Sábados 20 hs en Teatro El Excéntrico de la 18 ( Lerma 420 )
Obra escrita por August Strindberg y dirigida por Cristina Banegas.
La Señorita Julia, pieza icónica del teatro moderno, escrita en 1888 por el dramaturgo sueco August Strindberg, llega al teatro off porteño en la versión adaptada en 1978, por Alberto Ure y José Tcherkaski, en una notable adaptación, que le quita minutos a la versión original y con algunos retoques, permite que el texto original escrito hace más de cien años, conserve absoluta vigencia y toda la intensidad y el espíritu, que le dió la pluma de Strindberg.
La clásica historia, nos sitúa en el año 1874, en el condado sueco de Count, donde en ocasión de la celebración de la noche de San Juan, que marca el inicio del verano, la noble señorita Julia, decide pasar una noche de liberación y salir a bailar por las calles del pueblo, para olvidarse de su posición social y de su último desengaño amoroso,
Su padre, un poderoso conde, se encuentra de viaje, Julia ( interpretada por Belén Blanco ) entrada ya la noche, vá hasta la cocina donde se encuentra con Juan ( Diego Echegoyen ), el buen mozo mayordomo de la casa, que vive allí hace años y se encuentra comprometido con Cristina ( Susana Brussa ) la cocinera.
Ese encuentro, no resulta normal para la época, no es usual ver a una joven noble hablando con sus lacayos, indudablemente Julia siente una atracción amorosa y sexual por Juan. Cristina se vá a dormir y envalentonados por la bebida y los efluvios de esta noche especial, se produce lo impensado, se consuma el ardiente encuentro amoroso ente Julia y Juan y desde ese momento todo cambiará dramáticamente, el clásico se convierte en tragedia y la tensión dominará la escena hasta el final.
La pieza nos habla sobre la lucha de clases, las relaciones de poder, el sometimiento de la clase dominante sobre la clase baja y como un hecho como ese encuentro amoroso, puede modificar todo, como las relaciones de poder pueden invertirse y aparecer el resentimiento de las clases oprimidas.
El hecho de ser mujer, es una clara desventaja para Julia, su honor ha sido mancillado y ya nada será igual.
Los interrogantes llueven sobre el escenario. El amor está por encima de las diferencias sociales ??Hay alguna forma de volver los hechos atrás ??? Deberá Julia ceder ante el chantaje de Juan ?? El poderoso conde, padre de Julia, soportará esta afrenta ??
El inteligente guión de Strindberg, siembra muchísimas dudas y le impone un aire trágico a los protagonistas, que se encuentran envueltos en una situación, de la que no les será fácil escapar.
Será el espectador, el que viendo la obra podrá develar cada una de estas preguntas que formulamos.
La dirección de Cristina Banegas es precisa, la trama está cargada de tensión y el interés del espectador se mantiene en todo momento, gracias a un guión que invita a la reflexión y permite ver como estas situaciones, que se planteaban hace 100 años, hoy están más vigentes que nunca.
Debemos ya destacar las magníficas actuaciones que tiene la pieza, arrancando por la gran protagonista de la misma, Belén Blanco, un actriz que tiene una energía increíble y que le da vida a una Lucía, que llena el escenario con su interpretación, con una entrega física y actoral, que conmueve, sus movimientos, sus pasos de danza, sus distintos tonos de voz, todo se destaca. Son esas interpretaciones, donde podemos decir, que la actriz deja la piel sobre el escenario y no exageramos, ya que es brillante la actuación de Belén.
Realmente sorprende, lo de Diego Echegoyen, ya que no se amilana ante la interpretación de Belén y es un Juan, por momentos obediente, por instantes astuto y por otros cínico. Logra seguirle el tren a la protagonista y juntos consiguen escenas cargadas de pasión y de realismo.
La obra es muy fuerte y de gran exigencia para los actores, Diego también entrega todo.
Un escalón abajo en protagonismo, se encuentra Susana Brussa, como Cristina, la mujer a la que Juan engaña, la que sufre el capricho de Lucía, con estoicismo y resignación. Si bien su personaje, tiene un menor espacio para el lucimiento, su actuación es impecable.
Muy bueno el recurso, jugado por la directora, en cuanto a que en todo momento los protagonistas, quedan a la vista del público, aún cuando no están jugando la escena, quedan en segundo plano pasivo, pero a la vista del espectador.
La escenografía es desprovista, hay pocos elementos en escena, el protagonismo lo tiene la palabra, con diálogos muy ricos y el movimiento, la obra tiene una acción permanente, de cuerpos que corren, bailan, se tiran al piso. Hay que destacar las coreografías que propone Virginia Lezama.
Es importante, el papel que juega el diseño lumínico a cargo de Verónica Alcoba, con mucho juego de sombras y luces lúgubres, acordes con el clima que requiere la pieza.
Como conclusión, estamos en presencia de una magnífica versión de un clásico del teatro de todos los tiempos, escrito hace más de 100 años, pero que merced a una impecable adaptación logra una vigencia asombrosa, trayendo a estos tiempos, temas como la lucha de clases, el amor enfermizo que muchas veces puede convertirse en violencia y el sometimiento, en el cual la mujer siempre lleva la peor parte.
La Señorita Julia, es una obra profunda, una verdadera tragedia, con una dirección impecable y actuaciones extraordinarias, para redondear una gran noche de teatro, con una pieza que honra al teatro independiente y que sin dudas recomendamos.
Pensador Teatral.
martes, 25 de abril de 2017
lunes, 24 de abril de 2017
Madorrán
Viernes 21 hs en Teatro Anfitrión ( Venezuela 3340 )
Obra escrita y dirigida por Jorge Luis Dreschler.
Teníamos muchas expectativas en ver esta pieza, opera prima de Dreschler, que explorando en el mundo del fútbol y su lenguaje, se encontró con la historia del polémico arbitro Fabián Madorrán, que tuvo una carrera meteórica dentro del arbitraje, llegando a ser reconocido juez internacional, muchas veces polémico para los medios y que tuvo un final abrupto, cuando luego de una muy mala actuación, en un partido decisivo, es expulsado del arbitraje y poco tiempo después, cae en un estado depresivo y decide terminar con su vida.
Hasta ahí un breve resumen de la vida de Madorrán a modo introductorio, pero vayamos ya a la obra. La historia se inicia con un televisor que nos muestras las imágenes de un partido definitorio, un gol anulado y el relato que denuncia, que el gol era válido y que debió ser convalidado, pero no lo fue por un error arbitral.
El juez de ese encuentro fue precisamente Fabián Madorràn y sin saberlo, esté partido cambiaría su destino para siempre, no sólo porque sería obligado a dejar el referato, sino que también terminaría con su vida.
La obra, es un excelente muestrario del mundo futbolero, desde un punto de vista muy particular, como el del árbitro, desde su mirada, podemos ver la pasión del hincha, el mundo de los vestuarios, los operativos policiales, los cracks que muestran sus destrezas dentro del campo de juego y en todo momento aparece la pasión como protagonista de este deporte.
El autor logra un texto sensible y con un grado descriptivo minucioso, donde aquel espectador que gusta del fútbol disfrutará muchísimo, ya que tiene numerosos guiños que sabrá reconocer.
La muy buena dinámica que tiene este unipersonal, se apoya en la fantástica composición del personaje, que realiza Ramiro Aguayo, como Fabián Madorrán. Impresiona verlo con su prolija vestimenta, su silbato y sus tarjetas.
A lo largo de la trama, Ramiro se transforma en Madorrán de manera admirable y se encarga de mostrar su apego a las leyes de juego, su amor por la profesión y su obsesión por el cumplimiento del reglamento. También se pone de manifiesto cierta soberbia, que hacía que se considerara a si mismo como el mejor en la profesión y como trabajaba a diario para serlo.
