Dramaturgia y Dirección de Anahí Ribeiro.
Miércoles 21 hs en Nun Teatro ( Juan Ramírez de Velasco 419 )
La talentosa pluma de Anahí Ribero, nos vuelve a ofrecer un texto lúcido e inteligente, en esta ocasión, inspirado en su propia familia y más precisamente en el ACV que sufrió su abuela, trayendo entonces una historia que resulta muy cercana en lo sentimental, en la que siete hermanos, adultos ya ellos, aparecerán frente a nosotros, para exponer sus verdades, miserias y convocados para tratar el tema en común que hoy lo une, la deteriorada salud de sus padres.
El paso del tiempo es implacable y la autora sabe tomar una realidad que se vive en muchas familias. Los padres solitos se las arreglaron para cuidar y criar a su hijos, pero cuando los años pasan, esa realidad se invierte y aquellos que cambiaron los pañales de sus hijos, ahora necesitan la ayuda de ellos, para poder sobrevivir en un mundo, que se caracteriza en ser hostil y cruel por momentos, para los más viejos.
Allí cuando los hijos, deberían estar listos y unidos para retribuir algo del amor que recibieron de chicos, es que comienzan los problemas. Aparecerá un muestrario de sentimientos humanos, en algunos casos se presentará el amor, en otros la culpa, el egoísmo y en algunos casos la indiferencia o el desprecio, cuando el hijo juzga, que de chico no recibió el amor suficiente y por lo tanto debe pagar con la misma moneda.
En familias numerosas, las diferencias entre los hermanos por lo general serán muy marcadas, estarán los que consagrados a sus propias familias manifestarán que tienen tiempo libre para ofrecer, otros estarán listos para acompañar de manera incondicional en estos momentos, también existen los que solo estarán dispuestos a ayudar económicamente, los que no tienen un peso, los que prefieren irse bien lejos, para ver todo desde la distancia, como si lo que sucede fuera una película, de la que obviamente opinarán. Surgirán celos entre hermanos, las alianzas, las cuentas pendientes y otros sentimientos. Anahí tiene la virtud de captar todo esto y retratarlo con realismo, en una obra que por diversos motivos, resulta muy atractiva para el espectador.
Yendo más en detalle, digamos que la pieza tiene una presentación muy particular, al entrar al teatro, veremos siete sillas en fila, situadas una al lado de la otra, en las que se sentarán siete hermanos, tres varones y cuatro mujeres, para tratar de organizarse y decidir como cuidarán a sus padres, que ya solos no pueden arreglarse. Discutirán entre ellos y también, licencia teatral mediante, tendremos la posibilidad de conocer sus pensamientos privados, esos que no exponen en público. La obra tiene una dinámica vertiginosa y en ello influirá la puesta original y muy moderna, que sirve de marco a la trama, de la que hablaremos más tarde, porque ahora es tiempo de hacer mención a las destacadas actuaciones que presenta Brotherhood.
Se ha reunido un muy buen elenco para la ocasión, son siete actores, que con mucho realismo, compondrán personajes con características bien diferenciadas, en una obra que es exigente y requiere un alto grado de concentración, ya que además de estar todo el tiempo en escena, en la mayoría del tiempo, estarán interactuando entre ellos, cada uno desde su silla, siendo necesario un exacto manejo de los tiempos, para intervenir en el momento justo, sin pisarse y esto es algo, que solo se logra con muchas horas de ensayo.
Hay actuaciones muy destacadas y la directora, permite que todos tengan su espacio para el lucimiento personal, sin perder en cuenta que el conjunto es lo más relevante aquí. Julia Funari, como Poly, es quien trata de llevar la batuta de la familia, tal vez por ser la mayor, logrando por ese motivo, el respeto de sus hermanos, algo que parece una misión imposible. Gran trabajo de Julia, en nuestra opinión, ofreciendo la actuación más sólida de la noche.
María Forni como La Negra, cumple muy buen trabajo, con un Edipo no resuelto, sintiendo siempre que es la preferida del padre. A María, una joven actriz con muy buen recorrido en el teatro independiente, recordamos haberla elogiado ya por su actuación en Querido San Antonio, una entrañable obra del off.
