Sábados 12 hs en Vera Vera Teatro ( Vera 108 )
Bañarse es una de las obras ganadoras del Concurso Post 40, iniciativa de Rubén Sabadini, director y responsable del Vera Vera Teatro, certamen que aplica para autores de más de 40 años. Una muy buena idea, ya que la mayoría de los concursos suelen ser para dramaturgos jóvenes. El premio consiste en una cifra de de dinero, que muchos pueden considerar como modesta, horas de ensayo y las funciones en el Vera Vera, todas cuestiones que para el teatro off, donde todo se hace en pulmón, son muy valiosas, por eso desde aquí, celebramos la idea de Rubén y esperemos que se mantenga por muchos años.
Una vez hecha esta introducción, que nos dá el marco ver el nacimiento Bañarse, una original creación de Laura Fernández, que se presenta en el inusual horario del mediodía del Sábado ( recordamos el exitoso antecedente de mi Hijo solo camina un poco más lento ), mostrando que siempre es buen momento, si se trata de ver teatro.
La propuesta que parece sencilla a primera impresión, tiene una sensibilidad y una profundidad que el espectador irá palpando a medida que la trama avanza. La obra nos hablará del valor de la amistad, de lo que estamos dispuestos a hacer por un amigo que se encuentra en una situación límite y aparentemente sin retorno, algo para lo que no estamos preparados.
Aquellos que conocen el Vera Vera, se sorprenderán al ingresar a la sala, ya que las locaciones están cambiadas, vemos un sillón de espaldas a la platea y los límites del escenario, son difusos. El espectador está dentro de la habitación, en que están reunidas aquellas amigas, formando parte de aquella intimidad. La cercanía entre el público y las actrices es absoluta, algo que agrega mucho valor a la puesta, ya que pueden disfrutarse en primerísimo plano, de cada movimiento de las jóvenes actrices, algo que quienes gustamos de no perder ningún detalle, disfrutamos enormemente.
No vamos a contar mucho, porque la obra tiene una muy buena dosis de suspenso y el espectador irá entendiendo la historia en su totalidad a medida que las acciones avanzan. Revelemos si, que veremos a cuatro chicas amigas, reunidas para cuidar a Clara, a quien vemos está acostada en el sofá. Por lo que intuimos, parece tener alguna enfermedad, que la limita, en especial en la parte mental, ya que le cuesta recordar las cosas.
La situación es tensa, son momentos límites los que se viven en esa casa y surgen algunas discusiones entre aquellas amigas, que parecen tener diferencias en la mejor manera de cuidar a la amiga enferma. Lo que las cuatro tienen claro, es que hay que hacerla sentir bien a Clara, contenerla y darle paz en estos momentos que intuyen finales, sin importar las mentiras piadosas que deban decir o las escenas simuladas que deberán montar. Todo vale y está permitido, para apuntalar a esa amiga, que lentamente parece desmoronarse.
La puesta como dijimos es íntima y el grupo de amigas que vemos nos parece real y cercano, en esto tiene mucho que ver además del texto, las muy buenas actuaciones que tiene la pieza. Son cinco jóvenes actrices, que se lucen mucho a lo largo de la obra.
Está muy bien pensada, la composición heterógenea de este grupo de amigas, que como ocurre en la vida real, tienen generalmente integrantes con diferentes características y personalidades, lo que puede producir algunos chispazos.
En actuaciones parejas, destacamos especialmente el trabajo de Andrea Varchavsky, dando vida a una Lorena histriónica y muy sensible. Daniela Salerno, como Inés, parece de las más racional y se cabrea mucho con la temperamental Nuria, interpretada por Larisa Novelli. Mercedes Ferrería es una divertida Ana, que tiene algunas roces con Lorena.
Las cuatro jóvenes actrices, se destacan en lo individual y logran darle credibilidad al grupo que forman, que pese a las diferencias y discusiones lógicas, que tienen las chicas de su edad, tienen algo claro, la ternura y el amor, que sienten por la amiga a la que saben están despidiendo.
Resta mencionar entonces a Maite Mosquera, ella es Clara, la mimada del grupo, la que recibe las atenciones de las otras. Entrañable la presentación de Maite, que consigue darle a su personaje una dulzura y una fragilidad, que llega al corazón del espectador.
Vamos a conservar el suspenso como dijimos antes y no contaremos más de la trama, dejaremos que el espectador cuando vea la obra, sea el que vaya palpitando el desenlace de la historia.
De la puesta, para destacar como ya mencionamos el carácter íntimo que tiene la obra y el aprovechamiento integral de la sala del Vera Vera, con puertas y escaleras, que forman parte de la historia y las actrices recorren. Otro hecho que llama la atención, es esa luz natural que ingresa debido al horario de la función
Una escenografía minimalista de Cecilia Zuvialde con pocos elementos y un vestuario juvenil de Lara Sol Guadini, encajan perfectamente con el clima casual, que propone la pieza.
En definitiva, una propuesta original la que nos trae Bañarse, que resalta el valor de la amistad por sobre todas las cosas y nos permite ver, como en situaciones límites, podemos reaccionar de maneras muy diversas.
Una vez más, destacamos la idea del Concurso Post 40, que posibilita la aparición de obras como Bañarse, con una dramaturgia sensible y muy poética, que apoyada en un grupo de talentosas actrices, jóvenes todas ellas, pero ya con mucha experiencia en el off, algo que se nota en el compromiso que asumen con la historia, que no es sencilla par actuar.
Solo queda aconsejar, que reserven con anticipación su lugar, ya que desde su estreno, la obra viene agotando localidades en cada una de sus funciones, algo que muestra a las claras, la buena recepción que tiene Bañarse, de parte de un público que se identifica y emociona junto a este grupo de amigas.
Pensador Teatral.