La puesta es muy efectiva, el protagonista se mueve en cuadrado bien delimitado, por unas luces de LED verde, dentro del mismo, el juez se detiene a pensar y ejerce su profesión, corriendo, tocando el silbato y sacando tarjetas a los imaginarios jugadores.
La escenografía es despojada y el juez está solo, apenas lo acompaña un banquito y un televisor, esta imágen de soledad del referí, es una matáfora perfecta de lo que ocurre en la realidad, donde el juez siempre está en inferioridad, solo con su terna contra todo el resto.
Muy bueno también el diseño lumínico de Santiago Lozano, que con los distintos momentos de luz y oscuridad, logra separar los actos y crear los climas que pide la pieza.
En definitiva, una propuesta original y muy bien plasmada, la que nos propone el autor, mostrando un maridaje perfecto entre fútbol y teatro, con una actuación extraordinaria de Ramiro Aguayo, que con su sentida interpretación, le brinda un merecidas respetuoso reconocimiento a un árbitro, que no tuvo un trato demasiado benévolo de parte de los medios de comunicación, ni tampoco x el mundillo futbolístico, que nunca toleró algunos aspectos de su vida privada.
Recomendamos esta obra, para el público en general, pero en el caso que el espectador guste del futbol, disfrutarán en especial de esta pieza y en ese caso, consideramos que es de visión obligatoria, ya que retrata de manera admirable, la pasión del aficionado argentino por el fútbol y el amor de un árbitro por su profesión.
Pensador Teatral.
Obra escrita y dirigida por Jorge Luis Dreschler.
Teníamos muchas expectativas en ver esta pieza, opera prima de Dreschler, que explorando en el mundo del fútbol y su lenguaje, se encontró con la historia del polémico arbitro Fabián Madorrán, que tuvo una carrera meteórica dentro del arbitraje, llegando a ser reconocido juez internacional, muchas veces polémico para los medios y que tuvo un final abrupto, cuando luego de una muy mala actuación, en un partido decisivo, es expulsado del arbitraje y poco tiempo después, cae en un estado depresivo y decide terminar con su vida.
Hasta ahí un breve resumen de la vida de Madorrán a modo introductorio, pero vayamos ya a la obra. La historia se inicia con un televisor que nos muestras las imágenes de un partido definitorio, un gol anulado y el relato que denuncia, que el gol era válido y que debió ser convalidado, pero no lo fue por un error arbitral.
El juez de ese encuentro fue precisamente Fabián Madorràn y sin saberlo, esté partido cambiaría su destino para siempre, no sólo porque sería obligado a dejar el referato, sino que también terminaría con su vida.
La obra, es un excelente muestrario del mundo futbolero, desde un punto de vista muy particular, como el del árbitro, desde su mirada, podemos ver la pasión del hincha, el mundo de los vestuarios, los operativos policiales, los cracks que muestran sus destrezas dentro del campo de juego y en todo momento aparece la pasión como protagonista de este deporte.
El autor logra un texto sensible y con un grado descriptivo minucioso, donde aquel espectador que gusta del fútbol disfrutará muchísimo, ya que tiene numerosos guiños que sabrá reconocer.
La muy buena dinámica que tiene este unipersonal, se apoya en la fantástica composición del personaje, que realiza Ramiro Aguayo, como Fabián Madorrán. Impresiona verlo con su prolija vestimenta, su silbato y sus tarjetas.
A lo largo de la trama, Ramiro se transforma en Madorrán de manera admirable y se encarga de mostrar su apego a las leyes de juego, su amor por la profesión y su obsesión por el cumplimiento del reglamento. También se pone de manifiesto cierta soberbia, que hacía que se considerara a si mismo como el mejor en la profesión y como trabajaba a diario para serlo.
La puesta es muy efectiva, el protagonista se mueve en cuadrado bien delimitado, por unas luces de LED verde, dentro del mismo, el juez se detiene a pensar y ejerce su profesión, corriendo, tocando el silbato y sacando tarjetas a los imaginarios jugadores.
La escenografía es despojada y el juez está solo, apenas lo acompaña un banquito y un televisor, esta imágen de soledad del referí, es una matáfora perfecta de lo que ocurre en la realidad, donde el juez siempre está en inferioridad, solo con su terna contra todo el resto.
Muy bueno también el diseño lumínico de Santiago Lozano, que con los distintos momentos de luz y oscuridad, logra separar los actos y crear los climas que pide la pieza.
En definitiva, una propuesta original y muy bien plasmada, la que nos propone el autor, mostrando un maridaje perfecto entre fútbol y teatro, con una actuación extraordinaria de Ramiro Aguayo, que con su sentida interpretación, le brinda un merecidas respetuoso reconocimiento a un árbitro, que no tuvo un trato demasiado benévolo de parte de los medios de comunicación, ni tampoco x el mundillo futbolístico, que nunca toleró algunos aspectos de su vida privada.
Recomendamos esta obra, para el público en general, pero en el caso que el espectador guste del futbol, disfrutarán en especial de esta pieza y en ese caso, consideramos que es de visión obligatoria, ya que retrata de manera admirable, la pasión del aficionado argentino por el fútbol y el amor de un árbitro por su profesión.
Pensador Teatral.
sábado, 22 de abril de 2017
Iracunda Tristeza.
Miércoles 20 30 hs en El Tinglado Teatro ( Mario Bravo 948 )
Obra escrita por Gilda Bona y dirigida por Silvia Hilario.
Inspirada en el cuento " Un dìa de trabajo " de Truman Capote, Gilda, dramaturga reconocida en el medio y con varios premios en su haber, como es su sana costumbre, nos ofrece un texto profundo que pone el foco en la condición humana y sus conflictos.
En este caso, Iracunda Tristeza, nos cuenta la historia de un escritor, del que no se revela el nombre , interpretado por Gabriel Nicola y Matilde ( Marta Pomponio ) su empleada doméstica.
La acción que se desarrolla en un único acto, se inicia, con el desaliñado escritor, durmiendo en su cama y el ingreso de Matilde a la casa para hacer la habitual limpieza semanal , pero en un día que no la esperaba. Apenas lo vé, la empleada doméstica, se dá cuenta, que el escritor no tuvo una buena noche. El panorama del departamento es prueba de esto , ropa tirada en el piso, botellas esparcidas por doquier y el aspecto del escritor denota que la noche anterior estuvo bebiendo y no poco.
Su esposa lo abandonó hace dos meses y el golpe dejó secuelas en el escritor, que sufre la situación y parece abandonado, no logra concentrarse para escribir y sale poco de la casa.
Matilde en cambio está sobria, pero tampoco se la nota bien ese día, se muestra triste, irritable y angustiada, por alguna situación personal que sin dudas esconde.
Los diálogos entre el escritor y Matilde, son realmente muy ricos, ambos parecen almas en pena, se los nota doloridos y muy solos.
La conversación se desarrolla sin rumbo fijo, por momentos el escritor se defiende de las acusaciones de la mucama acerca de su estado etílico y de abandono, en otros Matilde que está muy misteriosa, de a poco va contando algunos detalles de sus " clientes ". Ella llama clientes, a las personas a las que les limpia la casa y en ese departamento, los tiene varios pisos y conoce varias historias de vida, que a pesar de mostrase reservada, con tono confidente, le cuenta al escritor.
La trama tiene un aire misterioso y lúgubre que le dá un aire de misterio a la pieza, que envuelve al espectador, que en su butaca, quiere adivinar cual es el secreto que la mucama esconde y el escritor parece adrede no querer descubrir o su perturbado estado no le permite hacerlo.
