Dramaturgia y Dirección de Alejandra Endler.
Sábados 21 30 hs en Jufré Teatro Bar ( Jufré 444 )
Una propuesta inteligente y muy creativa llega de la mano de Alejandro Endler, que con su aguda dramaturgia nos hablará de masculinidad y paternidad, jugando con los estereotipos, que al comienzo del relato se refuerzan, pero con el correr la trama y del temporal de lluvia y viento se irán derrumbando, en sintonía con los tiempos de cambios que estamos viviendo.
La historia arrancará con tres amigos, que se encuentran como todos los años en algún paraje solitario para pescar y escapar de sus rutinas habituales. Aprovecharán para tomar cerveza, fumar y hablar de sus problemas, haciendo referencia a las mujeres con que comparten sus vidas, sea la esposa, novia o hermana, que en la mayoría de los casos, serán sindicadas como las culpables de sus penurias o al menos ese es el mensaje que buscan transmitir a los amigos.
El encuentro tendrá muchas cosas características de las reuniones de hombres, bromas desaforadas, pases de facturas y por supuesto algún juego de manos que siempre está presente en un encuentro masculino que se precie, donde siempre hay que marcar terreno y mostrar poderío físico. De a poco el clima de camaradería se empezará a poner denso, la falta de pique y la tormenta que se avecina en el horizonte no parece traer buenos presagios.
El Pingu ( Federico Falasco ), uno de los amigos, se muestra afligido, tiene muchas ganas de ser padre, pero su pareja le dijo que eso no sería posible, porque ella no tenía intenciones ser madre. El Cabeza ( Laureano Lozano ) no soporta ver a su amigo triste y trata de levantarle el ánimo, buscando para ello la ayuda de El Topo ( Luciano Kaczer ) que no está muy convencido de ello. El deseo del Pingu es muy grande, tanto como la frustración que siente.
La noche amistosa finalmente se quebrará por la fuerte discusión entre El Cabeza y El Topo, que se trenzarán en el medio de un temporal de lluvia que los empapa y amenaza con anegar los caminos, dejándolos allí varados. Y de repente, en el medio de la tormenta, se escuchará un llanto que cambiará todo ... Será un sonido verdadero o producto de la imaginación ??? Se miran algo desconcertados, sin entender lo que está sucediendo y mucho menos cuando en el agua, divisarán a una criatura fantástica, mitad humana, mitad pez, que cambiará el curso de la obra por completo y hasta allí vamos a contar para no quitar sorpresa, solo diremos que desde momento, la pieza virará del costumbrismo al realismo mágico, en un gran giro de la dramaturgia y los personajes entrarán en una metamorfosis profunda.
Nos gustaron mucho las actuaciones que presenta la obra, con tres personajes que ofrecen cada uno diferentes características. En interpretaciones muy parejas por lo buenas, nos gustó especialmente el trabajo de Laureano Lozano, como El Cabeza, abogado, con dos hijas, se dice buen padre y es el estereotipo de la masculinidad. Líder del grupo, no para de hablar y siempre tratará de imponer su palabra, buscando alianzas y si eso no funciona yendo al choque. Con gran presencia escénica, nos gustó mucho la composición de Laureano.
El Topo, interpretado por Luciano Kaczer, es el más chúcaro de los tres, de carácter áspero, es guardaparques y amante de la naturaleza. Estará con pocas pulgas, preferirá pescar en vez de hablar. Se mostrará bastante malhumorado, en especial con el Cabeza, que está demasiado cargoso aquella noche. Muy divertido su personaje.
Y por último, tenemos a Federico Falasco como Pingu, personaje clave de la historia. Duda entre mostrar su masculinidad o descontruirse. Desea mucho ser padre y su alta sensibilidad, parece ser una amenaza para el grupo, que detecta comportamientos no compatibles con un macho alfa. Es el personaje que más invita a la reflexión y que se conectará especialmente con la criatura que irrumpirá en escena y que parece llegada especialmente para cumplir sus deseos.
Los tres actores son los que están en escena, pero la obra tiene un cuarto personaje, que se sitúa en un costado del escenario, no del todo oculto, nos referimos a Paula Vargas, a cargo de la música en vivo que tiene la obra y de los efectos especiales que tiene la historia. Destacadísimo su trabajo tocando la guitarra, el acordeón, por citar dos instrumentos tradicionales, pero también reproduciendo los sonidos de la lluvia, el viento, el canto de los pájaros o el llanto de un niño, de manera totalmente artesanal, evocando los radioteatros de antaño.
La puesta de la obra es muy atractiva, gran parte de ello como dijimos es responsabilidad de Paula Vargas, responsable de la banda de sonido de Déjame Llorar, pero también hay que mencionar el diseño lumínico de Lucia Fiejoó y el original diseño escenográfico de Victoria Bossio Chacón, con esas telas de colores verdes azuladas que serán claves en la transformación que sufrirán los personajes, con la llegada de la tormenta y el agua. Una puesta original y llena de poesía nos regala la pieza.
En definitiva, Déjame Llorar nos invita a compartir un viaje de pesca de tres amigos, que en el comienzo parece una reunión cualquiera amigos, de aquella en las que se refuerzan los mandatos masculinos, pero la soledad de la noche y la lluvia van a modificar todo, transformando el lugar y las mentes de esos tres amigos, que dejaran de lado su rudeza, para mostrar su cara sensible, que de acuerdo a los mandatos sociales, siempre sería mejor mantener oculta.
Resulta valioso que Alejandra Endler, siendo mujer, se anime y consiga escribir este lúcido texto, que se anima a interpelar la masculinidad, con una mirada inteligente acerca de la paternidad, poniendo el foco en la sensibilidad que todos los hombres tienen, aunque la sociedad prefiere sostener que los hombres deben ser fuertes y no deben llorar, ya que si lo hacen demostrarían ser seres débiles, pensamiento que que cada día se cuestiona más.
Les recomendamos sean parte de este iniciático viaje que nos propone Dejame Llorar, van a disfrutar de un relato divertido y con toques fantásticos, estupendos efectos especiales y actuaciones muy destacadas del elenco reunido, que nos invitará a reflexionar, y a creer, que cuando deseamos algo con todo nuestro corazón, el milagro puede suceder.
Pensador Teatral.
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