Desde Junio, Domingos 15 hs en Korinthio Teatro ( Mario Bravo 437 )
Libro de Teresa Deubaldo y Dirección Laura Cecilia Alvarez.
Obra escrita por la dramaturga uruguaya Teresa Deubaldo, con muy buena repercusión en su país, que se estrena en Argentina, con la dirección de Laura Alvarez.
La propuesta es muy valiosa, ya que pieza aborda el tema del abuso sexual infantil, sin golpe bajos y buscando dar visibilidad a un tema, del que en la sociedad, se habla mucho menos de lo debido, pese a sus altas cifras.
Es la opera prima de Laura como directora, con anterioridad, produjo y participó en espectáculos autogestionados y siempre estuvo ligada al mundo del teatro, pero es la primera vez, que asume el desafío de dirigir, una obra de texto y debuta nada menos con una temática dura, pero consciente de la necesidad, de poner en el centro este flagelo, consiguiendo con creces su objetivo.
Contemos que Chocolate Amargo, relata la historia de Clarita, una niña encerrada en un cuerpo adolescente, que en cámara gesell, una habitación especialmente acondicionada para que se sienta cómoda, responderá las preguntas de una psicóloga, a la que nunca veremos en escena.
Clarita ( Camila Sebio ) está inmersa en su universo infantil, donde los juguetes son su compañía y su mundo, con la inocencia de las niñas de su edad, nos enteraremos de su predilección por las milanesas y los chocolates, que odian que le tiren el pelo en el jardín, las peleas con Juancito su compañero más revoltoso, el recuerdo latente de su madre y todo lo que una niña con su ingenuidad y ternura, nos puede relatar.
La labor de la psicóloga de a poco irá reconstruyendo la vida de Clarita, que sin comprender y sin atravesar nunca el dolor, comenzará a dar indicios del drama que le tocó padecer, con una crudeza que impresiona, pero hasta aquí contaremos, dejaremos que el espectador cuando vea la obra, descubra algunas revelaciones, que lo dejarán con un nudo en el corazón.
Ya es hora, de que hablemos de la gran protagonista de la noche, nos referimos a la joven Camila Sebio, que en el primer monólogo de su carrera, cumple una labor fantástica, que conmueve al espectador.
En nuestra opinión, realiza una caracterización del personaje brillante, su gestualidad, la expresividad de sus ojos, sus desplazamientos, su forma de hablar, con algunas muletillas muy graciosas, todo el conjunto hace que tengamos frente nosotros, a una frágil niña de cinco años de edad madurativa.
Realmente es un papel complejo y no es sencillo estar sola en escena con este texto, que representa un enorme desafío para la protagonista, que logra resolverlo con solvencia logrando darle una fluidez al relato y un manejo de los tiempos, que debemos destacar.
Una revelación absoluta la actuación de Camila, que demuestra sus condiciones y un futuro muy promisorio como actriz, si se lo propone. Mencionemos también el acierto de Laura, que supo que era la correcta, para este personaje y con muchos ensayos, logró darle el tono justo al personaje, de acuerdo a lo que pedía el texto.
Nos gustó la puesta, intima y con los elementos justos en escena, lo que prevalece e importa en esta pieza, es la palabra de Clarita. Corresponde destacar el diseño lumínico de Norberto Portal, marcando a la perfección, los distintos climas que vá requiriendo la obra.
Para resaltar, el silencio absoluto que reina en la sala, durante toda la función. Los espectadores siguen con absoluta atención el relato, que pese a lo crudo y duro que resulta, tiene momentos donde se aflojan las tensiones, ya que la candidez y ternura de Camila, generará sonrisas. Es muy bueno el contrapunto, ya que siendo una temática dura, la forma en que está planteada la trama, permite que tenga momentos de respiro.
Chocolate Amargo es una propuesta valiente y esclarecedora, que como dijimos dá visibilidad a problemas actuales de la niñez, como el bullyng, la violencia y el abuso sexual infantil. Es la voz de los niños, que no tienen voz, ya que muchas veces los entornos familiares, esconden situaciones de abusos y los mismos nunca logran salir a la luz, por ocultamientos de la propia familia..
Celebramos que una directora joven, como Laura Alvarez, tome el guante y se anime a exponer esta temática, valiéndose para ello de un libro inteligente, con una puesta cuidada y sin golpes bajos, que se corona, con una intérprete de lujo, como Camila Sebio, que con sus veinte años, pone el cuerpo y sus emociones, para transmitir el mensaje.
Recomendamos mucho Chocolate Amargo, les diríamos que es casi de visión obligatoria. El aplauso emocionado del público que colmó la sala, al final de la función, no deja dudas que la obra los movilizó y no los dejará indiferentes.
Pensador Teatral.