La historia atrapa, pero es hora ya de destacar las excelentes actuaciones que tiene la obra, Gabriel Nicola dá vida a un escritor melancólico y aturdido por su situación, se lo nota confundido, abatido y buscando aferrarse de alguna una soga para no seguir cayendo. Y por el otro lado, Marta Pomponio, interpreta a Matilde, una mucama muy particular, con fuerte presencia, misteriosa, sagaz y que tampoco parece muy conforme con su presente, Según el escritor, no nació para limpiar casas, sino para ser escritora, por todas las historias que tiene para contar.
La química entre los protagonistas es notable, se los nota muy conectados y comprometidos con la historia, interpretando con mucha pasión sus personajes. ( no se pierdan un mágico baile que nos tienen reservados ) y marcando en forma acompasada los tiempos que propone la directora.
A estas actuaciones tan sentidas, hay que agregar un diseño escenográfico brillante, a cargo de Claudio Larrea, que brinda una atmósfera intimista, mostrando un departamento bien decorado en el Piso 18 ( el último ), con un ventanal de fondo, enorme que tiene como vista la cuidad desde las alturas, en aquel día gris.
A lo largo de toda la obra, se escucha el ruido de la lluvia de fondo, tan real, que parece que en verdad está lloviendo en ese momento y por último mencionar la estupenda música original que tiene la pieza a cargo de Alejandro González Novoa, que contribuye sobremanera con la belleza de la puesta.
Mucho mérito de la directora Silvia Hilario, que logró darle vida al guión de Gilda Bona, con una puesta en escena repleta de poesía y con tantos recursos artísticos, que unidos, le agregan muchísimo valor a la pieza.
Como conclusión, una entrañable obra, la que vimos el pasado Miércoles, en El Tinglado. Una pieza que nos habla sobre la soledad que reina en las grandes ciudades, la multiplicidad de historias que se esconden detrás de cada puerta y de como el ser humano, tristemente trata de huir de los sinsabores de la vida, debiendo recurrir en muchos casos, a alguna adicción, como única vía de escape, para esa vida gris que lo envuelve.
Siempre es un gusto, descubrir estas excelentes y escondidas obras del off, en este caso Iracunda Tristeza, donde se conjugan un texto profundo, una dirección precisa, actuaciones deliciosas y una puesta bella, para que el espectador pueda disfruta como lo hicimos nosotros, de una hermosa noche de teatro.
Pensador Teatral.
Obra escrita por Gilda Bona y dirigida por Silvia Hilario.
Inspirada en el cuento " Un dìa de trabajo " de Truman Capote, Gilda, dramaturga reconocida en el medio y con varios premios en su haber, como es su sana costumbre, nos ofrece un texto profundo que pone el foco en la condición humana y sus conflictos.
En este caso, Iracunda Tristeza, nos cuenta la historia de un escritor, del que no se revela el nombre , interpretado por Gabriel Nicola y Matilde ( Marta Pomponio ) su empleada doméstica.
La acción que se desarrolla en un único acto, se inicia, con el desaliñado escritor, durmiendo en su cama y el ingreso de Matilde a la casa para hacer la habitual limpieza semanal , pero en un día que no la esperaba. Apenas lo vé, la empleada doméstica, se dá cuenta, que el escritor no tuvo una buena noche. El panorama del departamento es prueba de esto , ropa tirada en el piso, botellas esparcidas por doquier y el aspecto del escritor denota que la noche anterior estuvo bebiendo y no poco.
Su esposa lo abandonó hace dos meses y el golpe dejó secuelas en el escritor, que sufre la situación y parece abandonado, no logra concentrarse para escribir y sale poco de la casa.
Matilde en cambio está sobria, pero tampoco se la nota bien ese día, se muestra triste, irritable y angustiada, por alguna situación personal que sin dudas esconde.
Los diálogos entre el escritor y Matilde, son realmente muy ricos, ambos parecen almas en pena, se los nota doloridos y muy solos.
La conversación se desarrolla sin rumbo fijo, por momentos el escritor se defiende de las acusaciones de la mucama acerca de su estado etílico y de abandono, en otros Matilde que está muy misteriosa, de a poco va contando algunos detalles de sus " clientes ". Ella llama clientes, a las personas a las que les limpia la casa y en ese departamento, los tiene varios pisos y conoce varias historias de vida, que a pesar de mostrase reservada, con tono confidente, le cuenta al escritor.
La trama tiene un aire misterioso y lúgubre que le dá un aire de misterio a la pieza, que envuelve al espectador, que en su butaca, quiere adivinar cual es el secreto que la mucama esconde y el escritor parece adrede no querer descubrir o su perturbado estado no le permite hacerlo.
La historia atrapa, pero es hora ya de destacar las excelentes actuaciones que tiene la obra, Gabriel Nicola dá vida a un escritor melancólico y aturdido por su situación, se lo nota confundido, abatido y buscando aferrarse de alguna una soga para no seguir cayendo. Y por el otro lado, Marta Pomponio, interpreta a Matilde, una mucama muy particular, con fuerte presencia, misteriosa, sagaz y que tampoco parece muy conforme con su presente, Según el escritor, no nació para limpiar casas, sino para ser escritora, por todas las historias que tiene para contar.
La química entre los protagonistas es notable, se los nota muy conectados y comprometidos con la historia, interpretando con mucha pasión sus personajes. ( no se pierdan un mágico baile que nos tienen reservados ) y marcando en forma acompasada los tiempos que propone la directora.
A estas actuaciones tan sentidas, hay que agregar un diseño escenográfico brillante, a cargo de Claudio Larrea, que brinda una atmósfera intimista, mostrando un departamento bien decorado en el Piso 18 ( el último ), con un ventanal de fondo, enorme que tiene como vista la cuidad desde las alturas, en aquel día gris.
A lo largo de toda la obra, se escucha el ruido de la lluvia de fondo, tan real, que parece que en verdad está lloviendo en ese momento y por último mencionar la estupenda música original que tiene la pieza a cargo de Alejandro González Novoa, que contribuye sobremanera con la belleza de la puesta.
Mucho mérito de la directora Silvia Hilario, que logró darle vida al guión de Gilda Bona, con una puesta en escena repleta de poesía y con tantos recursos artísticos, que unidos, le agregan muchísimo valor a la pieza.
Como conclusión, una entrañable obra, la que vimos el pasado Miércoles, en El Tinglado. Una pieza que nos habla sobre la soledad que reina en las grandes ciudades, la multiplicidad de historias que se esconden detrás de cada puerta y de como el ser humano, tristemente trata de huir de los sinsabores de la vida, debiendo recurrir en muchos casos, a alguna adicción, como única vía de escape, para esa vida gris que lo envuelve.
Siempre es un gusto, descubrir estas excelentes y escondidas obras del off, en este caso Iracunda Tristeza, donde se conjugan un texto profundo, una dirección precisa, actuaciones deliciosas y una puesta bella, para que el espectador pueda disfruta como lo hicimos nosotros, de una hermosa noche de teatro.
Pensador Teatral.
jueves, 20 de abril de 2017
Los Vecinos de Arriba
Miércoles a Domingo en Teatro Metropolitan Sura. ( Av. Corrientes 1343 )
Obra escrita por el catalán Cesc Gay y dirigida por Javier Daulte.
Comedia estrenada en el 2015, con gran suceso de crítica y taquilla en España, estando actualmente en cartel en Madrid, arrancando su segunda temporada.
Cesc Gay es reconocido en su país, como un excelente guionista cinematográfico y tiene varios largometrajes de su autoría reconocidos internacionalmente, entre ellos Trumam, que recibió 5 Premios Goya, incluidos mejor guión y película.