Bárbara Majnemer, es una verdadera revelación, mostrando una presencia escénica sorprendente, componiendo a la bella Yiyi, personaje explosivo por donde se lo mire, dotado de mucha personalidad. Es la rebelde de la familia, siempre frontal, estará presente en todas las peleas. Nos encantó el trabajo de Bárbara, a quien vemos por primera vez en escena y realmente nos impresionó positivamente su labor, creemos que con la vidriera que tiene aquí, seguramente la veremos pronto en nuevos proyectos. El elenco femenino lo completa, Ingrid Mosches como Tití, que declara tener poco tiempo para dedicar a sus padres, pero si lo tiene para irse de bingo. Muy buen su composición, en un personaje que navega entre la culpa y la conveniencia personal.
Por el lado masculino, hay también excelentes trabajos. Carlos Marsero, es el Gringo, figura controvertida para los demás. Vive lejos y está aliviado por ello, ya que puede tomar distancia de las responsabilidades familiares, pese a ser el preferido de la madre. Entrañable actuación de Carlos. Y completamos, el elenco, con los mellizos de la familia, el Ruso ( Gerardo Scherman ), extremadamente sensible y gobernado por su esposa y Lucho ( Mariano Sacco ), responsable y muy unido a Poly y Yiyi. Los mellizos son los personajes más graciosos y por lo tanto, los que más risas generan en la platea, teniendo ambos momentos de gran lucimiento.
Se hizo algo larga la descripción, pero entendemos que era justo dar algunas líneas de cada integrante del elenco, ya que todos consiguen composiciones logradas y muy realistas, respondiendo de muy buena manera, a una puesta que sin dudas es exigente.
Hablemos ya de la puesta de Brotherhood, que es junto con las interpretaciones, el punto más fuerte. Original y muy moderna, potencia el texto y le agrega mucho valor a la obra. No queremos contar demasiado, para no quitar sorpresa al espectador, solo diremos que detrás de las sillas, hay una pantalla, en la que mediante el mapping, se proyectarán imágenes, que acompañarán los relatos, indicando por ejemplo, que actor debe intervenir y muchas otra sorpresas. Una de ellas, es una representación de un grupo de wasap familiar, con emoticones incluidos, escenas realmente desopilantes y divertidas. Pero cumplimos nuestra palabra y no contamos más, El reconocimiento para Euge Choque y Demián Ledesma Becerra, que supieron interpretar el pedido de la directora y colaboraron para lograr un montaje, que no pasa para nada desapercibida.
Otro ítem que debemos mencionar de esta puesta tan atractiva, es el diseño de Luces de Akira Patiño, importante para llevar a los diferentes climas que vá pidiendo la trama. Con todos los condimentos mencionados, se consiguió una puesta magnífica y mucho más para el teatro independiente, donde todo se hace a pulmón, siendo esta una gran demostración, que cuando hay talento, creatividad y por supuesto horas de trabajo, no siempre son necesarios grandes presupuestos, para conseguir una puesta de excelencia.
No queda demasiado para agregar, como el lector puede apreciar, nos gustó mucho la propuesta de Anahí Ribeiro, que nos hablará de vínculos familiares, poniendo el foco en la relación entre hermanos y lo hará con un texto lúcido, que por momentos nos hará reír, por momentos emocionarnos, y también llevarnos a reflexionar, ya que el espectador, en todo momentos sentirá que el texto es reconocible y cercano, reflejándose con facilidad en el mismo.
Recomendamos especialmente Brotherhood, una obra donde confluyen, un texto inteligente, actuaciones magníficas y una puesta estupenda. Con este combo, auguramos a la pieza un muy buen recorrido y sin dudas más de una temporada en cartel, ya que tiene un potencial enrome. En esta su primer temporada, gracias al boca a boca, agotó localidades en cada función en el Nun. Luego de ver la obra, nos quedan muy claros los motivos de esta buena recepción del público y los invitamos a que ustedes, también descubran esta muy buena propuesta que el teatro independiente nos ofrece.
Pensador Teatral.
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