viernes, 15 de septiembre de 2023

Esa Mujer

Autoría: Rodolfo Walsh.  Dramaturgia y Dirección de Diego Ferrando.






Viernes 20 30 hs en Itaca Espacio Teatral ( Humahuaca 4027 )

Una estupenda versión teatral de Esa Mujer, gran cuento de Rodolfo Walsh llega a la cartelera porteña, de la mano del dramaturgo y director Diego Ferrando, siendo un lindo desafío ya que es un texto que no fue escrito con el objetivo de ser llevado a escena y presenta algunas particularidades, siendo la principal tal vez, que el autor propone a un narrador que a la vez, resulta protagonista de la historia en tiempo real, es decir no está contando un hecho que pasó, sino uno que está sucediendo en ese momento, algo que se resuelve de manera fenomenal en la obra, gracias a la pericia del actor que tiene a su cargo el personaje.







Y de que nos habla el cuento ?? El mismo se ubica dentro de la historia política de nuestro país y narra la historia de un periodista que concurre a la casa de un coronel del ejército argentino para entrevistarlo sobre el secuestro del cadáver de una mujer. Un dato importante a tener en cuenta, es que el texto de Rodofo Walsh en ningún momento menciona que su ficción literaria, se basa en un encuentro real, ocurrido en 1961, donde el propio Rodolfo, es el periodista que entrevistaba al coronel Moori Koenig. para intentar conocer el paradero del cadáver de Eva Perón.

Sin entrar en demasiados detalles, pero para poner el relato en contexto histórico, podemos decir que detrás del cuerpo de Eva, se esconde una historia macabra y perversa, que fue parte de una gran batalla política. El cadáver fue embalsamado por el médico español y posteriormente sufrió profanaciones, ultrajes, el secuestro del mismo y una restitución del cuerpo desde Italia, dieciseis años después de su robo, para que su cuerpo por fin descanse en paz. 






Pero volvamos a la obra que nos convoca, que nos invita a ser testigos del tenso diálogo entre el periodista y el militar, que el espectador la vivirá como si estuviera allí con ellos, ya que en una gran decisión del director, los espectadores rodearán el espacio escénico, con plateas distribuidas formando un cuadrado al lugar donde se desarrollan las acciones, haciendo sentir al público dentro de ese living y con una distancia mínima con los actores, algo que permite disfrutar sin perder detalle, las estupendas actuaciones que presenta la obra.

<No queremos adelantar demasiado, de lo que surgirá en aquel diálogo, solo vamos a decir que en la atmósfera se respira la tensión y la desconfianza mutua que se tienen los interlocutores, miradas penetrantes, palabras medidas, silencios prolongados y el secreto sobre el destino del cuerpo de esa mujer, que lucha por salir a la luz. Y hasta allí vamos a contar, el resto lo descubrirán cuando vean Esa Mujer.






Vayamos a las magníficas actuaciones que tiene la obra, arrancando por Agustín Vanella, como el periodista, que realiza un trabajo formidable, ya que cumple una doble función, disociándose,  ya que por momentos es el relator de la historia y rompe la cuarta pared, comentando apostillas del encuentro, pero en otros se concentra en el diálogo con el coronel, olvidándose por completo del público. Semejante ejercicio de entrar y salir de ambas funciones, requiere un algo grado de concentración y mucha repentización, algo que Agustín hace a la perfección, para redondear un excelente trabajo.

Y que decir de Ernesto Falcke, fenomenal su composición del personaje del coronel. Desde lo físico y la postural, corpulento, con el pelo engominado y una mirada vidriosa que conmueve. Y desde lo actoral, midiendo sus palabras, conteniendo su furia y buscando en los whiskys, una manera de soportar la tensión que afrontaba. Admirable el manejo de los silencios y la impronta intimidante que logra darle a su personaje. Enorme composición de Ernesto, un actor de gran presencia escénica, que parecía llamado especialmente para este papel.






Y dediquemos un párrafo a Carolina Valmayor, la esposa del coronel, que aparecerá solo en dos ocasiones en escena, pero serán suficientes para mostrar su furia interna y la tensión que reinaba aquel departamento. No era sencillo, llevar a escena este texto, por eso hay que resaltar la pericia de la dirección y las estupendas actuaciones que presenta la obra, que como dijimos disfrutamos especialmente en nuestro caso, porque al estar en primera fila, casi podíamos tocar a los actores, de lo cerca que estábamos y en trabajos tan minuciosos, esto resulta un verdadero privilegio.

Volvemos a resaltar lo logrado de la puesta, la atmósfera íntima y asfixiante que se logra, bien a tono con el relato, con el diseño escenográfico de Paula Russell, con ese living coronado por esa ventana que permite contemplar desde lo alto la nocturnidad de la calle, los sonidos que tiene la historia a cargo de Pato Binetti y el diseño de luces de Ricardo Sica, todos rubros que agregan valor y potencian la historia que se cuenta.





No queda más para agregar, solo queda recomendar vean la obra, ya que además de traer a la escena un estupendo texto de Walsh, escrito hace más de cincuenta, en una época muy violenta de Argentina, mostrando su enorme vigencia y lo importante que resulta recordar los horrores que se vivieron por aquellos años, como una forma de crear conciencia y de movilizarnos para nunca más volver a pasar por el infierno vivido.

Disfrutamos de una gran noche de teatro independiente en un espacio como el Itaca, que se está convirtiendo ya en sinónimo de buen teatro, presentando en este caso una propuesta que moviliza y nos recuerda un período negro de violencia política que vivió nuestro país, de la mano de un texto impecable, una adaptación virtuosa y actuaciones soberbias. El aplauso prolongado con el que el público despide a los protagonistas, es el mejor cierre, para una noche donde el buen teatro dijo presente.


Pensador Teatral.



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