Los Vecinos de Arriba, es su primera obra teatral y la senda del éxito en sus trabajos se mantiene intacta,
La versión local a cargo del talentoso Javier Daulte, promete tener en Buenos Aires, el mismo éxito que tuvo en su país de orígen, ya que al muy buen guión, se le suma una buena adaptación y principalmente, la presencia de dos actores de gran trayectoria y popularidad, como lo son Diego Peretti y Florencia Peña.
La obra, nos mostrará como el matrimonio formado por Ana ( Florencia Peña ) y Julio ( Diego Peretti ) que no está pasando su mejor momento, muy por el contrario se encuentran en crisis, sufriendo el desgaste de la convivenncia. Una noche verán interrumpida su habitual rutina, cuando Ana en forma inconsulta, decide invitar a su departamento a los vecinos de arriba, para compartir una picada.
Julio no reacciona bien, ante esta invitación, ya que no vé con simpatía a aquel matrimonio y no le parece una buena idea que conozcan su casa, ya que casi a diario sufren los ruidos molestos de ellos, provocados por la activa vida sexual que indudablemente tienen, a juzgar por los sonidos y los ruidos, que escuchan en las madrugadas.
El matrimonio vecino en cuestión, está conformado por Laura ( Julieta Vallina ) y Rafael Ferro ( Salva ), que tienen un perfil muy diferente al matrimonio anfitrión, ellos son mucho más liberales, parecen alegres y parecen no sufrir la convivencia, se los nota contentos, abiertos y sin miedo a expresar sus deseos y sentimientos,
Este contraste entre ambas parejas, es un punto muy interesante de la trama, que el autor explota con sapiencia, consiguiendo muchos momentos graciosos.
La velada se desarrolla con cierta tensión, hasta que todo cambiará, cuando Ana y Julio, quedan helados ante la inusual propuesta que reciben del matrimonio vecino. De que se trata ??
Sin adelantar demasiado para conservar el suspenso, solo contaremos que este matrimonio de vida sexual tan activa, les propondrá a esta pareja en conflicto, tener sexo grupal, algo que ellos consideran como normal y placentero, además de creerlo un antídoto para los problemas de parejas de larga data.
Se imaginan la reacción de Julio y Ana ??? Cuando vean la obra, podrán comprobar si imaginaron bien, la respuesta que tendrán ante semejante proposición.
Las actuaciones son muy destacadas y con el calibre de los actores que la protagonizan, es algo previsble.
Diego Peretti, un actor que me encanta, le está tomando el gustito al mundo de las tablas y con un estupendo trabajo, se convierte en el motor de la historia, dando vida a un marido políticamente correcto, pero amargado y reprimido. Un lujo, poder ver sobre el escenario a Diego,
En este caso, forma una dupla exquisita con Florencia Peña, una actriz con gran recorrido en el teatro, haciendo gala en esta obra, de toda su frescura y espontaneidad, con una soltura que dentro del contexto de la obra, hasta le permite bromear, en complicidad con el público, al jugar con alguna situación desagradable, que le ocurrió en su vida real.
Muy buena apuesta del director, por esta dupla protagónica, taquillera y con mucho carisma,
Pero no podemos dejar de destacar, lo de Rafael Ferro, como Salva, de profesión bombero, que con mucha soltura y simpatía, compone un entusiasta y divertido personaje.
Y dejamos para el final, a Julieta Vallina, psicóloga ella , para nosotros la revelación de la obra, sensual, con mucha expresividad corporal, realiza una excelente interpretación. Muy bueno lo de Julieta.
Es decir, sin bien las figuras convocantes son Peretti y Peña, sobre el escenario los cuatro protagonistas, se destacan casi por igual y elevan en buen grado el nivel de la pieza.
Una escenografía imponente y muy elegante a cargo de Alicia Leloutre en el amplio escenario que ofrece el Metropolitan, al igual que el diseño lumínico a cargo de Matías Sendon, que en ambos casos, contribuyen a la belleza de la puesta.
Como dijimos un guión muy interesante, por sobre el promedio de los que suele ofrecernos el teatro comercial, el que nos presenta Los Vecinos de Arriba, a la que podemos catalogar, como una comedia dramática, ya que si bien en primer plano, lo que vemos es una comedia clásica, con muy buenos gags y momentos divertidos. por debajo de la superficie, se asoma un guión audaz e inteligente, que nos invitará a la reflexión, ya que a lo largo de la trama, se mostrarán los problemas que tienen muchos matrimonios actuales, malas convivencias y el conocido desgaste que se produce por la rutina y el paso de los años.
En este punto entendemos, está la clave, que explica el suceso que tiene la obra, ya que pone el foco, en una temática actual y aún tabú en muchas parejas, como es la insatisfacción sexual de la pareja, siendo este punto de divergencia,la causa principal del fracaso de las mismas y en algunos casos hasta el motivo que los empuja, a dar el doloroso paso, hacia la separación.
En conclusión, una obra audaz, inteligente, que además de hacer y reír mucho a los espectadores, lo hará reflexionar y en muchos casos, a sentirse identificado en mayor o menor medida, con las experiencias de estos matrimonios.
Si a esto le sumamos actores de trayectoria y carisma como los que presenta la obra, podemos afirmar, sin temor a equivocarnos que Los Vecinos de Arriba, tendrá en nuestro país, el mismo suceso que tuvo en España.
Pensador Teatral.
Obra escrita por el catalán Cesc Gay y dirigida por Javier Daulte.
Comedia estrenada en el 2015, con gran suceso de crítica y taquilla en España, estando actualmente en cartel en Madrid, arrancando su segunda temporada.
Cesc Gay es reconocido en su país, como un excelente guionista cinematográfico y tiene varios largometrajes de su autoría reconocidos internacionalmente, entre ellos Trumam, que recibió 5 Premios Goya, incluidos mejor guión y película.
Los Vecinos de Arriba, es su primera obra teatral y la senda del éxito en sus trabajos se mantiene intacta,
La versión local a cargo del talentoso Javier Daulte, promete tener en Buenos Aires, el mismo éxito que tuvo en su país de orígen, ya que al muy buen guión, se le suma una buena adaptación y principalmente, la presencia de dos actores de gran trayectoria y popularidad, como lo son Diego Peretti y Florencia Peña.
La obra, nos mostrará como el matrimonio formado por Ana ( Florencia Peña ) y Julio ( Diego Peretti ) que no está pasando su mejor momento, muy por el contrario se encuentran en crisis, sufriendo el desgaste de la convivenncia. Una noche verán interrumpida su habitual rutina, cuando Ana en forma inconsulta, decide invitar a su departamento a los vecinos de arriba, para compartir una picada.
Julio no reacciona bien, ante esta invitación, ya que no vé con simpatía a aquel matrimonio y no le parece una buena idea que conozcan su casa, ya que casi a diario sufren los ruidos molestos de ellos, provocados por la activa vida sexual que indudablemente tienen, a juzgar por los sonidos y los ruidos, que escuchan en las madrugadas.
El matrimonio vecino en cuestión, está conformado por Laura ( Julieta Vallina ) y Rafael Ferro ( Salva ), que tienen un perfil muy diferente al matrimonio anfitrión, ellos son mucho más liberales, parecen alegres y parecen no sufrir la convivencia, se los nota contentos, abiertos y sin miedo a expresar sus deseos y sentimientos,
Este contraste entre ambas parejas, es un punto muy interesante de la trama, que el autor explota con sapiencia, consiguiendo muchos momentos graciosos.
La velada se desarrolla con cierta tensión, hasta que todo cambiará, cuando Ana y Julio, quedan helados ante la inusual propuesta que reciben del matrimonio vecino. De que se trata ??
