Adaptación y Dramaturgia de Emmanuel Maximiliano Pereyra. Dirección de Mariano Terre.
Miércoles 20 hs en Itaca Complejo Teatral ( Humahuaca 4027 )
Un desafío muy grande se propuso Emmanuel Maximiliano, al decidir adaptar un clásico como Peer Gynt, uno de los textos más reconocidos de Henrik Ibsen, el dramaturgo noruego, considerado el padre del drama moderno y uno de los autores más influyentes en la historia del teatro. El reto era arduo, en primer lugar porque Ibsen escribió esta obra en la segunda mitad del siglo XIX y fundamentalmente porque la pieza original tenía casi ochocientos personajes.
Pero bien, evidentemente Emmanuel se tomó muy seriamente el desafío y trabajó mucho, obteniendo una muy lograda adaptación, a la que título Pedro entre páginas, que situó en alguna ciudad pequeña de nuestro país, aggiornando el relato a estos tiempos y tal vez el rasgo más notable, con un formato de unipersonal, siendo el mismo Emmanuel, el protagonista de la obra, quien mejor que él, que desgranó el texto, para llevarlo a escena.
Dejando de lado la introducción vayamos ya a hablar de que nos trae esta propuesta. En la obra de Ibsen, el protagonista era un viajero incansable que movido por su ambición y fantasía, atravesó el mundo en busca de experiencias y aventuras. En la historia que nos convoca, el protagonista es Pedro Giménez, un bibliotecario que no quiere morir en la rutina, que piensa que quedarse quieto sería su final y por lo tanto decide estar en constante movimiento. Esa piensa que es la clave, para encontrar ese destino que sin dudas lo está esperando, porque él no se siente un hombre común, se siente especial y tiene la imperiosa necesidad de trascender.
En el caso de Pedro, su mundo de fantasía, son los autores que habitan en la biblioteca donde trabaja. Borges, Sábato y Cortázar entre otros son los ejemplos a seguir. Ellos dejaron su huella y el quiere seguir sus caminos. Lograr que en unos años, la gente sepa quien fue Pedro Giménez, que lea sus libros y conozcan su impronta. Realidad y fantasía se cruzarán en su vida y en el relato que el protagonista nos propone. Su crónica estará cargada de poética y de humor. Nos relatará situaciones de su vida, algunas desopilantes, como cuando interrumpió el casamiento de la mujer que le gustaba, aunque al poco tiempo se diera cuenta, que esas cosas mundanas, como casarse y tener hijos, no estaban reservadas para alguien como él. Su búsqueda era la trascendencia, dejar huella y para ello debía moverse, sin reparar lo que estaba dejando de lado por esa búsqueda. Y hasta allí vamos a contar, para saber si nuestro héroe finalmente consiguió lo que tanto anhelaba, deberán ver la obra, algo que resulta una gran idea.
Momento de hablar de la estupenda composición de Emmanuel Maximiliano, que maneja con maestría los tiempos de este unipersonal. Queremos destacar el aplomo y la prestancia que muestra para llevar adelante un personaje que tiene su complejidad, ya que en muchos momentos dialoga con en el mismo, navegando entre lo real y lo onírico. Nos encantó el tono de voz de Emmanuel, que le permite dar una hermosa cadencia a un relato, que atrapa al espectador y por momentos se vuelve hipnótico. Enorme trabajo el de Emmanuel, dominando los diferentes registros emocionales que pide Pedro y generando una corriente de gran cercanía con el espectador, que en muchas ocasiones, se identifica con sus dichos.
La puesta de Mariano Terre es íntima y colabora con la mirada introspectiva del protagonista, generando el clima ideal que pide el texto. Para destacar el diseño escenográfico de María Gugielmelli, que genera un espacio escénico repleto de libros de diferentes tamaños, con los que Pedro va a interactuar durante todo el relato, abriendo alguno de ellos, leyendo algunas líneas o funcionando como un asiento para el protagonista, pero en todos los casos, dejando en claro la importancia de los libros y la lectura en la historia.
Y hasta allí vamos a contar, nos sedujo mucho la propuesta de Pedro Entre Páginas, una mirada muy inteligente del clásico de Ibsen, ya que logra mantener el espíritu de la obra original y trae el relato a estos tiempos, mostrando la vigencia de un texto escrito hace más de un siglo. La pieza es profunda y nos invita a un viaje introspectivo, donde lo aspiracional y los sueños, lucharán contra la realidad que vivimos. El interrogante surge de manera natural. Es necesario viajar lejos en búsqueda de soñados horizontes para ser felices ? O en realidad la felicidad se encuentra mucho más cerca de lo que pensamos ?
Celebramos la idea de Emmanuel Maximiliano, al proponer una obra que nos interpela y nos invita a reflexionar, acerca de cuestiones existenciales de la vida. Lo hace resignificando un texto de un referente como Ibsen, con una puesta íntima y minimalista de Mariano Terré y con una composición precisa y sensible del propio Emmanuel. En lo personal, nos fuimos de Itaca, contentos con la velada teatral vivida y reflexionado sobre lo peligroso que puede resultar olvidarnos de lo simple que nos rodea, de aquella cosas que tenemos al alcance de la mano y nos podrían hacer muy felices, pero al tenerlas tan cerca, muchas veces no las vemos o cuando lo hacemos ya es demasiado tarde. Y por último decir, que cuando el teatro nos invita a ese tipo de reflexiones tan profundas, el objetivo ha sido cumplido.
Pensador Teatral.
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