográfico de José Escobar, que resulta tan simple como efectivo, esa ventana que será kiosco, casa, patio, jardín y muchas cosas más, acompañando el relato y los movimientos de la protagonista. Hay un muy buen componente musical en la trama, en el que se destaca mucho Leticia, bailando y recitando unas coplas hermosas.
En definitiva, estamos ante una historia repleta de emociones, que resulta identificable y cercana para un público, con mayoría de presencia femenina, que la siente familiar y cotidiana. Un relato que nos mostrará la valentía de una mujer, que se anima a rebelarse ante esa rutina, que la agobia.
Tres mujeres, autora, directora y protagonista, unen sus fuerzas y talentos, para esta Rayito de Sol, sensible y emocionante, que nos permitirá desfrutar de una bella historia de amor y nos alumbrará con esa luz, que el teatro independiente, siempre tiene para ofrecernos.
Pensador Teatral.
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