Adaptación de Agostina Casale sobre texto de Ana Pomar. Dirección de Gustavo Pardi.
Miércoles 20 30 hs en Itaca Complejo Teatral ( Humahuaca 4027 )
Una propuesta sensible llega de la mano de Triana, narración teatralizada sobre el cuento El Ingrediente Secreto de Ana Pomar, que nos invitará a viajar con todos nuestros sentidos hacía la infancia dorada de Musmita, aquella niña que era feliz viviendo en Hurlingham, que por los años 50, era puro campo, en compañia de su padre, su madre Triana y su hermano Goyo.
La obra será un desfile de recuerdos y anécdotas, de esas que aunque pasen los años, siempre vamos a recordar, porque de alguna manera nos marcaron emocionalmente y el sentimiento perdura en el tiempo. Aparecerá la ranchera de familiar, vehículo propiedad del padre, que cuidaba con mucho celo y que con el tiempo comenzó a manejar Triana, para llevar a sus hijos a la escuela o para ir a comprar cosas al pueblo.
A lo largo del relato, aparecerán personajes que parecen encantadores, como el Tano Iluminati, aquel chico valiente que persiguió a un ladrón, Carmona, el verdulero, con su caballo del mismo nombre, Adriana Ulivi la amiga de ballet, la prima Coté que vivía en Buenos Aires y cada tanto viajaba a visitarla, entre muchos otros personajes, que no queremos adelantar aquí, para no seguir spoileando, pero les aseguramos que cada uno tendrá una o más historias asociadas dignas de compartir.
La obra es una brisa de aire fresco, que nos invita a pensar en nuestra propia infancia, evocando aquellos sabores y olores familiares, que aún hoy recordamos. En el relato, entre otros manjares, aparecerán las ricas tortas que hacía Triana y que con el paso del tiempo y la fama adquirida, se convertirían en el el regalo que Musmita y Goyo, llevarán a los cumples de sus amiguitos.
La trama es dinámica y con muy buen ritmo, las historias y los recuerdos irán desfilando, gracias a la estupenda composición de Agostina Casale, a quien todavía no habíamos nombrado y es la hacedora de Triana, ya que fue quien adaptó el cuento de Ana Pomar, para convertirlo en obra teatral y además quien le pone el cuerpo a este sentido unipersonal, siendo la protagonista del mismo.
Nos encantó el trabajo de Agostina Casale, con un entusiasmo contagioso y una expresividad gestual, que atrapa desde el arranque la mirada del público que sigue atento cada uno de sus movimientos y parlamentos. La protagonista tiene la habilidad de despertar la imaginación y las emociones de los espectadores, que se transportarán con ella, hacía ese mundo mágíco que fue su infancia.
Hermosa composición de Agostina, que nos enteramos luego de ver a obra, estaba debutando en un unipersonal, algo que nos sorprendió mucho, ya que mostró un notable manejo de los tiempos y las emociones, teniendo la habilidad para cambiar los tonos voz y su corporalidad en cada relato, que siempre mantiene un tono vivaz y divertido, que lo hace ameno.
La puesta de Gustavo Pardi es despojada, solamente una silla rosa que se convertirá en muchos momentos en el asiento de la ranchera, ocupará el espacio escénico. La protagonista estará solita en escena y solo contará con algunos elementos que irá introduciendo en el relato en los momentos oportunos. Queremos mencionar el muy buen diseño lumínico de Christian Inglize, que aprovecha la técnica de la moderna sala de Itaca y el vestuario que luce la protagonista.
Y hasta allí vamos a contar, la propuesta de Triana, tiene la belleza de lo simple, la frescura de una niña inocente que nos cuenta los momentos lindos que vivió, la relación con un padre que imponía respeto, una madre tan excéntrica como amorosa, un hermanito que era su mejor compañero de aventuras y todos los personajes que formaron parte de ese mundo.
En lo personal siempre pensamos que cuando el teatro nos invita a volar con nuestra imaginación y nosotros como espectadores logramos comprar ese viaje, el objetivo está cumplido y aquí ello funciona con creces, ya que recorreremos la infancia de aquella niña, con todas sus imágenes, olores y sabores, mientras que al mismo tiempo nos emocionaremos con nuestros propios recuerdos, Y todo esto ocurre, gracias a un texto muy bello y a una actuación plena de magia y poesía, que nos invita a recordar y a soñar con lo lindo que sería volver a ser niños, aunque sea por un día.-
Pensador Teatral.
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