Sin adelantar demasiado para conservar el suspenso, solo contaremos que este matrimonio de vida sexual tan activa, les propondrá a esta pareja en conflicto, tener sexo grupal, algo que ellos consideran como normal y placentero, además de creerlo un antídoto para los problemas de parejas de larga data.
Se imaginan la reacción de Julio y Ana ??? Cuando vean la obra, podrán comprobar si imaginaron bien, la respuesta que tendrán ante semejante proposición.
Las actuaciones son muy destacadas y con el calibre de los actores que la protagonizan, es algo previsble.
Diego Peretti, un actor que me encanta, le está tomando el gustito al mundo de las tablas y con un estupendo trabajo, se convierte en el motor de la historia, dando vida a un marido políticamente correcto, pero amargado y reprimido. Un lujo, poder ver sobre el escenario a Diego,
En este caso, forma una dupla exquisita con Florencia Peña, una actriz con gran recorrido en el teatro, haciendo gala en esta obra, de toda su frescura y espontaneidad, con una soltura que dentro del contexto de la obra, hasta le permite bromear, en complicidad con el público, al jugar con alguna situación desagradable, que le ocurrió en su vida real.
Muy buena apuesta del director, por esta dupla protagónica, taquillera y con mucho carisma,
Pero no podemos dejar de destacar, lo de Rafael Ferro, como Salva, de profesión bombero, que con mucha soltura y simpatía, compone un entusiasta y divertido personaje.
Y dejamos para el final, a Julieta Vallina, psicóloga ella , para nosotros la revelación de la obra, sensual, con mucha expresividad corporal, realiza una excelente interpretación. Muy bueno lo de Julieta.
Es decir, sin bien las figuras convocantes son Peretti y Peña, sobre el escenario los cuatro protagonistas, se destacan casi por igual y elevan en buen grado el nivel de la pieza.
Una escenografía imponente y muy elegante a cargo de Alicia Leloutre en el amplio escenario que ofrece el Metropolitan, al igual que el diseño lumínico a cargo de Matías Sendon, que en ambos casos, contribuyen a la belleza de la puesta.
Como dijimos un guión muy interesante, por sobre el promedio de los que suele ofrecernos el teatro comercial, el que nos presenta Los Vecinos de Arriba, a la que podemos catalogar, como una comedia dramática, ya que si bien en primer plano, lo que vemos es una comedia clásica, con muy buenos gags y momentos divertidos. por debajo de la superficie, se asoma un guión audaz e inteligente, que nos invitará a la reflexión, ya que a lo largo de la trama, se mostrarán los problemas que tienen muchos matrimonios actuales, malas convivencias y el conocido desgaste que se produce por la rutina y el paso de los años.
En este punto entendemos, está la clave, que explica el suceso que tiene la obra, ya que pone el foco, en una temática actual y aún tabú en muchas parejas, como es la insatisfacción sexual de la pareja, siendo este punto de divergencia,la causa principal del fracaso de las mismas y en algunos casos hasta el motivo que los empuja, a dar el doloroso paso, hacia la separación.
En conclusión, una obra audaz, inteligente, que además de hacer y reír mucho a los espectadores, lo hará reflexionar y en muchos casos, a sentirse identificado en mayor o menor medida, con las experiencias de estos matrimonios.
Si a esto le sumamos actores de trayectoria y carisma como los que presenta la obra, podemos afirmar, sin temor a equivocarnos que Los Vecinos de Arriba, tendrá en nuestro país, el mismo suceso que tuvo en España.
Pensador Teatral.
martes, 18 de abril de 2017
Pescando en la Bañera
Viernes 20 hs en El Kafka Espacio Teatral ( Lambaré 866 )
Dramaturgía y dirección de Leonel Dolara.
Excelente obra que presenciamos en El Kafka, profunda, original y haciendo que el espectador se vaya reflexionando mucho, al término de la función, ya que es una pieza que moviliza.
El guión escrito por Dolara, es realmente muy elaborado, el autor confiesa que estuvo siete años para escribirlo, ya que no lo hizo en forma continua y se evidencia un gran trabajo en el mismo, cuidando todos los detalles.
La acción arranca, con un grupo de personas sentadas, uno al lado del otro, enfrentando al público, casi cara a cara, con una cercanía perturbadora. No saben donde se encuentran, cuanto tiempo llevan allí y cuál es el motivo por el que se encuentran reunidos. Encima hay algunas personas que se conocen y otras que no conocen a nadie, la situación es desconcertante para todos, en ese prometedor arranque.
La luz se apaga y con el cambio de acto, de a poco iremos conociendo las historias personales de estos individuos, viviremos hechos de su vida cotidiana, pero lo haremos desde un lugar particular, ya que las acciones se desarrollan en los baños de sus casas, esto tiene una significación especial, ya que en ese espacio es donde los protagonistas, se confiesan, donde pueden exponer sus intimidades, un lugar donde se sienten resguardados para exponer sus pensamientos más secretos.
Los actos tienen una gran dinámica y los protagonistas aparecen y desaparecen de escena con movimientos precisos y coordinados. Las historias varían, pero hay un eje central que es el amor, nos muestra como el ser humano quiere ser amado por el otro y como muchas veces se acepta vivir una vida de ficción, simplemente para estar acompañado.
La obra nos habla de amores y desamores, de adicciones, de infidelidades, de homosexualidad, de violencia de género y también del miedo a la soledad. Los temas se tocan con una profundidad y una fuerza que abruman por su crudeza.
La trama tiene una gran dinámica y el espectador siempre está atento a lo que sucede en el escenario.
El despliegue actoral que tiene la puesta merece destacarse, hay diez actores en escena y las interpretaciones son francamente magníficas.
Pecando de ser injustos, vamos a destacar algunas de ellas, por ejemplo Gabriela del Mar, dá vida a Natalia, una mujer que no está conforme su matrimonio, pero tiene temor a dar el paso hacia la separación, gran tarea de Gabriela, que conmueve con su personaje.
Es buenísimo también lo de Rosella Bosco, como Blanca, una mujer obsesiva, a la que le gusta tener todo bajo control y accidentalmente descubrirá un secreto terrible que lo cambia todo . Genial su caracterización.
Por lado masculino, podemos mencionar a Bruno Alarcón, el atribulado Martín, que tomará coraje se animará a confesar una verdad impensada a su esposa.
Pero estamos siendo muy injustos, con el resto de los protagonistas y no corresponde, ya que cumplen en gran forma sus papeles, Mariano Cáceres ( Diego ), Julián Calviño ( Esteban), Jimena La Torre ( Claudia ), Stella Minardi ( Amalia ), Antonella Piersanti ( Mónica ), Victoria Montes ( Alejandra ) y Diego Viquez ( Ignacio ).
Un elenco numeroso, que funciona muy bien en su conjunto y en lo individual, realmente un excelente trabajo de dirección, en la elección de los actores para cada personaje y en guiarlos para que sobre el escenario actúen en forma armónica.
La puesta tiene una gran originalidad y belleza, esto en gran parte se debe, al fenomenal diseño escenográfico de Gonzalo Córdova, montando una estructura con escaleras que elevan una plataforma central, para que los actores puedan subir y bajar para cambiar de ambiente y obviamente para llegar al baño donde se desarrollan las escenas.
Importante también el uso de la iluminación, para separar los actos y marcar el clima de la puesta, un muy buen vestuario, la música original, hay escenas con pasos de danza, realmente el despliegue escénico es admirable y merece destacarse.
Hay muchísimo trabajo en la presentación de esta pieza y esto la enriquece mucho.
Sin dudas, que es una obra que merece verse, fuerte, profunda y sin dudas que el espectador se verá reflejado el mismo o verá algún ser querido en las diferentes historias y vá a reflexionar con lo que verá en el escenario, ya que la obra moviliza y mucho, es imposible quedar indiferente con las historias que pasarán a lo largo de la trama.
