Dramaturgia de Ana Yovino y Alejandro Spangaro. Dirección de Ana Yovino.
Domingos 19 hs en Teatro Mil80 ( Muñecas 1080 )
El teatro muchas veces nos permite conocer historias mínimas y olvidadas que tienen gran valor y este es el caso de Encuentro de Poetas, una crónica de amistad, poesía y locura, que recreará el encuentro entre dos escritores Jacobo Fijman y Vicente Zito Lima. Es una historia real, que Ana Yovino y Alejandro Spangaro, decidieron llevar a la ficción, luego de un arduo trabajo de investigación y con gran respeto por los hechos ocurridos.
La obra nos hablará de la búsqueda de Vicente Zito Lema, por diferentes hospicios del país. Le habían pasado el dato, que había un poeta internado hace años en un hospital psiqiátrico, pero no tenía mayores precisiones. La búsqueda duró más de dos años y cuando estaba a punto de bajar los brazos, volvió al Borda, al que ya había visitado antes, porque tenía una pista firme. El diálogo con un interno, que recibió como paga, un puñado de cigarrillos fue clave, ya que indició que en la biblioteca del hospicio, pasaba siempre sus horas un escritor, que resultó ser Jacobo Fijman.
El encuentro finalmente se produjo y se generó una muy buena corriente afectiva entre ambos. Charlaron mucho y a partir de ese momento, Vicente comenzaría a visitarlo de manera asidua, le gustaba entrevistarlo y sumergirse en su poesía, siempre muy cercana a la locura. La amistad entre ellos comenzó a crecer y Jacobo le hizo prometer que al momento de su muerte, debería impedir que le abrieran la cabeza en la autopsia, ya que quería estar presentable cuando lo viniera a buscar su novia, nada menos que la Virgen María.
Vicente le aseguró que cumpliría la promesa y fue por ello que cuando en 1970 finalmente Jacobo murió en el Borda, debió confabularse con un enfermero que trabajaba en la morgue para robar el cadáver y además de evitar que lo abrieran, poder velarlo en la Sociedad de Escritores, en una ceremonia que tendría mucho de ritual poético.
Esa es la fría historia, pero la magia ocurrirá en el escenario, que será dominado por una vieja y grande caja de cartón que cobrará vida, para albergar un relato cargado de emociones y poesía. Dentro de esa caja, se evocarán los días de Jacobo encerrado en el Borda, su locura y los encuentros con su amigo. Es impactante, todo lo que ocurrirá y nos brindará esa caja, que se irá transformando a medida que el relato avanza. Es difícil describirlo con palabras, hay que verlo en persona.
El espacio de Mil80 es pequeño, pero tiene un encanto que lo hace casi único, brindando una atmósfera íntima, que parece a medida de esta obra. En la parte superior del escenario, se despliega un mundo paralelo, allí también se reflejará otro imagen de Jacobo, una mujer que podemos intuir es la Virgen y mucho más. Será el cielo o el infierno del Cristo Rojo ?? Preferimos no adelantar demasiado y que lo descubran cuando vean la obra.
Momento de hablar de las actuaciones que presenta la obra, Alejandro Spangaro que es uno de los autores, es el gran protagonista de la noche, será el presentador de la historia, será Jacobo y también Vicente. Una composición estupenda y multifacética de Alejandro, con una carga emocional y una entrega absoluta. Un verdadero placer verlo a Alejandro en escena y desdoblando con sensibilidad los distintos personajes, jugando siempre con esa caja mágica.
Alejandro Mazza, será el habitante del nivel superior del escenario, con un despliegue físico notable y tocando varios instrumentos musicales artesanales. A Alejandro lo vimos en esta misma sala, en Las Horas Fuera de las Márgenes, hace un par de años, en una actuación que aún recordamos. Aquí es un gran acompañante de Alejandro y aporta una buena cuota de misterio y misticismo a la trama.
Queremos nombrar también a India, actriz que interpreta a la novia, aportando frescura y momentos musicales muy bellos gracias su hermosa voz. Y si hablamos de belleza musical, mencionar también a Brian Pombinho Suarez, que violín en mano, aportará distinguidas melodías. Son cuatros los actores en escena, que aprovechan en excelente forma el reducido espacio escénico y todos hacen su aporte al conjunto que es la obra.
Hay que dedicar algunas lineas a la fantástica puesta en escena de Ana Yovino y les aseguramos que no exageramos para nada con el adjetivo usado. Hasta el mínimo detalle está cuidado aquí, para lograr una puesta casi mágica. A la caja que ya mencionamos, hay que sumar la música original y el diseño sonoro de Gerardo Morel. Las máscaras de Giselle Bosio y el excelente diseño lumínico de Betina Robles. Todos los rubros mencionados, hacen un aporte fundamental para conseguir esa atmósfera íntima y con toques fantásticos que presenta la obra.
No queremos adelantar más nada, nos cautivó la propuesta de Encuentro de Poetas, que partiendo de una historia real, nos hablará de la locura, la amistad y la muerte, entre otros tópicos, todos estos temas inmersos en la creatividad poética de Jacobo Fijman, que como un rayo de luz se proyectará sobre el encantador Mil80.
Como dato muy interesante queremos mencionar, que el propio Vicente Zito Lema colaboró con el proceso creativo que tuvo la pieza y pudo estar presente en el estreno de la obra, pese a que por temas de salud ya casi no salía de su casa y disfrutó mucho de la obra. Dos meses después Vicente falleció y según le comentó la compañera a la directora, aquella ida al teatro, fue su última salida.
Ahora si, le ponemos punto final a esta reseña, recomendando especialmente la obra, que escapando de lo convencional, nos acerca una propuesta tan bella como sensible, que nos permitirá disfrutar de una noche teatral mágica y de un sentido homenaje a estos dos poetas ignorados por las multitudes, que pudieron compartir su poesía y su entrañable historia de amistad y locura.
Pensador Teatral.
Que placer la conjugación del amor, la sensibilidad, el intelecto y la emoción. Una mística insoslayable, una caja, dentro de otra, el teatro. Gracias Ana, por el respeto y gracias a los actores de este hermoso texto. Locura, transformada en acto creador.Nuestra alma se cura y se abre a la vida.
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