Un estupendo guión de Leonel Dolara, que además realiza un enorme trabajo en la dirección, para coordinar actuaciones tan destacadas, en esta obra que sin dudas recomendamos.
La salla llena que se viene repitiendo todos los Viernes de función desde el estreno y la ovación sostenida del público al final de la misma, premia el gran trabajo del equipo que dá vida a Pescando en la Bañera, título con que el espectador se identifica y esa metáfora, nos invita a pensar, como muchas veces en nuestras vidas, gastamos nuestras energías, explorando en lugares donde nunca vamos a encontrar aquello que tanto anhelamos.
Pensador Teatral
Dramaturgía y dirección de Leonel Dolara.
Excelente obra que presenciamos en El Kafka, profunda, original y haciendo que el espectador se vaya reflexionando mucho, al término de la función, ya que es una pieza que moviliza.
El guión escrito por Dolara, es realmente muy elaborado, el autor confiesa que estuvo siete años para escribirlo, ya que no lo hizo en forma continua y se evidencia un gran trabajo en el mismo, cuidando todos los detalles.
La acción arranca, con un grupo de personas sentadas, uno al lado del otro, enfrentando al público, casi cara a cara, con una cercanía perturbadora. No saben donde se encuentran, cuanto tiempo llevan allí y cuál es el motivo por el que se encuentran reunidos. Encima hay algunas personas que se conocen y otras que no conocen a nadie, la situación es desconcertante para todos, en ese prometedor arranque.
La luz se apaga y con el cambio de acto, de a poco iremos conociendo las historias personales de estos individuos, viviremos hechos de su vida cotidiana, pero lo haremos desde un lugar particular, ya que las acciones se desarrollan en los baños de sus casas, esto tiene una significación especial, ya que en ese espacio es donde los protagonistas, se confiesan, donde pueden exponer sus intimidades, un lugar donde se sienten resguardados para exponer sus pensamientos más secretos.
Los actos tienen una gran dinámica y los protagonistas aparecen y desaparecen de escena con movimientos precisos y coordinados. Las historias varían, pero hay un eje central que es el amor, nos muestra como el ser humano quiere ser amado por el otro y como muchas veces se acepta vivir una vida de ficción, simplemente para estar acompañado.
La obra nos habla de amores y desamores, de adicciones, de infidelidades, de homosexualidad, de violencia de género y también del miedo a la soledad. Los temas se tocan con una profundidad y una fuerza que abruman por su crudeza.
La trama tiene una gran dinámica y el espectador siempre está atento a lo que sucede en el escenario.
El despliegue actoral que tiene la puesta merece destacarse, hay diez actores en escena y las interpretaciones son francamente magníficas.
Pecando de ser injustos, vamos a destacar algunas de ellas, por ejemplo Gabriela del Mar, dá vida a Natalia, una mujer que no está conforme su matrimonio, pero tiene temor a dar el paso hacia la separación, gran tarea de Gabriela, que conmueve con su personaje.
Es buenísimo también lo de Rosella Bosco, como Blanca, una mujer obsesiva, a la que le gusta tener todo bajo control y accidentalmente descubrirá un secreto terrible que lo cambia todo . Genial su caracterización.
Por lado masculino, podemos mencionar a Bruno Alarcón, el atribulado Martín, que tomará coraje se animará a confesar una verdad impensada a su esposa.
Pero estamos siendo muy injustos, con el resto de los protagonistas y no corresponde, ya que cumplen en gran forma sus papeles, Mariano Cáceres ( Diego ), Julián Calviño ( Esteban), Jimena La Torre ( Claudia ), Stella Minardi ( Amalia ), Antonella Piersanti ( Mónica ), Victoria Montes ( Alejandra ) y Diego Viquez ( Ignacio ).
Un elenco numeroso, que funciona muy bien en su conjunto y en lo individual, realmente un excelente trabajo de dirección, en la elección de los actores para cada personaje y en guiarlos para que sobre el escenario actúen en forma armónica.
La puesta tiene una gran originalidad y belleza, esto en gran parte se debe, al fenomenal diseño escenográfico de Gonzalo Córdova, montando una estructura con escaleras que elevan una plataforma central, para que los actores puedan subir y bajar para cambiar de ambiente y obviamente para llegar al baño donde se desarrollan las escenas.
Importante también el uso de la iluminación, para separar los actos y marcar el clima de la puesta, un muy buen vestuario, la música original, hay escenas con pasos de danza, realmente el despliegue escénico es admirable y merece destacarse.
Hay muchísimo trabajo en la presentación de esta pieza y esto la enriquece mucho.
Sin dudas, que es una obra que merece verse, fuerte, profunda y sin dudas que el espectador se verá reflejado el mismo o verá algún ser querido en las diferentes historias y vá a reflexionar con lo que verá en el escenario, ya que la obra moviliza y mucho, es imposible quedar indiferente con las historias que pasarán a lo largo de la trama.
Un estupendo guión de Leonel Dolara, que además realiza un enorme trabajo en la dirección, para coordinar actuaciones tan destacadas, en esta obra que sin dudas recomendamos.
La salla llena que se viene repitiendo todos los Viernes de función desde el estreno y la ovación sostenida del público al final de la misma, premia el gran trabajo del equipo que dá vida a Pescando en la Bañera, título con que el espectador se identifica y esa metáfora, nos invita a pensar, como muchas veces en nuestras vidas, gastamos nuestras energías, explorando en lugares donde nunca vamos a encontrar aquello que tanto anhelamos.
Pensador Teatral
domingo, 16 de abril de 2017
Intrusión
Jueves 21 hs en Teatro del Abasto ( Humahuaca 3549 )
Obra escrita por el dramaturgo francés Frederic Sonntag y dirigida por Leonardo Saggese.
Interesante propuesta la de Intrusión, que podemos catalogar como una obra de suspenso, género muy poco representado en nuestro teatro nacional.
Sonntag se destaca por sus textos experimentales y Leonardo Saggese, joven actor y director argentino, tomó el desafío de adaptarlo para esta versión local, llevando los textos del autor francés a nuestra realidad, algo que pudo conseguir en gran forma..
La historia trata de dos parejas de amigos, que deciden ir a pasar unas vacaciones a una casa aislada de la civilización, como una forma de escapar de la ciudad y reencontrarse en esa soledad con ellos mismos, ya que ambas parejas no pasan por su mejor momento.
No saben cuánto tiempo pasarán juntos en este casa y si la experiencia funcionará o no, es algo que entienden van a descubrir, con el paso de los días.
Pero luego de pasar la primera noche en aquella cabaña, la situación cambiará radicalmente, ya que al despertarse en la mañana, Tomás descubrirá que en el living de la casa, hay una joven mujer vestida con un camisón blanco.
Está sentada y en silencio, el misterio es grande, ya que las ventanas y la puerta están cerradas, desde la noche anterior y no tienen signos de haber sido forzadas.
Por dónde entró entonces la mujer ?? Porque no habla ?? Será peligrosa ??? Realmente está en el living esta mujer o es una alucinación colectiva ??
Los interrogantes son numerosos y vamos a dejar que la espectador cuando vea la obra, pueda ir develando alguno de ellos y otros más que irán apareciendo.
Solo adelantar que la trama está envuelta en un halo de misterio y tiene un aire perturbador que incomoda al espectador que al igual que los protagonistas, se sienten inquietos por esta extraña intrusa, que los mira, sin decir palabra y se hace imposible determinar sus intenciones.
Será muy interesante ver como reacciona cada uno de los habitantes de la cabaña, con esta invitada misteriosa e inesperada. Como se reacciona ante lo desconocido ??? Algunos reaccionan con miedo, otra en forma violenta, algunos con amor e incredulidad.
El autor explota muy bien esto y el conflicto a lo largo de la trama es constante y la atención del espectador se mantiene en forma permanente.
El trabajo del director es destacable, pero su éxito se apoya en un joven elenco que está a la altura del desafío, los integrantes de la compañía teatral Los Catárticos, grupo creado por el mismo Saggese. en el 2013.
Los protagonistas de la historia, son Leandro Lombardi, Johanna Aravena, Matías Rossomando y Gabriela Seminario, los integrantes de la parejas que deciden estas vacaciones particulares y además está Clara Pino, la misteriosa mujer, que cumple una gran labor, un papel muy complejo para interpretar y destacarse, pero lo consigue, con una gestualidad que impresiona.
Igual para ser justos, todo el elenco cumple y cada uno le aporta un matiz diferente a la pieza, de acuerdo a sus diferentes reacciones, ante aquella enigmática presencia.
Una escenografía lucida de Edna Fernández Chajud, simulando la solitaria cabaña y la buena utilización de la música y de la iluminación para separar los diferentes cuadros y colaborar con la atmósfera de misterio que pide la puesta,
En conclusión, una interesante propuesta la que nos ofrece Intrusión, un promisorio director que adapta un muy buen texto, trabajando con un joven grupo de actores para redondear una pieza original, en el género del suspenso poco explotado en el teatro local, donde el espectador estará enganchado y en todo momento queriendo dilucidar que oucrrirá, debiendo a estar muy atento al descenlace, ya que como toda buena obra de misterio, tendrá un final sorprendente, que de ninguna manera vamos a anticipar.
Pensador Teatral.
Obra escrita por el dramaturgo francés Frederic Sonntag y dirigida por Leonardo Saggese.
Interesante propuesta la de Intrusión, que podemos catalogar como una obra de suspenso, género muy poco representado en nuestro teatro nacional.
Sonntag se destaca por sus textos experimentales y Leonardo Saggese, joven actor y director argentino, tomó el desafío de adaptarlo para esta versión local, llevando los textos del autor francés a nuestra realidad, algo que pudo conseguir en gran forma..
La historia trata de dos parejas de amigos, que deciden ir a pasar unas vacaciones a una casa aislada de la civilización, como una forma de escapar de la ciudad y reencontrarse en esa soledad con ellos mismos, ya que ambas parejas no pasan por su mejor momento.
No saben cuánto tiempo pasarán juntos en este casa y si la experiencia funcionará o no, es algo que entienden van a descubrir, con el paso de los días.
Pero luego de pasar la primera noche en aquella cabaña, la situación cambiará radicalmente, ya que al despertarse en la mañana, Tomás descubrirá que en el living de la casa, hay una joven mujer vestida con un camisón blanco.
Está sentada y en silencio, el misterio es grande, ya que las ventanas y la puerta están cerradas, desde la noche anterior y no tienen signos de haber sido forzadas.
Por dónde entró entonces la mujer ?? Porque no habla ?? Será peligrosa ??? Realmente está en el living esta mujer o es una alucinación colectiva ??
Los interrogantes son numerosos y vamos a dejar que la espectador cuando vea la obra, pueda ir develando alguno de ellos y otros más que irán apareciendo.
Solo adelantar que la trama está envuelta en un halo de misterio y tiene un aire perturbador que incomoda al espectador que al igual que los protagonistas, se sienten inquietos por esta extraña intrusa, que los mira, sin decir palabra y se hace imposible determinar sus intenciones.
Será muy interesante ver como reacciona cada uno de los habitantes de la cabaña, con esta invitada misteriosa e inesperada. Como se reacciona ante lo desconocido ??? Algunos reaccionan con miedo, otra en forma violenta, algunos con amor e incredulidad.
El autor explota muy bien esto y el conflicto a lo largo de la trama es constante y la atención del espectador se mantiene en forma permanente.
El trabajo del director es destacable, pero su éxito se apoya en un joven elenco que está a la altura del desafío, los integrantes de la compañía teatral Los Catárticos, grupo creado por el mismo Saggese. en el 2013.
Los protagonistas de la historia, son Leandro Lombardi, Johanna Aravena, Matías Rossomando y Gabriela Seminario, los integrantes de la parejas que deciden estas vacaciones particulares y además está Clara Pino, la misteriosa mujer, que cumple una gran labor, un papel muy complejo para interpretar y destacarse, pero lo consigue, con una gestualidad que impresiona.
Igual para ser justos, todo el elenco cumple y cada uno le aporta un matiz diferente a la pieza, de acuerdo a sus diferentes reacciones, ante aquella enigmática presencia.
Una escenografía lucida de Edna Fernández Chajud, simulando la solitaria cabaña y la buena utilización de la música y de la iluminación para separar los diferentes cuadros y colaborar con la atmósfera de misterio que pide la puesta,
En conclusión, una interesante propuesta la que nos ofrece Intrusión, un promisorio director que adapta un muy buen texto, trabajando con un joven grupo de actores para redondear una pieza original, en el género del suspenso poco explotado en el teatro local, donde el espectador estará enganchado y en todo momento queriendo dilucidar que oucrrirá, debiendo a estar muy atento al descenlace, ya que como toda buena obra de misterio, tendrá un final sorprendente, que de ninguna manera vamos a anticipar.
Pensador Teatral.
viernes, 14 de abril de 2017
La Denuncia
Mièrcoles 20 hs en Teatro del Pueblo ( Roque Saenz Peña 943 )
Dramaturgìa de Rafael Bruza y dirección de Claudio Martìnez Bel.
Una obra muy original, la que tuvimos la suerte de presenciar en esta ocasión, una hermosa comedia criolla, un sainete de época, muestrario de la vida del interior campestre, sitúandonos, un siglo atrás.
La Denuncia, se basa en una historia real, ocurrida allá por el año 1909, en la ciudad de Las Flores, donde en la comisaría local, se recibe la denuncia de una mujer, la doblemente viuda, llamada Angelica Solores contra su ex compañero, el ferroviario Bonifacio Estrella.
Motivo de la acusaciòn ?? Bonifacio embarazó a su hija mayor y al poco tiempo de este hecho, huyó de la casa con su hija menor de tan solo 15 años. Esto fue demasiado para Angélica, que decidió radicar la correspondiente denuncia.
Este hecho verìdico, que en estos tiempos podrìa considerarse ridìculo como para denunciarse, funciona como disparador para que, Rafael Bruza, prolìfico autor santafesino, escribiera este riquísimo guión y nos traslade, magia del teatro mediante, a una Buenos Aires rural del 1900, donde aparece el ferrocarril como figura central aglutinante, el trabajo golondrina y numerosas situaciones de aquellos años, con una riqueza descriptiva y una ambientación de época notable.
La originalidad de la puesta, se pone de manifiesto, en que si bien los actores son solo cuatro, sobre el escenario del Teatro del Pueblo, los personajes se multiplican.
Esto se consigue, mediante las transformaciones que se producen, ya que los actores cambian su vestuario, se ponen máscaras y pelucas, cambiando de personaje cuando la trama lo requiere.
Esto ocurre en el último plano del escenario, permitiendo que el espectador sea partícipe de estas transformaciones y testigo de se van alumbrando, los diferentes personajes, masculinos, femeninos y también algunos animales, en un ejercicio de creatividad y de vuelo teatral que debemos aplaudir.
Se nota y mucho la mano del director, que en forma muy precisa, le saca provecho a este gran texto, le aporta poesía y permite que los protagonistas de la historia se luzcan en gran forma, en una puesta muy lograda.
Llegamos entonces, a los protagonistas de la obra, las actuaciones son magníficas y la composición que se hace de los diferentes personajes, son realmente dignas de elogio.
Las situaciones hilarantes, brotan en el escenario y se producen situaciones muy graciosas, que provocan las carcajadas de los espectadores,
El elenco es encabezado por Marcelo Mazzarello, quien con gran presencia, dá vida al ferroviario Bonifacio Estrella, con su tono malevo y de virilidad, que se torna irresistible para los personajes femeninos de la pieza, una gran tarea de un actor de vasta experiencia como Marcelo.
Federico Cècere, da vida a un muy gracioso Sargento Troncoso, que a mi gusto fue el que màs risas provocò a lo largo de la historia ( al menos a quien escribe estas líneas ), desopilante su trabajo-
Marcelo Xicarts, interpreta a una Angélica deliciosa, que despechada por aquel hombre que ya no la prefiere, decide hacer la denuncia, que origina la historia.
Gastón Ricaud, es un entrañable Comisario Andrade, máxima autoridad de la comisaría del pueblo, que en dupla con el Sargento Troncoso, nos regala momentos deliciosos.
Solo mencionamos algunos de los personajes interpretados, los principales, porque como mencionamos antes son muchos más, solo destacar la gran entrega actoral de todos, la gestualidad, los tonos de voz, todo fluye en forma perfecta y nos lleva al 1900, se los nota cómodos a los protagonistas, disfrutando en el escenario y esto le otorga un plus a la pieza.
Hay que dedicar un párrafo especial, para Alfredo Iriarte, el realizador de las máscaras y Marta Dieguez de las pelucas. Y además, un gran reconocimiento para Gabriela Aurora Fernández, responsable del diseño escenográfico y del vestuario.
Un gran equipo conformando, que tiene una importancia capital en esta obra y son fundamentales en la brillantez, que consideramos tiene la puesta.
No vamos a contar más, dejaremos que el espectador cuando vea la obra descubra la infinidad de recursos teatrales, que se utilizan y disfrute la función.
Solamente comentar, que cuando se conjugan un guión brillante, autóctono y original como él de Rafael Bruza, una dirección impecable de Claudio Martínez Bel ( nominado a los Premios Trinidad por su labor en esta pieza ), un vestuario y una puesta de verdadero fuste y todo ellos, se suman actuaciones magníficas, como las que tiene esta obra, es indudable que el producto final, será de una calidad altísima.
Concluyendo, La Denuncia, es una comedia hilarante, que debemos recomendar en forma obligada y que verdaderamente sería una picardía no ver.
Como el lector de esta reseña habrá apreciado, nos encantó la obra y no fuimos los únicos, ya que la merecida ovación que recibieron los protagonistas al final de la pieza, son una clara muestra, de la hermosa noche de teatro vivida en el mítico Teatro del Pueblo.
Pensador Teatral.
Dramaturgìa de Rafael Bruza y dirección de Claudio Martìnez Bel.
Una obra muy original, la que tuvimos la suerte de presenciar en esta ocasión, una hermosa comedia criolla, un sainete de época, muestrario de la vida del interior campestre, sitúandonos, un siglo atrás.
La Denuncia, se basa en una historia real, ocurrida allá por el año 1909, en la ciudad de Las Flores, donde en la comisaría local, se recibe la denuncia de una mujer, la doblemente viuda, llamada Angelica Solores contra su ex compañero, el ferroviario Bonifacio Estrella.
Motivo de la acusaciòn ?? Bonifacio embarazó a su hija mayor y al poco tiempo de este hecho, huyó de la casa con su hija menor de tan solo 15 años. Esto fue demasiado para Angélica, que decidió radicar la correspondiente denuncia.
Este hecho verìdico, que en estos tiempos podrìa considerarse ridìculo como para denunciarse, funciona como disparador para que, Rafael Bruza, prolìfico autor santafesino, escribiera este riquísimo guión y nos traslade, magia del teatro mediante, a una Buenos Aires rural del 1900, donde aparece el ferrocarril como figura central aglutinante, el trabajo golondrina y numerosas situaciones de aquellos años, con una riqueza descriptiva y una ambientación de época notable.
La originalidad de la puesta, se pone de manifiesto, en que si bien los actores son solo cuatro, sobre el escenario del Teatro del Pueblo, los personajes se multiplican.
Esto se consigue, mediante las transformaciones que se producen, ya que los actores cambian su vestuario, se ponen máscaras y pelucas, cambiando de personaje cuando la trama lo requiere.
Esto ocurre en el último plano del escenario, permitiendo que el espectador sea partícipe de estas transformaciones y testigo de se van alumbrando, los diferentes personajes, masculinos, femeninos y también algunos animales, en un ejercicio de creatividad y de vuelo teatral que debemos aplaudir.
Se nota y mucho la mano del director, que en forma muy precisa, le saca provecho a este gran texto, le aporta poesía y permite que los protagonistas de la historia se luzcan en gran forma, en una puesta muy lograda.
Llegamos entonces, a los protagonistas de la obra, las actuaciones son magníficas y la composición que se hace de los diferentes personajes, son realmente dignas de elogio.
Las situaciones hilarantes, brotan en el escenario y se producen situaciones muy graciosas, que provocan las carcajadas de los espectadores,
El elenco es encabezado por Marcelo Mazzarello, quien con gran presencia, dá vida al ferroviario Bonifacio Estrella, con su tono malevo y de virilidad, que se torna irresistible para los personajes femeninos de la pieza, una gran tarea de un actor de vasta experiencia como Marcelo.
Federico Cècere, da vida a un muy gracioso Sargento Troncoso, que a mi gusto fue el que màs risas provocò a lo largo de la historia ( al menos a quien escribe estas líneas ), desopilante su trabajo-
Marcelo Xicarts, interpreta a una Angélica deliciosa, que despechada por aquel hombre que ya no la prefiere, decide hacer la denuncia, que origina la historia.
Gastón Ricaud, es un entrañable Comisario Andrade, máxima autoridad de la comisaría del pueblo, que en dupla con el Sargento Troncoso, nos regala momentos deliciosos.
Solo mencionamos algunos de los personajes interpretados, los principales, porque como mencionamos antes son muchos más, solo destacar la gran entrega actoral de todos, la gestualidad, los tonos de voz, todo fluye en forma perfecta y nos lleva al 1900, se los nota cómodos a los protagonistas, disfrutando en el escenario y esto le otorga un plus a la pieza.
Hay que dedicar un párrafo especial, para Alfredo Iriarte, el realizador de las máscaras y Marta Dieguez de las pelucas. Y además, un gran reconocimiento para Gabriela Aurora Fernández, responsable del diseño escenográfico y del vestuario.
Un gran equipo conformando, que tiene una importancia capital en esta obra y son fundamentales en la brillantez, que consideramos tiene la puesta.
No vamos a contar más, dejaremos que el espectador cuando vea la obra descubra la infinidad de recursos teatrales, que se utilizan y disfrute la función.
Solamente comentar, que cuando se conjugan un guión brillante, autóctono y original como él de Rafael Bruza, una dirección impecable de Claudio Martínez Bel ( nominado a los Premios Trinidad por su labor en esta pieza ), un vestuario y una puesta de verdadero fuste y todo ellos, se suman actuaciones magníficas, como las que tiene esta obra, es indudable que el producto final, será de una calidad altísima.
Concluyendo, La Denuncia, es una comedia hilarante, que debemos recomendar en forma obligada y que verdaderamente sería una picardía no ver.
Como el lector de esta reseña habrá apreciado, nos encantó la obra y no fuimos los únicos, ya que la merecida ovación que recibieron los protagonistas al final de la pieza, son una clara muestra, de la hermosa noche de teatro vivida en el mítico Teatro del Pueblo.
Pensador Teatral.
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